🎆 One-shot 🎆
Las personas que conocen al soukoku desde sus tiempos juntos en la mafia, saben que son una pareja increíble, se puede comprobar por sus trabajos bien realizados y el temor que le tienen sus enemigos, sin embargo, ¿Saben de su coordinación al bailar? Creen que puede ser rídiculo que una pareja dedicada al "terrorismo" sepa bailar, pero el baile es más que solo moverse, es tenerse confianza mutua, coordinación y trabajo en equipo, tal vez así es como iniciaron a trabajar juntos, tal vez no, pero esa noche estuvieron más juntos el uno del otro.
Mori Ōgai, como líder de la mafia, se aseguraba de tener a su organización en perfecto estado, trabajando sin problemas y con cada misión teniendo éxito, más había un pequeño problema que aun no lograba resolver; El Soukoku era problema para el líder, a pesar de que hacían trabajos muy buenos, sus peleas le quitaban ese profesionalismo que él buscaba, sin más, tuvo que intervenir.
—¡¿Ah?! ¡¿Y por qué yo debo ser la mujer?!
—Es obvio Chuuya, no tienes complejos masculinos como yo
—los únicos complejos que tienes, son de idiota
El jefe ya estaba aburrido de su pelea sin sentido, él solo había dicho que debían infiltrarse a un baile para robar una información, cuando Dazai, inicio diciendo que Chuuya debía usar un vestido, la propuesta no era mala solo que...
—¿Seguro que funcionara? Chuuya ya esta golpeando a Dazai
Habló una mujer de porte elegante y cabellos rojizos, quien estaba ahí como complice de la idea del jefe.
—tiene que funcionar, Kouyou...
Sin más, mandó a la pequeña niña rubia de nombre Elise a separarlos, la cual, sin pizca de arrepentimiento los golpeo y sento en una silla a cada uno.
—gracias Elise-chan... Bueno, estas peleas que tienen provocaron que los mandara a ese trabajo y si, si usaras un vestido Chuuya-kun, Kouyou te ayudara, será tu castigo por golpear a Dazai
El mencionado no dijo nada, su lealtad le ganaba más, aun que su orgullo estuviera siendo pisoteado.
—Y tú Dazai, no soltaras a Chuuya-kun en ningun momento, es más, la presentaras como tu pareja
—....¿Y no puede mandar a alguien más?
Con una sonrisa tranquila le dijo "No" y cortó la conversación. Así, Kouyou se llevo a Chuuya a preparar y ordenando a Dazai a arreglarse también, pues la misión sería esa misma noche.
[ .... ]
La velada era sencilla pero no perdía su toque de elegancia, aquel salón donde llevarían acabo la misión, era un edificio totalmente de lujo, la gente se pavoneaba con sus trajes y vestidos, sin duda, la mayoría de ahí eran gente de la alta clase.
Ambos menores ingresaron sin problemas, Mori les había conseguído el pase como si fueran boletos de cine, si no fuera por él, tal vez tendrían que ingresar por otros métodos. La gente curiosa se enfocaba en aquella jóven pareja, pues no todos los días, se podía ver a un joven alto de cabello castaño luciendo un traje de gala y ni hablar de la "señorita" que le acompañaba, una pelinaranja pecosa y con vestido color granate, esas miradas ponían "incomoda" a la pelinaranja, aun que era claro que despues se mentalizaba en romperles las extremidades si le hacían algo.
—Agh, como odio esto—dijo en un susurro—.
—¿Y tú crees que yo no? Idiota—contesto de igual forma—.
—Lo digo por las miradas son tan...
—¿Tan...?—preguntó esperando a que terminara la frase, pues el castaño se había callado como si fuera a decir algo malo—.
Al ya no tener respuesta, decidió cerrar el tema. Cuando estaban en la barra de bebidas, el castaño se retiró con la excusa de buscar a su objetivo, tomar la información y terminar con esa pesadilla. Por parte del pelinaranja, él se quedó sentado a esperar, claro que su tentación por algo de vino no iba a dejarlo del todo tranquilo y antes de poder pedir algo al barman, este le entregó una copa con un líquido dd color rosa pastel.
—El hombre que esta por haya se lo manda como regalo
Habló el joven que atendía mientras se retiraba a atender otros pedidos. El pelinaranja no era tonto, sabía que podía tener algo aquella bebida, la olfateo y buscó rastros de que contuviera algo peligroso pero al no encontrar...
[ .... ]
Un castaño estaba enojado por lo que acababa de descubrir, toda esa misión era una mentira, ¿Cómo no se dio cuenta antes? Esto era idea de ese doctor estafador que tenía de jefe, sus insultos e ideas para matarlo no iban a calmar aquel momento tan vergonzoso que tuvo que pasar, presentar a Chuuya como su pareja al ingresar al salón de la fiesta, ahora mismo quería tomar al pelinaranja contarle todo lo que descubrió y cast...
Sus planes se interrumpieron al no encontrar al pelinaranja donde lo había dejado. