Veintiséis: Hunch
Lisa estacionó su vehículo frente a la residencia de Son Chaeyoung, miró de reojo a Jennie quien ocupada el asiento del copiloto.
—Llegamos —avisó Lisa con voz neutra mientras observaba por su ventanilla del auto.
—¿Sigues molesta conmigo? —preguntó Jennie casi en un susurro y la rubia negó—. No sabía que me tenías preparado el desayuno en tu apartamento. Me hubiese encantado pasarla contigo pero Chaeyoung me ordenó que venga a su casa. Estamos tratando asuntos importantes referentes al caso de Kang Daniel, sabes que ya estamos a solo tres días del juicio.
—Entiendo, no te preocupes —contestó Lisa sin mirarla.
Sabía que la contraria tenía razón, el caso de Kang era lo más importante ahora pero no dejaba de sentirse mal porque por primera vez se esmeró intentando cocinar algo para Jennie. Había madrugado desde muy temprano para preparar waffles, hacer jugo de naranja, café, hizo pan tostado y por si fuera poco, horneó un pastel y todo eso a base de tutoriales de YouTube. Sin contar con el bonito adorno de velas aromáticas y flores sobre la mesa. Estaba planeando pedirle a Jennie que fuese su novia, pero sus planes se vinieron abajo cuando Jennie le llamó para decirle que no podría ir a su casa a desayunar con ella. Entonces se sintió frustrada y sin querer colgó su llamada con la chica de ojos felinos, logrando que esta se preocupara y fuera directo a su apartamento.
Cuando Jennie llegó, se encontró con la escena de Lisa barriendo varios pétalos de rosas esparcidos alrededor de la mesa. Las velas ya estaban apagadas, pero la comida aún estaba servida sobre la mesa. Jennie no pudo evitar sentirse mal, no supo que decir, Lisa estaba molesta aunque no sé lo dijera, pero sus acciones lo daban a demostrar.
Al final Jennie logró convencer a Lisa de que la llevara a casa de Chaeyoung. Puso de pretexto que su porsche estaba teniendo fallas durante el trayecto y que lo mejor sería que lo llevara a hacer una revisión con el mecánico después. La menor no se negó a llevarla, pero se mantuvo callada todo el momento.
—Nunca nadie me había preparado algo como tú lo hiciste. Sé que te esforzaste y no sabes cuánto valoro eso —habló Jennie desabrochando su cinturón de seguridad para poder acercarse más a la menor—. Sobretodo porque sé que a ti no se te da muy bien la cocina y aún así preparaste eso para mí.
—Olvídalo, ya pasó.
—Lili, mírame —murmuró Jennie, utilizando por primera vez aquel apodo tierno. La contraria no hizo caso omiso y mantuvo sus ojos firmes sobre la ventana—. Por favor... Lili..
—Esta bien Jennie, tú no tienes la culpa, supongo que elegí un mal día para hacer eso —contestó encogiéndose de hombros. De pronto sintió como Jennie con algo de dificultad se sentaba sobre ella en el asiento del piloto—. ¿Q-qué haces?
—No me estabas poniendo atención y no me gusta que me ignoren —respondió Jennie aferrándose al cuerpo de la menor. Agradeció haber elegido un outfit apropiado para poder moverse con libertad—. No te enojes conmigo Lili.
—Alguien... alguien puede vernos —dijo Lisa balbuceando al sentir la respiración de Jennie golpeando sobre su cuello—. Podrían pensar que nosotras estamos...
—¿Haciendo cosas inapropiadas? No podríamos, porque para empezar ni siquiera somos novias ¿o sí? —Jennie ronroneó cerca de sus labios, tan cerca que podía sentir su respiración—. No me ignores más Lili.
—Me estás provocando, estás a tiempo de salir del coche antes de que pierda los estribos —dijo Lisa con la respiración irregular. Sus manos se aferraban fuertemente al asiento en busca de no tocar a la chica que tenía en su regazo—. Trato de ir lento, porque quiero hacer las cosas bien contigo, pero no puedo soportarlo si te tengo sobre mí.
