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Cinco: Amargo encuentro

Tzuyu llevaba un buen tiempo observando la tarjeta de presentación que Chaeyoung le había dado. Por más que buscaba alguna excusa para llamarle, no encontraba ninguna.

Quería saludar a Jeongyeon y ¿por qué no? también saber como estaba Sana.

—Sana... —susurró con una sonrisa tonta en los labios.

—¿Quién es Sana? —preguntó Shuhua logrando que Tzuyu diera un salto en grande sobre su cama.

—¿En qué momento entraste a mi habitación?

—Llevo casi dos minutos observándote con cara de tonta, ¿ahora sí vas a contarme porque llegaste tan tarde ayer? —Shuhua arqueó una ceja de manera divertida—. ¿Tiene que ver con la tal Sana? —Tzuyu negó con la cabeza repetidas veces.

—Shu, yo no estuve con nadie, que cosas dices —le respondió intentando ocultar el rubor de sus mejillas. En ocasiones se arrepentía un poco de haberle confesado a sus amigas que le gustaban las chicas, Shuhua no dejaba de aprovechar cada momento para emparejarla con alguien—. Por cierto, Soojin me dijo que te enviara saludos de su parte —la expresión de Shuhua cambio radicalmente a una nerviosa.

—¿S-soojin? —Tzuyu asintió—. Bien, dile que... que también le mando saludos.

—Claro, hoy en la noche que vaya a Octagon se lo diré —Shuhua asintió observando la tarjeta que su compañera tenía entre sus manos.

—¿Por qué tienes la tarjeta de un abogado? ¿A caso estás metida en un lío? Es por eso que andas tan misteriosa —Shuhua le arrebató la tarjeta de las manos a Tzuyu—. Esta abogada debe cobrar una fortuna, es Son Chaeyoung.

—¿La conoces?

—Sale en el periódico, su bufete Tigers Law se ha dado a conocer mucho en éstos últimos meses, cuenta con los mejores abogados, es por eso que te digo que deben cobrar una fortuna —le respondió Shuhua observando detenidamente la tarjeta—. Si deseas contratar sus servicios considéralo dos veces, porque seguro te costará un ojo de la cara.

—Chaeyoung me trajo a casa ayer...

—¿Cómo? ¿estás saliendo con Son Chaeyoung? —Shuhua se tapó la boca con sorpresa—. ¡No lo puedo creer! Tzuyu, ella es un excelente partido, ¡Que suertuda eres! ¿por qué no me lo habías contado antes?

—Por supuesto que no estoy saliendo con ella Shu, solo dije que me trajo a casa —explicó la más alta—. Con el problema que hubo ayer en el club, ya no encontré taxi para volver y ella muy amablemente se ofreció a traerme aquí.

—¿Es tan linda como se ve en las fotos del periódico? —preguntó Shuhua con una sonrisa perversa y Tzuyu la miró mal—. ¿Qué? Solo tengo curiosidad de saber.

—Sí, es linda. Aunque la traté muy poco, me pareció una persona muy agradable. Ayer fue a Octagon con dos amigas más.

—¿Y qué tal?

—¿Qué tal, qué?

—Pues que tal estaban sus amigas —respondió de manera obvia.

—Ay Shu, tú no tienes remedio —Tzuyu le lanzó una almohada en la cara y momentos después ambas comenzaron una divertida guerra de almohadas.

[🌽]

Mina no había perdido el tiempo. Poco después de terminar de hablar con Jisoo, decidió salir a enfrentar a Son Chaeyoung. Su destino fue el famoso despacho Tigers law, ¿pero quién pondría ese nombre a un bufete legal? Sonaba bastante infantil, no le cabía en la cabeza que tanta gente estuviese hablando de el. Seguramente la tal Chaeyoung era una niña infantil, no había otra explicación.

Al llegar a su tan esperado destino gracias a la ayuda de Google maps, Mina pensó que tal vez no estaría abierto, ya que era sábado y normalmente no se laboraba los fines de semana. Aún así no le importaba, la buscaría hasta por debajo de las piedras de ser posible, tenía que hablar con ella hoy mismo.

