Veinte: I will be with you
—¿Qué significa esto Mina? —preguntó Jisoo aún en estado de shock—. Responde, ¿por qué te estabas besando con ésta mujer?
Mina se quedó sin habla, ¿cómo demonios iba a explicar lo inexplicable?
—Será mejor que nos vayamos, no es un buen momento para hablar —comentó Nayeon intentando tomar del brazo a Jisoo para llevarla a otro lugar—. Conozco otro restaurante cerca de aquí.
—¡No! —Jisoo se soltó de ella bruscamente aumentando el tono de su voz, algo que por supuesto llamó la atención de los presentes—. No me voy a ir a ninguna parte hasta que Mina me explique por qué se estaba besando con la abogada que va a defender al asesino de nuestro padre. Exijo una explicación Mina, la exijo ahora. No te quedes callada, habla ya, ¿desde cuando te gustan las mujeres?
—Jisoo, baja la voz, no puedes decir eso en un lugar público —Nayeon la reprendió sin dejar de mirar como a su alrededor varias personas las observaban con atención—. Regresemos al despacho y ahí hablan tranquilas y en privado.
—Haz lo que te dice Nayeon —contestó Mina por primera vez rompiendo el silencio aunque en realidad eso haya sonado más como a una orden que una petición—. Hablaremos en Freedom.
—No voy a seguir más tus ordenes Mina, siempre me dices lo que debo hacer y lo curioso es que yo soy mayor. Lo mismo haces con Taehyung, ¿por qué tenemos que seguir tus órdenes? —cuestionó Jisoo con evidente molestia—. Tú no eres sincera con nosotros, ¿qué es lo que pretendes saliendo con Son?
—Todo es mi culpa... —murmuró Chaeyoung asumiendo toda la responsabilidad. Se puso de pie a la par de Jisoo y se aclaró la garganta pensando en sus próximas palabras a decir—. Ella hace esto porque..—
—No tienes que explicar nada Chaeyoung —interrumpió Mina levantándose y cargando su bolso con ella—. No tengo que dar explicaciones de mi vida privada a nadie —su vista se dirigió a Jisoo—. Nunca quise darles órdenes, pero soy la responsable aquí, aunque soy la menor, irónico.. ¿no? Por algo yo soy quien está al frente de Freedom y no ustedes.
Jisoo frunció el ceño antes de reír sarcásticamente como si no le hubiesen dolido las palabras de su hermana hacia su persona. Mina estaba demeritando todo su trabajo, su esfuerzo.
—Tú aceptaste el cargo porque así lo quisiste, nadie te obligó a tomarlo.
—Alguien tenía que hacerlo —contestó Mina con rigidez—. Alguien tenía que encargarse del negocio de nuestro padre y no lo hicieron ustedes, ¿a caso yo tenía otra opción?
—¿Ahora vas a echarnos la culpa a Tae y a mí? Tú tenías que encargarte, era lo menos que debías hacer ya que siempre fuiste la favorita de papá.
—Eso no es cierto... —murmuró Mina con la voz rota.
Jisoo no dijo más, solo soltó una risa irónica antes de dar media vuelta, seguida por Nayeon quien dio una rápida reverencia a modo de disculpa para luego salir a paso rápido detrás de Jisoo.
Las cosas se pusieron tensas después de eso. La mirada de Chaeyoung se posó sobre Mina, ella respiraba hondo una y otra vez con la mirada baja y de pronto se sintió mal porque era su culpa, las hermanas Myoui habían discutido por su culpa y no sabía que hacer para arreglarlo.
—Mina lo siento...
—Discúlpame con tu madre, pero debo irme ahora —dijo sin mirarla antes de partir hacia la salida del restaurante dejando atrás a Chaeyoung totalmente atónita.
Chaeyoung no fue tras ella, —aunque quería— no era el momento, Mina no se encontraba bien y lo que menos quería era estropearlo todavía más. Solo esperaba que las cosas con su hermana se pudieran arreglar.
—¿En dónde está Mina? —preguntó su madre observando el lugar vacío.
—Ella... tuvo que irse —respondió Chaeyoung—. Hubo una emergencia de trabajo, me dijo que la disculpara contigo por haberse ido así de repente.
—Oh... entiendo —contestó Sooyoung con voz desanimada—. Ya será en otra ocasión.
—Sí, en otra ocasión —murmuró Chaeyoung tomando asiento nuevamente.
—¿Tuvieron una pelea? —su madre se sentó a su lado y acarició su espalda—. No me digas que nada pasó, porque no te creo, tu cara refleja tristeza y preocupación. Soy tu madre, te conozco bien, pero respetaré si no quieres contarme.
—Mamá... —Chaeyoung jugueteó con sus dedos sin saber como expresarse—. Creo que... bueno, creo que Mina me gusta —Sooyoung asintió como si fuera algo normal. Claro, eso era de esperarse porque para ella, Chaeyoung y Mina estaban saliendo, pero la realidad era otra completamente distinta—. Tenías razón en lo que dijiste, yo estaba interesada en Mina desde mucho antes de conocerla en persona. Luego tomé el caso del presunto asesino de su padre y eso me ha originado bastantes problemas con ella. Pero mamá, te prometo que la persona que estoy defendiendo es inocente, tú mejor que nadie sabe que no tomo un caso cualquiera si no estoy segura de ganar.
—Necesitas ponerte en los zapatos de Mina para comprender que se trata de un tema delicado, no estás hablando de cualquier cosa, se trata de su padre. Compréndela, no la juzgues, estoy segura de que ella la está pasando mal y tú como su novia debes estar ahí para apoyarla.
Chaeyoung se quedó pensativa. Su madre tenía razón, Mina la estaba pasando mal, lo supo dese el momento en que la vio agachar la mirada al ver a su hermana salir furiosa del restaurante, Mina se estaba conteniendo a toda costa las ganas de llorar.
—¡Mamá! —Chaeyoung se puso de pie de repente golpeando la mesa con sus manos—. Debo ir con Mina, ella me necesita. ¿Te molesta si...—
—Ve tras ella, no pierdas más tiempo —le contestó Sooyoung mostrándole una cálida sonrisa—. Tomaré un taxi de regreso, no te preocupes por mí.
—Gracias mamá, realmente eres la mejor —Chaeyoung la abrazó en un acto de impulso y salió casi corriendo del lugar.
Una vez fuera preguntó a varias personas dando una breve descripción de Mina, esperando que no estuviera tan lejos. No fue hasta que un hombre de la tercera edad le dijo que había visto pasar a una mujer elegante por un callejón que conducía a un pequeño parque. Chaeyoung agradeció mil veces y sin pensarlo siguió las indicaciones de aquel hombre hasta llegar a un sitio con varios árboles alrededor. Parecía ser un lugar perfecto para tener citas, había varias bancas repartidas a distancias considerables. En una de ellas se encontraba Mina sollozando en silencio con las manos cubriendo su cara en totalidad. Chaeyoung sintió una fuerte punzada en su corazón al verla sufrir.
—Mina.. —la susodicha descubrió su cara rápidamente al escuchar su voz.
—¿Qué haces aquí? Vete Chaeyoung —dijo limpiando las lagrimas de sus ojos con torpeza—. Quiero estar sola.
—No, no me iré, me quedaré aquí a tu lado —contestó Chaeyoung tomando asiento a un costado de ella—. Llora todo lo que necesites, eso siempre nos hace sanar. Imagina que yo no estoy aquí y desahógate.
—Déjame sola, realmente no estoy de humor.
Chaeyoung asintió resignada. No iba a forzarla a hacer algo que ella no quisiera, pero tampoco iba a dejarla sola, eso si que no.
Al paso de los minutos Chaeyoung se entretuvo mirando el paisaje a su alrededor mientras que Mina solo permanecía en silencio en el mismo lugar. Ahora ya no lloraba, pero su mirada estaba perdida y reflejaba una profunda tristeza.
—Eres una mujer admirable ¿sabes? —soltó Chaeyoung de la nada—. Tu hermana no sabe lo estresante que es llevar la dirección de un despacho legal, para las personas es muy fácil opinar, porque no saben la ansiedad que nos genera la incertidumbre de hacerlo mal. Tú tienes sobre tus hombros la responsabilidad de sacar el bufete a flote, mientras que tus hermanos solo te juzgan por hacer algo que claramente ellos no pudieron hacer.
—¿Por qué me dices todo eso? —preguntó Mina con la mirada baja.
—Yo mejor que nadie puedo comprenderte. Tengo un despacho a mi cargo, toda la responsabilidad recae sobre mí. Si yo fracaso, no solo fracasa Tigers Law, también todo mi equipo de abogados y no puedo darme ese lujo —respondió Chaeyoung sentándose de cuclillas frente a Mina—. Además me gustas.
—No Chaeyoung..
—Me gustas, me gustas mucho —le repitió cogiéndola de las manos sin previo aviso—. Yo siempre he sido directa y esta vez no será diferente. Ya sé que yo no te gusto a ti, pero al menos déjame hacer mi lucha.
—Las dos somos mujeres, ¿cómo puedes decirme eso? Está mal, de la manera en que lo veas está mal —contestó Mina desviando la mirada—. Haré de cuenta que nunca dijiste eso, será lo mejor. No quiero que las cosas se pongan incómodas entre nosotras, además ya tengo suficiente con que mi hermana nos haya visto.
—Se nota que no me conoces —murmuró Chaeyoung jugueteando con los dedos de Mina—. Cuando algo me interesa, no paro hasta conseguirlo. Me gustas mucho, esta claro que no voy a renunciar a ti.
—¿Sabes que podría levantar una orden de restricción en tu contra?
—Me gustaría ver eso —le dijo Chaeyoung robándole un beso sorpresivamente que dejó a Mina impactada y con las mejillas calientes—. Vamos novia hermosa, te llevaré a Freedom Law.
—¡Que no soy tu novia! —gruñó poniendo los ojos en blanco.
—Pero pronto lo serás —afirmó Chaeyoung con seguridad. Quería creer que de verdad tenía una oportunidad con Mina, anhelaba que fuera así.
[🍑]
—Bajaré aquí —avisó Dahyun extendiéndole un par de billetes al señor taxista—. Muchas gracias por el viaje, puede conservar el cambio.
—Gracias a usted señorita, que pase un buen día —le contestó el hombre esperando a que Dahyun bajara del vehículo para poder marcharse.
—Igualmente —añadió mostrando una leve sonrisa.
Dahyun observó las calles a su alrededor, justo al frente se encontraba el restaurante de comida al que Yeonjun siempre solía llamar para pedir a domicilio.
¿Por qué había venido? Francamente ni ella lo sabía, el restaurante quedaba muy retirado de Tigers Law pero aún así había cogido un taxi para llegar hasta ahí. En el poco tiempo que llevaba trabajando en el bufete, se había vuelto costumbre comer en compañía de Eunwoo pero horas antes le había dicho que tenía que visitar a un cliente fuera de la ciudad, razón por la cuál estaría ausente gran parte del día.
Dahyun entró al restaurante, la puerta tenía una especie de campanilla que avisaba de la llegada de un nuevo cliente. Para su suerte el lugar estaba casi vacío. Se sentó en una mesa para dos y segundos después una joven con un delantal le llevó la carta muy sonriente.
—Hola, buen día señorita. Le entrego la carta y vuelvo en un momento.
—Espera.. —Dahyun la detuvo antes de mirar su nombre en su gafete—. ¿Bae? Es la primera vez que como aquí, ¿podrías recomendarme un buen platillo?
—Oh, seguro que sí —le respondió inmediatamente—. Si quiere comer algo ligero le recomiendo Haemulpajeon, es buenísimo, aunque si yo fuese usted pediría nuestro plato especial de Galbitang, que es un caldo preparado a base de costilla de ternera, rábano blanco, cebolleta y un huevo frito en tiras, también incluye fideos.
—Galbitang suena bien, pediré eso y un vaso con agua —dijo Dahyun viendo a la chica Bae asentir mientras anotaba su pedido en una libreta—. Disculpa... ¿no hay más meseras aquí?
—¿Hay algo malo conmigo? —preguntó Bae asustada.
—Oh no, es solo que creo que una conocida trabaja aquí en éste restaurante o... tal vez me confundí.
—Yo soy Bae la mesera, mi compañera Jiwoo es ayudante de cocina, nuestro jefe Shindog es el chef y Momo es la repartidora.
—Momo... —susurró Dahyun.
En ese momento la campanilla de la puerta resonó dejando ver a la susodicha despojándose de su casco de motocicleta mientras estiraba los brazos.
—¿Es ella su conocida? —preguntó Bae observando como Dahyun no le quitaba la mirada de encima a su compañera—. Tomaré eso como un sí. Enseguida le haré llegar su platillo con Hirai.
Bae se retiró y la chica de tez pálida ni siquiera lo notó. Sus rasgados ojos aún seguían sobre la repartidora. A su mente llegaron los recuerdos de su fiesta de cumpleaños, algo que la hizo sonreír automáticamente. Simplemente había quedado maravillada con ella, sin conocerla tan a fondo podía decir que se trataba de una buena persona.
—Pedido de comida entregado, ¿ha salido algo más? —preguntó la japonesa tomando asiento sobre la barra.
—No hay nada de momento Momo —respondió Jiwoo—. Estás libre, te avisaré si sale algún pedido.
—Hey, parece que alguien ha venido a comer aquí solo para poder verte —murmuró Bae abrazando a la japonesa por la espalda. Le entregó a Jiwoo la nota del pedido y luego tomó asiento a lado de Momo—. Es linda.
—¿Quién? —preguntó Momo desconcertada.
—La chica de ojos pequeños que vino a verte.
—¿A mí? —preguntó Momo ligeramente confundida.
—Mesa dos.
Momo estiró su cuello disimuladamente intentando enfocar la mesa dos y se encontró a Dahyun mirando directamente hacia ella. La japonesa rápidamente desvió la vista hacia al frente con timidez.
—Es Dahyun...
—¿Dahyun? Con que ese es su nombre —dijo Bae con los ojos entrecerrados—. Que calladito te lo tenías Hirai.
—¿A qué te refieres? —preguntó la japonesa volteando nuevamente a la mesa dos. Ahora Dahyun tenía la vista sobre la ventana—. Es amiga de mi nuevo amigo. Fui a su fiesta de cumpleaños, además una vez afuera de su edificio me defendió del patán de John porque estaba molestándome.
—Escucha, vi como ella te miró cuando entraste por la puerta, lo vi en cámara lenta, parecía como de película. Esa chica tiene otro tipo de interés en ti solo que tú eres demasiado inocente como para darte cuenta.
—¿Qué quieres decir?
—Olvídalo Momori —Bae le dio un par de palmaditas en su espalda—. Lo descubrirás tu sola.
—Sale plato de Galbitang con un vaso de agua para la mesa dos —informó Jiwoo colocando una bandeja de comida sobre la barra.
—Momo entregará el pedido —dijo Bae.
—¿Yo? —preguntó la japonesa.
—Sí, cúbreme unos minutos, necesito ir al sanitario —contestó Bae mostrando una sonrisa ladina—. Me lo agradeces después.
Momo se quedó paralizada por un par de segundos viendo a su compañera perderse por los pasillos. No le molestaba ayudar a atender en el restaurante cuando no tenía pedidos de entrega a domicilio. A ella le gustaba ser muy servicial, así que llevar un pedido a una mesa específica no sería ningún problema para ella. Con sumo cuidado tomó la bandeja entre sus manos y caminó lentamente hacia su destino pero a medida que se acercaba, se sentía cada vez más nerviosa,
¿realmente Bae tenía razón y Dahyun había venido hasta aquí solo para verla?
Por supuesto que no, para de soñar Hirai.
—Pedido de Galbitang listo —mencionó la japonesa colocando la charola en una mesa libre, después procedió a tomar el platillo frente a la susodicha quien no dejaba de observarla. Se puso tan nerviosa que sin querer derramó un poco de caldo hirviendo sobre una de sus manos—. ¡Ouh! Yo.. lo lamento mucho...
—¿Te encuentras bien? —Dahyun se alarmó al ver la mano de Momo severamente enrojecida, ella soportaba las muecas del dolor manteniendo la mirada baja—. Déjame ver tu mano, eso estaba muy caliente.
—Estoy... bien, no se preocupe —contestó la japonesa apretando los labios con fuerza. De pronto sintió como Dahyun la atraía hacia ella y tomaba su mano herida entre sus manos para observarla con atención—. De verdad eso no es nada, he pasado cosas peores.
—Quemadura de primer grado, no es tan grave pero te recomiendo usar alguna pomada o ungüento —comentó Dahyun acariciando la mano de Momo con sus pulgares—. ¿Duele mucho?
—Hmmm... solo un poco.
—Debes tener más cuidado, linda.
—Es que... tu mirada sobre mí hizo que me pusiera nerviosa —confesó Momo sintiendo las mejillas calientes.
—Oh... entonces asumiré mi responsabilidad —dijo Dahyun y la japonesa la miró sin comprender—. Por mi culpa te has herido, déjame recompensarlo, ¿a qué hora sales del trabajo?
—A las 5 —respondió Momo—. Pero no es necesario, yo soy quien debería pedirle una disculpa por ser tan torpe.
—No me hables con formalidad, antes me hablabas de tú, soy Dahyun, ¿lo recuerdas?
—Sí...
—Pasaré por ti a las 5 para invitarte a comer —avisó Dahyun y Momo la miró con sorpresa—. No aceptaré un no como respuesta. Me siento mal por lo sucedido y solo eso me hará sentir mejor.
[🥑]
Nayeon bufó molesta sentada sobre una dura banca de metal. Estaba con los brazos cruzados, se sentía totalmente indignada con Jisoo por haberse marchado sola. Pero realmente esa no era la peor parte.
Se llevó mi cartera en su auto.
Im Nayeon sin dinero para pagar un taxi que la llevara de regreso, ¿no es genial? Por suerte bajó su celular del coche, pero no sabía a quién llamar. Todavía conservaba la esperanza de que Jisoo regresara por ella al darse cuenta que había olvidado su cartera dentro del auto, pero pasaban los minutos y no habían rastros de ella.
Sin saber que más hacer, comenzó a caminar sin rumbo sobre las calles. No conocía mucho de por ahí, pero parecía ser un barrio modesto, diferente a los que ella acostumbraba visitar.
—Hola guapa, ¿por qué tan solita? —murmuró alguien con voz ronca a sus espaldas tomándose el atrevimiento de posar sus manos sobre su pequeña cintura.
Eso fue suficiente para que Nayeon apretara su mandíbula con enfado, ¿Quién se atrevía a tocarla con sus sucias manos? Sin pensarlo dos veces dio media vuelta estrellando su puño sobre la cara de la persona quien cayó al suelo debido al repentino golpe.
—Eso es para que aprendas a... ¡¿Jeongyeon?! —Nayeon cayó de rodillas viendo a su amiga con la cara ensangrentada haciendo una mueca de dolor—. Dios mío, yo...
—Creo... yo creo que me rompiste la nariz —murmuró Jeongyeon aún sobre el suelo con los ojos empapados en lágrimas—. Duele un poco...
—¡Lo lamento tanto! Es que yo pensé que tú eras...
—Fue mi culpa, está bien, no debí haberme acercado así —contestó cubriendo su nariz con las manos—. Necesito... ir al hospital.
—Dime que tienes auto —dijo Nayeon en tono suplicante viendo a Jeongyeon asentir. Seguido de esto se despojó de su suéter para extendérselo—. Cubre tu nariz con esto.
—Mi auto está a la vuelta —murmuró sacando las llaves de su bolsillo trasero. Su sangrado era inminente y Nayeon estaba más que preocupada por eso—. No quiero ensuciar tu ropa, es linda...
—La ropa es lo que menos me importa ahora, vamos, tenemos que llegar al hospital pronto —Nayeon la ayudó a levantarse y juntas caminaron hasta el coche de Jeongyeon—. Aguanta solo un poco más, te llevaré al médico para que te cure, ¿sí?
Nayeon no dejaba de sentirse culpable al ver el esfuerzo sobrehumano que hacía Jeongyeon para no soltarse a llorar nuevamente de dolor. Condujo tan rápido como el tráfico se lo permitió cuando finalmente llegaron al hospital más cercano que marcaba su GPS.
La primera en salir del auto fue Jeongyeon, con la cabeza hacia arriba.
—Vi un video alguna vez y tengo que mantenerme así para parar el sangrado —dijo Jeong observando los ojos preocupados de la contraria—. Gracias por traerme, no tienes que quedarte...
—¿Bromeas? No me voy ni de broma hasta ver que estés bien —contestó Nayeon bajando del coche seguido de ella—. ¿Aún duele mucho?
—Un poco —confesó Jeongyeon mostrando un puchero con los labios.
Nayeon la guió con las manos entrelazadas hasta dentro del hospital en donde una enfermera no tardó en llevársela. Ella quiso acompañarla pero no le fue permitido, no tuvo más remedio que permanecer en la sala de espera para obtener noticias.
Al pasar de los minutos comenzó a notar que su grado de preocupación estaba sobrepasando un límite.
¿Cuándo fue la última vez que se preocupó tanto por una persona que no fuese de su familia? Ni ella misma lo recordaba. Quizás solo era la culpa por haber sido ella la causante de tal tragedia, sí, eso tenía que ser.
Si ésto hubiera ocurrido días antes en dónde Jeongyeon y ella se "odiaban" a morir, seguramente Nayeon ya estaría tras las rejas por haberle puesto una mano encima. Era increíble el cambio de actitud tan drástico que habían tenido desde aquella noche en la fiesta de Dahyun. Antes no podían verse ni en pintura y ahora Nayeon no dejaba de preocuparse por el estado de la susodicha. Su mente no podía borrarse la imagen de Jeongyeon sobre el suelo con las mejillas empapadas en lágrimas y la sangre brotando de su nariz. Se sentía tan culpable, incluso los nudillos de su mano se encontraban enrojecidos, también le dolían, pero lo que más le dolía era el hecho de haber lastimado a Yoo.
