Kang Daniel caminaba esposado de las manos en compañía de un policía quien lo dejó frente a Chaeyoung y su colega. El joven se veía más delgado de lo que Chaeyoung lo recordaba, él ya no era el mismo hombre lleno de vida que hace algunos años. No tenía buen aspecto, quizás por la falta de nutrición, en pocas palabras, lucía tan demacrado.

—Chaeyoung —saludó intentando mostrar una sonrisa desde sus adentros.

—Daniel, ¿cómo te encuentras? —preguntó Chaeyoung un tanto preocupada—. Ella es Jennie Kim y nos ayudará a trabajar en tu caso.

—Mucho gusto señora Kim —contestó Kang haciendo una leve reverencia.

—¿Señora? —preguntó Jennie ofendida—. ¿En verdad parezco una señora?

—Lo siento, solo lo dije por formalidad, señorita Kim —se retractó rápidamente.

—Sí, así esta mejor, gracias.

—Pensé que ya no volverías —murmuró Kang esta vez dirigiendo su mirada a Chaeyoung—. Creí que después de saber a quién te enfrentarías lo dejarías de lado para evitar problemas. Una parte de mi así lo quería, porque tú eres buena, no mereces tener enemigos por mi culpa.

—Abandonar el caso nunca fue una opción para mí —contestó Chaeyoung de manera seria—. Eres inocente, no mereces lo que te esta pasando y yo voy a ayudarte. Solo mírate, te ves muy decaído.

—Yo ya he perdido todo desde que me inculparon, no tengo familia, realmente no me molestaría pasar aquí el resto de mis días, nadie me espera afuera —confesó Daniel con voz apenas audible—. Mi madre murió, estoy completamente solo en el mundo.

—Estamos frente a un caso de transtorno depresivo persistente —mencionó Jennie detallando a Daniel con la mirada—. Ya he tratado con personas así que tienen como síntomas principales la tristeza, la baja autoestima y la indecisión. 

—Lo único que tengo claro es que me gustaría limpiar mi nombre, no por mí, sino por la memoria de mi madre, estoy seguro de que eso es lo que ella hubiera querido. 

—Y así será Kang —afirmó Chayeoung esbozando su característica sonrisa—. Vamos a demostrar tu inocencia.

—Myoui Mina esta aquí —comentó Jennie—. Tú puedes negarte a verla, no tiene autoridad aquí, además ya sabemos que no viene en buenos términos, ella sigue convencida de que tú asesinaste a su padre.

—Dudo mucho que algún día cambie de opinión —expresó Daniel con melancolía—. No la culpo, yo haría lo mismo en su lugar.

—¿Qué tan cercano eras a Akira Myoui? —preguntó Jennie a la par que sacaba un bloc de notas y un bolígrafo de su bolso—. Estoy segura de que Chaeyoung coincidirá conmigo, el verdadero asesino se encuentra en Freedom Law y a ti solo te utilizaron como conejillo de Indias.

—¿En Freedom? —cuestionó Daniel con perplejidad—. Pero todos ahí respetaban al señor Akira, él siempre fue muy bueno con todos.

—Lastimosamente Jennie tiene razón  —habló Chaeyoung esta vez—. El culpable trabaja en ese bufete, podría tratarse de cualquier empleado común, de un abogado o hasta alguien de su propia familia.

—En realidad hay algo que podría ayudar, me pasó justo días antes de lo sucedido, lo recuerdo perfectamente —explicó Daniel—. Es algo que no puede pasar por desapercibido.

—Ten total confianza en nosotras —Chaeyoung lo miró espectante tomandose unos segundos para reflexionar sobre la situación y todo lo que estaba en juego—. Cuéntanos todo, desde principio a fin. 

[🫐]

Lisa se limitó a observar como Mina caminaba de un lado a otro sin poder ocultar su expresión molesta.

—Me he mareado de solo verte dar vueltas, ¿podrías parar?

—Lo lamento, no puedo evitarlo —contestó Mina suspirando fuerte antes de tomar asiento a un costado de su colega—. Estoy segura de que Son le dirá a Kang que se niegue a aceptar mi visita.

