—Estás muy cerca —murmuró Mina moviéndose de lugar. Se puso de pie frente a ella con el semblante serio intentando disimular su curiosidad—. Te daré solo cinco minutos.

—Bueno, ya que solo tengo cinco minutos entonces no quiero interrupciones ¿de acuerdo? —dijo Chaeyoung recibiendo un asentimiento por parte de la contraria—. Se trata de Kang Daniel.

—Es suficiente, no quiero hablar de nada que tenga que ver con él —Chaeyoung colocó su dedo índice sobre los labios de Mina haciéndola callar de inmediato.

—Dije que no quería interrupciones señorita Myoui, ahora por favor guarda silencio y escúchame —le ordenó la más baja—. Como sabrás, hace poco hablé con Daniel y me dijo cosas... cosas delicadas. Quiero llevar la fiesta en paz contigo, porque a decir verdad me agradas mucho y no creo que deba existir una rivalidad entre nosotras —Mina frunció el ceño—. Tú y yo tenemos el mismo objetivo. Hacer pagar al responsable de la muerte de tu padre, pero ese no es Kang.

—¿Puedo hablar ahora? —Chaeyoung negó.

—Aún no termino —contestó la más baja recibiendo una maldición por parte de Mina—. ¿Te has puesto a pensar en lo que pasaría si yo demuestro la inocencia de Daniel? Eso solo confirmaría que el verdadero culpable ha estado libre y riéndose a las espaldas de ti y de toda tu familia.

—Eso es algo imposible.

—¿Te imaginas al asesino de tu padre feliz de haber inculpado a alguien inocente? ¿A caso no exiges que se haga justicia?

—¡Lo hago! —gritó Mina con la mandíbula tensa—. Es por eso que no permitiré que Kang salga de la cárcel. Él tiene que quedarse ahí por el resto de sus días por lo que le hizo a mi padre.

—Él es inocente.

—¡Que no! —gruñó Mina antes de respirar hondo y comenzar a contar hasta diez—. Es culpable, él lo hizo.

—Mina... —Chaeyoung se acercó a ella colocando sus dos manos sobre sus hombros—. Sé razonable por una vez en tu vida y piensa, ¿qué ganaría Daniel matando a tu padre? ¿qué ganaría un joven con futuro brillante asesinando al hombre que lo encaminó en sus pasos para lograr ser un abogado exitoso?

—No lograrás convencerme —contestó Mina apartando las manos de Chaeyoung sin delicadeza—. Quizás seas buena envolviendo a las personas pero se te olvida que yo también soy abogada y sé perfectamente lo que intentas hacer conmigo.

—¿Y si te dijera que tengo pruebas de su inocencia? —cuestionó Chaeyoung con el semblante neutro—. Si supieras que el verdadero asesino de tu padre se encuentra tan cerca de ti...

—No digas tonterías, estás hablando de un asunto delicado, ¿sabes lo que es perder a tu padre?

—De hecho no lo sé, porque nunca lo tuve —respondió Chaeyoung encogiéndose de hombros—. Nunca conocí a mi padre, él abandonó a mi madre cuando supo que había quedado embarazada de mí, la dejó a su suerte sabiendo que mi madre no tenía a nadie más a quien recurrir.

—Es una pena —dijo a modo de disculpa.

—Está bien, entiendo el punto, tú querías mucho a tu padre tanto como yo quiero mucho a mi madre —comentó Chaeyoung volviendo a sentarse sobre el borde de la cama—. No creas que no me pongo en tus zapatos. Sé que te delegaron grandes responsabilidades en Freedom a pesar de ser la menor de tus hermanos. Tu madre falleció cuando naciste y te arrebataron cruelmente de tu padre.

Mina no respondió, solo permaneció callada intentando procesar las palabras de la contraria. Luego soltó un pesado suspiro dirigiendo su mirada hasta su tocador donde se encontraba una fotografía de ella abrazada a su padre el día de su graduación. Sonrió con tristeza recordando aquel momento y deseó retroceder el tiempo para poder abrazarlo un poco más.

—Él tal vez estaría orgulloso de mí por aceptar la dirección de Freedom Law —murmuró Mina conectando miradas con Chaeyoung—. Pero yo me decepcionaría de mí si permito que su agresor salga en libertad.

