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Artista imagen multimedia: firnella (twitter)

El resto de la semana, Adora y Catra tuvieron bastantes roces en clases, todo el mundo notaba que querían demostrar que una de las dos era superior, todo porque la morena sabía que Glimmer sabía de su relación, lo cual le molestaba bastante. La rubia no entendía por qué le molestaba tanto, siendo que sólo ella lo sabía.

Aunque, sólo fue cuestión de horas para que Glimmer rompiera su promesa. Justo al día siguiente de su conversación con Adora, mientras estudiaba con Bow, quien intentaba enseñarle química.

—Lo siento Bow, de verdad quiero concentrarme, pero necesito contarte un secreto.

—¿Un secreto? ¿Me estuviste ignorando por un secreto? ¡Glimmer, tenemos examen de esto mañana! —exclamó molesto.

—Lo sé, lo sé, pero necesito escupirlo —le respondió con emoción.

—Ok, dime entonces —dijo con cara de escepticismo, ya que estaba seguro que no era algo importante.

—Como ayer no pude venir contigo, pasé a ver a Adora. A que no sabes con quién se acuesta. ¡Con Catra!

—Pensé que la molestabas porque ya lo sabías —replicó, levantando una ceja.

—¿Qué? No, no lo sabía —Glimmer parecía genuinamente sorprendida.

—Era bastante obvio. Estoy seguro que Adora te pidió discreción, y aun así, corriste a contarme. ¿No es cierto?

—Quizás para ti era obvio, pero para mí no. No puedo creer que se acueste con esa...

—Glimmer, por favor. Lo que haya pasado antes no tiene nada que ver con lo que Adora tiene con Catra. Y no me cambies el tema, si Adora te pidió discreción, debes cumplir tu palabra. Por suerte me contaste a mí, que ya sabía lo que pasaba. Pero no puedo decir lo mismo del resto. No traiciones la confianza de Adora.

Glimmer agachó la mirada, Bow siempre había sido su cable a tierra. Luego de esa breve conversación, se concentraron en estudiar. Adora le había dicho por whatsapp a Catra que le había contado a Glimmer acerca de su relación, lo que había molestado bastante a la morena, quien insistió en que podía haberle mentido. La rubia le explicó que por el olfato de Glimmer hubiera sido imposible engañarla.

Sin embargo, Catra seguía molesta al respecto, le respondía cortante, no quiso reunirse con ella para estudiar después, por lo que Adora optó por estudiar sola. Tampoco repitieron sus encuentros en el dormitorio de la rubia o la casa de la morena. Sin embargo, Adora se sentía harta. Se había dado cuenta, gracias a esa pelea, que la relación que tenían no era suficiente.

Ella quería mostrarle a todo el mundo que tenía una novia como Catra, fuerte e inteligente, además, era jodidamente hermosa. No importaba si los shifters consideraban extraño la unión de especies diferentes, porque daba igual a final de cuentas. Ella se había quedado sola, su propia manada las había expulsado junto con su hermana, y ahora que tenía a Catra a su lado, estaba orgullosa, no tenía miedo de mostrarlo.

Su idea era llegar a la fiesta de fin de año junto con Catra. Pero había llegado el jueves, y la morena seguía con la misma actitud cortante. Entonces, decidió que iría a su casa, ya no quería seguir así, después de todo, extrañaba esa cercanía familiar que tenía con la morena. Además, debía haber alguna historia entre ella y Glimmer para que estuviera tan cabreada.

Tocó el timbre, y Catra abrió la puerta pensando que era Scorpia, ya que iban a ir juntas a la biblioteca. Toda su sonrisa se desvaneció al ver a Adora. Le emputecía pensar que le había dicho todo a Glimmer.

—Hola Catra. ¿Puedo pasar? —dijo con seriedad Adora. Sabía que Catra probablemente esperaba a su amiga, pero aun así, le dolió ver cómo cambió su rostro.

—Ok, pasa.