Para su sorpresa, fuera del edificio se encontraba estacionada una camioneta negra y un porsche rojo descapotable bastante llamativo para su gusto. Al menos alguien le podría dar informes de donde encontrar a Son Chaeyoung.

Mina bajó cautelosame de su auto luego de dejarlo en el estacionamiento. Intentó verse lo más natural posible antes de inmiscuirse en el lugar.

—Disculpe señorita, no hay labores en el despacho hoy —un hombre con uniforme de guardia de seguridad le impedía el paso a Mina.

—Pero hay dos vehículos estacionados aquí afuera —Mina señaló con visible mal genio—. Necesito hablar con Son Chaeyoung, es de carácter urgente.

-—¿Tiene cita con ella? —Mina pensó por un par de segundos antes de asentir con la cabeza. A ella no le gustaba mentir, pero si tenía que hacerlo para poder hablar con Son, lo haría.

—Eso explica porque vino hoy con otras abogadas a pesar de ser su día de libre. Esta bien, puede pasar, suba al elevador, es el último piso—señaló el guardia y Mina solo asintió nuevamente con una falsa sonrisa.

Y así fue como llegó hasta el último piso de aquel edificio, debía reconocer que era elegante y no ordinario como ella lo imaginaba.

—¿Quién la ha dejado pasar? —preguntó Jeongyeon con el ceño levemente fruncido viendo como la chica monitoreaba el lugar con su mirada luego de salir del elevador. Mina no la reconoció hasta que Jeong retiró las gafas negras de sus ojos y vió un ligero rasguño en su mejilla izquierda. Entonces corroboró que ella era la chica con la que Nayeon había tenido la pelea—. Le he hecho una pregunta.

Que pequeño es el mundo.

—¿Usted fue la mujer con la que Im Nayeon se peleó anoche? —preguntó Mina haciendo que Jeongyeon arrugara su frente al escuchar ese molesto nombre.

—¿Esa loca me demandó? —Jeongyeon soltó una carcajada—. Vaya y dígale a su clienta que no pienso pagarle otro vestido y que si ella quiere demandarme por eso, entonces yo la demandaré por daños físicos hacia mi persona —le dijo Jeongyeon señalando el visible rasguño en su cara.

—No estoy aquí por eso —le contestó Mina acercándose lentamente hasta quedar frente a Jeongyeon logrando así intimidarla—. Vengo a hablar con Son Chaeyoung y no pienso irme hasta que lo haga.

—Lamento decirle que hoy no hay asesoría legal, regrese el lunes —habló Jeongyeon tranquilamente—. Agende una cita primero, solo así ella podrá atenderla.

—Sé que ella se encuentra aquí. Vaya y dígale que Myoui Mina exige hablar con ella.

Jeongyeon abrió la boca con sorpresa sin saber que decir al respecto. Sabía que si esa chica hablaba con Chaeyoung, no saldría nada bueno.

—Y yo lamento decirle que la abogada Son esta ocupada y que además por si no lo sabe, hoy es su día de descanso —interrumpió Rosé esta vez saliendo de su despacho con una taza de café sobre sus manos—. Regrese el lunes y agende una cita primero.

—¡Ya dije que no voy a moverme de aquí hasta hablar con ella! —gritó Mina con desespero. La situación comenzaba a irritarla de sobremanera.

Chaeyoung y Jennie se encontraban aún en la sala de reunión estudiando algunos documentos del caso cuando escucharon gritos provenientes del pasillo.

—¿Escuchaste eso? —prguntó Jennie guardando silencio un par de segundos.

—¿Gritos?

—Provenientes del pasillo —respondió
levantándose para caminar hasta la puerta—. Definitivamente son gritos, ¿qué estará pasando?

—Seguramente son de las chicas porque las obligué a trabajar aún cuando tienen resaca —dijo Chaeyoung levantándose para ir a ver el porqué del alboroto—. Les diré que guarden silencio, no puedo concentrarme así.