—Precisamente eso es lo que pasará —afirmó Lisa con seguridad—. Solo estamos perdiendo tiempo valioso que podríamos ocupar en el bufete para revisar los antecedentes del caso.

—¿Tú crees?

—Lo creo —dijo fijando la vista en la pantalla de su teléfono—. Solo por curiosidad busqué información de la chica con la que venía Son Chaeyoung, porque ella se me hizo tan familiar.

—¿La de rojo? —preguntó Mina y Lisa asintió con la mirada perdida—. ¿De dónde la conoces?

—Cuando fui de viaje a Nueva York por un caso que tenía pendiente me encontré con ella, estaba en un bar nocturno, por supuesto Kim no me recuerda porque estaba completamente ebria —respondió intentando hacer memoria—. La llevé al apartamento que estaba alquilando porque no sabía donde llevarla, con decirte que no decía precisamente cosas coherentes. En el bar noté como estaba acompañada de dos tipos que según mi perspectiva no tenían buenas intenciones con ella, por eso decidí que la llevaría conmigo, pero a la mañana siguiente tuve que salir de improviso y cuando volví ella ya se había marchado.

—Increíble.

—Fue hace como un año, jamás me hubiese imaginado que la volvería a ver —dijo Lisa sonriente—. Recuerdo perfectamente su cara tan risueña, casi todo el tiempo tuvo los ojos entrecerrados y las mejillas sonrosadas. Ahora que la vi en sus cinco sentidos me di cuenta de que es aún más hermosa estando sobria, ¿viste que porte tenía? Parecía toda una diosa.

—¿Por qué tienes esa sonrisa Manoban? 

—¿No es obvio Myoui? Ella será mi futura novia —dijo Lisa con seguridad—. Ya le eché el ojo, me gustó y me la voy a ganar.

—Oh no, por favor no —Mina rodó los ojos. Por un momento había olvidado que su colega era bisexual pero que su mayor perdición eran las mujeres—. Es amiga de Son, es rival nuestra.

—Rival tuya, querrás decir —dijo la tailandesa y Mina solo la miró incrédula—. Yo no tengo nada en contra de Son, debemos saber separar lo personal de lo laboral.

—Me opongo porque ésto podría repercutir en el caso de mi padre —exclamó Mina con molestia—. No quiero que las cosas se salgan de control.

—Esta bien, lo haré una vez que termine el juicio, ¿te parece?

—Mejor vayamos al bufete, claramente solo perderé mi tiempo aquí —dijo Mina tomando su bolso y caminando hacia la salida del lugar—. Volveremos otro día.

—Sí quieres yo puedo quedarme —contestó Lisa de manera perversa—. Con suerte y pueda conseguir el número de teléfono de Jennie Kim.

—Ni lo sueñes Manoban.

Mina comenzó a caminar tan de prisa que Lisa no tuvo más remedio que seguirla por detrás. Una vez que abordaron su vehículo, la japonesa solo se limitó a cerrar los ojos mientras suspiraba pesadamente. 

—Tengo dolor de cabeza —mencionó Mina llevando una de sus manos hasta su frente—.  Esto me esta generando mucho estrés.

—Intenta relajarte, deja que todo fluya —le contestó la tailandesa con la vista fija en el camino—. Por cierto, llegó el rumor de que Dahyun renunció, ¿qué tan cierto es?

—Sí, lo hizo —respondió Mina—. Me dijo que quería abrirse paso sola.

—Eso es admirable, aunque es una pena que ya no esté en Freedom, pero me gustaría saber ¿cómo lo tomó su padre?

—Para ser sincera, no he hablado con mi tío Jae, normalmente nos visita en el bufete una vez a la semana —comentó Mina revisando las notificaciones de su celular—. Posiblemente vaya el lunes y si no lo hace entonces tendré que ir a verlo para contarle que reabrieron el caso de mi padre, era su hermano, tiene derecho de saber. 

—¿Y tus hermanos qué opinan al respecto?

—Jisoo solo quiere que se haga justicia y Tae... —hizo un mohín—. Tae piensa que Kang puede ser inocente.

