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vi. before Viktoria.

      
🌼 ፧ CAPÍTULO SEIS:
antes de Viktoria. 🌾

ANTES DE QUE VIKTORIA fuera su entrenadora hubo otra mujer quien casi destruyó a Idara sin piedad alguna. April Lee, aquella mujer castaña destruyó la confianza de Fowler por completo. Sus padres creían que era la mejor ya que tenía buenas referencias... Pero la verdad era otra por supuesto.

— Idara, has actuado de una manera que me dan ganas de ponerme una pistola en la boca y dispararme mil veces. — Aquella mujer era tan dura con sus comentarios la mitad de veces eran así o aún peores, la pequeña rubia agachó la cabeza. — Además, ¿Has engordado? ¿Por eso has caído en ese salto? ¡Te dije mil veces que siguieras tu dieta! Si sigues así vas a ser una perdedora.

Dicha mujer que alguna vez fue patinadora pero jamás una de las mejores, April Lee luego de fracasar aumentó considerablemente de peso, sin haberlo decidido se refugió en la comida. Idara sentía que se desquitaba con ella por fracasar.

— Yo no fracasaré como usted lo hizo porque no soy igual a ti. — Comentó Idara en un susurro que la mujer escuchó.

La mayor se acercó con una rabia que emanaba de su cuerpo y le proporcionó la cachetada más fuerte que pudieron darle en su vida, ni siquiera su madre era capaz de pegarle de este modo. Lee tomó la muñeca de Idara fuertemente cortándole la circulación.

— Escucha niñita. — Idara estaba cabizbaja reteniendo sus lágrimas que amenazaban con salir. — Mírame a los ojos cuando te hablo, Fowler. — Ordenó la mujer mientras Idara no aceptaba sus órdenes. April soltó su muñeca de manera brusca, ejerciendo fuerza en su mandíbula haciendo que dirigiera su mirada hacia ella. — Siempre serás un fracaso si no fuera por mi, ya estarías fuera de todo esto así que te recomiendo que dejes de comer y bajes de peso. Si les dices esto a tus padres, seré mucho peor contigo, no tendré piedad hacia tu persona.

La mujer se fue dejando a una Idara con el corazón en la mano. ¿Cómo alguien adulto podría estar tan podrido por dentro? Necesitaba calmarse, sus padres vendrían pronto y no podían verla de este modo, si no, todo sería mucho peor.

« Vamos Idara, debes calmarte. Respira profundamente. Uno, dos, tres... Tú puedes, se animó a si misma. »

El abuso emocional y mental de Idara cada vez fue mucho peor, la mujer la tenía bajo peso, le prohibía comer. Fowler sentía que se desmayaría en todas sus presentaciones, veía todo a su alrededor borroso. Idara no podía verse al espejo, cada vez más se notaban sus costillas, April Lee estaba consumiendo su niñez a costa de su propia integridad.

Cameron Kweller notó esto, un día que estaban jugando a las peleas empujó a Idara quién tropezó y cayó de rodillas, en ese momento el castaño escuchó crujir todos los huesos de la chica. Idara lloraba escondiendo su cara entre las piernas.

— Lo siento, Dara. Lo siento mucho, perdóname por favor. — Rogó el chico, agachándose abrazando a su amiga.

La chica levantó su cabeza mostrando su rostro llenó de lágrimas. — No es tu culpa, Cam. Estoy muy débil.

No era broma, cada día estaba más pálida al no consumir la suficiente comida.

— ¿Por qué? — Musitó el chico, perdiéndose en esos brillosos ojos que reflejaban dolor.

— Ven, tengo que mostrarte algo. — Cameron ayudó a la chica a levantarse, ella lo llevó de la mano hasta el baño y cerró la puerta. Fowler se levantó la polera mostrándole sus costillas sobre salientes y moretones, los ojos del castaño se pusieron cristalinos, en ese momento sus lágrimas caían. No podía ver a la persona más importante de su vida en ese estado.