Justo antes de que Chaeyoung pudiera salir, Sana abrió la puerta de golpe y la cerró enseguida recargándose sobre esta con una mano en el pecho.

—¿Qué sucede Sana? —preguntó Jennie retirándose las gafas de sus ojos.

—Myoui Mina busca a Chaeyoung, justo en este momento se encuentra discutiendo con Rosé y Jeongyeon en el pasillo —respondió Sana rápidamente—. La mujer no se ve nada contenta.

—Era de esperarse, ya se enteró de que llevaré el caso de Kang —dijo Chaeyoung con voz serena—. Aunque para ser sinceras, no pensé que la vería hasta el día del juicio.

—Tengo muchas ganas de conocerla, he oído hablar mucho de ella —comentó Jennie con curiosidad—. ¿Crees que sea ella quien tome el caso?

—No estoy segura, pero lo averiguaré ahora mismo —informó Chaeyoung saliendo del lugar.

Jennie y Sana fueron tras ella, no iban a dejarla sola. Quizás las cosas podrían salir mal y preferían estar cerca para intervenir si fuese necesario.

Mientras tanto Mina no dejaba de discutir con Rosé y Jeongyeon. Había perdido toda la cordura, intentaba calmarse, pero simplemente no podía.

—No me voy a ir, no me moveré de aquí, algún día Son Chaeyoung va a tener que salir de ahí —dijo Mina procediendo a tomar asiento en uno de los sofás de la instancia—. No me importa cuánto tiempo tenga que esperar.

—No tiene que esperar más, señorita Myoui.

Chaeyoung hizo acto de presencia con completa naturalidad. Sus colegas guardaron silencio mientras se regalaban miradas de confusión entre sí. El ambiente estaba tenso.

Mina se puso de pie al escuchar la voz de la susodicha, no pudo evitar detallarla de pies a cabeza. No parecía ser mayor de veinticinco años, de hecho daba vibras de ser mucho menor.

¿Ella era la famosa abogada y gerente legal de Tigers Law?

No supo por cuanto tiempo se había quedado observándola descaradamente hasta que escuchó un carraspeo de garganta que la hizo salir de su trance.

Chaeyoung ladeó su cabeza conectando miradas con Mina, después mostró su característica sonrisa dejando entrever un hoyuelo en su mejilla.

¿Por qué está sonriendo?

—¿Usted es Son Chaeyoung? —preguntó después de un par de segundos que parecieron ser eternos.

—Mi nombre es Son Chaeyoung y es un placer conocerla —le respondió la más baja extendiéndole la mano a modo de saludo que Mina no correspondió. Chaeyoung volvió a sonreír retirando su mano y fijando su vista en dirección a su despacho—. Entiendo, no hace falta presentarme, ya sabe perfectamente quién soy. Hablaremos en un lugar más cómodo, sígame.

Las demás abogadas observaron en silencio como Chaeyoung se dirigía hasta su oficina y como Mina la seguía detrás de ella con una expresión seria.

—Tome asiento, ¿gusta algo de tomar? quizás un café —ofreció Chaeyoung sin recibir respuesta—. También tengo vino, champagne...

—¿Cómo puede defender a un asesino?

—¿Perdón?

—Kang Daniel asesinó a mi padre y usted lo va a defender —respondió Mina.

—¿Tiene la certeza de eso? ¿está segura de que ha investigado bien a fondo? Yo creo que hay muchos cabos sueltos.

—¿A caso intenta persuadirme? —preguntó Mina con irritación—. Él es un asesino y nada ni nadie va a convencerme de lo contrario, mucho menos usted.

—Eso me queda claro, lo que no comprendo es el verdadero motivo de su visita —murmuró Chaeyoung recostándose sobre el respaldar de su silla—. ¿Quería conocerme en persona? ¿he cumplido sus expectativas?

—Pero que tontería.. —Mina bufó desviando la mirada hacia cualquier otro lugar que no fuera la penetrante mirada de Chaeyoung—. He venido a decirle que no le dejaré el camino fácil, usted está defendiendo a un asesino ¿sabe quien soy yo?

—Por supuesto que lo sé, Myoui Mina de Freedom law, un bufete muy importante aquí en Corea. Pero no me importa, seguiré adelante, ya tomé el caso y Son Chaeyoung nunca se retracta, de todos modos ya sabía a lo que me enfrentaría tomando éste caso señorita —le contestó de manera seria—. Quiero pensar que no será usted la abogada que llevará el caso en el juicio.

—¿A caso no puedo? —cuestionó Mina con cierto enfado.

—Sabe que no sería correcto, por varias razones, pero la más importante y obvia de todas es la subjetividad —le dijo Chaeyoung tomando de su escritorio un cubo de rubik que de la nada comenzó a armar—. Por llevar casos de parientes y sobre todo, si son muy cercanos, se puede perder toda objetividad señorita Myoui. Eso sin duda sería algo fatal.

Mina respiró hondo antes de asentir, aunque Chaeyoung no lo notó por estar concentrada en su cubo. Cuando estuvo dispuesta a responder a su contestación, la más baja la interrumpió.

—Cuando se atienden las necesidades de los familiares se genera mucho estrés y pleitos innecesarios en ambas partes, además de que se pierde la independencia y el profesionalismo.

—Yo soy una abogada profesional.

—Me consta, es por eso que sé que usted no llevará el caso... aún así siento que esta no será la última vez que coincidamos —contestó Chaeyoung dando por armado su cubo y mirándolo con fascinación—. En el juicio se demostrará quién tiene la razón, si usted o yo.

—Supongo que no lograré hacerla entrar en razón ¿o me equivoco? —Chaeyoung negó arrugando su nariz—. Espero que no se arrepienta de esto.

—¿Me está amenazando? —preguntó Chaeyoung con impresión centrando su mirada en Mina.

—Jamás dije eso, no invente cosas que yo no dije —respondió enfadada.

—¿Sabe una cosa? Usted... es una mujer tan joven y bella, no debería enojarse por estas cosas, deje que todo fluya naturalmente —soltó Chaeyoung sin pensar logrando que Mina entrecerrara más los ojos—. Que tenga un buen día señorita Myoui y aunque no lo crea, de verdad me ha agradado conocerla.

Mina la miró sin expresión alguna antes de salir de su despacho dando un fuerte azotón a la puerta. Su primer encuentro con Chaeyoung le había causado un mal sabor de boca. No sabía cómo explicar la actitud de aquella chica que a simple vista parecía ser tan despreocupada y risueña, pero tan intelectual y determinada a la vez, todo en una sola persona. No podía evitar sentirse molesta, Myoui Mina siempre tenía el control de la situación y eso no tendría porqué cambiar ahora.

Al salir del despacho, no pudo evitar sentir las miradas de las demás abogadas que estaban sobre ella. Aún así, prosiguió su camino sin mirar atrás, estaba tan enfadada que lo que menos quería era cometer alguna locura.

Rápidamente bajó hasta el estacionamiento y una vez que estuvo dentro de su auto, hizo una llamada telefónica, a la que bastaron solo un par de segundos para ser atendida.

Hola Mina, que gusto, si recuerdas que hoy es mi día libre, ¿verdad?

—Lisa, ¿te encuentras en tu apartamento? Tengo algo importante que hablar contigo.

Es sábado Mina, estoy tomando mi clase de Yoga, pero haré una excepción por ti.

—Voy para allá ahora mismo —contestó antes de colgar la llamada y encender el motor de su coche.

Lalisa Manoban era una de sus mejores abogadas penalistas de Freedom y si ella no podía tomar el caso de su padre, entonces su colega lo haría. Había mucho que estudiar. Hoy había comprobado que debatir contra Son Chaeyoung no sería tarea fácil.

[🫒]

Dahyun sacaba con dificultad su última maleta de ropa de la casa de sus padres. Era cierto, tal vez si era una cobarde al marcharse sin siquiera decir adiós, pero en el fondo sabía que era mejor así.