Al mismo tiempo, le envió un mensaje a Scorpia para encontrarse en la biblioteca, ya que "había surgido algo". Ese algo se sentó en el sofá como si fuera su propia casa, y le hizo señas para que se sentara también.

—¿A qué viniste Adora?

La rubia suspiró antes de responder.

—No sé cuántas veces necesitas que me disculpe, pero, todo esto me hizo darme cuenta de una cosa. Primero, siento que algo pasó entre tú y Glimmer. Y segundo, quiero que seamos novias de verdad, y vayamos a la fiesta de fin de año juntas.

Catra la observó unos segundos, sorprendida por su idea.

—No.

—¿Por qué no? ¿De verdad te importa lo que digan los demás? Sí, yo soy una loba, y tú una felina, ¿y qué? —los ojos de Adora brillaban, parecía a punto de llorar.

—No lo sé, Adora. Soy la número 1 de la Academia, pero en realidad, nunca me he sentido suficiente. Todas las miradas estarán sobre mí.

—No entiendo nada.

—También estará la entrenadora ahí...

—No creo que a ella le importe. Sólo eres su alumna estrella, nada más.

Adora se levantó, comenzó a pasearse inquieta por la sala. Catra no decía nada, parecía sumida en sus pensamientos.

—Deberías contarles a tus amigos, Catra, si es que no se dieron cuenta ya de lo que tenemos. Sólo... dime cuál es el problema —se arrodilló frente a la morena, tomando sus manos y mirándola con esos ojitos de cachorrito a los que no podía resistirse.

—Al principio, si me preocupaba las burlas o comentarios que podían hacer de nosotras. Pero ahora, lo que más me preocupa no es eso, sino que te alejes de mí por lo que hice en el pasado. Le hice daño a muchas chicas, muchas me guardan rencor, por eso me da miedo que todo el mundo sepa que estamos juntas. Porque van a decirte cosas, que puede que sean ciertas como puede que no. Pero esas cosas pueden hacer que cambies tu opinión de mí.

—Catra, yo también estuve con otras chicas antes. Lo que digan esas resentidas de ti no me interesa ni me importa. Nos tenemos la una a la otra ahora, eso es lo que importa. Además, uno paga sus errores de una forma u otra, a veces sin darnos cuenta.

Catra sonrió, tomó con sus manos el rostro de Adora, y la besó intensamente. Tan intensamente, que empujó a la rubia al suelo. Ese fuego entre ambas se encendió instantáneamente, habían pasado unos días sin ningún contacto físico, y sus cuerpos parecían demandarles la piel de la otra. La ropa que estorbaba desapareció pronto, ambas se rindieron al frenesí que despertaban aquellos besos húmedos que compartían.

Catra besaba, lamía, mordía y acariciaba con mesura cada parte del cuerpo de Adora, quien jadeaba de placer al recibir las atenciones de la morena. Dejándose llevar por el momento, volvió a morder a la rubia en el cuello, exactamente en el mismo lugar donde estaba la marca, usando sus colmillos de pantera. Adora gimió su nombre, rasguñando la espalda de Catra, mientras sentía que su sexo se derretía, sentía sus fluidos desbordándose en el muslo de la morena.

Catra siguió besando su cuello, lamiendo los agujeros que había en la piel de Adora, el sabor de su sangre por alguna razón sólo la excitaba más. Su mano derecha viajó hacia la entrepierna de la rubia, donde introdujo un par de dedos. La sensación de sus carnes apretando sus dedos, la creciente humedad, el olor de Adora, la estaban volviendo loca. Sólo un pensamiento cruzaba en su mente en ese momento, el cual materializó en palabras.

—Te amo, Adora —murmuró en el oído de la rubia, que no dejaba de gemir.

Catra no dejó de moverse en el interior de Adora hasta que alcanzó el clímax. La rubia estaba algo agotada, pero a pesar de todo, no había olvidado las palabras de la morena. Aun recobrando el aliento, Adora se giró para observar a Catra, quien se había recostado a su lado en la alfombra, y la miraba con ojos llenos de amor.

