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III Propuesta 1/2

Narrador omnisciente

El pelirosa llegó hasta la oficina de la directora y tocó la puerta, estaba entre fastidiado por tener que hablar con una humana interesada y divertido, porqué jugaría con ella.

- Adelante- la voz de la mujer se escuchó del otro lado. El hombre entró a la oficina captando automáticamente la mirada de la mujer.

- Buenos días- saludo la maldición.

- Por favor, tome asiento- dijo señalando la silla del otro lado del escritorio. El hombre se sentó y miro a la mujer- Bien, gracias por venir- dijo.

Aún así el tono coqueto se notó, haciendo que la maldición sonriera de lado divertido. Eso no pasó desapercibido por la mujer quien se mordió el labio.

- No hay de que- respondió con la voz ronca para provocar a la mujer- ¿Qué paso con exactitud? Para que me citará.

- Etto, es con respecto a su hija- dijo la mujer. La maldición no pasó desapercibido que el cuerpo de la mujer había empezado a tomar temperatura.

- ¿Qué paso con ella?- pregunto haciendo de cuenta que se ponía serio, la mujer iba a seguir hablando pero el teléfono del hombre sonó. Saco de su bolsillo el teléfono de última generación- perdone, puede ser algo importante.

- No importa, léalo tranquilo- dijo la mujer. Lo único que se venía a la mente era que seguramente el hombre sería un excelente suggar Daddy.

El mensaje era de su secretaria. Bueno. De secretaria había puesto a su reíana para tenerla más cerca y si era necesario viajar, lo haría con ella.

- Perdón, tengo una reunión importante- dijo la maldición.

- Oh, no hay problema. Puedo hablar con la madre- dijo la mujer.

- No se preocupe, puede venir mañana a la oficina, podremos hablar mejor y en privado- dijo coqueto- le diré a mi secretaria que la llame y arregle horario.

- Esta bien- la mujer se ruborizo.

- Bien, si me disculpa debo irme- se levantó despidiensdose para luego marcharse con una sonrisa de diversión.

Narra Tn

Llegué a la oficina y prepare los papeles. Lleve a las maldiciones hasta la oficina de reuniones principal y me resulto raro el que todavía Sukuna no estuviera.

Le mande mensaje y espere a que llegará. A los minutos el ascensor se abrío dejando paso a la maldición. Quienes estaban cerca y verlo o siquiera notarlo, automáticamente se arrodillaban.

Llego hasta a mi y le pase su lanza, este la tomo y comenzó a desabrochar su camisa, me la dio y la doble. Le pase unas vestimentas y se dirigió al vestidor.

- Ya me preocupaba que había mucho tránsito- murmure- aún así al reducirlos temblaban- dije riendo.

- Lo que pasó fue que la directora de la escuela quería hablar conmigo- contestó, salió del vestidor con su forma original, los cuatro brazos, ojos y altura.

- ¿Qué paso?- pregunté. Comenzamos a caminar hacia la oficina y antes de entrar paro su andar para verme.

- Organiza un horario para que venga a la oficina- dijo mientras nos acercabamos más al lugar de la reunión- tu eres mejor hablando con humanos- murmuró último.

- De acuerdo, organizare el horario de mañana y llamaré a la escuela- dije anotandolo en la libreta.

- Bien- sin decir más nada el contrario se adentro hacia la sala de reuniones. No se veía hacia el otro lado, tampoco se escuchaba ya que era insonora.

Suspire y me acerqué hacia el escritorio que tenía. Organice algunas reuniones de hoy, y de mañana buscando algún punto sin nada. Por suerte había uno.

- Su majestad- la voz de Uraume llegó a mis oídos. Levanté la cabeza y allí estaba.

- Buenos días Uraume- dije con una sonrisa- ¿Qué necesitas?- me paso unas dos cajas envueltas con papel negro y listón rojo- ¿Qué es esto?

- Sukuna-sama me dio la orden de dárselo para hoy- fijo con tranquilidad- yo me quedaría a cuidar de la princesa Den mientras ustedes iban a la reunión con parte de la mafia de los humanos- explico.

- Hoy no hay reunión con ellos- dije con duda, revise el horario y no encontré nada- Que...- me fui interrumpida por el teléfono sonando.

-Con permiso- el joven, no tan joven, se alejó luego de dar una leve inclinación, tome las cajas y las deje a un costado para luego atender el teléfono.

Mientras hablaba por este, llegó un correo al meil, por los ir lo abrí y allí se encontraba un invitación a una reunión formal con varias personas de la mafia. Y para ser poco, la usuaria maldita que se encargaba de parte del papeleo, trajo lo que era el correo.

En definitiva el sobre rojo que daba invitación a esa "Reunión" estaba allí en forma física. Suspire y tuve que cambiar varios horarios organizados para ese día.

Hice algunas llamadas y organice algunas cosas, por último había llamado a la escuela para arreglar el horario de la reunión, pero con el pequeño detalle que no había dicho sobre que yo, era la madre de Den.

A los minutos la reunión en la sala de conferencias termino y varias maldiciones de grado especial salieron de allí. La mayoría temblando y otras no tanto. Me adentre a la sala jugando con el sobre en mis manos, no me resulto para nada raro ver lo que era una maldición evaporandose en el aire.

- ¿Tenías cosas planeadas sin avisarme?- dije pasandome el sobre, sonrió con diversión. Su cuerpo estaba en su forma original por lo que media un aproximado de dos a tres metros, parecía una niña a comparación suya.

- Tal vez- murmuró- ¿te llegó lo que le di a Uraume?- pregunto, estaba sentado en una silla del suficiente tamaño para su cuerpo original, parecido a un trono.

Sonreí y me senté en su regazo, no tarde en sentir dos de sus manos rodearme la cintura y apretar levemente, me alzó levemente para que quedará más cerca de su rostro.

- Si- respondi con una sonrisa- entonces~ papi quiere que vaya con él a una reunión con la Mafia- dije cantando divertida.

Con una de sus manos sobrantes, hizo un movimiento y automáticamente las puertas del sitio se cerraron y el tic del cerrojo se escuchó.

- Entre otras cosas que deseo hacer contigo- sin soltar mi cintura, otra de las manos se dirigió a mi cuello el cual apretó levemente. Tranquilamente con el tamaño de esta y su fuerza podía romperla con tranquilidad.

- ¿Y porque no las haces?- pregunté lasciva. Me sonrió para luego lamer mi cuello, me estremeció por el tamaño de si lengua.

- Las guardaré para más tarde...

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