Sabía de sobra que su padre no estaba de acuerdo con que renunciara al bufete, pero era demasiado tarde, ya lo había hecho y no daría marcha atrás.

—Déjame ayudarte con eso —le dijo Yeon-jun tomando la maleta para acomodarla dentro de la cajuela junto con sus demás pertenencias—. Listo, ¿es todo o falta algo más?

—Eso es todo, ya podemos irnos —respondió Dahyun dando un último vistazo a la casa de sus padres para luego suspirar y subir al automóvil de su amigo en el asiento de copiloto.

—¿Realmente estás segura de hacer esto? Aún puedo ayudarte a bajar tus maletas —le dijo el joven una vez que estaba a bordo del vehículo.

—¿A caso no me quieres en tu apartamento?

—Sabes que nada me gustaría más que vivir contigo, pero si no estás segura de esto, aún puedes volver, tus padres no lo notarán —le dijo Yeonjun con sinceridad—. No tienes que irte de tu casa para demostrarle a tu padre que puedes salir adelante por tus propios medios.

Yeon-jun era su mejor amigo. Lo había conocido en la preparatoria el día que Dahyun quedó inconsciente en el patio del colegio con una hemorragia nasal debido al pelotazo que Yeonjun le había pegado en la cara. Aunque quizás no se hayan conocido en las mejores circunstancias, increíblemente se volvieron grandes e inseparables amigos.

—No me quedaré aquí para discutir con mi padre todos los días, con él las discusiones nunca tienen fin —contestó Dahyun procediendo a colocar su cinturón de seguridad. Yeonjun no dijo nada más y solo se limitó a poner el auto en marcha—. Seré una buena roomie, no voy a fiestas, tampoco suelo salir mucho a menos que se trate de trabajo, igual no es que tenga muchos amigos pero... el punto es que puedes estar seguro de que no te daré tantos problemas. 

—¿Qué opina Eunwoo de ésto? —preguntó Yeonjun fingiendo sentir un escalofrío—. Dudo mucho que le agrade que su novia se mude al apartamento de su mejor amigo.

—La idea no le pareció tan encantadora al principio, pero terminó aceptándolo porque no quiso que me mudara a vivir sola —respondió la más baja sonriendo de lado—. No dará problemas, aunque posiblemente lo verás seguido, por cierto, él vendrá hoy a visitarme más tarde, espero que no te moleste.

—Para nada, de ahora en adelante también es tu casa, él puede visitarte cuando quiera, siéntete en confianza —le expresó Yeonjun con una sonrisa viéndola de reojo—. ¿Ya sabes en donde buscar trabajo?

—Ayer envié mi currículum a varios despachos, espero recibir respuesta de alguno de ellos.

—¿Por qué no intentas en el bufete donde trabaja Eunwoo? Tengo varios conocidos que me han recomendado Tigers Law, ese despacho se está convirtiendo de a poco en la competencia número uno de Freedom —comentó Yeonjun. Dahyun por su parte solo se quedó pensativa ante sus palabras—. ¿Te imaginas? A tu padre le daría un infarto si se entera que te has ido con su mayor competencia.

—No intenté enviar mi currículum a Tigers, no se me pasó por la cabeza, además de que dudo mucho que me contraten, no tengo la experiencia suficiente —dijo Dahyun con desanimo.

—¿Y para que se supone que tienes al cara bonita de tu novio? —cuestionó Yeonjun rodando los ojos—. Él tiene que mover sus influencias ahí dentro para que te contraten.

—Hablaré con él, quizás si pueda ayudarme un poco.

—Estoy seguro de que te contratarán, serás una abogada exitosa, lo presiento —dijo Yeonjun intentando animarla, cosa que logró conseguir al escuchar su delicada risa resonar—. Lo bueno de que mi mejor amiga sea abogada, es que no tengo que preocuparme de ir a prisión, tú serás siempre mi salvación. 

—Hey, no abuses —le dijo con burla.

[🧀]

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