—Bueno... no puedes negar que existe esa remota posibilidad —dijo Lisa por lo bajo sin recibir respuesta de parte de su colega—. El juicio nos dará la razón.

[🍗]

Después de darle tantas vueltas al asunto, Jisoo finalmente tomó la iniciativa de descargar Tinder, una aplicación para citas. No es que ella quisiera una cita, solo tenía curiosidad de saber cómo se manejaba todo eso.

Siguió todos los pasos al pie de la letra al momento de crear su perfil. Por obvias razones no iba a utilizar nada relacionado a su nombre con su usuario ni mucho menos colocar una de sus fotos en el perfil, asi que lo primero que se le vino a la mente fue...

"Chickengirl666"

—Es perfecto —se dijo así misma soltando una risilla antes de subir la foto de un pollito aesthetic como foto de su perfil. 

Nuevamente la aplicación le pedía subir como mínimo dos fotos y así lo hizo, se dirigío hasta su navegador para descargar más fotos de pollitos para subirlas y poder continuar. Como no estaba familiarizada con la aplicación no comprendía que debía hacer después. Le aparecían cientos de fotos de personas pero como ninguna le llamaba lo suficientemente la atención,  omitía dar like. Continuó observando así por unos cuantos minutos más hasta que le aparecieron un par de fotos de comida a las que por supuesto les dio like.

—"Avocachaeng11" —murmuró entrando al perfil cuyas fotos eran solo únicamente de comida—. Hasta que encuentro algo interesante de ver en esta aburrida aplicación. 

Dio like a todas y cada una de sus fotos hasta que una ventana intermitente cubrió toda su pantalla con el texto "It's a Match, you and Avocachaeng11 have liked each other". Impresionada y sin saber que hacer oprimió la opción de "Enviar mensaje". 

Chickengirl666
Hola.

Avocachaeng11
¡Hola!

Chickengirl666
¿Tú quién eres? 

Avocachaeng11
Soy Avocachaeng11.

Chickengirl666
¿En serio?

Avocachaeng11
Sí.

Chickengirl666
Las fotos de tu comida se ven deliciosas.

Avocachaeng11
Gracias, las fotos de tus pollitos son lindos también.

¿Y ahora? ¿Qué se supone que debería decirle? Hacía tanto tiempo que no hablaba con alguien nuevo que no sabía como entablar una conversación. Seguramente Nayeon sería estupenda para aconsejarla sobre estas cosas pero por supuesto que no iba a decirle que había descargado una aplicación de citas, se burlaría de ella por siempre.

Chickengirl666
¿Te gustan los videojuegos?

Avocachaeng11
Sí me gustan, ¿y a ti? Por cierto, ¿a qué te dedicas?

Por supuesto estaba totalmente descartado decirle que era abogada, seguramente le dejaría de contestar o en el peor de los casos hasta la bloquearía de la aplicación. Nadie quiere salir con un abogado o al menos nadie había querido salir con ella desde que lo era. Triste realidad.

Chickengirl666
Mmm vendo pollo frito, ¿Y tú?

Avocachaeng11
Vendo vegetales jeje ¿deberíamos intercambiar números? Me agradas.

Chickengirl666
Claro, tienes 2214431536 razones para escribirme. 

Avocachaeng11
Te escribiré más tarde, ahora tengo que irme, cuidate adiós. 

 Chickengirl666
Igualmente, adiós.

Jisoo bloqueó la pantalla de su celular y luego comenzó a rodar sobre su cama como una típica adolescente. ¿Cómo es que nunca había hecho algo así? De pronto ya no le parecía tan descabellada la idea de conocer a personas de esa manera. 

—Le pasé mi número, solo espero que no me extorsione.

El sonido de su teléfono hizo que se alarmara. Tenía una videollada entrante de Nayeon que contestó casi al instante.

—¿Qué sucede? —preguntó Jisoo que luego de enfocar la cara de Nayeon soltó una fuerte carcajada—. ¿Qué te pasó? ¿Adelantaste tu fiesta de cumpleaños? No puedo creer que me haya perdido tu mordida de pastel.

—Muy graciosa Kim Jisoo, estoy que no me calienta ni el sol —dijo Nayeon refunfuñando—. ¿Adivina a quién me encontré hoy? A la rubia oxigenada.

—¿Quién es esa?

—La culpable de que nos metieran a prisión —respondió a regañadientes—. Resulta que era la abogada de la contraparte del acuerdo de divorcio que tenía pendiente.

—De acuerdo, vayamos por partes, primero explícame por qué tienes la cara repleta de chantilly.

—¡Ella lo hizo! Lanzó un pastel justo a mi cara, no le importó dejarme en ridículo en frente de todo el restaurante y ¿sabes qué es lo peor? —Jisoo negó—. Que al final mi clienta se reconcilió con el marido y yo terminé llena de pastel en la cara.

—Me imagino que la chica rubia tampoco salió ilesa ¿o me equivoco?

—Oh, por supuesto que no, yo derramé una taza de café sobre sus pantalones —respondió Nayeon siendo la primera vez que mostraba una sonrisa perversa al recordarlo—. Debí buscar un pastel para embarrale, pero estaba tan enfadada que salí corriendo del lugar.

—Que mala suerte la tuya Nayeon, al menos yo he tenido suerte de no haberme topado a la odiosa con la que peleé por el último sándwich en el club.

[🍑]

—Momo ven aquí, tenemos nuevo pedido de entrega —avisó Shindong enviando la ubicación al móvil de Momo—. Seis piezas de pollo picante, Mandu de cerdo y Jaengban Guksu.

—Entendido —contestó Momo tomando las bolsas que le entregaba su jefe seguido del casco de su motocicleta.

—El pedido está a nombre de Choi Yeon Jun.

Momo trabajaba todas las mañanas y parte de la tardes como repartidora de comida de un restaurante. Luego de terminar con su turno acudía con la señora Soo para ayudarla en su local, en conclusión, sus días siempre estaban llenos de trabajo, pero no se quejaba, ella necesitaba trabajar muy duro para sacar a su hermana adelante.

Una vez que acomodó la comida dentro de la caja, abrió la ubicación en su celular y luego abordó la motocicleta. Afortunadamente no quedaba tan lejos de ahí, quizás en unos quince o veinte minutos haría la entrega. Debía apresurarse, ya que nunca faltaban clientes molestos por la impuntualidad, pero no era su culpa, ella hacía lo posible por llegar a tiempo.

Hoy el tráfico no estuvo tan denso como de costumbre, cosa que agradeció. Al llegar a su destino se topó con un enorme dificio y se puso a pensar... ¿será que algún yo pueda aspirar a vivir en un lugar así?

Agitó su cabeza ahuyentando esos pensamientos y volvió a su realidad. Se quitó el casco y procedió a sacar las bolsas de comida con sumo cuidado. Rápidamente se adentró al edificio y tomó el ascensor con destino al número de piso correspondiente de su cliente. Antes de que pudiera tocar el timbre, un joven ansioso ya le había abierto la puerta.

—¿Es Choi Yeon Jun? —preguntó Momo y el chico asintió—. Le entrego su pedido de seis piezas de pollo picante, Mandu de cerdo y Jaengban Guksu.

—¡Al fin chica! Cinco minutos más y me moría de hambre —le dijo Yeonjun en tono bromista—. ¿No te parece que es mucha comida solo para mí? —Momo lo miró sin comprender.

—No entiendo, eso fue lo que usted ordenó...

—Quiero decir que sería magnífico encontrar a alguien con quien compartir toda la comida que acabo de ordenar —comentó Yeonjun mientras la japonesa lo miraba expectante—. ¿Te gustaría comer la comida conmigo?

—¿Es una broma?

—Es broma —mencionó el chico soltando una pequeña risilla. Al parecer su intento de conquista no estaba funcionando—. Pero si quieres no es broma.

—Que amable, pero sigo en horario de trabajo —dijo Momo antes de hacer una reverencia ante él—. Muchas gracias por su compra.

Momo se dio media vuelta sin darle tiempo a Yeonjun de decirle nada más. No era la primera vez que uno de los clientes intentaba coquetear con ella y aunque eso no le parecía nada cómodo, siempre trataba de no ser imprudente para no tener problemas en su trabajo.