— Idara... ¿Por qué tienes esos golpes? ¿Quién fue? — Cameron se acercó a ella, invitándola a sentarse en el suelo.

La nombrada comenzó a temblar en cuanto escucho la pregunta de Cameron, corría riego si le decía el nombre. — No puedo decirte porque dijo que me haría daño.

— Idara, te preguntó nuevamente. ¿Quién fue? — Cameron colocó su mano sobre la de Fowler.

— Fue April.

— ¿Tu entrenadora?

— Sí, Cam. No doy más, esa loca todos los días me deja sin comer cuando voy a entrenar, me golpea si hago un salto mal. No siquiera voy a entrenar, literalmente pareciera que soy su saco de boxeo andante. — Kweller se acercó a la chica dándole un abrazo.

Ese abrazo para ambos se significó muchas cosas, una amistad que sería sumamente importante como también fue el comienzo de los sentimientos de Idara hacia Cameron. Él no podía creer que alguien era capaz de lastimar a Idara, sabía que ella no merecía esto ni nadie merecía ese trato. Kweller se prometió en ese momento proteger a Idara de todo aquel que quisiera dañarla... Tendrían que pasar por el primero antes de tocarla.




( . . . )


 

Cameron se armó de valor para contarle la situación a Camille y Dominic Fowler, debía hablar con fundamentos esta acusación era bastante grave. Esperaba de todo corazón que los mayores le creyeran. Una vez en la puerta suspiró y dio dos golpes nervioso, unos segundos después le abrió la madre de Idara.

— ¡Cam! Pasa, pasa. — La mujer lo invito a entrar, una vez dentro de la casa le preguntó. — ¿Qué haces aquí, Cam? Idara esta entrenando con April.

— Lo sé, por eso mismo estoy acá. ¿Podría llamar a Dom? Hay algo que deberían saber.

Camille al notar su manera de hablar se preocupó, supo de inmediato que algo estaba saliendo muy mal y ellos no tenían la menor idea. La mujer asintió, yendo a buscar a su marido, el cual estaba trabajando en su computadora.

— ¿Quién era? — Dijo el hombre aún mirando la computadora, escaneó a su mujer quién tenía un semblante serio. — ¿Qué sucedió, cariño?

— Cameron necesita hablar con nosotros, creo que es urgente amor. —La mujer comenzó a temblar imaginándose miles de situaciones que pudieron haber ocurrido. — Espero que no le haya sucedido nada a Idara.

Dominic la enterró en su pecho, la mujer al oler la fragancia de su perfume obtuvo un poco de tranquilidad, el mayor la alejó y tomó su mano para depositar un beso.

— Vamos.

Ambos bajaron las escaleras tomados de las manos con el miedo de que le hubiera sucedido algo malo a su amada hija. Cameron estaba en el sillón de la sala, moviendo sus piernas con bastante nerviosismo, rompería los corazones de los padres de Idara pero era por mejor, esto debía parar. La pareja de casados se sentó afrente del chico observándolo atentamente.

— Idara me pidió que no dijera nada pero debo hacerlo, ella no merece esto. El fin de semana estábamos jugando a las peleas, empujé a Dara y ella cayó. Sé que estarán pensando, ¿para esto los reuní? Cuando cayó sus huesos crujieron, ella empezó a llorar, yo pensé que la había empujado muy fuerte, casi me muero si hubiera sido yo. Pero ella insistió que no era mi culpa, me llevó al baño y vi todo. — Cameron comenzó a quebrarse, soltando lágrimas las cuales caían rápidamente por su rostro.

Camille y Dominic estaban aterrorizados, tenían el corazón en las manos. No era normal ver al mejor amigo de su hija llorar por ella, en su mismo sofá.

— ¿Viste qué? — Soltó Camille, su corazón estaba más rápido como si hubiera corrido un maratón.

— Idara me mostró su cuerpo y... Estaba todo golpeado, vi bastantes hematomas de distintos colores, mi corazón se rompió, ¿saben? — Cameron tenía nublada la vista con sus lágrimas, trataba de limpiar estás pero volvían a aparecer.

