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-Agh no quiero, hoy no- Se quejaba una japonesa mientras se alejaba de su novia
-Vamos bebé, debes tomar tus pastillas
-Ya estoy harta de ellas Tzuyu-ah
-Pero son necesarias amor, Mina y Chaeyoung dijeron que debías tomarlas todos los días
-¿Y si me salto solo uno?- Preguntó la menor haciendo un puchero
-Eso debiste preguntarles a ellas
-No sabían que tan repugnantes eran estos medicamentos
-Tú decidiste iniciar el tratamiento
Y con esto otra media hora de discusión se aproximaba.
Sana llevaba cinco meses medicada bajo el mismo tratamiento que Jeongyeon había llevado para eliminar sus genes híbridos, la menor lo creyó fácil al principio ya que solo consistía en tomar una pastilla al día por algunos meses, el problema era que después de cinco meses consecutivos de serle fiel a la medicación comenzó a hartarse de la sensación de una pastilla atravesando su garganta, ya no era tan fácil como al principio y sabía que con el paso del tiempo lo vería aún más difícil, ¡Ya estaba harta de eso!
-Vamos bebé- Continuó intentando convencerla Tzuyu mientras la abrazaba por la espalda
-¿Que opinas sobre la cirugía plastica?- Preguntó la menor -¿Te molesta si decido hacerme una?
-Claro que no, es tu cuerpo, puedes decidir que hacer sin pedir mi autorización
-Bien, entonces quiero cortarme estas tontas orejas de perro- Respondió la menor apartandose del abrazo en el que Tzuyu la tenía
-Cariño no me refería a eso, ya tienes una medicación para quitarte las orejitas, vamos toma tu pastilla, haré lo que quieras después, lo prometo
-¿Lo que yo quiera?- Preguntó la menor acercandose a su novia nuevamente mientras sonreía de lado
-Si- Afirmó sin entender todavía a lo que su novia se refería
La menor sin pensarlo dos veces tomó la pastilla de la mano de su novia al igual que el vaso de agua que esta le ofrecía para ingerir dicho medicamento y dejándolo en la mesa aprisionó a Tzuyu contra una de las paredes del comedor
-Es tu turno de cumplir tu promesa- Canturreó con una voz ronca junto al oido de Tzuyu
-Sana ¿Qué estás haciendo?- Preguntó Tzuyu tomando a su novia por la cintura
-Prometiste que harías lo que quisiera- Respondió la menor inocentemente levantando la blusa de Tzuyu
-Espera, espera, ¿Qué fecha es hoy?- Preguntó preocupada la taiwanesa
-¿Ah?
-Mierda, hace seis meses tuviste tu último celo, estás... ¿Otra vez estás en celo?
-¡Ay no lo sé Tzuyu! Y sinceramente no me interesa, yo cumplí mi parte, ahora cumplirás la tuya- Sentenció la japonesa llevándose a Tzuyu prácticamente arrastrada hacia la habitación que compartían.
Una larga mañana las esperaba, Sana tenía problemas por resolver y ¿Quién era Tzuyu para negarle su ayuda?
Después de una alocada mañana ambas amantes disfrutaron de un cálido sábado entre las brazos de la contraria teniendo un maratón de Harry Potter reproduciéndose en la televisión.
Se sentía tan bien estar descansando junto a la otra, era una sensación tan hogareña y familiar a la que ambas se habían acostumbrado la cual no querían dejar de sentir jamás.
Todos los días se habían vuelto mejores con la compañía de la otra, Tzuyu apoyó a su novia a lo largo de su tratamiento hasta que esta logró superarlo, en menos de lo que se imaginaba había acabado su periodo de medicación, sus caninas orejitas habían desaparecido y gracias a la ayuda de Tzuyu el proceso para Sana fué más llevadero.
Ya no había nada que detuviera a Sana para continuar una vida al lado de su amada novia, a pesar de que Tzuyu le había asegurado que la aceptaba siendo híbrida Sana quería tomarse un tiempo para ser 100% humana y finalmente entregarle su vida a Tzuyu y ahora que el tratamiento había acabado la menor estaba ansiosa por ser parte de la vida de Tzuyu y que Tzuyu fuese parte de la suya hasta que la muerte las separe.
Se encontraban teniendo una cita a causa de estar cumpliendo 2 años de haberse conocido, Tzuyu le había dado la libertad a Sana de escoger el lugar en donde cenarían sin esperarse que la menor escogiera el lugar menos romántico que pudiera imaginarse.