—No pude decirlo antes, pero, yo también te amo Catra —dijo sonriendo.

La morena, sonriendo con picardía, se levantó y luego le tendió una mano Adora para que la siguiera.

—Creo que tendrás que demostrarlo en mi cama.

—Me siento algo chantajeada. ¿Estás segura que el amor se demuestra así?

—Oh sí, muy segura. Tan segura como que no te irás de aquí hasta mañana.

Ambas rieron mientras caminaban hacia el dormitorio de Catra. La morena se sentía segura, ya no tenía sentido ocultar lo que tenían, después de todo, su amor era tan intenso que probablemente sus amigos lo sabían ya, sólo que no decían nada. Adora era toda la calidez que le hacía falta a su vida, estaba segura que todo estaría mejor junto a ella.

Mientras tanto, Scorpia se dio cuenta que Catra jamás llegaría. Se preguntaba cuándo le diría que estaba saliendo con Adora. Aunque en principio era sólo una sospecha, las "peleas" de esas dos aquella semana había confirmado lo que pensaba. Incluso Rogelio se lo comentó, ya que actuaban como una pareja que había tenido algún desacuerdo. Se rio al pensar en lo formal que era Rogelio al expresarse siempre de forma tan seria. De todas maneras, Catra no necesitaba estudiar realmente, de hecho Scorpia era la que necesitaba ayuda.

Suspiró, de verdad se alegraba por ella, pero le hubiera servido su ayuda en biología. Abrió los libros y su cuaderno con resignación. Estaba tan ensimismada que no se fijó en quién se sentó a su lado al rato después.

—¿Necesitas ayuda? —dijo una voz a su lado, sobresaltándola. Cuando Scorpia vio que era Perfuma casi se atraganta. Tragó saliva antes de hablar.

—Sí, la verdad es que sí. No soy tan buena en biología.

—Me imagino. Tienes suerte, soy bastante buena con química y biología. Te puedo ayudar.

—¿En serio? Gracias —contestó con timidez Scorpia. Estaba tan feliz por dentro, que en el fondo agradecía que Catra no hubiera aparecido. Por fin tenía una excusa válida para estar un par de horas con Perfuma, definitivamente le contaría todo al día siguiente a la morena.

En otro rincón de la academia, la directora, Ángela, cerraba su oficina extrañamente temprano para poder irse a casa. Al ver que aún era temprano, consideró en visitar a Castapella y Weaver, ya que tenía un par de horas libres. Le vendría bien un poco de relajo. No había tenido noticias de DT, y eso la tenía bastante nerviosa.

Su paradero siempre había sido desconocido, pero lidiar con un secuestro de parte del enemigo en aquel momento le era imposible. No tenía agentes disponibles y definitivamente no quería usar a sus alumnos. Glimmer no había tenido ninguna premonición aún, lo cual tampoco le ayudaba. Necesitaba alguna señal de que todo iría bien.

Mientras caminaba hacia la salida, recibió una llamada en su celular que no esperaba para nada, era DT.

—¿DT? ¿Eres tú? —dijo en tono preocupado.

—Sí, chérie. Lo siento por llamarte a tu teléfono personal, pero es importante —respondió en tono serio.

—No importa. Me tenías preocupada. ¿Averiguaste algo?

—Sí, y no te va gustar —Ángela suspiró antes de responder.

—¿Cuál es el problema?—preguntó.

—Tenemos un traidor, o mejor dicho, una traidora en nuestras filas.

—¿Cómo? ¿Quién?

—Entrapta, chérie. Al parecer se enamoró de un cazador. Y lo ha estado ayudando.

—No puede ser... Te llamo luego. Gracias por avisarme cuanto antes.

—Es un placer, chérie.

Al parecer, aquella noche no sería de placer, sino de trabajo, gracias a la noticia de DT.


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Nota de la autora: Perdón por la tardanza, se supone que actualizaría el viernes, pero no hubo tiempo :c Espero hayan disfrutado el capítulo, ¡dejen su estrellita si fue así! 

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