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Dieciocho: Decepción

—¿Entonces tú trabajas para pagar los estudios de tu hermana? —preguntó Yeonjun con la mirada baja.

—Sí, para pagar sus estudios y para mantenernos prácticamente —respondió Momo—. Tengo que trabajar duro para pagar la renta, la comida, la electricidad y todo eso.

Para suerte de Yeonjun, Momo había aceptado dar una vuelta con él cerca de un parque que se encontraba cerca de la casa de la japonesa.

—¿Y tus padres? —preguntó esperando no ser muy indiscreto—. ¿En dónde están?

—Mamá está en prisión —murmuró Momo con la vista fija al frente—. Y papá está muerto.

Yeonjun tragó en seco al escuchar esa respuesta. No sabía que decir. Había sido mala idea preguntar eso, lo menos que quería es que la contraria se sintiera mal.

—Lo lamento mucho...

—Papá siempre fue malo con nosotras, nos golpeaba cada que llegaba a casa borracho y eso era casi siempre. Un día mamá se cansó de sus tratos y nos defendió, pero las cosas salieron mal y ella ahora está en prisión —explicó la japonesa con voz apenas audible—. Teníamos dinero, pero la familia de mi padre no los arrebató y no conforme con eso, contrataron a un abogado para que refundiera a mi madre en la cárcel.

—¿Te has contactado con algún abogado? Estoy seguro de que algo se puede hacer, no pueden arrebatarles lo que es suyo.

—Los abogados son de lo peor, todo en esta vida se mueve con dinero, todos son corruptos, los odio... culparon a mi madre injustamente —gruñó con resentimiento—. Ella solo quiso defendernos de sus maltratos, fue un accidente.

—No todos los abogados son malos —afirmó Yeonjun y la japonesa negó repetidas veces. ¿Momo sabría que Kim Dahyun es abogada? Seguramente no—. Yo conozco a una abogada muy buena que estaría encantada de poder ayudarte en tu caso, te prometo que ella no es corrupta.

—¡No quiero! —dijo sin medir el tono de su voz. Yeonjun la miró impresionado solo limitándose a asentir—. Lo siento... nunca me gusta hablar de ese tema porque siempre me pongo mal, no quise levantarte la voz...

—No te disculpes, yo reaccionaría igual en tu lugar, además fue mi culpa por preguntarte, no tocaremos más el tema, no quiero que te pongas triste —contestó Yeonjun tomándose el atrevimiento de acariciar su mejilla suavemente—. Eres una chica muy valiente, tienes todo mi respeto y admiración.

—¿Lo dices en serio?

—Por supuesto —asintió Yeonjun despeinando su cabeza de manera juguetona—. ¿Sabes algo? En casa tengo muchos libros que ya no ocupo y cuando veníamos de camino al parque me comentaste que a tu hermana Lia le encanta leer —Momo asintió sin comprender—. Me gustaría regalarte algunos.

—No puedo aceptarlos, son tus libros.

—Pero te he dicho que ya no los uso más, ya los he leído todos, por favor acéptalos, a tu hermana le encantarán, tengo muchos —le dijo con voz animada—. Tómalos como un regalo de mi parte, somos amigos ahora ¿no?

—¿Amigos? —preguntó Momo con la mirada brillante, ¿de verdad tenía un amigo? Su primer amigo.

—Sí, los amigos se obsequian cosas.

—Pero.. yo no tengo algo para regalarte —dijo Momo con preocupación.

—Oh no, no quise decir eso, me refiero a que los amigos se apoyan. Estoy seguro de que a tu hermana le gustaría tener varios tomos de libros para poder leer en casa, incluso tú podrías leer alguno también, anda ¿qué dices?

—Esta bien... —Momo aceptó aunque no del todo convencida—. Me daré un tiempo para pasar por los libros a tu apartamento.

—¿Por qué no ahora? Me dijiste que tienes el día libre y yo también. Puedo llevarte ahora y puedo traerte de regreso a casa, los libros son pesados para llevarlos en camión.

—No quiero dar molestias, ya haces suficiente con regalarme los libros...

—No es ninguna molestia, vamos —Yeonjun la tomó de la mano sorpresivamente y la guió hasta donde se encontraba aparcado su automóvil. Como todo un caballero le abrió la puerta del copiloto y le cedió el paso—. Primero las damas, señorita Hirai.

Momo se sentía un tanto extraña. No estaba acostumbrada a que una persona ajena la tratara bien. Al fin había encontrado a alguien que no la menospreciaba por no pertenecer a una clase social. Se sentía feliz, extrañamente feliz. Se moría por contárselo a la señora Soo y a su hermana Lia. Momo tenía un amigo, su primer amigo.

El viaje hasta su apartamento fue muy agradable, Yeonjun le contó cosas triviales de su vida, como por ejemplo que era diseñador gráfico y trabajaba para la empresa de su padre desde la comodidad de su casa. Era de esperarse que tuviese ciertos privilegios al ser hijo del dueño. También le contó que hace tres años tomó la decisión de mudarse a un apartamento y que hasta hace poco su mejor amiga se había mudado con él. La chica con disfraz de Aladdín... la japonesa sonrió al recordarla, le había agradado mucho y en el fondo deseaba volver a verla pero esta vez sin maquillaje.

—Hemos llegado —avisó Yeonjun bajando del auto—. ¿Vamos?

Momo asintió siguiéndolo por detrás. Yeonjun era un chico bastante expresivo, puesto que casi nunca dejaba de hablar. Ambos subieron hasta el piso de su apartamento y cuando entraron a Momo le sorprendió que su apartamento se encontrara completamente limpio a pesar de haber tenido una fiesta la noche anterior.

—¿Cómo limpiaste tan rápido?

—Contraté a un personal de limpieza —comentó rascando su cuello—. Toma asiento aquí y espérame, iré por los libros ¿está bien?

Momo asintió tomando asiento en un enorme y cómodo sofá. Observó el lugar a su alrededor y soñó con algún día vivir en un lugar así. Trabajaría duro para poder cumplir ese sueño. Sus pensamientos se vieron interrumpidos gracias al sonido de la puerta. Al parecer alguien intentaba abrirla con llaves. Se puso de pie rápidamente y por su cabeza pasó gritarle a Yeonjun, pero por alguna razón se quedó callada a la espera del desconocido.

Bastaron solo un par de segundos más para ver a una chica entrar con un portafolio en manos y lo que parecía ser su teléfono pegado al oído sostenido de su hombro. Estaba tan concentrada en su llamada que pasó de largo sin notar la presencia de Momo a un costado del sofá de la sala.

Olvidé unos documentos en casa, tuve que venir al apartamento de forma exprés —dijo colocando su portafolio sobre la barra de la cocina y seguido de esto se sirvió un vaso con agua—. Le envié un mensaje a Chaeyoung pero no lo ha visto, debe estar ocupada.

Momo permanecía estática como una estatua sobre el mismo lugar. Era ella, la misma chica que la había defendido del idiota de John, ¿a caso ella era la chica Aladdín?

Me dejó a cargo de unos pendientes, dijo que se iba a ausentar en algo... importante —Dahyun finalmente notó la presencia de la japonesa—. Te llamo luego —añadió antes de colgar la llamada y dirigirse hasta la contraria.

—Umm... ¿hola? —saludó la japonesa tímidamente.

—Hey... hola —correspondió a su saludo—. Disculpa, no te vi, ¿estabas aquí hace un momento?

—Sí, todo el tiempo estuve aquí... —respondió Momo con preocupación. Quizás no le agradaba que ella estuviera aquí, tenía que salir de ahí pronto—. Lo siento...

—¿Por qué te disculpas? —preguntó Dahyun sentandose en el sofá del frente—. Tu nombre es Momo ¿verdad? —la japonesa asintió—. Yo soy Kim Dahyun, quizás me recuerdes por ser la chica con disfraz de Aladdín. Me alegra volver a verte, ¿cómo es que estás aquí?

—Yo la traje —escucharon una voz a sus espaldas. Se trataba de Yeonjun cargando una pila de libros sobre sus manos—. ¿Saliste temprano del trabajo?

—No en realidad. Tuve que venir por unos documentos que olvidé aquí —contestó Dahyun dirigiendo su vista hacia su amigo y luego a la japonesa—. No quiero interrumpir, entonces solo buco los documentos y me voy.

—No pasa nada, de todos modos ya nos íbamos, tengo que llevar a Momo a casa. Te veré más tarde Dahyun —anunció Yeonjun caminando hasta la puerta de entrada—. Vamos Momo.

—Claro —la japonesa asintió haciendo una reverencia ante la chica de tez pálida a modo de despedida—. Hasta luego, con su permiso.

—Adiós —Dahyun agitó su mano observando como ambos se marchaban dejándola completamente sola en el apartamento. Sintió una rara sensación al verlos juntos, ¿a caso Momo era la novia de Yeonjun? ¿Por qué su mejor amigo no le había contado algo tan importante? O quizás solo eran amigos nada más.

¿Estaba sintiéndose celosa de que Momo le robara la amistad de Yeonjun? ¡Pero que tontería!

[🍋]

Sana llegaba a Tigers Law con una enorme sonrisa plasmada en el rostro. Su tarde a lado de Tzuyu había sido magnifica, había reído y disfrutado de los pequeños placeres de la vida como hace tiempo no lo hacía. La taiwanesa era una chica muy agradable y sobre todo hermosa, no podía creer que era alumna de Jihyo, tampoco quería imaginarse lo que pensaría su amiga de saber que había salido con ella, aunque haya sido solo por ayudar a la menor, Jihyo no lo comprendería.

—¡Hey!

—¿Hmm? —Sana ahuyentó sus pensamientos y enfocó su vista en Rosé—. Hola, Rosie.

—¿Vienes llegando? —preguntó con una ceja arqueada—. Llegas un poco tarde, tienes suerte de que Chaeyoung haya salido.

—Me vi con un cliente —mintió mostrando una leve sonrisa—. ¿Y tú?

—Yo he estado aquí desde la mañana, justo vengo de tu oficina, quería invitarte a comer pero no estabas —comentó Rosé mostrándole la pantalla de su celular—. Encontré un restaurante de comida tailandesa con una calificación casi perfecta. No está lejos de aquí, ¿vamos?

—Claro, me encantaría —contestó Sana suavemente—. Avísale a Jeongyeon, Jennie y a la abogada nueva, creo que sería la ocasión perfecta para conocernos mejor.

—También lo pensé y fui directo a la oficina que le asignó Chaeyoung pero no estaba. Jeongyeon salió hace mucho rato, aún no ha vuelto y en cuanto a Jennie, la vi salir discretamente poco tiempo antes de que llegaras —comentó Rosé sin despegar la mirada de las reseñas del restaurante—. Entonces ¿vienes?

—¿En tu coche o en el mío?

—Vamos en el tuyo, hoy no traje el mío, Jeongyeon pasó por mí esta mañana y se suponía que iba a llevarme de regreso a casa pero ella solo se fue sin decir a donde —dijo Rosé con indignación—. Para mi mala suerte Chaeyoung tampoco está.

—Yo puedo llevarte a casa cuando termine la jornada del día, ya resolví casi todos mis pendientes.

—Eres muy amable —le dijo antes de que ambas se adentraran al elevador.

Sana no estaba mintiendo al decir que ya tenía casi todos sus pendientes resueltos, por algo no había tenido ningún inconveniente al salir con Tzuyu, incluso se había tomado más del tiempo previsto en su supuesta “cita”. Después de comer helado, Tzuyu llevó a Sana al área de videojuegos —lugar que no había visitado jamás— pero que le había encantado y que ahora visitaría con más frecuencia.

La japonesa sonreía sin darse cuenta recordando los momentos divertidos de hoy. Rosé no lo notaba por mantener su vista fija sobre la pantalla de su teléfono, para ser exactas, dentro del chat de su Chicken girl.

Rosé
Iré a comer a un restaurante de comida tailandesa, tengo curiosidad.
[3.24 pm]

Chicken girl
Me gusta la comida tailandesa, espero que lo disfrutes, linda.
[3:26 pm]

—¿Me dijo linda? —preguntó Rosé en voz alta. Cuando se dio cuenta de su gran error cubrió su boca con las manos. Se aclaró la garganta observando como Sana sonreía con la vista frente a la carretera. Extrañamente la japonesa ni se inmuto, no la escuchó o quizás no le estaba prestando la suficiente atención.

—Es aquí, ya llegamos —avisó Sana mirando la fachada del restaurante por fuera. El restaurante se encontraba varios pisos arriba, pero se alcanzaba a ver un letrero gigante iluminado con su nombre—. No me lo imaginaba tan elegante. De noche se debe ver espectacular.

—Yo tampoco. Tenemos que venir a cenar alguna vez —contestó Rosé bajando del coche de la japonesa—. Pero vamos ya, me muero de hambre —añadió con voz animada. Sana la siguió por detrás y cuando llegaron un hostess las recibió de manera amable.

—Bienvenidas a Manobanu Deluxe, ¿tiene reservación?

—¿Reservación? —preguntó Rosé mirando a Sana de reojo—. ¿No hay mesas disponibles? Acabo de descubrir este lugar hace una hora, por supuesto que no tengo una reservación.

—En Manobanu se hacen previas reservaciones para obtener una mesa con mejor vista del lugar, pero en este momento tengo dos mesas disponibles sin reserva —comentó el hombre—. ¿Serían tan amables de seguirme? Las guiaré hasta su mesa.

Ambas lo siguieron en silencio. Rosé no dejaba de curiosear a su alrededor. El restaurante tenía una linda y extensa jardinera en el medio. Simplemente acogedor, elegante y maravilloso. Sana frenó su caminata observando el enorme ventanal que se encontraba tan solo a unos cuantos pasos de ella. Una mesa tenía la vista perfecta de la ciudad.

—Mira Rosie, es precioso aquí —murmuró la japonesa con los ojos brillantes.

Rosé caminó hasta donde su amiga y admiró perpleja. Sus ojos se expandieron en grande al reconocer la figura que se encontraba de espaldas ocupando aquella envidiable mesa.

—¿Jennie? —preguntó Rosé logrando que la chica de ojos felinos volteara al instante de escuchar su nombre—. ¡Eres tú! ¿Por qué nunca nos contaste de este lugar?

—Ah... —Jennie rascó su cabeza con nerviosismo—. ¿Qué hacen ustedes aquí?

—Que buenos gustos Kim —comentó Sana—. ¿Vienes sola? Podemos compartir mesa contigo, tienes una vista de ensueño.

—Señoritas... esa mesa ya se encuentra reservada, las llevaré a su mesa —el hostess no tardó en llegar hasta ellas—. Sean tan amables de acompañarme.

—La reservó nuestra amiga Jennie. No creo que le importe que nos sentemos aquí con ella ¿oh sí, Jennie? —preguntó Rosé tomando asiento a un costado de la chica de ojos felinos—. Dime la verdad, ¿esperas a alguien? Porque si es así nos iremos a otra mesa.

—No, no espero a nadie, pueden sentarse aquí conmigo —dijo con inseguridad. El hostess le dedicó una mirada indecifrable antes de hacer una reverencia y marcharse. Jennie se removió incómoda observando como sus compañeras tomaban asiento cómodamente. No sabía por qué razón había mentido, ¿a quién quería engañar? Lisa podría llegar en cualquier momento. Tenía que encontrar una solución rápido o estaría en problemas.

Un mesero llegó segundos después para dejarles la carta. Se tomaron un par de minutos en decidir sus platillos y Jennie no dejaba de sentirse nerviosa pensando en que explicación les daría a sus compañeras de trabajo sobre salir con Lalisa Manoban. Es verdad que no tenía nada de malo, pero su cerebro en estos momentos no pensaba con total claridad.

—Iré al sanitario antes de traigan la comida —avisó Rosé dejando su bolso sobre la silla—. No tardo.

—Voy contigo, yo también quiero ir —dijo Sana levantándose luego de ella—. ¿Tú no vienes Jennie?

—Estoy bien gracias, las esperaré aquí —luego de que desaparecieran de su vista, Jennie marcó al número de Lisa rápidamente esperando que atendiera su llamada y así lo hizo.

—¡Hola!

Lisa, sucedió algo, ¿podríamos posponer la cita para otro día?

Pero... ¿por qué? ¿ya no quieres verme? —preguntó la tailandesa. Su tono de voz se había vuelto triste—. ¿Qué sucede?

—No puedo asistir a la cita —mintió sintiendo remordimiento. Lisa se permaneció en silencio, silencio que alarmó a Jennie en cuestión de segundos—. Tuve un problema, pero...

Comprendo —Lisa colgó la llamada.

—¡Demonios! —maldijo en voz baja. Se sentía molesta con sus amigas por haber llegado sin previo aviso. Molesta con ella misma por haberles mentido, por mentirle a Lisa. Se sentía fatal.

—¿Jennie Kim? ¿eres tú? —un joven que pasaba por ahí enfocó su vista en ella.

—¿Kwon Ji Yong? —preguntó Jennie esta vez poniéndose de pie—. No lo puedo creer, ¿cuando volviste a Corea? ¿por qué no me avisaste? Tonto, te he extrañado tanto —lo abrazó sin pensarlo. No había visto a su mejor amigo desde hace casi un año.

—Iba a caerte de sorpresa en tu trabajo pero el destino hizo que me encontrara contigo antes —dijo el chico dando vueltas con Jennie aún en sus brazos—. Tengo mucho que contarte, conocí a alguien en Londres. Tenemos que ponernos al día pequeña.

—Quiero saberlo todo. Me has hecho mucha falta Jiyong —Jennie lo tomó de las mejillas y comenzó a jalar de ellas como en los viejos tiempos—. Tus cachetes son más grandes.

—Tú eres un poco más enana a como te recuerdo —la despeinó de manera juguetona—. Pequeña hobbit andante.

—¡Oye! —Jennie gruñó soltando una carcajada. Y de pronto un carraspeo de garganta la hizo descolocarse, ese aroma de perfume lo conocía a la perfección. No necesitaba verla para saber que ella estaba ahí—. Lisa...

—Entonces... hubo un problema —murmuró Lisa observando la escena con una mirada inexpresiva. Tan fría que la hizo temblar.

—Puedo explicarlo —contestó Jennie rompiendo contacto con su amigo Jiyong quien ahora estaba confuso—. No es lo que parece.

—¿Quién es ella? —preguntó Jiyong escaneando a Lisa de los pies a la cabeza. 

—Nadie —respondió Lisa mirando la rosa roja que sostenía sobre sus manos—. Disculpen, ya me voy.

—No, espera... —Jennie la detuvo sosteniéndola del brazo, sin querer ejerciendo más presión de la debida—.  Escúchame.

—Está bien, es mi culpa, no debí insistir, no sabía que estabas con alguien —dijo soltándose de ella—. Tengo que irme.

—¡Lisa! —le gritó sin saber cómo, puesto que sentía un nudo en su garganta. Un sentimiento inexplicable. Doloroso.

Lisa se marchó y su pecho ahora dolía, pero ¿por qué? Tenía unas ganas inmensas de llorar sin razón. Todo era un malentendido. Aunque no le debía explicaciones, sentía que debía dárselas para sentirse bien consigo misma. Jennie debió ir corriendo tras ella, pero no lo hizo...

[🥭]

—¿Su novia? ¿Qué se cree Son Chaeyoung como para envolverme en esta mentira? ¿Y por qué yo le seguí el juego? Soy una tonta, una idiota.

—¿Por qué te llamas así? —preguntó Taehyung observando como su hermana se insultaba sola—. ¿Todo bien?

—Taehyung ¿no deberías estar en Fredoom? —preguntó Mina dejando su bolso sobre el sofá. Había decidido ir directo a su casa, ya que no tenía cabeza para trabajar después de todo lo sucedido—. ¿No tienes pendientes?

—Estoy libre, por eso regresé temprano a casa —respondió colocando sus manos dentro de los bolsillos—. Aunque me alegra verte, tengo buenas noticias.

—¿De qué se trata?

—Conseguí que retrasaran el caso de nuestro padre una semana, ya no será la semana entrante como estaba previsto —mencionó mostrando una leve sonrisa—. ¿Estás feliz?

—¿Por qué debería estarlo? —cuestionó Mina colocando sus manos sobre la cintura. Fue inevitable que le vinieran a la mente todos los recuerdos de lo anteriormente dicho por Chaeyoung.

—Creí que eso querías, no entiendo —dijo sin comprender.

—Lo único que quiero es que el culpable de la muerte de nuestro padre pague y no se quede impune —dijo mirando fijamente a su hermano—. Quisiera hacerte una pregunta, ¿qué tan cercano eres del doctor Jeon Jungkook?

—¿Por qué me preguntas eso? Nunca antes te has interesado por mi vida.

—Soy tu hermana, por supuesto que me interesa tu vida —expresó dolida.

—Pues no lo parece —murmuró desviando la mirada logrando que Mina frunciera el ceño—. Fuimos compañeros antes, pero ya no somos tan cercanos.

—¿Por qué dejaron de ser cercanos? —preguntó queriendo indagar más sobre el tema. Quería tener argumentos suficientes para desmentir las sospechas de Chaeyoung. No podía desconfiar de su hermano. Se negaba rotundamente a hacerlo.

—No voy a responder eso, es mi vida privada, ¿a caso tú me cuentas qué es lo que haces o a dónde vas cuando no estás en el despacho? —cuestionó Taehyung con expresión molesta—. Haga lo que haga nunca puedo complacerte. Logré que aplazaran el juicio y ni siquiera recibo un gracias de tu parte. Jisoo tiene razón, no soy un buen abogado, pero me esfuerzo, te juro que lo hago.

—Eres un buen abogado Taehyung, lamento si a veces te hago pensar lo contrario pero lo eres, Jisoo y tú son excelentes abogados.

—No soy tonto Mina, ¿qué te ha dicho Son Chaeyoung de mí?

—¿Qué tiene ella que ver en nuestra conversación?

—Te vi irte de la fiesta de Dahyun con ella. No sabía que ustedes eran cercanas, no parecías muy contenta al saber que ella llevaría el caso de nuestro padre —dijo Taehyung dejando a Mina sin palabras—. Fui al hospital para hacerme una revisión. No me he sentido bien estos días.

—¿Qué tienes? —preguntó Mina con preocupación. Al instante su móvil vibró mostrando un nuevo mensaje que sin querer abrió rápidamente.

Son Chaeyoung
Mi madre insiste en desayunar contigo mañana :D
[4:43 pm]

Mina
Ni siquiera lo pienses.
[4:43 pm]

Son Chaeyoung
Pasaré por ti mañana muy temprano, iremos a un lugar muy bonito, besos.
[4:44 pm]

Mina bufó molesta, ¿pero que se había creído Son? ¿que estaría a su total disposición?

—Nada, no tengo nada importante —constestó Taeyhung con molestia al ver que su hermana prefería prestarle atención a su teléfono antes que a él—. Me voy, no quiero hacerte perder más el tiempo.

—Tae, espera... lo lamento —se disculpó pero no fue suficiente, su hermano salió de la casa y no pudo descifrar si su expresión era decepcionada o molesta—. Demonios, no fue mi intención...

Su teléfono volvió a vibrar.

Son Chaeyoung
Video para "novia" de mentiras.

[4:46 pm]

—¿Ah? Esa mujer está completamente loca —murmuró Mina reproduciendo el video sin querer una y otra vez.

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Los tqm 💙💙🌈

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