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Spring Days


You know it all

You're my best friend

achim-eun dasi ol geoya

eotteon eodumdo eotteon gyejeoldo

yeong-wonhal sun eobs-eunikka

Spring Day – BTS 



21 de diciembre, 2025



Hace frio.


Mucho frio.


Recién está empezando el invierno, pero se nota que va a ser uno de los peores.


Al menos eso pensaba él.


- joven. Ya está listo su pedido.


- oh. Si, gracias.


Estaba tan perdido en sus pensamientos, que se olvidó que había ido a recoger su cena.


Bueno, la de él y de su hermano, cuñado y sobrina.


Mira que mandarlo a él, un ser que a las justas y puede con su vida.


El solo quería llegar a la casa de su hermano e invernar en cualquier superficie blanda o cualquier superficie seca la verdad, incluso la mesa cafetera de la sala.


El solo quiere dormir y el desgraciado de su hermano usó a su sobrina para mandarlo por la cena.


Estúpidos ojos de cachorro que se carga su sobrina y estúpido el por caer en ellos.


Ni bien llegue a la casa. Él va a dormir el doble. Sus 12 horas de sueños que fueron robadas por su viaje, después de todo Londres y Japón no están a la vuelta de la esquina. Y unas 12 horas más porque quiere y porque puede.


- Estoy de vuelta.


- ¡Al fin! Creí que nunca llegarías. – comento un adulto de 38 años, pero con mentalidad de niño. – pensé que te habías ido a Londres a comprar las hamburguesas. – comento mientras le quitaba la comida.


- No exageres. No me demore tanto.


- Te fuiste dos horas.


- Estaba muy lejos


- Vivimos a 30 minutos del mall.


- El bus se demoró.


- Fuiste en auto.


- Transito.


- Son las 8 y a esta hora no hay tránsito.


- Había mucha gente.


- No...


- Ya no le digas nada. Igual te va a contradecir. – comento el otro adulto dueño de la casa, mientras observaba como entraban esos dos peleando.


- cariño puedes llamar a la nena, para empezar a comer.


- claro! Voy a ver esa pequeña hadita que se moría de hambre y pensaba que su tío se había ido de vuelta a Londres por las hamburguesas.


- No sean exagerados. No me demore tanto.


- Sin comentarios. - dijo rápidamente para evitar una discusión entre su esposo y su hermano.


Ni bien su esposo se fue a buscar a su hija, se volteó a encarar a su hermano.


- que tienes?


- ah?


- te pasa algo?


- No nada.


- seguro?


- si.


- ...


- ...


- Sabes que puedes decirme cualquier cosa mocosa.


- Lo sé. Pero solo estoy cansado. Viajar no es de mis cosas favoritas.


- De adolescente te fascinaba.


- Sí bueno, mi cuerpo ya no es como el de antes.


- No me vengas con estupideces. Solo tienes 27. viejo estoy yo que ya voy a entrar a mis 40. - dijo consiguiendo sacarle una risa que más se asemejaba a un bufido.


- pero ya enserio, te noto más callado de lo usual, claro.


- ja. Que gracioso. – le respondió mientras se servía un poco de café.


Lo bueno de estar en la casa de su hermano, es que siembre había café prepara. Deliciosa bebida, como le decían... ¿elixir de los dioses?


- El elixir de los dioses es el vino, tonto – escucho en su cabeza seguido de una risa.


- ...Toshi


- Hitoshi.


- Hey


- TIO! – ese grito fue suficiente para sacarlo de sus pensamientos.


- ¿Que? – respondió volviendo en sí mismo. Quizás su hermano tenía razón y si le pasaba algo.


- ¿Tío estas bien? – comento una niña de nomas de 7 años de edad, en su carita cargaba unos preciosos ojos rojos llenos de preocupación.


- te pasa algo?


- ¿Estas enfermo?


- No nada, es solo el cansancio por el viaje. – dijo mientras se agachaba para cargar a su peña sobrina en sus brazos. – No te preocupes pequeña. Estoy bien.


- ¿Estás seguro? – volvió a preguntar mientras posaba sus pequeñas manos sobre su cara y lo observaba fijamente. – papi Shota tiene pastillas para el resfriado. ¡Son de sabor a fresa! Así que no saben feo.


- Muy seguro. Igual gracias pequeña. – dijo mientras le daba un beso en la frente a su sobrina. 


Esa pequeña criatura era la única capaz de derretir su frio corazón.


Aunque antes, había alguien más.


- ¿Seguro te sietes bien? Como Eri dijo, tenemos pastillas.


- Muy seguro Hizashi, solo es el cansancio.


- Bien creo que es mejor que cenemos.


- ¡¡¡¡¡SI!!!!! ¡¡¡MI CAJITA FELIZ!!!


- Se me hizo raro que no vengas corriendo en cuento puse un pie dentro de la casa, pequeña. Ya que según tu mami te morías de hambre.


- ¡OYE!


- ¡Si lo hacía! ¡Pero es que encontré algo muy genial!


- ¿Enserio? ¿Qué encontraste?


- Encontré un álbum.


- ¿Un álbum?


- ¡Si! ¡Un álbum de preparatoria!


- ¡Y que álbum eh! Te va a encantar – comento Hizashi.


Por la cara que tenía esos dos, Hitoshi debió sentir el peligro acercándose.





- No puedo creer que tengas esto.


- Pues créelo. Porque aquí esta.


- Creí que lo tenían nuestros padres.


- lo tienen.


- ¿Y este?


- ¡Por ser los mejores profesores, nos lo dieron!


- Eran suplentes.


- ¡Pero éramos los mejores!


- ...


- lo éramos y te consta. - dijo su hermano mientras le daba un mordisco a su big mac.


- ... como sea.


- ¿ESTE ERES TÚ PAPI? - gritó la pequeña peli blanca a su pelinegro padre.


- ¡SI! A que se veía bien guapo vestido con traje y el cabello amarrado.


- SIIII!!! ¿Papi porque ya no te vistes así?


- si Shota porque ya no te vistes así?


- déjenme comer tranquilo.


- pero shotaaaa/pero papiiiiiii - gritaron al mismo tiempo, padre e hija. Ganándose una mirada agria por parte del hombre de cabello negro.


Eso le sacó una sonrisa. Le sorprende bastante que su hermano, con lo arisco que es, este rodeado de estos dos seres brillantes y ruidosos.


Su madre solía decir que ambos – su hermano y el – tenían una inclinación a ese tipo de personas.


Cosa que ambos negaron totalmente al ser Shota demasiado arisco y el al ser alguien demasiado callado.


Si. Eran un par de antisociales.


Pero les funcionaba bien.


O al menos así fue hasta que en la vida se Shota apareció Hizashi. Ahora el griñón de su hermano esta casado y tiene una hija.


Como cambia la vida.


- Tú también tienes inclinación por este tipo de cosas Toshi. Solo que aun no lo sabes.


- ... es?


- ¿Ah? – enserio, debía dejar de perderse en sus pensamientos.


- ¿Quién es? – pregunto de vuelta la pequeña Eri, mientras señalaba una foto en específico. – cada que veo una foto tuya, siempre lo veo.


- Él es... - empezó a decir mientras tomaba el álbum en sus manos. – olvide, que esta foto esta ahí. – sonrió. Una de verdad, aunque era melancólica. – cierto, Mina y Ochako fueron las encargadas del anuario.


- Aun no me respondes. ¿Quién es?


- Él fue alguien muy importante para tu tío en sus años de escuela.


- ¿Importante?


- Si.


- ¿Como papi Shota lo fue para ti? – ninguno de los padres supo como responder a esa pregunta.


- Si. El fue así de importante.


- ¿Y dónde está el? Si fue así de importante, ¿porque no está acá? ¿No deberían de haberse casado? – todas esas preguntas de su sobrina lo hicieron pensar. ¿Dónde estará? ¿Estará bien? ¿Es feliz?



- Siempre voy a estar aquí Hitoshi. – dijo un rubio mientras mientras ponía una de sus manos sobre el corazón del pelimorado y a otra a un lado de su cabeza. – tal vez no de la misma forma que ahora. Pero siempre voy a estar contigo.




01 de abril, 2014



Estában a mediados de primavera y empezaba el año escolar.


Hitoshi nunca fue bueno con los cambios.


Pero cuando le comentaron que sería transferido a la escuela de artes, no pudo evitar emocionarse e inquietarse.


Después de todo, no todos los días te llega la carta de aceptación de la escuela por la que te mueres por ingresar.


Desde que tiene uso de razón, Hitoshi siempre fue fan de los libros.


Estar rodeado de tinta y papel, escribiendo y leyendo siempre fue de vital importancia para él.


Nunca fue bueno socializando, así que sus únicos amigos siempre fueron sus libros, por eso cuando se hizo mayor, decidió que quería volverse escritor.


Y no porque estuviera de moda.


No.


Si no, porque con las únicas cosas con las que él se sentía en sintonía era con la tinta y el papel.


Su forma de expresarse siempre fueron las letras.


Escribir historia creando mundos, realidades y vidas siempre fue su pasión.


Y por fin, después de tantos meses de espera, le llego su carta de aceptación.


No le importaba esta a un par de años de acabar la escuela. Después de todo, todos los que estudien en esta academia, siempre tienen oportunidad de ingresar a las mejores escuelas de artes en el mundo.


Así que nada ni nadie se iba a interponer en su camino.


O al menos eso pensaba él.


Hasta que ingreso a su salón de clases.


Y conoció a quien seria su sol ruidoso de quien tanto hablaba su madre.


El rayito de sol del salón A.


Denki Kaminari.


El chico de sonrisa contagiosa y algo boba.


Un dolor de cabeza para algunos profesores.


Un excéntrico muchacho de cabello rubio con un extraño rayo en su fleco izquierdo.


Su dolor de cabeza, su primer amigo, su primer novio, su confidente y su musa.


Y todo comenzó con un...


- Yo no vengo acá para hacer amigos.


- ¿Y qué tal un novio?


Y después de ese simple intercambio de palabras, la vida de Hitoshi dio un jiro de 180°.



Verano, 2014.



- Hitoshi! Vámonos de campamento!


- No.


- ¡Anda vamos! No seas aburrido.


- No.


- ¡Ya pues! acaso planeas quedarte todo el verano encerrado en tu cuarto?


- Si. Es una gran oportunidad para escribir.


- Pero


- No, Denki. No voy a ir.



***



- Me puedes volver a decir. ¿Cómo rayos me convenciste de venir contigo?


- Fácil. Se lo dije a tu mamá y ella te obligo a venir. – comento sonriendo, recibiendo una mirada amenazante por parte del otro. – y cuando estábamos en camino, te dije que era una buena posibilidad para escribir tus historias – dijo mientras se colgaba de su brazo.


- Eres una amenaza.


- Tal vez. ¡Ahora vamos a la aventura!


Cuando volvieron a sus casas, llegaron con picaduras, quemaduras y un sinfín de grandes historias sobre como escaparon de un oso, pescaron y evitaron la muerte de caer de un precipicio.


Pero, sobre todo, volvieron con nuevos sentimientos, nuevas perspectiva respeto al otro.




Otoño, 2014.


Estaban a mitad de semestre, debían empezar a planear sus proyectos para el final de semestre.


- Toshi, de que nos vamos a disfrazar?


- ¿Ah? ¿Disfraz? ¿Para qué?


- ¿Como que para qué? Para la fiesta de disfraces que va hacer Yaoyorozu en su mansión por Halloween!


- ¿Fiesta? ¿Cuál fiesta? Yo no pienso ir a ninguna fiesta Denki. Te lo digo desde ahora. No. Y no me importa si le dices a mi madre. No voy a ir.



***



- ¿Como demonios volvió a pasar? – pensó en voz alta el pelimorado mientras miraba a todos los adolescentes con todo tipo de disfraces.


- ¿Quieres que te lo repita? – dijo el rubio acercándole un vaso rojo con una bebida de dudosa procedencia.


- No. Gracias. – dijo para después tomarse el contenido del vaso hasta la mitad.


- Hey tranquilo! Que eso lo preparo Mina, así que ten cuidado. – dijo el rubio intentando quitarle el vaso a su amigo. – le prometí a tu mama que te llevaría vivo a tu casa.


- Relájate, tengo buena resistencia.


Esa vez terminaron sobre el techo de la casa de Hitoshi, porque al chico se le perdieron las llaves y ambos pensaron que seria buena idea entrar por la ventana de su cuarto.


Y lo hubiera sido, de no ser que el cuarto estaba en el segundo piso y ambos estaban semi desnudos.


Ambos se levantaron al día siguiente con un resfriado, dolor de cuerpo y con una historia de como burlaron a la policía, pintaron un grafiti y corrieron de un vagabundo. 




Invierno, 2014.


Ya estaban terminando las clases, solo tenían que entregar el proyecto final y serian libres para celebrar las festividades de fin de año.


Era la primera vez que pasaría año nuevo sin su familia.


Estaba emocionado.


