Diecinueve: Declaración
Chaeyoung esperaba impaciente sentada sobre el sofá de su casa a que su madre terminara de hornear galletas en la cocina. Todavía se seguía cuestionando si era una buena idea continuar con el engaño del supuesto noviazgo con Mina, pero es que su madre estaba tan alegre que simplemente no podía. Además los recuerdos de los besos compartidos con Mina no dejaron de atormentarla durante toda la noche.
—Mamá... ¿no crees que vas demasiado rápido? —preguntó Chaeyoung acercandose sigilosamente hasta la cocina—. Es decir, le horneaste galletas a Mina en lugar de hornearlas para mí, yo soy tu hija.
—No seas celosa con tu novia Chaeyoung, solo trato de ser amable con ella, no estaré aquí por mucho tiempo —dijo concentrada en empaquetar las galletas sobre una bonita canasta—. Quiero agradarle y también quiero agradecerle por cuidar bien de ti. Te veo más radiante que nunca y eso me llena de felicidad.
Chaeyoung se mordió el labio nerviosa. No sabía que decir, ya no quería inventarle más mentiras, simplemente lo dejaría así. Además ella tenía razón, su madre solo estaría aquí por un par de días. No podría ser ta difícil fingir ser novia de Myoui Mina ¿o sí?
—¿Puedo comer una? Se ven deliciosas —Chaeyoung intentó tomar una de las galletas recién horneadas pero su madre le palmeó la mano enseguida—. ¡Hey!
—Son para tu novia, después haré más para nosotras —contestó su madre y Chaeyoung puso los ojos en blanco—. Vamos por ella, ya estoy lista —añadió tomando su bolso y sosteniendo su canasta de galletas.
Ambas partieron directo a la casa de Mina y Chaeyoung podía sentirse cada vez más nerviosa. ¿Y si las cosas salían mal? ¿y si Mina le decía a su madre que todo era una mentira? Eran tantas preguntas que ya hasta comenzaba a dolerle la cabeza. Permaneció callada intentando disimular para que su madre no se diera cuenta y al parecer había funcionado porque en todo el recorrido no le hizo ningún comentario al respecto.
—Es aquí —avisó Chaeyoung aparcando su camioneta fuera de la casa—. Hemos llegado mamá.
—Es una casa muy linda —comentó su madre bajando de la unidad—. Y enorme.
—Vaya que lo es, ¿Me disculpas un momento? Voy a llamarle a Mina para que salga —explicó Chaeyoung mostrando su teléfono. Su madre asintió. Afortunadamente la susodicha no tardó en responder a su llamada.
—Dime Chaeyoung.
—Estoy afuera de tu casa, ¿estás lista?
—Nunca dije que iría.
—¡¿Qué?! —gritó en voz alta sin querer llamando la atención de su madre—. No puedes hacerme esto, mi mamá horneó galletas para ti.
—Galletas... ¿para mí?
—Si no sales voy a tener que tocar a tu puerta y seguramente no querrás que tus hermanos se enteren de lo nuestro.
—¿Enloqueciste? Nosotras no somos nada Chaeyoung —dijo con exasperación—. No llames a la puerta, saldré en un momento.
—¿Pasa algo? —preguntó su madre acercándose lentamente hasta su hija—. Me pareció haber escuchado que discutían, espero estar equivocada.
—No pasa nada mamá, ella saldrá en unos momentos.
—Esta bien hija.
Luego de unos segundos Mina salió de su casa luciendo un bonito vestido negro de manga larga totalmente ceñido a su cuerpo. Chaeyoung se perdió por un instante admirando su belleza. Mina era hermosa de los pies a la cabeza, pero no lo tenía lo suficientemente claro hasta el día anterior luego de besarla.
—Hola Mina, que guapa estás —saludó la señora Son extendiéndole la canasta con galletas—. Para ti, las preparé esta mañana, espero que te gusten.
—Que bonito detalle, muchas gracias, no se hubiera molestado —contestó Mina haciendo una reverencia ante ella—. No recuerdo bien su nombre... soy algo despistada.
—Mi nombre es Son Sooyoung, linda —la señora Son miró a su hija totalmente perdida, razón por la cual carraspeó su garganta con el fin de llamar su atención.
—Oh... hola cariño —dijo Chaeyoung plantando un beso de pico sobre la boca de Mina que la tomó por sorpresa—. Estás hermosa.
—Gracias.. —contestó con la mandíbula tensa bajo la atenta mirada de Sooyoung—. Tú también lo estás.
—¿Quieres ir a dejar la canasta de galletas dentro? Podemos esperarte aquí —mencionó Sooyoung.
—Oh yo... —Mina se quedó en silencio. No podía entrar nuevamente a casa, sus hermanos le harían mil preguntas que no sabría como responder—. Las llevaré conmigo. Después del desayuno tengo que ir directamente al trabajo a encargarme de unos asuntos pendientes.
—Sí, entendemos. Sube al auto cariño —Chaeyoung le abrió la puerta del copiloto para que esta pudiera abordar—. Iremos a un lugar que visito con frecuencia. Tienen mucha variedad de comida.
Sooyoung tomó asiento en la parte trasera. Se veía bastante animada de poder observar las interacciones entre ambas. Para ella era algo nuevo presenciar la faceta de su hija enamorada. El desayuno sería más que interesante.
[🍏]
—Fue un placer atenderlo señor Park —Lisa le extendió la mano como despedida—. No olvide enviarme los documentos que le requerí para poder preparar una buena defensa. Tampoco se presione, tenemos todas las de ganar este juicio.
—Me quedo más tranquilo de saber eso señorita Manoban —le dijo el señor haciendo una reverencia ante ella—. Le enviaré todo lo que me pidió. Ahora me retiro.
—Que tenga un buen día señor Park.
—Igualmente señorita Manoban.
Una vez que el hombre salió de su oficina, Lisa se dejó caer sobre su silla recargando todo su peso en el respaldar. Luego de observar el techo por un par de minutos en completo silencio, tomó su celular del escritorio.
—Nueve llamadas perdidas y 6 mensajes de texto sin abrir. Todos de Jennie Kim.
¿Por qué razón se estaba comportando como una niñata cobarde? Era verdad que desde la noche anterior había ignorado todo tipo de contacto con Kim porque se sentía herida, pero no había razón para estarlo. Aunque Jennie no era nada suyo, conservaba la esperanza de que algún día lo fuera, pero verla admirar a aquel hombre con un brillo especial en los ojos... uno con el que tal vez nunca podría mirarla a ella, la hizo recapacitar.
Jennie no es para mí. Jennie tiene a alguien más y no voy a interferir.
Lisa sabía lo que era ser traicionada. Lo había vivido más de una vez. Lo mejor que podía hacer era retirarse por lo sano antes de seguir alimentando sus ilusiones.
“Cobarde”. Así se sentía, pero necesitaba pensar las cosas con claridad. En realidad no estaba molesta con Jennie, sino con ella misma. Pensar que todo este tiempo había estado haciendo el ridículo la hacía sentirse avergonzada, pero todo era su culpa.
Finalmente se dispuso a abrir el chat de Jennie.
Jennie
Responde por favor, necesitamos hablar.
[11:23 pm]
¿Por qué no respondes mis llamadas? ¿Me estás ignorando?
[11:47 pm]
¿Llegaste bien a casa? Lisa, por favor... Llámame en cuanto leas este mensaje.
[1:34 am]
De acuerdo, mentí cuando dije que no podía ir a la cita, pero todo tiene una explicación. Habla conmigo. Por alguna razón no puedo conciliar el sueño...
[2:56 am]
Hizo un puchero con los labios luego de leer los mensajes y de pronto se sintió la peor persona del mundo. Romper lazos con Jennie iba a costarle demasiado. No iba a ser así de fácil. Ahora lo único que quería era correr a sus brazos y rogarle por una oportunidad para poder conquistarla.
—Ella está con alguien —murmuró golpeándose la frente con la palma de su mano una y otra vez. Dos golpes en su puerta la hicieron recomponerse sobre su sitio—. Adelante.
Y ahí estaba ella, la chica de ojos felinos adentrándose en su oficina. Llevaba puestas unas gafas negras que cubrían toda la extensión de sus ojos y su cabello estaba atado perfectamente en una coleta. Su expresión era neutra.
—Jennie... ¿qué ha..—
—¿Por qué ignoras mis llamadas? —cuestionó con una mezcla de molestia y decepción en su voz. Lisa no tuvo oportunidad de responder. Jennie se retiró las gafas dejando ver las visibles ojeras debajo de sus ojos—. Explícame qué me hiciste... ¿por qué no puedo dejar de pensar en ti?
—¿Qué? —Lisa se puso de pie a par de Jennie—. No entiendo...
—Primero me dices que te gusto, que vas a conquistarme a toda costa, me invitas a lugares costosos, me regalas flores y un día de la nada simplemente decides ignorar mis llamadas y desapareces —dijo con reproche—. Dime algo ¿encontraste a alguien mejor? ¿eso haces con todas o solo ya te has aburrido de mí?
—Tú estás con alguien y no me lo dijiste. Yo jamás me interpondría en una relación... Sé lo que se siente ser engañada y que se rían a mis espaldas —murmuró Lisa con la mirada baja—. Debiste cortarme las alas desde que te confesé mis sentimientos.
—¿De qué estás hablando?
—El chico con el que estabas anoche. Desde que te vi observarlo con tanto amor supe que yo ahí estaba de sobra.
—¿Te refieres a Jiyong? —preguntó Jennie frunciendo el ceño—. Es mi mejor amigo, se mudó a Londres hace aproximadamente un año y no lo había visto desde entonces. Ayer me lo encontré en Manobanu por casualidad del destino.
—Es.. ¿él es tu amigo?
—Mi mejor amigo —aclaró Jennie cruzándose de brazos mientras que Lisa ataba cabos en su cabeza—. No estoy saliendo con él, no estoy saliendo con nadie.
—¿Lo dices en serio? No me mientas, mi pobre corazón no lo resistiría —dijo Lisa envolviendo a Jennie en sus brazos sin previo aviso—. Dime que tengo una oportunidad, dímelo y me esforzaré cada día para ganarme tu corazón.
—Lisa... —Jennie se separó de ella, cosa que hizo alarmar a la tailandesa comenzando a sentir temor a su rechazo—. Nunca antes me había pasado algo así, anoche no pude dormir, siempre que intentaba cerrar los ojos, tu cara aparecía en mis pensamientos. Me sentí herida cuando vi que no atendías mis llamadas y me armé mil teorías por las que imaginé habías decidido alejarte de mí. Justo antes de salir de mi apartamento esta mañana me di cuenta de algo, por esa razón estoy aquí.
—Jennie...
—Creo que me gustas y me siento extraña. No porque seas una mujer, sino porque hace tanto tiempo que no estoy con alguien... no estoy acostumbrada a pensar en una persona que no sea yo. Estoy aterrada, yo siempre he tenido el control y ahora... solo no quiero que nadie me lastime —Jennie sacó de su bolso una pequeña flor amarilla que había cortado camino a Tigers Law y se la extendió a la contraria—. Yo también puedo regalarte flores, porque cuando dos personas se quieren deben demostrar su amor de manera mutua. Quiero que intentemos conquistarnos... no puedo asegurarte cual será el resultado final porque la vida da muchas vueltas, pero quiero intentarlo.
—Te prometo que voy a poner todo de mi parte para que funcione —dijo Lisa aspirando el aroma de la flor—. ¿Tienes planes para hoy en la noche?
—Planeaba intentar dormir para recuperar mis horas de sueño...
—Cierto, mira esos ojitos —Lisa acarició las mejillas de Jennie con cariño y en el proceso aprovechó para observarla profundamente. Tenerla tan cerca a tan solo centímetros hacía que se despertaran sus sentidos. Moría por besarla, pero iría lento, tal y como ella quería—. Tampoco me molestaría velar de tus sueños mientras te abrazo de cucharita.
—Esa no sería una mala idea —le dijo sonriente.
[🥕]
Nayeon se encontraba fotocopiando un par de documentos para un caso que tenía pendiente. Esta mañana se había despertado de muy buen humor, tenía que aprovechar que las cosas le estaban saliendo a la perfección. Además hoy incluso se sentía más guapa que de costumbre. Toda una diosa inalcanzable.
—¿En serio vas a invitarla a salir? —escuchó a Taehyung preguntar cerca de uno de los pasillos donde Nayeon se encontraba fotocopiando—. Le has hecho la vida imposible desde que la conoces y aún piensas que ella va a ceder a ti, ¿en serio?
—Mis intenciones son buenas, mis sentimientos son sinceros —respondió Jimin.
Nayeon se quedó paralizada en su mismo lugar, rápidamente notó que hablaban de Jeongyeon, claro, ¿de quién más? Guardó total silencio intentando escuchar con mayor claridad.. ¿estaba mal escuchar conversaciones ajenas? Por supuesto que sí, pero se trataba de su nueva amiga y solo por eso ahora se había convertido en un tema de su interés.
—Sigo pensando que no te hará caso pero si aún así lo quieres intentar...
—Tae, es que nos besamos en la fiesta de Dahyun y te juro que fue el mejor jodido beso de toda mi vida. Jeongyeon tiene que ser mi chica.
¿El mejor jodido beso? Pero si solo fue un simple choque de labios y todo porque te aprovechaste de ella ¡Imbécil! —murmuró Nayeon sin poder contenerse.
—Sí, sí, entonces ¿cuál es tu plan? ¿cómo planeas conquistarla? —preguntó Taehyung.
—Ya he realizado todos mis casos pendientes en Freedom. A la hora de salida la esperaré afuera de su despacho y la abordaré para invitarla a cenar con el pretexto de querer disculparme por haberme portado como un cretino todo este tiempo —explicó Jimin entusiasmado—. Conozco a Jeongyeon, ella es buena, no me dirá que no y entonces yo aprovecharé para ganármela poco a poco.
—Bien ¿a qué hora te vas?
—Ella sale entre las 5 y 6 de la tarde, a veces antes, supongo que varía de su cantidad de trabajo pero espero que hoy salga más temprano.
—¿Cómo sabes sus horarios?
—En alguna ocasión estuve ahí con la intención de verla al menos de lejos.
¡Que psicópata! —Nayeon tuvo que morderse la lengua para no gritarle lo maníaco que estaba Jimin.
—Me preocupas Park, solo espero que te retires por lo sano si las cosas no salen como tú quieres —le dijo Taehyung con voz serena—. Te dejo, tengo que verme con un cliente en menos de media hora.
—Esta bien, nos vemos más tarde o mañana —Jimin se despidió y eso fue lo último que Nayeon alcanzó a escuchar.
No sabía como sentirse al respecto, Park estaba obsesionado con Jeongyeon, era algo así como un acosador. ¡Que locura! Pero sobretodo que miedo. No quería que Jimin le faltara al respeto si ella se negaba a corresponderle. De pronto comenzó a imaginarse mil escenarios y ninguno de ellos terminaba de forma agradable.
—¡Buuu!
—¡Dios mío! —Nayeon dio un brinco del susto al escuchar a Jisoo gritarle a sus espaldas—. Tonta, me asustas.
—¿Estabas dando un viaje por todo el universo?
—Estoy sacando copias, ¿no ves? —respondió mostrando sus documentos en la mano—. ¿Qué haces aquí? Creí que me habías dicho que saldrías a desayunar con un cliente.
—Sí eso, me canceló a última hora, así que estoy libre —contestó Jisoo encogiéndose de hombros—. Vamos a desayunar algo, no comí en casa porque pensé que lo haría con el cliente pero le salió un viaje de imprevisto y nos veremos hasta la próxima semana.
—No tengo mucho apetito pero te haré compañía porque estoy libre también —dijo Nayeon afilando sus documentos—. Dame un momento, iré a dejar estos papeles a mi oficina.
—Esta bien, vamos en mi auto ¿te parece? —mostró las llaves de su coche.
—Perfecto, ahora vuelvo.
Jisoo permaneció de pie en la espera de Nayeon cuando de pronto vibró su celular mostrando una nueva notificación de mensaje. Su rostro se iluminó con una sonrisa de inmediato al saber de quien era.
Avocachaeng
Te presento a Hank, mi perro ❤️
[9:42 am]
Jisoo
No me habías contado que tenías una mascota. Está hermoso y peludito.
[9:43 am]
Avocachaeng
Es que no lo tengo conmigo, está en casa de mis padres. Yo por el trabajo no puedo cuidar de él como debería, pero lo visito con frecuencia, ¿tú tienes mascotas?
[9:44 am]
Jisoo
No tengo, aunque siempre he deseado tener un perro, me gustan los animales.
[9:45 am]
Avocachaeng
Algún día te presentaré a Hank en persona, seguro le vas a encantar.
[9:45 am]
Jisoo se mordió el labio indecisa, ¿a caso ya era tiempo de por fin conocer a la chica misteriosa? Tenía muchísimos nervios pero su curiosidad era aún mayor.
Jisoo
¿Te parece si nos vemos este fin de semana?
[9:46 am]
Su mirada estaba fija en la pantalla con los ojos bien abiertos, la conversación ahora marcaba un “visto”.
—¿Qué pasa? ¿por qué no responde? ¿será que no quiere verme? —Jisoo comenzó a sudar frío al pasar de los segundos y no recibir respuesta. Quizás se había precipitado demasiado en pedirle salir—. Lo arruiné, lo arruiné todo...
Avocachaeng
Nada me gustaría más que poder conocerte :)
[9:50 am]
Jisoo sintió que su alma le volvía al cuerpo. Soltó un fuerte y pesado suspiro mirando a su alrededor. Su corazón latía al mil por hora. ¿Qué era eso? Su corazón parecía querer salirse de su pecho. Estaba tan feliz y ansiosa de poder conocer a Avocachaeng en persona. Tenía que calmarse pronto si no quería ser descubierta.
—Estoy lista, ya podemos irnos —avisó Nayeon mientras buscaba algo dentro de su bolso.
—Sí... vámonos.
[🍄]
Sooyoung miraba de reojo como su hija y su novia intercambiaban miradas que ella no podía comprender. Esperaba no estar siendo un molestia, quizás se sentían incómodas con su presencia y no era para menos, pero de verdad tenía muchas ganas de conocer a Mina y como solo estaría de paso, no podía desaprovechar la oportunidad.
Un par de meseros llegaban con los platillos de comida que habían ordenado tan solo unos cuantos minutos antes. El silencio estaba reinando en el lugar, tanto que Sooyoung dio el primer paso para romper el hielo.
—¿Cómo se conocieron? —preguntó acomodando sus cubiertos frente a ella.
—¿Cómo nos conocimos? —preguntó Mina mirando a Chaeyoung de manera interrogante—. Vamos, cuéntale Chaeyoung, tu madre desea saber como nos conocimos.
—¿Eh? —Chaeyoung se aclaró la garganta bajo la atenta mirada de su madre—. Bueno, nosotras nos conocimos en... —hizo una pausa—. En el trabajo. Es que no te lo dije mamá, pero Mina es abogada penalista también.
—¿En verdad? —Sooyoung estaba asombrada—. ¿Trabaja en tu despacho?
—No, yo soy la directora de Freedom Law —respondió Mina enseguida—. No pertenecemos al mismo bufete.
—¿Freedom Law? —Sooyoung entrecerró los ojos un momento posando la mirada sobre su hija—. ¡Claro! Debí saberlo, ya me habías contado antes, lo recuerdo. Hace un tiempo me contaste sobre tu admiración por una abogada joven y encargada del bufete más reconocido de Corea.