— ¿Quién fue? — Cuestionó Dominic, Camille estaba llorando aferrada a su esposo mientras él estaba apretando sus puños de la cólera.

— Fue April Lee, su entrenadora. — Reveló de manera segura Cameron y Camille levantó su mirada incrédula.

— ¿Qué?

— Lo que escucha, ¿Se han dado cuenta que Idara está muy delgada? — Los mayores asintieron. — Yo no me había fijado hasta que ella me contó.

— Sí, lo notamos pero no nos habíamos preocupado porque creíamos que era parte de su patinaje.

— April deja a Dara sin comer por todo su entrenamiento, la golpea si falla un salto, fue capaz de amenazarla si les contaba a ustedes. La integridad física y sociológica de ella está en peligro, tenemos que detener a esa mujer.

— Debemos ir por la policía.

Los huesos de su mejor amiga estaban débiles, debido a eso se provocaría una gran tragedia.



 

( . . . )


 

— Usted dijo que hiciera este salto. — April se acercó a grandes zancadas golpeando la parte izquierda de su costilla.

— Cállate. Eres insoportable, ¿Lo sabías? ¿Cómo tus padres te toleran? Te habría dejado de entrenar hace bastante tiempo, solo lo hago porque me pagan.

Idara agachó la cabeza, el golpe dolía bastante se subo en el lugar que había sido golpeada.

« No digas nada si no te volverá a pegar, aguanta Idara, pensó ella tratando de animarse a la vez. »

— Intenta nuevamente el salto, si vuelves a caer te castigaré. — Al oír las palabras de April volvió a intentar el movimiento pero fracasó en el intento. — Así dices que no fracasaras ya eres una fracasada. Dios mío, dame cinco minutos porque hasta me da vergüenza entrenarte.

April Lee se marchó enfadada del lugar e Idara saco sus patines en cuestiones de segundos corrió al baño, se encerró en este. Cerró la tapa del inodoro, sentándose comenzando a llorar, se refugió en sus piernas tratando de buscar calor humano.

— Vamos Idara, deja de hacer las cosas mal. Si sigues así serás siempre fracasada e idiota, no puedes... — musitó llorando la rubia, estaba tan cansada sentía que su cuerpo pronto entraría en colapso.

¿Cómo no lo estaría? Si su entrenadora no la trataba como una persona, la trataba de muchas maneras pero nunca como un ser humano, incluso estaba segura que ella vulneró todos sus derechos como un civil. Nunca supo la razón del odio de Lee hacia ella, no recordaba mucho cuando iniciaron.

Al principio April era una persona bastante exigente por eso tenía buenas referencias, en ese momento nunca le puso un dedo encima, hasta cuándo se volvió la mejor del país y todo cambió. La mujer le decía nombres despectivos, no existía un buen trato, varias ocasiones la humillaba frente a las demás participantes. Cuando golpeó a Idara la pequeña no podía creerlo, no dijo ninguna palabra hasta que comenzó a ser un hábito la zamarreaba, la trataba con una brutalidad que no se debía tratar a un menor después se convirtió en abuso infantil. Cuando le contó a Cameron sintió un gran alivio, al menos tenía el apoyo de una persona que sería más especial que su mejor amigo... A veces cuando estaba con él, su corazón comenzaba a latir con rapidez como si tuviera mariposas revoloteando en su estómago, el siempre estaba para ella en todo momento eran como uña y mugre.

Idara se tranquilizó solamente pensando en su amigo, lástima que eso no duraría mucho.

Ya habían pasado los cinco minutos.

Oh, Idara.

Ten cuidado.

Por otro lado April Lee esperaba impaciente que la rubia saliera del baño, no toleraba la impuntualidad sobre todo de la inmundicia de ser humano que estaba bajo su entrenamiento.