Iban a ir todos los del curso.


¿Como fue que consiguieron que fueran todos? Ni idea.


Pero las chicas de su curso, si quieren algo, siempre lo consiguen. Siempre.


Así que ahí se encontraba el, alistando su maleta para irse de viaje con sus amigos.


Si, amigos.


Después de todo lo que pasaron juntos, ya podía considerarlos amigos, o por lo menos a algunos de ellos.


Todo gracias a cierto rubio con un rayo en su fleco.


El cual por cierto se encontraba echado sobre su estomago en su cama junto con Thunder, su gato persa de enigmáticos ojos dorados y pelaje humo.


- Ne Hitoshi... - le hablo Denki sin moverse ni un solo centímetro de su posición.


- Hmm?


- Cuando terminemos el colegio... ¿todavía nos seguiremos viendo?


Okey. Esa pregunta lo tomo por sorpresa.


- Por supuesto. Quedamos en que iríamos a la misma escuela de artes en Italia. Incluso empezamos a ver departamentos para mudar. – le dijo extrañado. Puesto que el rubio era el más emocionado en eso. – Denki. ¿Estás bien? Desde que empezó el invierno te noto raro. Sabes que me puedes contar lo que sea.


- Si, lo se Toshi. No te preocupes. – le dijo regalándole una sonrisa mientras se sentaba sobre la cama y abrazaba a Thunder. – es solo que cuando, llega el invierno me pongo un poco melancólico, eso es todo.


- Si tu lo dices. Igual cualquier cosa, siempre voy a estar aquí para ti. – le dijo mientras se sentaba al frente suyo.


- Lo sé, gracias. – le respondió acercándose para abrazarlo. El cual fue inmediatamente correspondido con él. – se que puedo confiar en ti. Igual que tú en mí.


- Lo sé, Denki. Lo sé. – le respondió tranquilo.


- Te quiero mucho Hitoshi. Gracias por estar conmigo.


- Yo también te quiero Denki. – le dijo mientras se aferraba mas al rubio, como si temiera perderlo.


En ese viaje, ambos se dieron su primer beso.


El primer beso.


El primer paso a una relación tan deseada por ambos.




Primavera. 2015


Recién empezaba el año escolar.


Su último año escolar.


Pronto se volverían adultos jóvenes que va a luchar cada día por su sueño.


Se sentía emocionado, esta a punto de cumplir 4 meses de relación con Denki.


También era el año en que aplicarían a la escuela de arte de Italia y empezarían a trabajar para juntar dinero para el primer deposito de su pequeño cuarto juntos en dicho país.


- ¡Estoy emocionada Hitoshi! ¡VAMOS AVIVIR JUNTOS MIENTRAS CUMPLIMOS NUESTROS SUEÑOS! – grito el rubio lanzándose sobre su novio.


- Yo también lo estoy Denki. Yo también lo estoy.


Ese año escolar, fue de lo mas intensos en su vida.


Rio y lloro.


Amo y odio.


Se sintió dichoso y miserable.


Fue feliz.


Fue triste.


Pero fue un gran aprendizaje.



***




Primavera, 2016.



Muchos empezaban sus clases.


Pero ellos terminaban la suya.


Se acabo el colegio.


Sus años de adolescencia.


Los años más difíciles de la vida, porque es ahí donde te preparas para ser un adulto. Donde dejas atrás la inocencia de la infancia. Es cuando empiezas a ver el mundo como es de verdad.


No el lindo mundo de hadas que te cuentan de niño.


Es mas crudo. Mas cruel.


- Creí que nos iríamos juntos. – comento dolido el pelimorado.


- Es una gran oportunidad Hitoshi. – intento razonar el rubio.


- ¿Pero y nuestros planes? ¿Todo lo que planeamos? ¿El vivir juntos? ¿Ir a la misma escuela? ¿No significo nada? – estaba herido. ¿Acaso todo lo que planearon no valía nada para Denki?


- ¡Sabes que no es así! Eso significa mucho. Demasiado. Pero entiende, ¡esto es una gran oportunidad!


- No lo quiero entender. – respondió terco el muchacho.


- HITOSHI! ¡Tienes la oportunidad de entrar a una las mejores escuelas de literatura del mundo!


- No me importa. No lo quiero. Quiero ir a Italia contigo.


- Hitoshi por dios. Hablamos de Oxford. ¡OXFORD! – Denki no lo entendía. Desde que lo conoció, Oxford siempre fue el sueño de Hitoshi.