Chaeyoung aclaró su garganta nerviosa al sentir la mirada de Mina sobre ella. La había descubierto. Por supuesto que conocía a Mina desde antes, no en persona, pero si a base de artículos y revistas que subían cosas hablando del éxito que había logrado a tan corta edad. Cuando se enteró que llevaría un caso relacionado con su familia se sintió nerviosa, porque sabía que al fin tendría el gusto de conocerla.
—¿En serio? —preguntó Mina mostrando una sonrisa divertida—. Eso no lo sabía.
—Estás exagerando mamá —recriminó Chaeyoung desviando la mirada hacia cualquier otro lugar—. Yo solo dije que su trayectoria era muy buena comparada con su corta edad.
—También dijiste que era una mujer muy guapa y que deseabas poder conocerla en algún momento —añadió Sooyoung viendo como su hija se ponía roja de la vergüenza—. Y mírense ahora, se volvieron novias. Esto fue obra del destino, hacen una linda pareja.
—Vamos Chaeyoung, no te sientas avergonzada de sentir admiración por mí —murmuró Mina con malicia.
—Cariño... eres mi novia, por supuesto que siento admiración por ti —contestó Chaeyoung mirándola fijamente. Mina se quedó helada al sentir como Chaeyoung masajeaba una de sus piernas son su mano libre—. Eres preciosa.
—La comida se enfría —dijo Mina removiéndose incómoda—. ¿Qué tal la está pasando en Corea señora Sooyoung?
—Muy bien, estoy feliz de poder pasar tiempo con mi hija y también estoy encantada de conocerte —contestó con sinceridad—. ¿Me disculpan un momento? Tengo que ir al sanitario.
—Claro mamá, toma tu tiempo —dijo Chaeyoung mostrándole una casta sonrisa. Una vez que Sooyoung se perdió por los pasillos del restaurante, Mina retiró la mano de Chaeyoung de mala gana.
—¿A qué estás jugando?
—¿De qué hablas? —preguntó Chaeyoung de manera inocente.
—Suficiente hago con ayudarte a fingir que somos pareja como para dejar que también me toques y frente a tu madre —le reclamó molesta—. No lo vuelvas a hacer.
—¿Y qué si lo hago de nuevo? —la retó volviendo a colocar la palma de su mano sobre la pierna de Mina—. ¿Vas a golpearme?
—Lo haré —aseguró viendo a Chaeyoung acercar su rostro peligrosamente al de ella—. Será mejor que pares, no te acerques más.
—Quiero un beso de mi novia.
—Yo no soy tu novia.
—Lo eres ahora.. —Los ojos de Chaeyoung se encontraron con los de Mina y en ellos pudieron ver crecer el deseo a tal punto de hacerlas estremecer—. Me gustas, no dejo de pensar en ti desde ayer, ¿es normal desear tus labios tan desesperadamente?
Mina no respondió. Estaba completamente anonadada, ¿Chaeyoung había dicho que gustaba de ella? ¿era esto una broma? ¿por qué no hacía un esfuerzo por alejarse? Esto estaba mal de muchas maneras.
—No puedes decir eso, es incorrecto.
—¿Por qué es incorrecto? ¿porque somos mujeres? —preguntó Chaeyoung acariciando la mejilla de Mina con la palma de su mano—. Eso no impide que me gustes. No mentía cuando te dije que eres preciosa. Algo raro me pasa contigo, es algo que ni yo misma puedo explicar.
—¿Por qué me dices todo esto?
—Porque me gustas —murmuró Chaeyoung antes de aventurarse a capturar sus labios en un efusivo beso que le fue imposible poder evitar. Aunque fue algo totalmente sorpresivo para Mina intentó mantener la calma pero no pudo hacer más que permanecer inmóvil sintiendo como Chaeyoung intentaba profundizar el beso.
—¿H-hermana?
Mina empujó rápidamente a Chaeyoung luego de escuchar la voz de Jisoo quien ahora la observaba petrificada. Nayeon estaba a su lado cubriendo su boca con las manos totalmente sorprendida.
Maldición.
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