No supo por cuanto tiempo estuvo con la mente inundada de malos pensamientos, fue hasta que alguien le tocó el hombro intentando llamar su atención que pudo salir de su trance.
—Puede pasar al consultorio del Dr. Kim Nam-joon, su acompañante la espera.
Nayeon no tardó ni un segundo en correr hasta la habitación que la enfermera le señaló. Estaba tan preocupada que ni siquiera se molestó en tocar la puerta, ella solo irrumpió de repente.
—Nayeon... —Jeongyeon se veía más serena, aunque ahora tenía una cosa extraña sobre su nariz—. Me pusieron una férula nasal, con eso estaré bien.
—¿Férula? —preguntó Nayeon tocando delicadamente los bordes de su nariz con sumo cuidado—. ¿Te sientes mejor?
—Hola, buen día —el médico carraspeó su garganta con el fin de llamar su atención—. Kim Namjoon, a sus órdenes.
—¿Cómo está Jeongyeon? —preguntó Nayeon ignorando su saludo—. ¿Es grave?
—Se fracturó la nariz, la férula fue necesaria, no puede hacer movimientos bruscos, podría lastimarse más, ¿de acuerdo? Linda —Nayeon rápidamente dirigió su mirada hacia él luego de escuchar la palabra "Linda"—. Le receté un par de analgésicos para el dolor pero le recomiendo aplicar compresas frías al menos unas cuatro veces en las próximas 48 horas para reducir la hinchazón.
—¿Por cuánto tiempo debo dejarme la compresa? —preguntó Jeongyeon.
—Por unos 10 o 15 minutos, linda —respondió Namjoon regalándole una amigable sonrisa. Nayeon bufó molesta observando la situación, no le parecía correcto que un médico coqueteara así con una de sus pacientes—. Limita tus actividades, al menos la primera semana y evita los deportes de contacto por al menos un mes.
—Entendido doctor, muchas gracias por todo —Jeongyeon se puso de pie y le extendió la mano que él tomó enseguida dando un fuerte apretón. Nayeon no despegó la mirada de sus manos entrelazadas ni un solo segundo, su ceño estaba fruncido, una creciente molestia brotaba desde su interior sin razón—. Supongo que volveré después a revisión.
—Eso no será necesario, yo conozco a otro médico, mi doctor de cabecera —comentó Nayeon—. Él estaría encantado de atenderte.
—Ah... —Jeongyeon asintió rascándose la nuca. Nayeon parecía querer fulminar al doctor Namjoon con la mirada—. Será mejor que nos vayamos, ven —entrelazó una de sus manos con la de la contraria queriéndola sacar de ahí lo antes posible.
—Hasta luego —el doctor agitó su mano a modo de despedida observando como salían de su consultorio.
—¿Qué fue eso? —preguntó Jeongyeon una vez que estuvieron fuera.
—¿Qué cosa?
—Creo que el doctor Namjoon no te cayó muy bien —dijo con cautela viendo como Nayeon ponía los ojos en blanco—. ¿Qué pasa?
—Ese hombre estaba coqueteando contigo, ¿eres tonta? No puedo creer que no lo notaras.
—Sigo sin entender la razón de tu molestia...
—Eso solo demuestra su falta de profesionalismo —contestó Nayeon con la mandíbula tensa—. ¿Qué se cree? No puede ir así por la vida coqueteando con cualquier persona que se le atraviese.
—¿Te parece que soy cualquier persona? —cuestionó Jeongyeon sintiéndose herida—. ¿No soy lo suficientemente bonita como para que alguien quiera coquetear conmigo?
—No digas tonterías Yoo, eres hermosa —dijo entre dientes—. Cualquiera babearía por ti.
—¿Qué dijiste? No te escuché bien...
—Me escuchaste muy bien y me entendiste mejor —dijo sin más rompiendo el contacto con Jeongyeon—. Te esperaré en el auto para llevarte a tu casa.
Nayeon huyó de ella dejándola completamente confundida intentando procesar lo sucedido.
Oficialmente el capítulo más largo que he escrito, siento que me extendí demasiado pero era necesario.
Como siempre muchas gracias por leerme, besos & abrazos xoxoxo 💙
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