—¿Te gusta que esté sobre ti? —susurró Jennie de forma coqueta.
—Apuesto a que a te gustaría más estar debajo de mí —gruñó cerrando los ojos con fuerzas.
Jennie comenzó a sentir la humedad entre sus piernas, ¿era posible que Lisa la pusiera de esa forma con solo cuestión de palabras? El poco espacio la empezaba a sofocar. Cuando intentó apartarse de encima, Lisa se lo impidió sosteniéndola de la cintura con fuerza.
—Lili... —Jennie vio los intensos ojos de Lisa y su corazón comenzó a latir con fuerza. Sintió como Lisa le descubría el cabello a un lado para poder tener acceso libre de su cuello. Comenzó dejando pequeños besos húmedos mientras sus manos recorrían toda su espalda dorsal.
—Nueva York... —dijo la rubia en un susurro sin despegar los labios del cuello de Jennie—. La primera vez que te ví fue en Nueva York.
—¿C-cómo?
—Cóctel de negocios, estabas ahí, hace aproximadamente un año —respondió bajando sus besos hasta la clavícula de la contraria—. Con dos hombres americanos que no veían la oportunidad de llevarte a la cama. Tus ojos estaban pequeños, mucho más pequeños, el alcohol hizo efecto en ti. No dejé de mirarte ni un solo momento, me preocupé todo el tiempo por ti, creí que estabas en peligro y cuando ví a uno de aquellos hombres querer besarte a la fuerza, yo...
—Lisa... —Jennie se separó de la menor con ayuda de sus manos. Su respiración estaba irregular y sus mejillas sonrosadas—. La última vez que fui a Nueva York me pasé de copas y de aquello que sucedió solo recuerdo fragmentos. Una chica con corte de honguito me acompañó al baño porque tuve muchas náuseas, no recuerdo bien, pero después de eso me llevó a un lugar. Desperté al día siguiente en la cama de un hotel, pero no tenía ningún rastro de violencia en mi cuerpo, incluso mi ropa estaba intacta.
—Bueno... ahora me siento ofendida porque no te diste cuenta de que la chica de corte de honguito siempre fui yo —dijo Lisa cruzándose de brazos—. No me decías cosas coherentes, no tuve otra opción más que llevarte al hotel donde me estaba quedando, al menos ahí estarías más segura que acompañada de esos tipos que te miraban con morbo.
—Oh Dios... —la chica de ojos felinos acunó las mejillas de la rubia con la palma de sus manos y de pronto los fragmentos borrosos que tenía se volvieron visibles, recordando el rostro de aquella misteriosa mujer—. ¡Eras tú! Tú me salvaste, fuiste tú...
—Me gustas... —confesó Lisa con los ojos brillantes, sin romper el contacto visual—. Hoy yo quería pedirte algo, pero todo se arruinó. Quizás sea una señal que me dice que debo esperar, que es muy pronto.
—Estoy lista —entrelazaron sus manos—. Estamos listas, no quiero esperar más. Mi corazón late con fuerza siempre que te tengo cerca, cuando me envías un mensaje, cuando me regalas flores, cuando sonríes... mi corazón parece un loco desenfrenado y eso solo quiere decir una cosa. Me gustas y mucho Lalisa Manoban. Quiero que nos demos una oportunidad, tan solo dime qué sí...
—Oye... yo quería pedirte eso prime..— Jennie la hizo callar. Sus labios cubrieron los de ella completamente y se movieron arriba y abajo, hasta que sus cuerpos vibraron con la suave fricción. Lisa levantó una mano para sujetarle delicadamente la nuca. Sus bocas seguían presionando la una contra la otra, milímetro a milímetro. Jennie gimió contra su boca sin poder evitarlo antes de succionarle el labio inferior. Poco a poco Lisa fue bajando sus manos desde la cara de Jennie hasta sus hombros, las deslizó lentamente por la espalda y en todo ese tiempo no dejó de explorarle la boca, como si nunca fuera tener otra oportunidad de hacerlo. Consideraba que los besos de Jennie eran lo más exquisito que haya probado nunca.