Starbucks, el lugar donde provenía el pan del que tanto se había obsesionado Sana.
-Te dije que escogieras un lugar para cenar, no una cafetería cotidiana- Habló Tzuyu al ver a donde la había traido su novia
-Es que aún no has entendido porqué esto es especial- Afirmó la menor
-¿De que hablas?
Sana se levantó de su asiento frente a Tzuyu y tomó lugar a su lado volteando su cuerpo para poder mirarla de frente
-Cuando como ese muffin de chocochip es como si volviera en el tiempo, justo cuando fuiste a recogerme a la veterinaria. Cuando me rescataste y me llevaste estaba prácticamente muriendo así que no tuve la oportunidad de mirar el rostro de la persona que me había salvado la vida, pero cuando fuiste a recogerme al fin pude mirar los ojos de mi salvadora, ese pan significó mucho para mí porque fué lo primero que me diste tú personalmente de todas las cosas que a lo largo de este tiempo me has regalado, no te importó sacrificar tu último trocito de pan con tal de hacerme feliz y que yo lo disfrutara, es por eso lo tengo algo significativo.
Tzuyu se quedó en silencio después de aquello, no quería aceptar que estaba a punto de llorar al escuchar a Sana explicarle porqué amaba el muffin de chocochip así que quiso darle un toque divertido a la situación
-¿Tanto drama solo para decirme cuanto amas ese muffin?- Bromeó Tzuyu y Sana rodó los ojos
-Y luego dices que yo soy la anti-romantic
Tzuyu no pudo aguantar la risa y con nostalgia abrazó a su novia.
Para Sana ella había sido su salvadora pero Tzuyu sentía totalmente lo contrario, ella sentía que Sana era quien la había salvado, si ella no hubiese llegado a su vida probablemente seguiría llorando por Elkie mientras se ahogaba en alcohol, antes de la llegada de Sana Tzuyu pasaba sus noches de sábado en el mismo bar barato cercano a su casa y ahora gracias a su novia este nocturno sábado estaba disfrutando de un rico café caliente y un muffin de chocochip al lado de la chica con quien quería pasar el resto de su vida.
Entre las risas no pudo aguantar que las lágrimas de felicidad escaparan de sus ojos, tenía planeado hacerle la pregunta al final de su cita pero es que ya no podía esperar más, quería a Sana tanto que ni ella misma sabía cuanto así que sorbiendose los mocos se separó del abrazo que compartía con su novia y se levantó de la mesa. Sana estaba confundida, no tenía mucho que llegaron y ¿Tzuyu ya quería irse?
Estaba realmente confundida cuando la voz de Tzuyu la sacó de sus pensamientos
-Sana- Habló la menor comenzando a arrodillarse
Tzuyu siempre tan descuidada, obviamente debía atarse las agujetas antes de irse, pero ¿Por qué se iban tan rápido?
Nuevamente la menor fué abruptamente sacada de sus pensamientos al sentir su mano ser sostenida por la de Tzuyu mientras la mayor seguía arrodillada
-Princesa...- Un silencio se volvió a instalar entre ellas -Diablos no sé que decir, lo practiqué pero me olvidé de todo.
Sin acerlo más de emoción Tzuyu sacó del bolsillo de su sueter una pequeñá cajita de terciopelo rojo y volvió a hablar
-¿Te gustaría ser mi esposa?
Y Sana lloró.
Lloró con más intensidad que cuando Tzuyu golpeó su codo con la puerta del refrigerador pero con la única diferencia de que ahora había una sonrisa adornando su rostro.
Sana no pudo evitarlo y se levantó de su silla sin soltar la mano de Tzuyu para arrodillarse frente a ella y abrazarla susurrándole al oido.
-Ponme ese anillo ahora y terminemos de celebrar en la casa
Otra vez Tzuyu comenzó a reir y dió un leve golpecito al hombro de su ahora prometida.
Tomaron sus cafés y panecitos de la mesa para salir de la cafetería e ir a casa compartiendo cómplices risitas como un par de adolescentes.
Disfrutanto de la noche.
Solo Sana y Tzuyu.
No sé a ustedes pero cuando ya estoy acabando una historia y leo el prólogo o partes del principio me da como nostalgia.😭
Tomen un cerdito.🐷
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