« Yo debería haber sido la mejor del país no la imbécil de Idara, todo ese reconocimiento debería ser mío. Yo soy la mejor, nadie más que yo... La gran ganadora April Lee campeona nacional. Esta pendeja no merece lo que es mío en cambio yo si me lo merezco más que nadie, pensaba April. »

Al estar inundada en sus pensamientos April caminaba por el sitio dirigiéndose al baño sin importar nadie a su paso, cuando en su rango de visión apareció el baño sonrió de manera psicótica, una sonrisa escalofriante. Se dirigió cerrando de manera agresiva los baños por dentro colocándole pestillo, Idara llegó a sobresaltar por aquella acción hasta que supo lo que verdaderamente venía... Como si de cámara lenta se tratase vió asomarse los tacones de Lee en la puerta del baño, tragó en seco escuchando solamente a mil por hora los latidos de su corazón.

Se escuchó un gran estruendo, la patada de la mujer hacia la puerta hizo que la puerta de abriera a pesar de tener el seguro puesto, agarró del cabello a Idara lanzándola por el baño.

— Te retrasaste Idara por unos segundos, sabes que odio eso. ¡Lo odio! — Gritó la mujer su mirada sombría llena de envidia se posó sobre la muchacha. — Ven, Idara.

— No quiero... — Susurró Idara tratando de esconderse pero resultaba imposible.

— Ven para acá, no lo repetiré por tercera vez.

— ¡No quiero! — Gritó Idara mientras sus lágrimas caían de manera feroz por su rostro. La manera de April dirigirse a Idara la asustó bastante. — ¡Estoy harta de todo esto! Usted todos los días me golpea y ya me harté contigo April Lee. Eres una psicópata, no tengo la menor idea de tu estúpida obsesión de golpearme todos los días, ya no doy más, le doy las gracias a Cameron que me dio las fuerzas para enfrentarte y decirte que ya no te quiero como entrenadora nunca más. He finalizado contigo, Lee.

Se dirigió a la puerta de salida fallando en el intento ya que la mujer empujó su cabeza contra el vidrio haciendo que este estallará en mil pedazos, se acercó a la chica que permanecía en el piso con bastante sangre cayendo de su rostro y cabeza. Tomó sin cuidado el rostro de Idara clavando sus uñas en las mejillas, sin piedad.

— No lo permitiré porque gracias a mi estás en la cima, todo gracias a mi. ¡Debería ser yo quién fuera la mejor del país, no tú una escoria! Esto es mío, es lo que me merezco. — Sonrió, imaginando estar en las campeonas nacionales. — Ni tú ni nadie me va a quitar lo que me pertenece Idara, ni siquiera por toda la fuerza que te haya dado tu mierda de amigo, Cimirin. ¿Además crees que ese chico podría fijarse en ti? En una fracasada e inútil que está gorda y no siquiera sabe saltar bien. — La menor tapaba sus oídos intentando no escuchar el veneno de la mujer pero estaba siendo imposible, estaba cayendo igualmente en el odio. — ¡Das vergüenza ajena por el amor de Dios! Te detesto Fowler, eres la mayor mierda que he conocido en todos esos años de mi profesión.

Idara se reincorporo rápidamente. — ¡La única fracasada es usted, le recuerdo que usted fue la que fracasó en patinaje y subió de peso! No me interesan sus palabras de mierda porque sé que no es verdad. — mintió, la verdad es que si lo creía pero no sé demostraría débil otra vez frente a esa mujer. — Ya le dije que esto se terminó, por fin seré libre de sus garras de demonio que tiene.

— No serás libre, Fowler. — Musitó la castaña, esta vez se vendría su venganza y a ese paso nadie podría detenerla.

Golpeó sin parar a la chica en su rostro a pesar de que Idara intentaba cubrirse esto no estaba sirviendo de mucho casi de nada ya que cuando explotó el vidrio contra su cabeza tenía bastantes enterrados en su cabeza y dolía bastante. Fowler cayó al piso comenzando a ser pateada, golpeada, incluso humillada, los golpes de Lee estaban dejándola sin respiración y sinceramente su mundo ya comenzaba a dar vueltas. La pérdida de sangre estaba comenzó a afectarle más rápido de lo que creía, ya que no estar comiendo lo suficiente estaba afectando bastante su organismo, sus extremidades no pudieron seguir defendiéndose sintiendo cada uno de los puños dirigidos a su rostro.