La chica de ojos felinos se separó un momento en busca de oxígeno, pero en lo único que pensaba era en volver a unir sus labios con los de la chica que estaba a su merced.
Dahyun carraspeó su garganta, sus mejillas estaban rojas de la vergüenza. Llevaba un buen rato afuera de la casa de Chaeyoung, estaba esperando a Jennie y cuando la vió llegar en el auto de Lisa, decidió esperar a que bajara, pero eso no sucedió, por eso optó por acercarse, aunque se arrepintió enseguida. No le quedó otra opción más que interrumpir, Chaeyoung no dejaba de llamarla por teléfono.
Al notar su presencia, Jennie sonrió de manera nerviosa a la par que intentaba salir del vehículo a toda costa pero con mucha dificultad debido a la posición. Lisa no se lo ponía fácil, en lugar de ayudarla a salir, optó por cubrirse la cara con las manos, estaba tan avergonzada de que la chica de piel pálida las haya pillado en esa situación tan comprometedora.
—Lo siento, lo siento tanto, no quise interrumpir pero... —la menor mostró la pantalla de su celular—. Chaeyoung no deja de llamarme.
—Solo estaba retirando una basura del ojo de Lisa, tenía que estar más cerca para poder sacarla, ¿sabes? —Jennie explicó bajando del coche y acomodando torpemente su ropa—. No estábamos haciendo nada malo.
—Claro, mi novia solo estaba retirando una basura —apoyó Lisa jugando con las hebras de su cabello para intentar cubrir sus sonrojadas mejillas.
—¿Novia? —Jennie arqueó una ceja—. No recuerdo que me hayas dado el sí.
—Dije que yo quería pedírtelo a ti.
—Entonces hazlo, pídemelo —agregó Jennie de brazos cruzados.
—Pero no me presiones, tengo un discurso preparado, quiero que sea especial —Lisa sacó una hoja doblada de su bolsillo trasero. Era su declaración de amor escrita con su puño y letra.
—Me temo que la declaración tendrá que esperar, Chaeyoung nos matará a ambas si no entramos a su casa ahora y yo quiero vivir —explicó Dahyun tomando a Jennie del brazo para arrastrarla hacia la casa de su jefa—. Hasta luego Manoban, gusto de verte.
La rubia solo agitó su mano a modo de despedida mientras que Jennie y Dahyun tocaban la puerta de su jefa. Ella no tardó ni dos segundos en abrir y hacerlas pasar.
—Tardaron mucho —Chaeyoung las reprendió con seriedad. Dahyun y Jennie se miraron entre sí antes de asentir a modo de disculpa—. Hay mucho trabajo por delante, no podemos perder el tiempo.
—Tengo lo que me pediste —comentó la chica de ojos felinos sacando una carpeta de su bolso para luego entregársela a su jefa. Chaeyoung la miró sorprendida mientras tomaba el documento en sus manos—. Cabe recalcar que no fue ningún problema para mí.
—Te lo pedí ayer por la noche, ¿cómo lo conseguiste tan rápido?
—Yo soy Jennie Kim, todo lo puedo, soy eficiente y tengo contactos —respondió guiñándole un ojo con suficiencia—. Además fue fácil porque esa es la única vinatería de Seúl que vende Amaretto di Saronno.
Dahyun observaba todo sin comprender. No había hablado con Chaeyoung, después de que huyera de su despacho como una cobarde, no tuvo cara de llamarle para disculparse, sin embargo, su jefa fue quien le envió un mensaje citándola en su casa a primera hora del día.
—Eres genial —halagó Chaeyoung con una media sonrisa—. Solo tengo una pregunta ¿por qué tienes el labial corrido?
—Conseguí algo importante para el caso y a ti solo te interesa saber por qué tengo el labial corrido —Jennie bufó limpiando la comisura de sus labios con ayuda de su pulgar. Luego enfocó su vista en Dahyun, tenía la mirada baja y estaba en silencio—. ¿Ella sabe?
—Eso creo —murmuró Chaeyoung—. Dahyun...
—Contéstame una cosa Chaeyoung, ¿tú lo sabías desde antes de contratarme? —preguntó la chica de piel pálida sin atreverse a levantar la cara.
—Tenía mis sospechas, pero no tenía ninguna prueba —confesó la más baja. Las invitó a tomar asiento en la sala de su casa, en la mesa del centro habían varios snacks y aperitivos que su madre muy amablemente les preparó—. Después de hablar con Kang, saqué mis propias conclusiones, pensé hasta en el más mínimo detalle. Tú no lo sabes, pero antes de contratar a alguien, investigo su historial a fondo, y yo... encontré varias cosas que llamaron mi atención.
—¿Qué cosas? —Dahyun papadeó un par de veces intentando asimilar las palabras de Chaeyoung—. ¿Qué quieres decir? ¿qué es lo que encontraste?
—Tienes varias propiedades a tu nombre, seis para ser exactas, dentro y fuera del país —afirmó Chaeyoung acariciando su barbilla con lentitud—. Tú, tu padre y tu madre. Cuentas bancarias con cifras millonarias.
—No es así, yo no tengo tanto dinero en mi cuenta, es muy poco y solo son ahorros de lo que me ha dado mi padre —dijo Dahyun con el ceño levemente fruncido—. Tampoco tengo propiedades a mi nombre y si las tengo, no estaba enterada de eso.
—Nadie pidió mi opinión pero aún así la voy a dar, para mí todo está muy claro, Dahyun... tu padre es culpable, él se deshizo de su propio hermano. Es quien lo envenenó con esas botellas de vino —dijo Jennie de manera seria, observando como Dahyun se quedaba callada—. Dime algo, ¿cómo es que el capital de tu padre se duplicó en el último año? No estoy hablando de cantidades exactas, tan solo es de un pequeño aproximado, porque Jae Kim tiene cuentas bancarias en el extranjero.
—Calma Kim, no seas tan dura con ella, se trata de su padre —Chaeyoung reprendió a Jennie dándole un par de palmaditas en la espalda—. No es fácil que acusen a alguien de tu familia de algo tan ruin.
—Esta bien... no voy a decir que me enorgullece el hecho de que mi padre sea un sospechoso, pero sabré como manejarlo. Si mi padre es culpable, debe pagar por lo que hizo —dijo Dahyun con una voz tan fría y dura como el acero—. Colaboraré en todo, sé que me necesitan, por eso me citaste aquí, ¿qué es lo que tengo que hacer?
—No qusiera ponerte entre la espada y la pared —espetó Chaeyoung haciendo un ligero mohín—. No me molestaré si decides quedarte de lado, yo puedo encargarme de esto, aunque no puedo negarte que con tu ayuda me sería mucho más fácil.
—Lo haré, haré lo que me pidas. El tío Akira siempre fue muy bueno conmigo, ahora más que nunca quiero llegar al fondo de todo esto.
—Muy bien, entonces agreguemos a Jackson Wang como nuevo sospechoso —comentó Jennie captando la atención de Chaeyoung—. El susodicho compró una caja de licor Amaretto dos meses antes del incidente. El señor Myoui compraba solo una botella al mes, si bien lo ingería diariamente pero lo hacía en muy pequeñas cantidades, eso demuestra que no pudo haberse intoxicado con porciones tan mínimas.
