Treinta y cuatro: Stay
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DOS SEMANAS DESPUÉS
—Las cosas mejoraron mucho desde que esa revista popular sacó un artículo contando todas las fechorías que cometió Jae Kim y muchas personas sintieron empatía por nosotros. Estamos ganando popularidad nuevamente, aunque eso no debería ser algo tan bueno para ti porque Tigers volvió a tener competencia, ¿que opinas al respecto? —comentó Mina sin recibir respuesta—. ¿Chaeyoung? ¿me estás escuchando? —le chasqueó los dedos frente a la cara para hacerla reaccionar.
—Perdón linda, ¿qué dijiste? —preguntó la más baja rápidamente.
—No me estabas prestando atención —respondió indignada procediendo a cruzarse de brazos.
—Es realmente difícil poder concentrarme cuando te tengo frente a mí luciendo tan hermosa —murmuró Chaeyoung acariciando la mejilla de su novia—. Y el escote de tu vestido le añade un plus a mi falta de concentración. Deja de provocarme...
—No lo estoy haciendo, yo solo... —Mina intentó cubrir su escote con ayuda de sus manos, pero Chaeyoung fue más rápida en impedir que lograra su cometido—. Me impresiona que hace tan solo media hora lloraste por ver a un perrito atropellado en la calle y ahora estás siendo muy seductora conmigo.
—No me recuerdes lo del perrito o lloraré de nuevo, primer aviso —amenazó la contraria.
—Está bien, cambiemos a un tema más agradable.
—¿Qué te parece uno en donde saltas sobre mí y gritas mi nombre hasta quedarte sin voz? —preguntó Chaeyoung de manera pícara para luego tomar a su novia de la mano—. Vamos, quiero mostrarte algo en mi habitación.
—Chaeyoung no, tu mamá...
—Mamá fue a comprar unas cosas, le dije que te traería a cenar y salió disparada al supermercado —contestó la más baja con astucia. Mina aún sin estar del todo convencida, se dejó guiar por ella con algo de timidez—. Compré algo por internet.
—¿Qué cosa?
—Antes quiero decirte que no tienes que sentirte obligada a nada, solo lo compré por curiosidad cuando ví que mi amiga Jeongyeon lo compró también y...
—¿De qué hablas? —preguntó Mina con confusión.
Chaeyoung esperó a que se adentraran a su habitación para pedirle que tomara asiento al borde de su cama, después procedió a señalarle una misteriosa bolsa negra que estaba sobre el buró.
—Ahí está.
—¿Puedo ver? —preguntó Mina nuevamente, recibiendo un asentimiento por parte de su novia. Sin esperar un minuto más, miró ansiosa dentro de la bolsa y al instante tragó en seco—. Es un... ¿pene?
—No le digas así —espetó Chaeyoung avergonzada—. Se llama “strap on”, no pene.
—Strap on, dildo, consolador, lo que sea, no deja de ser un pene de goma —contestó Mina sacando el objeto de la bolsa para mirarlo con detenimiento—. Y uno muy grande... ¿de verdad quieres que usemos ésto?
—Solo si tú quieres, ya sabes, tener nuevas experiencias y eso. No tenemos que usarlo si a ti no te gusta, yo solo lo compré porque quería hacerte sentir bien...
—Quiero que sepas que no necesito de ningún objeto para sentirme bien, estar contigo es lo más placentero del mundo y lo digo en serio. Fuiste la primera en mi vida en muchos aspectos, la primera en retarme sin temer a las consecuencias, la primera por la que sentí amor, deseo... —murmuró Mina entrelazando sus brazos alrededor del cuello de la más baja—. Fuiste la primera que me hizo perder el control de mis actos y de mi misma.
—Minari, mi amor... soy tan afortunada de tenerte —
—Te quiero —susurró Mina mirando el strap on de reojo—. Y quiero hacerlo, quiero probar nuevas experiencias, siempre y cuando sea contigo.
—Prometo que no te vas a arrepentir —repuso con voz jadeante, procediendo a bajar la cremallera del vestido de su novia, deshaciéndose del escote que la estuvo volviendo loca durante todo el día. Las manos de Chaeyoung acariciaron su cuerpo, apretando suavemente sus pechos sobre el sujetador blanco de encaje. Luego de unos segundos, se deshizo de sus bragas y al momento de tenerlas en su poder, las llevó directo hasta su nariz, en donde las inhaló profundamente. Cuando encontró a Mina totalmente desnuda, soltó un enorme y pesado suspiro, maravillándose con la vista—. ¿Por qué eres tan sexy? Ansío tanto follarte duro.
—¿Qué? —Mina estaba absolutamente asombrada de las palabras que soltaba su novia sin pudor. No estaba acostumbrada a ese tipo de vocabulario, pero no podía negar que eso la prendía.
—Voy a atarte —avisó Chaeyoung caminando hasta el buró, de donde sacó una pequeña soga. Mina permaneció atónita, sintiendo como la contraria le ataba las manos por detrás—. Preciosa, creo que nunca te lo dije, pero yo también amo tener el control.
—Oh...
El deseo era tan palpable que podía sentirse en el aire. Chaeyoung posó su mano sobre el cuello de su novia, comenzando a apretar y a obstruir el oxígeno. Esto a Mina pareció gustarle, por la expresión de su rostro.
—Te gusta que sea ruda, ¿verdad? —murmuró Chaeyoung dejando besos húmedos por debajo de sus clavículas, para después descender y darle atención a uno de sus senos—. ¿Estás excitada?
Mina respondió con un simple suspiro. Chaeyoung la guió hasta la cama, en donde pudo recostarse con algo de dificultad, debido a sus manos atadas. Seguido de esto, vio a su novia comenzar a despojarse de sus prendas de ropa con lentitud y maldijo por no poder tocarla.
—Señorita Son, no me haga esto, yo también quiero tocarla.
—Silencio, es mi momento —espetó Chaeyoung lanzándole una mirada llena de picardía. Una vez que se encontró completamente desnuda, se colocó el strap on, tal y como lo había visto en aquellos videos informativos—. Estoy segura de que esto te gustará. Pero antes de eso, nos divertiremos un poco.
—Estoy ansiosa por ver tu próximo movimiento.
—No desesperes —contestó Chaeyoung. Su vista descendió desde sus labios hasta su centro y fue entonces cuando Mina deseó tenerla sumergida entre sus piernas en ese mismo instante—. Eres perfecta, la mujer más hermosa que hayan visto mis ojos, toda tú eres una obra de arte que...-
—Por favor... menos discurso y más acción, te necesito. —suplicó Mina con desesperación.
—Así lo haré —Chaeyoung con ayuda de su dedo anular e índice entreabrió los labios vaginales de su novia, dejando ver la plenitud de su humedad que fluía entre sus delicados pliegues debido a su excitación—. Hoy voy a hacerte el amor.
—Hazlo ya, me vuelves loca...
—Y tú a mí —Chaeyoung colocó una mano sobre su húmeda vulva e introdujo dos de sus dedos, provocando que su novia se arqueara de gusto y luego comenzó a embestirla con pasión. Cerró los ojos tan solo un momento ante la dulce sensación de placer que sentía al poseerla—. Quiero que me mires a los ojos. Mírame a los ojos mientras te hago mía, ¿lo sientes? Estamos haciendo el amor...
—Ahh... Chaeyoung —gimió la contraria, intentando mantener los ojos abiertos. Los dedos de su novia entraban y salían de su cuerpo, tan fuerte y profundo rozando las resbaladizas paredes en su interior que la hacían gemir y jadear incontrolablemente.
Eran tan solo ellas, con sus cuerpos fundidos sin preocupaciones y el placer envolviéndolas cada vez más.
—Te amo... —murmuró la más baja inclinándose para besar sus labios con dulzura—. Te amo mucho mi amor.
—T-te amo...
—Me encantas —susurró agregando otro dedo a su interior.
—¡A-así! Se siente bien... —Mina gimió inesperadamente al sentir un pequeño chupón que Chaeyoung le dejaba sobre su pecho—. Mierda... lo haces tan bien...
—Mía, solo mía —poco a poco fue aumentando el ritmo en sus dedos al penetrarla, sin perder del todo el contacto visual.