Al momento de llegar al estacionamiento se topó con quien menos quería ver, John Seo recargado sobre su motocicleta de reparto.

—A un lado —le dijo colocándose frente a él.

—¿Qué son esos modales Hirai? —contestó ignorando la petición de la japonesa—. Vine a visitar a una chica por aquí y a lo lejos reconocí tu motocicleta, así que decidí hacerte una rápida visita, ¿no te alegra ver a Johnny?

—Eres la última persona a la que deseaba ver —le respondió toscamente—. Quítate, me bloqueas el paso, estoy trabajando.

—¿Creés que se me olvida lo que me hiciste la última vez? Te dije que lo pagarías —murmuró sosteniendo a Momo fuertemente de los brazos para luego intentar besarla a la fuerza. Como era de esperarse Momo forcejeó con él intentando safarze sin mucho éxito—. Quédate quieta, yo sé que quieres.

—¡Suéltame! —gritó levantando la voz sin importar que las personas la escucharan a su alrededor—. Si no lo haces voy a gritar.

—Atrévete y verás de lo que soy capaz —la retó con sarcasmo.

—¿Y de qué se supone que eres capaz? —interrumpió alguien ajena a la situación con el celular en la mano—.  Este video tuyo acosando a una chica causaría mucho revuelo en las redes sociales, ¿no lo crees?

—¿Quién demonios eres tú? No te metas en lo que no te importa —respondió Johnny lanzando a Momo por instinto haciéndola caer al suelo.

—Resulta que si me importa, eres un insolente y esto que acabas de hacer te va a pesar —dijo la chica apretando la mandíbula al ver a la japonesa quejándose en el suelo.

Johnny hizo el amago de acercarse hasta ella, cosa que hizo alarmar a Momo quien como pudo se levantó colocándose rápidamente como escudo protector frente a la chica que parecía de todo menos preocupada por la situación.

—Déjala en paz John —dijo Momo alejando a Johnny con las manos—. Ella no tiene nada que ver en esto. Vámonos de aquí —lo que menos quería era causar un alboroto por el cual pudiera perder su trabajo.

—¡No! —gritó la chica desconocida tomando a Momo de la mano—. No puedes irte con esta bestia. No dejaré que lo hagas.

—Al diablo con esto, no perderé mi tiempo con niñitas estúpidas —escupió Johnny antes de pasar de lado y alejarse de ellas.

Ambas se quedaron en completo silencio intentando procesar todo lo sucedido, tan concentradas olvidando que aún seguían con las manos entrelazadas. Momo por primera vez se dio a la tarea de observarla y detallar el rostro de aquella chica que la había salvado del brabucón de Johnny. 

"Bonita", fue la primera impresión que le dio a simple vista de solo observar sus pequeños y rasgados ojos. Su piel... era tan blanca como la nieve en días de invierno. 

—Yo mmm.. ¿tengo algo en la cara? —preguntó la chica con cierto nerviosismo al sentir a Momo escanearla a detalle. 

—Yo... no, lo siento —Momo se disculpó con gran rubor sobre sus mejillas al notar su contacto—. Lo lamento mucho en verdad.

—No tienes que lamentar nada, ese tipo fue el culpable de todo esto, ¿vas a demandarlo? Tengo toda la evidencia en video, no tienes que buscar a un abogado, yo...—la japonesa la interrumpió.

—¡Abogados no! Abogados nunca —dijo Momo con severidad.

—¿Nunca? —preguntó la chica de tez pálida con el rostro apagado—. Esta bien... abogados no.

—Me llamo Hirai Momo —la japonesa hizo una reverencia ante ella—. Siento mucho todo lo que ha pasado, estoy muy apenada.

—Mucho gusto Hirai Momo, mi nombre es...—la interrumpió nuevamente.

—Lo siento, tengo que irme ahora, disculpa las molestias —dijo Momo tomando el casco de su motocicleta y abordando su vehículo para salir de ahí rápidamente. 

—Mi nombre es Kim Dahyun... —murmuró la chica a la nada observando como la japonesa se alejaba cada vez más. 

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