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Sana al escuchar aquello abrió lentamente la puerta para salir con la cabeza gacha, tenía vergüenza de mirar a Tzuyu a los ojos pues sentía que la había prácticamente obligado a ceder.
-Lo siento, puedo simplemente dormir, no tienes que hacerlo Tzuyu- Aclaró la menor intentando solucionar aquello
-Pero lo quiero hacer- Respondió la taiwanesa tomando a Sana de la mano para acercarla a ella
Sana no respondió a eso simplemente miró a los ojos de Tzuyu para abrazarla por los hombros, la mayor la tomó por la cintura y la cargó haciendo a esta enredar sus piernas al rededor de su cadera.
No quería perder el tiempo por dos razones, la primera, Sana necesitaba ese orgasmo lo más pronto posible y la segunda, ella realmente quería dárselo.
Caminó a paso rápido hacia su habitación hasta llegar a su cama en donde acostó a Sana para después posicionarse entre las piernas de esta notando como su menor temblaba levemente al sentir la cercanía de ese momento.
-Relajate, te prometo que vas a disfrutarlo más de lo que te imaginas.
Sana asintió recibiendo un beso por parte de la taiwanesa, mentiría si dijera que no le gustó pues a pesar de su torpeza por ser el primero Tzuyu por su parte era realmente buena en eso, sintió la lengua de la mayor acariciar su labio inferior y la mano de esta apretar su quijada levemente lo que ocasionó que por instinto abriera la boca sintiendo la lengua de la mayor aventurarse dentro de su cavidad bucal.
Tzuyu con cuidado comenzó a quitar los botones de la camisa de Sana para después sacársela completamente mirando aquel sensual sostén de encaje rojo vino que tanto se había negado a comprar aquel día, tomó el botón del pantalón de Sana quitándolo ágilme para después bajar su cierre y deshacerse de aquella prenda encontrándose con esas bragas del mismo estilo que su sostén las cuales evidentemente ya se encontraban empapadas
-Tienes que decirme si en algún momento te duele o quieres que me detenga ¿Está bien?- Preguntó Tzuyu recibiendo un asentimiento como respuesta
Lentamente comenzó a bajar las bragas de Sana por sus delgadas y pálidas piernas maravillandose de aquel manjar que se revelaba frente a sus ojos, los fluidos de la menor eran abundantes ocasionando que a Tzuyu se le aguara la boca con solo verlo por lo cual sin poder esperar más acercó su rostro al palpitante sexo de su menor sintiendo el delicioso sabor de aquel dulce nectar que Sana le estaba regalando.
Su lengua se movía de arriba hacia abajo intentando tragar todos los fluidos que salían de su exquisita vagina, era simplemente delicioso, pero Sana quería más, no era suficiente aquel toque superficial por lo cual tomando el cabello de Tzuyu entre sus manos empujó su cabeza más cerca de su sexo sintiendo la suave lengua de la mayor penetrarla al fin, todo era tan exitante, jodidamente placentero y Tzuyu parecía tener mucha experiencia haciendo aquello ya que todos los movimientos que daba su boca hacían a Sana perder la cabeza.
Después de unas cuantas lamidas más Tzuyu reemplazó el trabajo de su boca con uno de sus largos dedos acariciando primeramente los labios vaginales de la menor para después comenzar a introducir lentamente aquel dedo juguetón y empujar suavemente las paredes de Sana.
La pequeña no dejaba de gemir por lo cual Tzuyu temió que su garganta fuera a lesionarse así que se acercó a la boca de la japonesa para iniciar otro apasionado beso mientras seguía penetrándola constantemente con un dedo.
Supo que su índice se había vuelto insuficiente cuando Sana acercó su mano a su propia intimidad y comenzó a frotar torpemente su clítoris mientras balanceaba sus caderas contra la mano de la mayor por lo cual esta estiró su largo dedo medio y aprovechando el abundante lubricante natural que salía de Sana comenzó a penetrarla con aquel segundo dedo escuchando un grito de placer colarse en medio de aquel beso que solamente detenían para respirar.
Cuando la mayor sintió las paredes de Sana abrazar sus dedos con más fuerza supo que esta estaba a punto de llegar a su tan ansiado orgasmo por lo cual comenzó a curvar sus dedos en busca del punto dulce de la pequeña el cual no le tomó nada en encontrar y lo presionó escuchando a Sana gemir incoherencias con cada bombeada que daba a su apretado y húmedo interior.
Después de aquellas contracciones abundantes fluidos empaparon su par de dedos pero al haber sido demasiado su mano entera terminó mojada por todo aquello, obviamente no desperdiciaría aquel delicioso nectar que Sana le había regalado y comenzó a lamerlo deseando más cuando su mano quedó totalmente limpia.
Acercó una vez más su rostro al sexo de la menor bebiendo de aquel sabroso liquido que provenía de ella para al final dejar un beso en su centro y subir finalmente hasta su boca besándo sus labios con menos lujuria y más amor.
Tzuyu se acostó al lado de la menor acariciando suavemente su cabeza esperando a que Sana se recuperara de aquel orgasmo.
-Gracias- Rompió el silencio la menor después de un rato
-No tienes nada que agradecer, sabes que haría lo que fuera por tí
-Te quiero mucho Tzuyu y en serio estoy muy agradecida
-Yo también te quiero mucho Sana, esto es lo menos que podía hacer para demostrártelo, además... Yo también lo disfruté- Confesó depositando un beso a la cabeza de la menor
Dicho esto un silencio se instaló por un rato en la habitación hasta que Sana decidió romperlo.
-Yo... Quería que... Ahm... Quiero decirte que.. Yo...
-¿Qué pasa pequeña?- Preguntó la mayor con cariño un poco confundida por su repentina timidez
-Los animales simplemente procrean y continúan con sus vidas ¿Sabes? Pero las personas tienen parejas y ahora yo soy uno... No quiero comprometerte a nada y está bien si no quieres pero... Esto es algo de parejas, lo he visto en muchas películas contigo y sinceramente no me gustaría que nuestra primera vez fuese la última
-¿Hablas sobre... Ser una pareja?
-¡Sí! Bueno no... Es decir, solo si tú quieres- Se apresuró en aclarar
-Pero claro que quiero hermosa, definitivamente quiero ser tu pareja- Aseguró abrazándola con más fuerza.
-¿No te molesta que yo sea un animal?
-No eres un animal Sana- Negó rápidamente la mayor -Eres mi persona favorita
-¿Y si eso acaba? ¿Y si me vuelvo un perro de nuevo?
-Entonces veremos que pasa pero mientras tanto no tenemos porqué pensar en ello ¿Ok?
-Entonces ¿Aceptarías ser mi pareja?- Preguntó la menor llena de esperanza
-Por supuesto que sí pequeña, sí quiero ser tu novia- Respondió besando a su ahora novia para después cubrirla con una manta y dormir a su lado.
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