—¡Ahhh Chaeyoung! —gritó Mina al instante en que el orgasmo se disparó de su cuerpo. Arqueó su espalda, con sus piernas tensas y temblando. No pudo evitar gemir alto.
—¿Te ha gustado? —preguntó Chaeyoung juntando sus labios en un hambriento y necesitado beso.
—Ha sido... alucinante... —murmuró con la respiración irregular.
—Ya te demostré cómo hacer el amor, cariño... Pero esto aún no termina, porque ahora voy a cogerte duro —advirtió Chaeyoung con voz severa—. Te quiero en cuatro Myoui.
Mina aún no terminaba de recuperarse de su reciente orgasmo, cuando sintió que su novia la giraba con facilidad para tener acceso a toda su retaguardia. El sonido de una fuerte palmada sobre su trasero la hizo jadear.
—E-espera... —pidió Mina con la cara hundida sobre la cama. Al tener las manos atadas, se sentía tan indefensa y débil—. Sé gentil, yo no he...-
—Descuida mi amor, no voy a lastimarte, lo prometo —murmuró Chaeyoung de manera dulce mientras dejaba varios besos sobre la espalda desnuda de su novia. A pesar de haber dicho que deseaba tener sexo rudo con ella, desistiría enseguida si Mina se lo pidiera.—. Puede que duela un poco al principio. Solo dime cuando quieras que pare y lo haré.
—Esta bien...
Chaeyoung se puso de rodillas por detrás y jaló de sus caderas para tener mayor acceso de su entrada brillante, resultado del reciente orgasmo.
—Ya estás lista para mí —comenzó introduciendo lentamente la cabecilla del dildo en su interior. Mina gimió al sentirse invadida. El dolor se hizo presente, sobretodo cuando sintió a Chaeyoung hundirse en ella, llenándola por completo.
—¡Mierda! Duele como el infierno —gruñó la contraria removiendose sobre la cama. Chaeyoung salió de su interior, sintiendóse herida por lastimar a su novia—. ¡¿Pero qué haces?!
—Dijiste que duele y no quiero lastimarte.
—Duele pero se siente jodidamente bien —habló Mina con la voz entrecortada—. Hazlo de nuevo y esta vez tómame bien, sin restricciones.
Los sentidos de la más baja se disiparon al escuchar esas palabras y rápidamente reacomodó el miembro falso sobre su entrada para deslizarse dentro de ella sin consideración.
—¡Ahh! —gritó Mina—. ¡Más! Dame más... dame todo lo que tengas.
—¿Así te gusta? —Chaeyoung arremetió dentro de ella con rudeza, comenzando a disfrutar de los gemidos de su novia—. Que te dé duro te gusta, ¿verdad? —comenzó a tirar de sus manos atadas con fuerza en cada embestida, haciendo retumbar sonidos obscenos que estaba segura que no solo se escuchaban dentro de su habitación.
—¡Joder! —las expresiones en el rostro de Mina reflejaban el más puro placer, tanto que en algún momento comenzó a mover su trasero en círculos para sentir más goce. Sus pechos rebotaban con cada estocada.
Los gruñidos se hicieron más intensos, perdiendo el control de sus reacciones y de su cuerpo. Mina era un mar de murmullos y jadeos y Chaeyoung estaba perdida en ella.
—Nadie más puede tocarte como yo lo hago, solo yo...
—S-solo tú... —murmuró Mina con voz apenas audible, entregándose al placer que le estaba dando Chaeyoung—. E-estoy cerca... no pares.
—Córrete para mi.
—¡Ohhh Dios! —su segundo orgasmo se construyó rápidamente en su centro, recorriendo su espina dorsal y haciendo que su piel se erizara. Pequeñas lágrimas de placer desbordaban ahora sobre su rostro. Chaeyoung siguió embistiendo fuerte hasta llegar al clímax, dando una última y dura estocada que la hizo desplomarse sobre el cuerpo de su novia.
—Eso fue tan bueno... ¿te encuentras bien amor? —preguntó Chaeyoung procediendo rápidamente a desatarle el nudo de las manos a su novia—. ¿Te lastimé?
Mina suspiró pensando en lo maravilloso que había sido aquello, había sido salvaje, intenso, apasionado y jodidamente delicioso.