« Gracias mamá, papá, Cameron, Brin y abuelita de Cam por haber sido las personas más importantes de mi vida, los recordaré en mi corazón. Aunque no llegué a descubrir mis sentimientos por Cameron sé que estará bien, todos estarán bien. Mi cuerpo no durará mucho tiempo por favor cuídense, pidió en su mente. »

Mientras tanto los Fowler's y Kweller iban en camino junto a los uniformados, el menos solamente deseaba que su chica estuviera bien esperaba que cuando llegaran ella saltará a sus brazos de alegría. Pero las tragedias son tan inesperadas por eso nadie contaba con lo que encontrarían en ese lugar que pronto se transformaría en el infierno. La policía llegó al lugar de entrenamiento de la chica, descendieron rápidamente del auto hasta que vieron todas las salas principales vacías pero se escuchaban voces a lo lejos.

— ¡Que alguien llame a la policía! — Gritó una mujer mientras afuera del baño estaba un bastante grupo de personas intentando ayudar.

— ¡Ayuda, por favor!

La policía corrió en dirección de donde provenían los gritos, siendo seguidos por la familia Fowler cada uno estaba temblando de miedo.

— Eres una mal nacida, Idara Fowler. Espero que aprendas la lección de quitarme lo que es mío, lo que me pertenece y lo que me merezco. Nadie te extrañará, mierda andante. — Camille, Dominic y Cameron reconocieron inmediatamente el grito de la entrenadora alertando a la policía.

Los uniformados despejaron la puerta del baño ya que entrarían a la fuerza.

Uno, dos, tres.

Y la puerta cayó demostrando a una Idara cubierta en un charco de sangre llena de hematomas, heridas y su rostro desfigurado por los golpes. Los policías se abalanzaron sobre la mujer, los refuerzos inmediatamente pidieron una ambulancia mientras que los tres familiares entraron corriendo a Idara.

El castaño tomó la cabeza de la menor entre sus manos, intentando socorrer a la chica entre los tres tomaron el cuerpo de Idara que respiraba con dificultad y con la poca fuerza que le quedaba la rubia abrió sus ojos por última vez.

— ¿Cam...? ¿Mamá, Papá...? ¿Qué están haciendo aquí...? — Susurró sin fuerzas, intentado aferrarse a ellos.

— Cameron nos contó sobre April. Debiste decirnos, Idara. — Dijo Camille tomando la mano de su hija. — Pudimos haberte protegido.

— Ella los iba a dañar y no quería eso, mamá. — Idara miró a su padre quién negaba, intentando no creer lo que sucedía. — Papá, está bien...

— ¿Cómo va estar bien, Idara? ¡Claramente no lo está! — Intentó no perder los estribos y no matar a esa mujer.

— Es perfecto, estoy con ustedes tres y los amo más que nada. No quería partir sin despedirme de ustedes...

— No, Idara, no. — Cameron la pegó a su pecho intentando darle calor. — Perdón por no haberte protegido antes, linda.

— No es tu culpa, Cam. Dile a tu abuela y a Brin que las extrañaré, yo sé que estarán bien sin mí. Mi cuerpo ya no resiste más, quiere descansar de todo este dolor. Los amo. — sonrió por última vez, cerrando sus ojos.

— ¡No! — Gritó Dominic buscando desesperadamente al oficial. — ¿Dónde está la maldita ambulancia?

— Está llegando señor, están entrando.

— No hay tiempo. — Sentenció Dominic, tomando el cuerpo de su hija para correr con el hacia la ambulancia.

— ¡Señor!