—Y yo no me perdonaría jamás que tú no encontraras la paz en tu corazón por eso —contestó la más baja—. Ayúdame a desenmascarar al verdadero asesino, está libre y muy cerca de ti. Trabajemos juntas, colabora conmigo...

—Muéstrame las pruebas, dijiste que las tienes, entonces quiero verlas.

—Dame tu teléfono —le dijo Chaeyoung a Mina quien dudosa se lo entregó. Vió como tecleó un par de cosas rápidamente y luego sin más se lo devolvíó—. Anoté mi número en tus contactos, ¿a dónde quisieras ir a comer mañana?

—¿Comer? —preguntó Mina confusa—. ¿De qué hablas? Creí que me pasarías las pruebas.

—Te las mostraré mañana cuando vayamos a comer juntas —le contestó Chaeyoung despojándose de su chaqueta—. Por dios, que calor hace aquí, ¿siempre está así de caliente?

—¿Quién?

—Tú habitación —mencionó Chaeyoung acercando su cara al rostro de Mina para detallarlo con lentitud—. Que bonitos lunares tienes, me gustan, te hacen ver más atractiva de lo que ya eres —añadió señalando cada uno de ellos con su dedo índice.

Cuando Mina sintió que la mirada de Chaeyoung se posaba sobre sus labios, se sintió nerviosa. No era incomodidad, era una sensación diferente, una que nunca había sentido antes. Ahora que lo pensaba, raramente recibía elogios sobre su persona viniendo de una mujer, eso lo hacía todavía más extraño para ella.

¿Cómo debería responder ante aquello? Chaeyoung también tenía un lunar cerca de su boca que la hacía ver linda, pero Mina era tan orgullosa que no se lo haría saber.

—Te escribiré un texto mañana informándote la hora y el lugar para esa comida —dijo Mina dando media vuelta para dirigirse a su cuarto de baño. Por mucho que quisiera negarse a salir con ella, estaba curiosa por las dichosas pruebas de las que Son hablaba—. Creo que ya conoces la salida, nos vemos mañana.

[🐿🐥]

"Tonta Nayeon" —Jisoo gruñó con molestia luego de terminar la discusión con su amiga y colega. Caminó entre la multitud chocando y empujándose con otras personas a su paso hasta que impactó con su peor pesadilla—. No puede ser, ¿tú aquí? Mi noche no podría ponerse peor.

—Pero que insolente, ¿quieres ver como sí podría ponerse peor? —le preguntó Rosé apretando fuertemente la bebida que sostenía en una de sus manos. Escuchó a Jisoo reír de manera burlesca y eso la hizo enfadar aún mas haciéndola perder los estribos—. ¿Qué es lo que te causa tanta gracia?

—Mi noche ya no podría ser peor porque te acabo de encontrar justo ahora y nada es peor que eso.

—Toma ésto idiota —Rosé le lanzó su bebida en toda la cara—. Para que se mejore tu noche.

Jisoo restregó sus ojos con la palma de sus manos rápidamente al sentir ardor. Se sentó en cuclillas aún sin despegar las manos de sus ojos y comenzó a fingir un sollozo que alarmó a Rosé quien luego de verla encogerse se puso de rodillas frente a ella con expresión asustada.

—¿Te encuentras bien? —preguntó Rosé intentando mirar el rostro de la contraria—. Oye déjame ver.

—No puedo ver nada, estoy ciega, ¡Me has dejado ciega! —gritó Jisoo llamando la atención de varias personas a su alrededor.

—No digas eso... ven conmigo —Rosé la sostuvo del brazo y la guió hasta encontrar la salida del apartamento. Jisoo por su parte seguía con los ojos cubiertos pero sin poder ocultar su malévola sonrisa. Estaba mintiendo, el alcohol solo le había causado escozor en los ojos, pero nada más que eso—. Te llevaré a un médico para que te revise.

—No me toques —le contestó Jisoo de mala manera—. Vete de aquí, espero que puedas vivir tranquila sabiendo que le has arrebatado la vista a una persona de buen corazón.

—Pero yo... —Rosé hizo un puchero arrodillándose frente a Jisoo con las palmas juntas—. No quise hacer eso... perdóname, por favor...

—No veo nada —murmuró Jisoo escuchando como Rosé de un momento a otro lloraba descontroladamente frente a ella—. Ouh...

—S-soy una mala persona... —dijo entre sollozos.

Jisoo analizó sus opciones en cuestión de segundos. Si le decía que había mentido sobre su ceguera, seguramente se ganaría un buen golpe y su rostro era demasiado lindo como para ser arruinado por un gran moretón.

Mil veces descartado.

—Espera... creo que comienzo a ver la luz —comentó Jisoo descubriendo sus ojos enrojecidos. Rosé saltó de un brinco enseguida apoyando las palmas de sus manos sobre las mejillas de Jisoo quien empezó a parpadear repetidas veces.

—¿Puedes verme? —preguntó Rosé conectando miradas con ella—. ¿Qué es lo que ves?

—A ti —respondió—. Te veo a ti...

Un flash las hizo romper contacto de manera rápida. Nayeon sonreía con la mirada fija en la pantalla de su teléfono.

—Te pasaré la fotografía más tarde —dijo Nayeon guardando su móvil dentro de su bolso.

—¡Borra eso ahora mismo! —le gritó Jisoo intentando arrebatarle el celular a su colega—. Bórralo Im.

—Espera... ¿no estabas ciega hace un momento? —cuestionó Rosé frunciendo el entrecejo—. ¿Me mentiste? ¿Cómo pudiste? Eres una idiota.

—¡Es un milagro! ¡Gracias Dios! —dijo Jisoo antes de extender sus manos hacia arriba.

—¡Vete al diablo! —le gritó Rosé antes de adentrarse nuevamente al apartamento de la fiesta.

—¡Ya estarás contenta! —le gritó Jisoo a Nayeon una vez que Rosé se marchó a regañadientes.

—¿Pero por qué te molestas? Se supone que la odias, ¿ya olvidaste que por ella te metieron a prisión?

—También te encerraron por culpa de la rubia y aún así estuviste con ella en el baño sosteniéndole el cabello mientras vomitaba toda su comida del mes y yo no te tomé una maldita foto —le recriminó soltando un pequeño golpe a la pared—. Todo me estaba saliendo a la perfección y tú lo arruinaste.

—Relájate Kim —murmuró Nayeon intentando apaciguar el evidente enojo de su colega—. Borraré la foto si eso es lo que te molesta.

—Pude haber sacado provecho de esto pero lo arruinaste —gruñó frotándose la sien con frustración.

—¿Provecho? ¿Pero de qué hablas? —preguntó Nayeon sin comprender—. Volvamos a la fiesta, ¿a dónde crees que vas? —le gritó mirando como su amiga emprendía camino directo hacia la puerta del ascensor.

—Me largo de aquí —le respondió de manera obvia.

—No puedes irte sola, vinimos en mi auto —Nayeon le mostró sus llaves.

—Entonces mueve tu trasero y llévame a casa —le dijo esperándola dentro del ascensor con los brazos cruzados—. Quiero irme ya. 

¿Por qué estaba molesta? Ni ella lo sabía, simplemente se había esfumado su buen humor. Si Nayeon no hubiese llegado a interrumpir, quizás ahora ella podría llevarse mejor con la susodicha. 

[🍬]

—Y bien... ¿qué fue lo que pasó? —preguntó Sana de cuclillas poniéndose a la altura de Jeongyeon quien estaba sentada sobre el suelo con la mirada perdida—. Parece que alguien tomó de más.

—Nos tenías muy preocupadas, pensamos que te habías marchado sin decir nada pero solo estabas aquí pasada de copas —mencionó Jihyo lanzándole una mirada de reprobación—. Ese no es el ejemplo que una abogada debe dar.

—Mira quién está aquí —Sana señaló directo a la taiwanesa con su dedo índice. Jeongyeon por primera vez levantó la mirada para encontrarse con los ojos de la menor.

—¿Tzuyu?

—Hola Jeongyeon, que gusto volver a verte —la saludó adentrándose al cuarto de baño—. ¿Necesitas ayuda? —le extendió una de sus manos y Jeongyeon la tomó para poder levantarse.

—¿Qué haces aquí? ¿Hoy no trabajas en el bar?

—Es mi día libre —respondió la taiwanesa y luego soltó una pequeña risilla—. Es la segunda vez que te veo en estas condiciones.

—Eso no me enorgullece en absoluto —murmuró cabizbaja—. Me hubiese encantado volver a verte pero en otras circunstancias.

—Estoy perdida.. ¿cómo es que ustedes conocen a la señorita Chou? —cuestionó Jihyo con confusión, porque al parecer todos sabían de la existencia de su alumna.

—Tzuyu trabaja como bartender en un bar nocturno, la conocimos ahí, ¿Sana no te contó? Ella la conoció con más profundidad —dijo Jeongyeon lanzándole una mirada pícara a la japonesa quien rápidamente la golpeó en el brazo—. ¡Oye!

—¿Con más profundidad? —preguntó Jihyo todavía más desorientada—. No entiendo.

—Jihyo es la profesora de Tzuyu, no tienes que dar más detalles —le contestó Sana carraspeando su garganta con incomodidad. Tzuyu por su parte no pudo evitar sentir sus mejillas calientes ante el reciente comentario—. Será mejor que te llevemos a casa, no creo que te encuentres bien, ya estás diciendo disparates.

—La borrachera se me bajó hace unos minutos luego de vomitar —comunicó Jeongyeon acercándose al lavamanos para poder remojar su cara y remover todo rastro de pintura de su rostro—. Me encontré con Park Jimin.

—Déjame adivinar, ¿te armó pleito? Ese chico siempre fue muy fastidioso contigo desde que tengo memoria —comentó Jihyo haciendo un mohín y Jeongyeon negó con la cabeza rozando sus labios con la punta de sus dedos—. ¿Entonces?

—Descubrí la razón de su odio injustificado hacia mí —expresó Jeong con una expresión descifrable—. Park me besó, él gusta de mí.

—¿Qué? —Sana posó sus manos sobre los hombros de Jeongyeon incrédula—. ¿Te besó? ¿Park Jimin te besó?

—Lo hizo, me besó. No estaba en mis cinco sentidos pero afortunadamente Im Nayeon vino a mi rescate y lo apartó de mí —expresó Jeong con una media sonrisa—. Ella estuvo conmigo y sostuvo mi cabello cuando yo tenía mi cara hundida en el retrete.

—¿Quién es Im Nayeon? —preguntó Jihyo con curiosidad. Siempre se perdía de mucho solo por el simple hecho de no pertenecer al mismo ramo laboral que sus amigas.

—Es una chica que agredió físicamente a Jeongyeon en un bar y por la que permaneció varias horas en la delegación —explicó Sana todavía impresionada por la reciente revelación.

—Es en el bar donde yo trabajo —añadió Tzuyu—. Ahí nos conocimos.

—Todo el mundo se conoce de ese famoso lugar, tengo que ir alguna vez —aludió Jihyo comenzando a sentir bochorno desde dentro de su disfraz—. Siento que me estoy asfixiando, ¿les parece si continuamos con nuestra plática allá afuera?

—Yo ya he tenido suficiente por hoy, ¿me llevan a casa? —pidió Jeong con los ojos somnolientos y la nariz visiblemente roja.

—Vamos, de todos modos ya es tarde —dijo Sana conectando miradas con la taiwanesa quien permanecía estática y en silencio. Pudo sentir la atenta mirada de su roomie sobre ellas, lo cual la hizo tragar en seco y apartar la vista enseguida—. Te escribiré después para lo acordado.

Tzuyu salió de su trance y algo aturdida asintió con la cabeza recordando que la japonesa se refería a la “falsa cita” que tendría con ella para librarse del castigo de Yuna.

—Nos vemos mañana en clases señorita Chou —Jihyo se despidió de ella agitando su mano antes de salir del cuarto de baño.

—Hasta luego profesora Park.

—Iré a visitarte un día de estos al bar —le dijo Jeongyeon dando un par de palmadas sobre su espalda—. Increíble disfraz. Nos vemos pronto Tzuyu.

—Gracias e igualmente Jeong.