—Fue su hijo mayor Kim Taehyung quien dijo que su padre consumía en grandes cantidades —añadió Chaeyoung caminando de un lado a otro con expresión pensante—. El doctor Jeon tampoco me genera confianza, lo vi bastante nervioso cuando hablé con él en el hospital, sé que esconde algo.
También de Kim Ji-won, el hombre que salió con un maletín sospechoso del despacho de Myoui, tenemos la evidencia de las cámaras de seguridad.
—De eso no me contaste Chaeyoung —reclamó Jennie—. Si lo hubieras hecho, en éste momento ya tendría la dirección de ese hombre.
—A veces me aterra pensar en la manera de cómo consigues toda la información —murmuró Chaeyoung fingiendo un escalofrío. La chica de ojos felinos puso los ojos en blanco ante ese comentario—. Consigue la dirección de Kim Ji-won, mejor conocido por “Bobby”.
—Sin problemas, hoy mismo —afirmó Jennie asintiendo con la cabeza—. Pero para eso tengo que irme ahora.
—Puedes irte —dijo Chaeyoung viendo como su colega caminaba a paso rápido hacia la salida. Un pequeño carraspeo la hizo ponerse alerta. Dahyun se había puesto de pie, tenía la mirada perdida—. Tú también puedes irte, la pequeña reunión ha culminado.
—Tengo algo importante que hacer. Si todo sale como espero... hoy mismo conseguiré una prueba contundente —dijo Dahyun encaminándose hacía la puerta. Chaeyoung la siguió por detrás sin decir nada—. Te mantendré al tanto de todo.
—Ve con cuidado —agitó su mano a modo despedida. Luego de verla partir, sintió una mano posarse sobre su hombro. Cuando volteó se encontró con su progenitora—. Mamá, ¿sucede algo?
—Escuché la puerta, tus amigas se fueron muy pronto, los aperitivos que preparé están intactos —dijo con desilusión—. Me esmeré preparándolos.
—No hubo tiempo mamá, estamos muy ajetreadas de trabajo, el juicio de Kang es en tres días, éste es posiblemente el caso más importante de toda mi carrera, no puedo fallar.
—¿Qué opina tu novia? ¿está todo bien con ella? —preguntó Sooyoung con preocupación—. ¿La última vez lograron arreglar sus diferencias?
—Mina y yo estamos bien —respondió Chaeyoung mostrando una sonrisa sincera. El día anterior habían compartido una larga sesión de besos después de que Mina accediera a darle una oportunidad. Aunque no estaba tan segura de su tipo de “relación”, consideraba que era un gran avance para las dos—. Ambas tenemos el mismo fin. Daniel es inocente y se lo estoy demostrando con hechos, ella ahora está de mi lado, trabajaremos juntas.
—Me alegra mucho hija, Mina me agrada, es muy linda, deberías invitarla a comer, puedo preparar algo rico, ¿qué le gusta? Puedo preparar lo que sea.
Chaeyoung sonrió enternecida al ver a su madre tan entusiasmada con Mina, se sentía feliz de que su madre aceptara su noviazgo con una mujer —que aún no era un noviazgo oficial— pero que esperaba lo fuera pronto.
—Espera un poco mamá, no puede ser antes del juicio. Nuestros tiempos no nos lo permiten —comentó Chaeyoung observando la expresión apagada de su madre quien solo asintió con la cabeza—. Pronto la invitaré y podrás preparar un banquete para ella.
—Desde ahora mismo ya estoy pensando en el menú —le dijo su madre con diversión.
[🍉]
—¿Ya me vas a decir que tienes? —cuestionó Jihyo de brazos cruzados con inquietud. Sana había llegado al apartamento totalmente aturdida, pálida y sin poder pronunciar palabra—. Me estás asustando, tendré que llamar a emergencias.
—No...
—¿Qué pasó? Solo suéltalo ya —dijo con desesperación tomando a la japonesa de los hombros para moverla de un lado a otro—. ¡Habla mujer! No tengo paciencia.
