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—Azami, Hanako, Kaori, Sana, Sachiko... Sana, definitivamente ese será, los demás son muy complicados que probablemente los olvidaré— Pensó la taiwanesa cerrando su portátil después de varías horas buscando un nombre adecuado para su nueva bebé.
Al mirar la hora notó que realmente había pasado más tiempo del que creía y ya estaba por anochecer así que se levantó de su sillón y se colocó un suéter para posteriormente salir en dirección a la veterinaria de sus amigas no sin antes pasar por un café y un pan ya que al estar tanto tiempo buscándole un nombre a su mascota olvidó almorzar.
Al llegar volvió a saludar a su amiga encontrando a su cachorrita totalmente limpia y mucho más bonita con un moñito rojo en la cabeza tal y como lo había pedido.
—La alimenté después de bañarla, realmente estaba muy hambrienta— Anunció Jeong a Tzuyu quien aún no acababa su pan.
La perrita al ver a Tzuyu comiendo algo se acercó a ella y comenzó a aullar pidiéndole de lo que comía a lo cual la taiwanesa rió y le entregó el pedacito de pan que le quedaba.
—Dame una bolsa de croquetas para cachorro, llevaré juguetes, ropa y platitos para mi pequeña, también necesitará una cama y... ¿Podrías personalizarme un collar para ella?
Jeongyeon rió
—A este paso esa cachorra terminará viviendo mucho mejor que yo— Bromeó la mayor sorprendida por todo lo que Tzuyu estaba ofreciendole al animalito.
Al llegar a casa Tzuyu dejó su suéter en el perchero y sus zapatos en la entrada para caminar con dificultad hasta la sala a causa de las bolsas con todo lo que había comprado para su nueva mascota.
Quitó la cadena del collar de Sana y comenzó a sacar las cosas de las bolsas una por una poniendo croquetas y agua en los platitos de Sana. Tomó uno de los mini suéteres que había comprado y se lo puso a la pequeña cachorra para después sacar un colchoncito de la bolsa junto a una pequeña manta y llevarla a su habitación, no dejaría a Sana durmiendo sola en la sala, claro que no.
Caminó hasta su habitación con Sana tras ella y puso el colchón al lado de su cama sonriendo al ver a Sana acostarse sobre él.
Cuando fue al baño con la intención de tomar una ducha Sana la siguió, intentó sacarla del baño pero cada vez que volvía a entrar el pequeño animalito iba tras ella, después de varios intentos por dejarla fuera terminó dandose por vencida dejando a Sana quedarse sentada en un rincón del baño hasta que terminó con toda su rutina nocturna.
Cuando salió llevó a Sana a su colchón para por fin apagar la luz y acostarse en su cama pero al hacerlo sintió a la cachorra brincar para posteriormente acostarse a su lado, Tzuyu gruñó y bajó a la pequeña de su cama acostándola en donde debía pero segundos después la cachorra volvió a subir a su lado, Tzuyu la bajó, estuvo haciendo lo mismo varías veces hasta que se desesperó y encendió la luz llendo hacia la sala para traer la jaula de Sana y meterla ahí junto con su camita, después de aquello apagó la luz y se acostó sonriendo creyendo que le había ganado a la cachorra.
Pero su sonrisa se borró al oir los fuertes aullidos de su mascota pidiendo salir de la jaula, Tzuyu se tapó los oídos con la almohada pero la cachorra no parecía tener ni las más mínimas intenciones de ceder por lo cual aumentó el volumen de sus aullidos hasta que Tzuyu gritó
-¡AHG! ¡Está bien!- Y con esto encendió la luz dejando a Sana salir de la jaula y verla subir a su cama.
Tzuyu a regañadientes se acomodó al lado de su cachorra para después sentir a esta acostarse sobre ella y seguido dejar una lamida en su cuello.
—¡Iuhg, Sana!— Regañó riendo ante la muestra de afecto de su mascota.
Después de aquello la noche transcurrió tranquila, Sana parecía ser realmente abrazable para Tzuyu y los brazos de Tzuyu eran demasiado cómodos para Sana.
A la mañana siguiente cuando Tzuyu despertó su cachorra seguía durmiendo a su lado, por lo cual se levantó de la cama sin despertarla y fué directamente a la cocina para prepararse el desayuno.
Mientras hacía unos panqueques sintió las patitas de Sana tocar su pierna intentando captar su atención.
—No pequeña, tú tienes tus croquetas— Le habló tiernamente.
Estaba a punto de continuar preparando más panqueques hasta que escuchó un pequeño aullido de Sana y miró sus ojitos de cachorro suplicante.
—Demonios, ¿Por qué siempre te sales con la tuya?— Preguntó para después llevar un panqueque hasta el plato de Sana.
Minutos después cuando la cachorra acabó de desayunar Tzuyu la tomó en brazos y se sacó una selfie con ella para publicar en sus redes sociales si alguien había perdido a esa cachorra.
La mañana de ese sábado transcurrió tranquila pero, como era costumbre para Tzuyu desde hace un par de meses, por la noche iría a un bar que quedaba cerca de su casa para ahogarse en alcohol mientras se lamentaba la ruptura con su exnovia Elkie.
Aquello la traía muy mal ya que a pesar de llevar 3 años de relación le habían puesto los cuernos de una manera muy descarada.
Al caer la noche ni siquiera se molestó en buscarse ropa decente para ir al bar, simplemente se colocó unos jeans y una sudadera muchas tallas más grandes a la suya.
Abandonando a su pequeña mascota en su casa emprendió camino al bar para alcoholizarse en compañía de la soledad.
No supo como ni cuando pero logró levantarse del asiento del bar para continuar su camino hasta su casa.
Sana al verla llegar se emocionó de tener a su dueña en casa nuevamente pero cuando quiso ir con ella la contraria solo la ignoró y caminó hacia su habitación cerrándole la puerta en la cara a Sana, la taiwanesa empujó la puerta demasiado fuerte que esta terminó rebotando abriéndose nuevamente dando paso a la pequeña Sana quien continuó su camino para llegar junto a Tzuyu.
La cachorra estaba tanto asustada como preocupada por ver a su dueña de esa manera así que corrió para meterse entre las sábanas de aquella chica y dormir a su lado, Tzuyu lucía triste y eso la entristecía a ella también.
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