—Sublime... —Mina giró su cuerpo para quedar cara a cara con Chaeyoung—. Ha sido lo mejor del mundo, primero fuiste tan dulce y después tan salvaje... no tienes una idea de cuanto me puso eso.
—Y puedo hacerlo mejor.
[🍑]
Momo suspiró pesadamente mientras jugueteaba con su plato de comida. La verdad es que el día de hoy tampoco tenía tanto apetito.
—¿Hoy tampoco? —preguntó Jiwoo tomando asiento a un costado de ella. La japonesa negó encogiéndose de hombros—. Tu falta de apetito ya no es normal, llevas varios días así y podrías enfermar.
—Descuida, me alimento bien en casa, Lia me obliga a comer.
—Hirai, un joven muy apuesto te busca —comentó Bae tocándole el hombro levemente—. Y no es el mismo de siempre, este es uno nuevo que no había visto antes.
Momo frunció el ceño, giró su cabeza hacia atrás y a lo lejos pudo divisar a aquel hombre apuesto del que hablaba su compañera. Su cuerpo se paralizó al darse cuenta de quién se trataba.
—Dice llamarse Eunwoo —agregó Bae sin apartarle la mirada de encima—. Anda, no lo hagas esperar, aprovecha que el jefe salió a resolver unos asuntos.
Momo se puso de pie y caminó lentamente hacia él. Mientras lo hacía, se imaginaba lo peor dentro de su cabeza. Seguramente venía a reclamarle por haber besado a su novia días atrás. Aún sabiendo la razón de su visita, no dejaba de sentirse nerviosa y temerosa por las posibles consecuencias.
El hombre no parecía tener una expresión que la japonesa pudiera decifrar con facilidad. Cuando llegó a su frente, Eunwoo le extendió su mano a modo de saludo y ella la tomó de vuelta.
—Hirai Momo, ¿cierto? —dijo con voz audible—. Yo soy Eunwoo, mucho gusto en conocerla. Lamento tanto interrumpir en sus horas de trabajo, pero lo que tengo que decirle es realmente importante, ¿puede tomar asiento conmigo un momento?
—Sí... —Momo asintió con la mirada baja, tomando asiento en uno de los lugares vacíos de la mesa.
—Me imagino que debe preguntarse la razón de mi visita, por eso intentaré ser breve —comentó Eunwoo—. Estoy aquí para hablar de Kim Dahyun.
—Y-yo... lo siento mucho, no quise que las cosas pasaran así, me he mantenido lejos desde entonces y...-
—Un momento señorita —interrumpió él rápidamente—. No vine aquí a reclamarle nada.
—Nunca quise entrometerme en su relación, le aseguro que...
—Dahyun no es más mi novia —murmuró en voz baja y Momo se hundió sobre la silla sintiendo pesar. Claramente habían terminado por su culpa—. Ella me terminó el mismo día que despertó del coma.
—¿C-cómo?, ¿habla en serio? —preguntó la japonesa y el contrario asintió—. No lo sabía...
—Lo sabría si tan solo no hubiese evadido todo tipo de comunicación con Dahyun. Han pasado poco más de dos semanas desde entonces —murmuró Eunwoo desviando la mirada hacia la ventana que estaba a un costado de él—. El día que ella terminó conmigo, le prometí que seguiría siendo su amigo, que estaría ahí para ella, para apoyarla y velar por su bienestar a pesar de todo y eso es lo que estoy haciendo —Momo lo escuchó con atención, aunque aún no comprendía el rumbo de sus palabras—. Dahyun me dijo que usted era su amiga, pero los amigos no desaparecen sin razón, los amigos de verdad no abandonan.
—Estaba confundida, tenía mucha vergüenza de volver a verla después de lo que pasó. Pensé que ella me odiaría.
—Espero que haya podido resolver sus dudas. Ahora necesito saber una cosa y agradecería si me responde con total sinceridad. ¿Usted quiere a Kim Dahyun? —preguntó el joven—. ¿Le gusta de manera romántica?
Momo sintió los fuertes latidos golpear dentro su corazón, ¿Dahyun le gustaba? Por supuesto que sí. Jamás había sentido tanta atracción por alguien, como lo había llegado a sentir por ella, ¿La quería? La respuesta era más que obvia, por esa razón había decidido alejarse y cortar todo tipo de lazo y comunicación con ella. No podía permitirse dejar crecer esos sentimientos que muy seguramente más tarde le romperían el corazón.
—Me gusta y la quiero —confesó cabizbaja—. Pero ella no me correspondería jamás, nunca se fijaría en alguien como yo...
—Le daré un consejo, si yo fuera usted, saldría corriendo ahora mismo rumbo al aeropuerto de Seúl —espetó Eunwoo logrando que la japonesa frunciera el ceño—. Dahyun se va del país, su vuelvo sale en... —miró su reloj de mano—. Aproximadamente una hora.
—¿Qué? ¿se va? Pero... ¿por qué?
—Creo sin temor a equivocarme que ella siente lo mismo y ahora se va. No podrá confesarle sus sentimientos, no sabrá si le corresponde o no —comentó Eunwoo observando la mirada llena de angustia y desesperación de la japonesa. Sintió un poco de culpa dentro de su ser, pero no tenía otra opción—. Yo iré al aeropuerto para despedirme de ella, si gusta yo podría...
—¡Sí! —contestó al instante—. Sí no es mucha molestia... es que yo tengo que hablar con ella, Dahyun no puede irse, corro el riesgo de no volver a verla jamás y no podría vivir con eso.
—Bien —Eunwoo asintió poniéndose de pie—. Entonces tenemos que salir pronto, si queremos llegar antes de que tome su vuelo.
—Entiendo —Momo se puso de pie, dispuesta a seguirlo—. Vamos rápido...
—¿No tendrá problemas en el trabajo si se va así?
—Tal vez, pero no me importa —respondió con seguridad—. Para mí Dahyun es más importante. No quiero que se vaya sin antes hablar con ella.
—Mi auto está afuera —avisó Eunwoo, seguido de esto emprendió camino y salió del pequeño restaurante. Momo lo siguió en silencio por detrás.
—Hirai, ¿te vas? —preguntó su compañera Bae, justo antes de que cruzara la puerta de salida—. ¿Todo está en orden?
—Sí, solo surgió un asunto importante, no sé cuánto tiempo me pueda demorar —espetó Momo con disculpa—. Hablaré con Shindog más tarde. Trabajaré horas extras.
—No te preocupes por él, acaba de decir que volverá hasta mañana, tú resuelve tus asuntos tranquila.
Momo le agradeció con una reverencia y rápidamente salió del lugar. Ubicó el automóvil de Eunwoo con la mirada y tímidamente abordó en el asiento del copiloto. Los primeros minutos de viaje, sintió el ambiente demasiado tenso, todo permanecía en silencio y eso en parte le incomodaba.
—Conozco a Dahyun desde que éramos niños y en todos estos años de amistad nunca la ví tan deprimida por el rechazo de una persona, ni siquiera cuando nos hicimos novios —comentó Eunwoo rompiendo el incómodo silencio, sin apartar su vista de la carretera—. No voy a negar que me sorprendió cuando me contó todo lo que estaba sintiendo, pero agradecí enormemente su sinceridad.
—¿Por qué me cuenta todo eso? Me siento muy mal porque sé que yo soy la culpable de su separación...
—Usted no tiene la culpa de nada, nuestra relación ya estaba rota desde antes, solo que ninguno de los dos se daba cuenta de eso. La monotonía puede llegar a ser mortal —dijo con pesar—. Sin embargo, todo está bien, somos amigos ahora y yo me encuentro feliz por saber que Dahyun no le es indiferente. Yo de verdad les deseo toda la felicidad del mundo y lo digo de corazón.
Momo no supo que responder ante tales comentarios. Su cabeza estaba intentando procesar todo el entorno de su complicada situación. Para empezar, ni siquiera estaba segura de lo que le diría a la chica de piel pálida cuando la viera, ¿qué excusa le daría por haberse alejado? En todo ese tiempo no había hecho nada más que pensar en ella.
Pero yo no soy nadie... ¿cómo podría si quiera aspirar a tener una oportunidad con ella?