Cameron permanecía arrodillado en shock junto a Camille quién lo abrazó y el chico comenzaba a llorar. Esto no podía estar sucediendo, no su Idara. Nada podía ser más doloroso que perder a su chica, esto no estaba siendo real... ¡Era ficticio! No, no podía. Dominic llevó en casi segundos el cuerpo de su hija a la ambulancia, se subió con ellos arrancando sin importar nada. El oficial que lo siguió informó a la familia que el cuerpo estaba siendo trasladado al hospital junto a su esposo que estaba con la niña, al menos se ofreció a llevar a Camille y Cameron quienes aún no podían parar de llorar.

Esperaban que Idara pudiera sobrevivir, lo pedían de corazón con todas sus fuerzas. El trayecto fue vacío nada importaba en ese momento que no fuera la chica, al llegar al hospital bajaron rápidamente acercándose a la recepcionista.

— Idara Fowler, ¿Dónde está? — Pregunto histérica Camille siendo acompañada por Kweller que estaba apunto de perder la paciencia.

— Señorita, por favor. — Apresuró Cameron siendo mirado entre reojo por la mujer.

— Está en este momento siendo atendida en urgencias, comenzando la cirugía.

— Gracias. — Susurró Camille buscando con la mirada a su esposo, que estaba sentando en una silla alejado de todo el mundo.

— Dom. — Lo llamó el chico para abrazarlo, comenzando a disculparse con él. — Yo no la protegí, te fallé.

— No, no. Gracias a ti, pudimos llegar esperemos que todo salga bien.

Luego de unas cuantas horas que fueron eternas para la familia, el médico comenzó a llamar a los padres de la joven.

— ¿Ustedes son los padres de Idara Fowler? — Cuestionó el hombre pero su mirada se fue hacia el menor que tenía las manos manchadas de sangre, sintió pena por ellos.

Camille asintió rápidamente haciéndole un ademán para que prosiguiera.

— Idara salió de pabellón pero aún así está muy débil, debido a que no estuvo comiendo lo suficiente y esforzaba su cuerpo más de lo que era posible. Permanecerá en cuidados intensivos, por el momento ella solo debe despertar.

Los doctores hicieron todo su esfuerzo por salvar a la pequeña niña, tuvieron que coser heridas que las golpizas que recibió, sacar los vidrios incrustados en su cuerpo. Debido a toda la sangre que perdió tuvieron que dejar haciendo una transfusión de sangre.


 

( . . . )



 

— El estado de Los Ángeles condena a April Lee Müller a quince años y un día por la casi muerte de la menor Idara Fowler. — Informó el juez golpeando el mazo contra su mesa, en ese momento los uniformados tomaron a la mujer llevándosela. — Además tiene una orden de alejamiento de la Familia Fowler y Kweller, no pidiendo estar a un metro de ellos.

— ¡Espero que te pudras en la cárcel por lo que le hiciste a mi hija, psicópata! — Vociferó Camille siendo barrida por seguridad. — ¡Mereces el infierno!

— Si te vuelves acercar a mi hija nuevamente, te mataré. — Declaró Dominic, sus ojos se habían oscurecido y en ese momento la mujer sintió el verdadero terror.

Y así era como cerraban un capítulo impactante en sus vidas, a los días de que Lee estuviera en la cárcel Idara despertó como si supiera que el peligro se había ido y absolutamente nada podría dañarla de nuevo. Agradecían de corazón que su hija estuviera de nuevo con ellos, no imaginaban un mundo sin su pequeña Idara no cuando le quedaba tanto por vivir.

¿Pero ese peligro podría volver o se quedaría encerrado toda su vida...?







¡Hola, espero que
les haya gustado
el capítulo!

Este capítulo fue
unos de los que más
me costó escribir, por
todo lo que vivió
Idara cuando pequeña.

April Lee es un personaje
ficticio pero que realmente
está inspirado en Abby Lee
Miller, (también está interpretado
por ella) NO quiere decir que
esa señora actuó de esa
manera en la vida real, yo me
base en su historia con Jojo Siwa
y otras cosas.

Si alguien tiene una historia
parecida o conocen a alguien
que pueda estar viviendo
violencia comuníquense con
los números de ayuda de su
ciudad correspondiente, puede
ayudar muchísimo.

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