[🧊]

Yeonjun se desanimó luego de que Momo le dijera que era tarde y que tenía que marcharse. No tuvo más remedio que dejarla ir, aunque le hubiese encantado pasar más tiempo con ella, la consideraba una chica muy agradable, muy diferente a la mayoría de sus amistades.

—Yeonjun, alguien llama a la puerta, es un hombre pero se rehusa a entrar. Quiere hablar con Dahyun pero no la encuentro por ninguna parte —comentó un chico vestido de momia que pasaba por su lado.

—Gracias, yo lo atenderé —le contestó Yeonjun dirigiendo sus pasos hasta la puerta del apartamento.

Antes de abrir dio un rápido vistazo a su alrededor intentando ubicar a su mejor amiga pero sin tener éxito. Grande fue su sorpresa al encontrarse frente a frente con Jae Kim.

—Señor Kim... —murmuró Yeonjun tragando en seco.

—Deseo hablar con mi hija —mencionó sin mirarlo.

—Me llevará unos minutos encontrar a Dahyun, hay mucha gente dentro, podría estar en cualquier lugar, ¿no gusta pasar?

—No —negó rotundamente mirando la hora en su costoso reloj de mano—. No tengo mucho tiempo, la esperaré solo cinco minutos.

—No tienes que esperar más, papá —habló Dahyun apareciendo por detrás de la puerta. Su padre la miró de los pies a la cabeza con el ceño fruncido—. Puedes volver dentro Yeonjun, volveré ahí en un segundo.

Su amigo asintió sin decir una sola palabra, simplemente obedeció y se esfumó del lugar, siempre le había parecido muy intimidante el padre de su mejor amiga, razón por la cual prefería mantenerse al margen cuando se trataba de él.

—No voy a decirte que no me desagrada que mi hija se comporte como una niñata, porque te estaría mintiendo —le dijo su padre apartando su mirada de ella para escanear el apartamento por fuera—. Entonces estás viviendo aquí...

—Creo que lo sabes, no entiendo por qué preguntas lo obvio —le contestó Dahyun encogiéndose de hombros—. ¿Solo has venido a conocer el lugar donde vivo?

—No, por supuesto que no —su padre sacó una pequeña caja de su bolsillo y se la extendió a su hija—. Éste te lo envía tu madre y... —sacó unas llaves de su otro bolsillo—. Éste es de parte mía, son las llaves de un automóvil nuevo.

Dahyun tensó su mandíbula tomando la pequeña caja del regalo de su madre. Lo abrió con cuidado encontrándose con un collar brillante que a la vista parecía ser muy costoso.

—Creo que solo tomaré éste —mencionó Dahyun mostrando el collar entre sus manos—. Porque asumo que el automóvil tiene un precio.  

—Lo único que pido es que te olvides de la absurda idea de dejar Freedom para irte a buscar trabajo por tu cuenta, ¿piensas que es así de fácil? Pues no lo es, no sabes nada de la vida —contestó Jae aflojando el nudo de su corbata con molestia—. No puedo permitir que mi única hija vaya por ahí a mendigar cualquier empleo mediocre.

—Ya conseguí trabajo —afirmó Dahyun con seguridad—. Puedes estar tranquilo, te aseguro que no es un trabajo mediocre.

—¿Lo dices en serio? —preguntó arqueando una ceja con curiosidad—. ¿En dónde?

—Lo sabrás muy pronto, quizás más pronto de lo que te imaginas —respondió Dahyun mostrándole a su padre una media sonrisa—. ¿Eso era todo?

—De acuerdo, no quiero discutir contigo y mucho menos hoy que se supone que es un día especial para ti —contestó su padre guardando las llaves en su bolsillo nuevamente—. De todos modos eres bienvenida a casa de vuelta cuando cambies de opinión.

—Espero no hacerlo pronto.

—Tienes agallas —murmuró Jae mirando fijamente a su hija—. Por algo eres una Kim —le dio un corto abrazo antes de agitar su mano a modo de despedida.

[🥜]

Gracias por leerme, lamento la demora, ya estoy poniéndome al corriente 🤠 no olvides votar si te gusta mi contenido, eso me motiva bastante 🥺
Besos & abrazos XOXO 💕