—Tengo miedo de que me rechace, miedo de que no sienta lo mismo que yo —confesó la japonesa mientras observaba el camino por la ventanilla—. Miedo de que las cosas se vuelvan incómodas entre nosotras.
—En esta vida hay que tomar riesgos si queremos ganar y si usted no está dispuesta a tomar el riesgo de confesarle sus sentimientos, no ganará nada, al contrario, va a perder.
Eunwoo no recibió respuesta, ni tampoco quiso insistir más, solo esperaba que sus palabras la hicieran darse cuenta de que huir no era la solución. Dahyun la quería, de eso estaba completamente seguro, tanto que le había hecho prometer que la ayudaría con el asunto de la madre de la japonesa, en caso de que ella se negara a recibir su ayuda.
Y eso había hecho, en estos últimos días se dedicó a buscar información del caso y para su suerte se había topado con varias irregularidades que le iban a favorecer bastante en el juicio. Si todo salía como él esperaba, la madre de Hirai quedaría muy pronto en libertad.
—Hemos llegado a nuestro destino —avisó el joven deshaciéndose del cinturón de seguridad. Vió como la contraria hacia lo mismo con impaciencia—. Vamos, aún estamos a tiempo, todavía no aborda el avión.
—Sí... —Momo asintió con la cabeza y se dispuso a seguir a Eunwoo a paso rápido. Su corazón latía con tanta fuerza que parecía que se le saldría del pecho.
La primera vez que la japonesa pisó el aeropuerto, era tan solo una niña, cuando sus padres se mudaron a Corea. Habían pasado tantos años después de eso. Ahora el aeropuerto tenía muchos cambios, no era nada comparado a lo que solía ser.
Finalmente luego de un par de minutos caminando y observando los cambios a su alrededor, se frenó de golpe al ver cómo Eunwoo lo hacía también.
—Ahí está ella —señaló con su dedo índice hacia una dirección.
Fue entonces cuando Momo pudo observar a unos cuantos metros la figura de Dahyun con dos maletas a sus costados.
—¡Dahyun! —gritó tan fuerte como su voz se lo permitió, llamando la atención de todos los presentes, incluyendo el de la susodicha quien conectó miradas con ella. La japonesa corrió a su encuentro—. ¡No te vayas! Por favor no te vayas...
—¿Momo? —preguntó la chica de piel pálida. Sus piernas no lograron reaccionar, tan solo permaneció estática en el mismo sitio hasta sentir como su cuerpo se desequilibraba por el repentino abrazo de la japonesa—. Momo... ¿qué haces aquí?
—No podía dejar que te fueras del país sin antes confesarte mis sentimientos —respondió Momo con pequeñas lágrimas descendiendo sobre sus mejillas—. Mi corazón no puede soportar no volver a verte...
Dahyun frunció el ceño confundida, después conectó miradas con Eunwoo quien le guiñó el ojo y le sonrió a lo lejos. Fue entonces cuando todo tuvo sentido.
—Momo, tengo que decirte algo... —tenía que confesarle que en realidad ella no se iba del país, tan solo estaba acompañando a su madre al aeropuerto, porque tenía unos pendientes que resolver en el extranjero.
—No, primero necesito que tú me escuches a mí —la hizo callar—. Me gustas, me gustas mucho y sé que no soy la gran cosa ni tengo nada bueno que ofrecerte, pero si me eliges, te prometo que viviré todos los días de mi vida solo para hacerte feliz, yo... te quiero. Por favor, quédate... conmigo.
Dahyun sintió como sus piernas temblaban como gelatina, podría en cualquier momento desplomarse sobre el suelo, además de que su corazón latía tan eufóricamente que temía tener un paro cardíaco ahí mismo.
—Me quedo —murmuró la chica de piel pálida con los ojos brillantes y al borde de las lágrimas también—. Quiero quedarme contigo. Momo... tú también me gustas.
Ambas chicas se estrecharon entre sus brazos con fuerza y Eunwoo sonrió enternecido al verlas. Al final, su trabajo ahí estaba hecho.
—Y recuerden que el que no arriesga, no gana —murmuró el chico para sí mismo.
Gracias por leer, el siguiente es el capítulo final ♥️
Besos y abrazos para todos <333.
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