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What to hold on to

Al llegar salgo corriendo sin importar que todos me vean extraño, nadie sabe quién soy pero la verdad es que me da igual, sigo corriendo y le pregunto a una señora por Tzuyu, ella parece estar en su mundo porque lo único que hace es señalar una puerta y comenzar a llorar.

¿No les ha pasado que están frente a una puerta pero hay algo que hace que se detengan?.

Batallando en sí abrirla o no porque tienes tanto miedo de ver lo que hay detrás de ella, el dolor que debe sentir Tzuyu será más fuerte de lo que pueda manejar y me aterra pensar que no podré ayudarla en nada porque estaré sintiéndome mal por ella, no le gusta, lo detesta porque siempre quiere que uno le diga algo para apoyarla pero ahora estoy sin palabras, todo fue tan rápido que no logré procesar.

Subo la mano temblorosa a la cerradura y trato de moverla un poco pero es que los nervios me están ganando, se me está cerrando la garganta y el aire escasea en este lugar, quiero salir corriendo aún sabiendo que debo apoyarla, porque la amo solo que a veces el miedo que siento de enfrentar a alguien como ella me abruma.

Suspiro se que puedo es pan comido, la abrazaré y le diré que las cosas estarán bien porque yo haré que lo estén, es algo trillado que dice todo el mundo pero será con mucho amor y sinceridad, siento que me están ahorcando y por esa razón no puedo abrir la puerta, mi vista se nubla y siento como algo caliente rueda por mis mejillas, son lágrimas de frustración, porque no soy capaz de reconfortar a alguien que acaba de perder a su madre, la que es el amor de mi vida a quien le he confiado tantas cosas que no podría contar con los dedos de mis manos.

Al parecer ser cobarde se hereda, recuerdo exactamente como mi madre estaba destruida por la muerte de mi abuela y mi papá no era capaz de abrazarla porque tenía miedo, estoy actuando exactamente igual a alguien que no quiero en mi vida, lo peor de todo es que se que nunca entraré y que me iré, tal vez sea la última vez que vea a Tzuyu o que este cerca de ella, dividas por una puerta que no nos deja comunicar correctamente.

¿Que le diré?.

¿Que es exactamente lo que siento y se que haré después de esto?.

Algo como "Te levantaré de esto porque te amo y necesito que te quedes aquí, tengo que hacerte feliz".

Ella va a renegar porque la conozco y me conozco, a la larga me enojare porque de seguro no aceptará mi ayuda, pensaré en que estoy perdiendo mi tiempo con una persona importante y haré lo mismo que hicieron mis papás, huir de los problemas de su hija, porque nunca me aceptaron tal cual soy, y tenían tanto miedo que a la final la sociedad los hiriera por tener una hija como yo, lentamente me convierto en lo que alguna vez dije que odiaba.

— Debes ser...Sana —. Volteo hay un señor, bastante mayor, parecido a Tzuyu, apoyado en la pared, entre sus manos tiene una llave juega con ésta como si se tratara de un juguete bastante entretenido, no se por que siento que viene con dobles intenciones, no me siento segura cerca de él así que me doy media vuelta y cuando voy a tocar la puerta me toma de la muñeca haciendo que gire,— Te estoy hablando jovencita —. Trago saliva, tiene mucha fuerza,— Con ropa tan costosa y apariencia de niña rica... —. Acaricia mi mejilla.

— Señor por favor suelteme —. Lo empujo un poco, no se qué es lo que quiere de mi pero de seguro no es nada bueno.

— Tú eres quien me ayudará...necesito dinero para poder sacar a Tzuyu de un problema —. Confundida frunzo las cejas y me acerco, ¿Cómo?, no entiendo que es lo que está diciendo, si estuviera en un problema me lo hubiera dicho, sobre todo si es así de grave aunque claro de seguro no quiso porque le daba miedo que me sucediera algo, aún sabiendo que la apoyaré en todo.

No sé a quién creerle si a mí corazón que me está gritando que debo ayudarla o ni cerebro que me está diciendo que no puedo confiar en personas que no conozco, pero que si conocen a Tzuyu y se muy bien que le gusta callar todo, porque no me quieren involucrar en su vida, esa de la que ella solamente sabe, su madre estaba enferma y debía hacer demasiado cosas para poder costear el tratamiento.

— ¿Que es lo que ocurre? —. Sonríe y vuelvo a acercarme a la puerta, tocándola levemente para que sepa que estoy aquí, espero que entienda lo que estoy haciendo, el mismo sonido que hacía para que supiera que estaba cerca de ella, trago saliva y siento un nudo en la garganta cuando sonríe, es que es demasiado para mi, tengo miedo y siento que dirá algo tan malo que tendré que irme de aquí casi que corriendo, no quiero eso, necesito que Tzuyu separa que estoy aquí con Chaeyoung que no se qué se hizo, me preocupa.

— Ella le prestó un dinero a la familia de su amiga... —. Sus ojos parece que se le van a salir, rojos y demasiado abiertos, se ve asustado, viendo a todas partes, cubre levemente sus labios con la mano derecha mientras que con la otra aprieta mi muñeca,— Los Hirai y estoy segura que sabes que no son las mejores personas de Corea —.

Lo que más temia, que se metiera con las personas equivocadas teniéndome a mi,— Se quienes son pero necesito que Tzuyu me diga lo que sucede —. La puerta se abre y se pone de pie frente a mí, no quiero que haga lo que creo.

— Dejala en paz...yo solucionaré mis problemas —. Lo empuja, trato de ayudarla pero se me está haciendo tan difícil mantenerla tranquila, está rígida esperando que pase algo, mi corazón se acelera porque nunca la había sentido así, no está de buen humor por lo que ha sucedido, su madre acaba de morir y parece que su tía me quería engañar para que le de dinero, de seguro es adicto, puedo verlo en su comportamiento.

— ¿Es verdad? —. La jalo de la manga de su suéter, bajo la mirada y me siento tan mal por ella, se tuvo guardando todo esto como si estuviera castigándose por cosas que no ha hecho, estoy segura que nadie es como ella, es la mejor persona que he conocido.

Siento que se me rompe el corazón, quiero llorar porque aunque dije que no me importaba me duele que no me diga las cosas eso me hace saber que de verdad no tiene ningún tipo de confianza hacia mi, todo lo que me prometió fue falso, o más bien no pudo cumplir con esa promesa,— Sana...amor por favor entra a la habitación ya hablaremos de eso —. No quiero hacerlo, quiero que me lo diga ya, porque si me quedo pensando de seguro pensare que todo es mi culpa.

— Dímelo ahora —. Levanto la voz, se que debería calmarme pero las cosas son así, quiero que me lo diga ya, eso lo que deseo y quiero obtenerlo, se da la cuenta y me mira confundida,— Te he dicho que confíes en mí porque te amo...porque tengo la capacidad de ayudarte en todo lo que desees pero parece que no te importa para nada —. Siento que nunca vamos a poder avanzar porque cuando estamos bien siempre pasa algo y terminamos mirándonos sin saber que decir, obligándonos a estar separadas cuando no queremos estar así.

Nos lastimamos y es horrible.

— ¡Los Hirai son capaces de matar por diez dólares! —. Y no aguanto más, el llanto me gana la batalla, no quiero perderla porque es lo único que tengo, lo que más amo en este mundo, perder a una persona que se hace importante para mí es normal pero esta vez quería que durará un poco más.

— Sana por favor vete a la casa y luego hablamos —. Nos miramos, es que ni puedo quedarme aquí apoyándola por la muerte de su madre, ella no me quiere cerca y es algo que acabo de entender, no podemos estar juntas sin discutir y no es algo que quiera para ambas.

No lo merecemos.

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