- No me interesa.


- Eso dices ahora. Pero mas adelante te vas a arrepentir. Te vas arrepentir toda tu vida el no haber ido. – volvió a decir el rubio intentado hacer entrar en razón a su novio.


- No lo hare si estás conmigo. – dijo mientras lo tomaba de las manos


- Hitoshi... - dijo mientras sentía como todo su ser se calentaba y sus ojos empezaban a picar.


- No quiero alejarme de ti.


- Yo tampoco. Pero es una gran oportunidad para ti. Siempre quisiste ir ahí. Yo nunca me perdonaría el quitarte esto. – dijo mientras veía como Hitoshi bajaba su vista.


- Pero no me está obligando.


- Pero yo lo siento así.


- No lo es.


- Amor. Mírame. Te amo. Te amo demasiado Hitoshi. Y por eso quiero que tomes tu laptop, envíes tus datos a Oxford, busques un boleto de avión y te vayas. – dijo mientras sentía como se le escapaban sus lágrimas. – Si no lo quieres hacer por ti, hazlo por mí. Por favor amor, no te pierdas esto. Por favor. – termino de decir, para darle un beso.


Un beso cargado de muchos sentimientos.


Desde el amor, hasta el miedo.


Ese día envió sus datos y compro el pasaje.


Siempre pensó que su corazón seria roto por el desamor.



No por amar demasiado. 






- ¿Y lo has vuelto a ver? – pregunto la pequeña Eri en voz baja.


- Si. Lo he visto algunas veces. – le respondió con una pequeña sonrisa.


- ¿Pero no están juntos?


- No.


- ¿Por qué no? ¡Si ustedes se amaban tanto! ¿Porque ya no están juntos? – dijo con los ojos llorosos. Y es que no entendía. Como es que dos personas si se quieren tanto no están juntos.


- Porque a veces la vida es rara. No siempre el primer amor dura para siempre.


- Pero mis papis están juntos. ¡Y SON EL PRIMER AMOR DEL OTRO!


- Si. Pero para estar junto tuvieron que pasar por muchos contratiempos.


- Pero...


- Ya princesa. Cuando crezcas entenderás el porque de muchas cosas. – le dijo Hizashi a su hija mientras la levantaba en brazos. – ya es tarde y tu tienes que ir a dormir que mañana tienes escuela.


- ¡Pero yo quiero saber más!


- Será otro día. Ahora es momento de ir a la cama.


- Papi, ¿puedes contarme un cuento antes de ir a la cama?


- ¿No te basta con la historia que te conto tu tío?


- No. Yo quiero un cuento con final feliz.


Y así con esas ultimas palabras ambos se fueron al cuarto de la pequeña. Dejando al par de hermanos solos en la sala.


- Así que... has vuelto a ver a Denki. No lo sabía.


- No lo sabes todo en mi vida Shota. Y si. Lo veo algunas veces.


- Y estas bien con eso.


- Por supuesto. Como le conté a Eri, Denki fue alguien importante en mi vida. Pero es pasado. Un lindo recuerdo y nada más. – termino diciendo, ganándose una larga mirada por parte de su hermano mayor.


- Si tu lo dices. – dijo suspirando, él sabía que no importa cuanta veces le insistiera. Hitoshi nunca diría algo respecto a ese tema. – voy a recoger todo esto, si quieres puedes irte a dormir de una vez.


- Está bien. Nos vemos mañana. – y sin más, el joven se fue a su cuarto asignado.


Una vez ahí, no pudo evitar mirar por la ventana.


Metió su mano en el bolsillo de si chaqueta y saco de ella una foto.


Esta algo arrugada, seguramente por los años de antigüedad.


En ella se podía ver a dos jóvenes. Uno de cabellos morados algo despeinado que estaba recibiendo un beso por parte de un rubio con un rayo en su fleco, ambos con el uniforme de escuela.


La foto parecía estar rasgada por la mitad y efectivamente lo estaba.


Era una foto que consistía en dos partes, solo que en la otra mitad era el rubio quien recibía un beso por parte del pelimorado.


Sonrió volteando la foto y vio que atrás de ella había un número de teléfono.


Saco su celular y marco dicho número.


Primer timbre.



Segundo timbre.



Tercer timbre.



- ¿Hola?


- Hey...


- ... Hitoshi?


- ¿Como estas Denki?




Solo espero que seas feliz.

Gracias por todo.

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