—Yo... es que yo...
—¿Tú qué?
—¡Le fui infiel a Suho! —soltó Sana de golpe y Jihyo parpadeó sorprendida—. Soy una infiel.
—¿Te acostaste con alguien? —preguntó Jihyo y la japonesa se ruborizó enseguida—. ¿Lo conozco? Seguramente es alguien de tu trabajo, oh Dios, tranquila, si no hay testigos entonces nunca pasó, solo fue un pequeño desliz, todos cometemos errores, nadie es perfecto.
—No me acosté con nadie, solo fue un beso —aclaró Sana respirando hondo—. Pero maldición, ¡Que beso!
—¿Y te gustó? —preguntó Jihyo sin dejar de mirarla y sonriéndole provocativamente—. Eso es genial. Cualquier hombre es mejor que el idiota de Suho. Ya era hora de que te fijaras en alguien más y rompieras con la tonta farsa que tienes por relación.
—No lo entiendes, no entiendes nada —Sana se cubrió la cara con las manos. No sabía como explicarle a su mejor amiga que había besado a una de sus alumnas—. Me besé con una chica.
—¿Cómo? ¿u-una chica? —Jihyo dejó caer todo el peso de su cuerpo sobre el sofá mientras trataba de asimilar las palabras de la japonesa—. ¿Desde cuándo te gustan las mujeres y por qué yo no lo sabía? Y dices ser mi mejor amiga, me siento traicionada, herida.
—Ni yo sabía que me gustaban, lo acabo de descubrir hoy, es que... estoy tan confundida, no sé que me pasa.
—¿Quién es? Debe ser una mujer muy guapa para que te hayas atrevido a besarla —espetó Jihyo sintiendo curiosidad—. ¿En dónde la conociste? ¿la conozco yo? ¿besa mejor que Suho?
—No voy a responder eso, es vergonzoso.
—Somos mejores amigas y las mejores amigas se cuentan todo, tienes que contarme porque yo te cuento todo —gruñó Jihyo cruzándose de brazos con indignación—. No voy a juzgarte, solo quiero saber, no puedes contarme las cosas a medias, la duda no me dejará dormir.
Sana lo consideró, ¿qué tan malo sería decirle a su roomie que se besó con una de sus alumnas? Quizás solo la reprendería por meterse con alguien menor, aunque no era tan pequeña después de todo, pero seguía siendo menor.
—Para el amor no hay edad —murmuró Sana sin pensar. Enseguida se cubrió la boca con las manos, pero ya era demasiado tarde, Jihyo lo había captado a la perfección. La japonesa apartó la vista de la intensa mirada de su amiga—. Quise decir que...
—¿Es menor? —Sana asintió—. ¿Qué tan menor?
—Solo un poco, unos cinco años ¿tal vez?
—¿Cinco años? —Jihyo comenzó a calcular con ayuda de sus dedos—. ¿Tiene 21?
—No te lo tomes tan en serio, solo fue un simple beso —beso que por cierto Sana le robó—. No volverá a pasar, fue un error... mi error.
—¿En dónde la conociste? Tengo un mal presentimiento, la conozco ¿verdad? —preguntó Jihyo mirándola con desconfianza—. Responde Minatozaki.
—¡Tal vez! Pero ya te dije que olvidemos eso. Para tu interrogatorio, ya me duele la cabeza Park —dijo Sana frotando su sien—. No sé en qué estaba pensando cuando te lo conté. No me estás ayudando con mi crisis, solo lo estás empeorando con tus preguntas.
—Es la señorita Chou... es ella —dijo Jihyo y al ver como su amiga se tensaba, confirmó que era verdad—. Con una de mis alumnas Sana, ¿en serio?
—¿Cómo supiste que era ella?
—Ya deberías saber que soy muy observadora y tendría que ser demasiado tonta como para no darme cuenta de la forma en que mi alumna te mira, con los ojos brillantes y una boba sonrisa plasmada en los labios —respondió con seriedad—. Pensé que solo eran ideas mías, pero cuando mencionaste que era cinco años menor, todo tuvo sentido para mí. Tzuyu es la única chica de esa edad con la que te he visto, así que fue muy fácil de deducir.
—Como sea, ya te dije que fue un error, ya sé que no debí besarla, pero... —Sana acarició sus labios con la punta de sus dedos recordando aquel momento. Luego al darse cuenta de su acción, sacudió la cabeza y trató de concentrarse en otra cosa—. No encuentro una explicación lógica del por qué lo hice, simplemente sucedió.
—¿Te arrepientes?
—Yo... —la japonesa soltó un pesado suspiro—. No, no me arrepiento. Posiblemente haya sido el mejor beso que haya dado en toda mi vida. Tzuyu me confesó indirectamente que tenía sentimientos por mí y yo no supe cómo procesarlo.
—Ya veo —Jihyo se quedó pensativa un par de segundos que a Sana le parecieron eternos—. Tzuyu no merece que la lastimes. Por lo poco que he podido observar de ella en el colegio, es una chica inteligente, trabajadora, risueña, aunque un poco seria, pero por ahí escuché que la consideran la más linda de la clase —Sana escuchó todo con atención y en silencio—. Tu situación no es la más alentadora, estás comprometida con alguien a quien no quieres y lo haces solo por cumplir los deseos de tus padres.
—Jihyo, ya hemos hablado de eso antes.
—Espera, déjame terminar —habló su amiga haciéndola callar—. Es hora de que comiences a pensar en ti, en tu felicidad, que por supuesto no está a lado de Suho. Hoy descubriste algo nuevo de ti, descubriste que las chicas no te son indiferentes y está bien, hoy en día eso es normal de ver, no te sientas mal por eso, tienes que aceptarte tal y como eres.
—No me aconsejes como a uno más de tus alumnos, háblame como mi mejor amiga.
—Como tu mejor amiga tengo que decirte que... es una locura —dijo con sinceridad—. Pero si eso te hizo sentir viva de nuevo, entonces no lo dejes ir y ve por ello. Para eso tienes que romper con Suho y dejar de seguir los caprichos tontos de tus padres. Y si no eres lo suficientemente valiente para hacer eso, entonces será mejor que sigas con tu vida como hasta ahora y dejes a Tzuyu de lado, ella no merece que la ilusiones, es joven e inexperta, pero no por eso tienes que aprovecharte y jugar con ella.
—No es mi intención ilusionarla...
—¿Qué pasó después de que se besaran?
—Yo... me fui. Huí como la cobarde que soy —susurró Sana con voz apenas audible—. Tienes razón, no soy valiente, no puedo hacerlo...
—No seas tonta Minatozaki, las cosas no se arreglan huyendo, ahora mismo mueves el trasero y vas a buscarla —Jihyo hizo que Sana se levantara del sofá con rapidez—. No debiste dejarla así, podría pensar mil cosas.
—Pero... creí que no estabas de acuerdo —dijo la japonesa algo aturdida.
—Al diablo con eso, prefiero que sea con Tzuyu y no con el engreído de Suho que piensa que te tiene comiendo de la palma de su mano —espetó Jihyo con molestia—. Lo primero que tienes que hacer es aclarar tus sentimientos, ¿qué es lo que sientes por Chou? Esa es una buena pregunta ¿verdad? ahora ve a descubrir la respuesta.
—P-pero yo no... —Sana no tuvo oportunidad de hablar cuando sintió como su roomie la sacaba del apartamento.
Hola <3 Ya sé que hoy no fue tan interesante, pero lo recompensaré en el siguiente 🖐️
Ando trabajando en otras cositas que subiré a futuro y que espero que les gusten 🥺
Gracias por leer, siempre gracias ♥️♥️♥️ besos & abrazos xoxo.
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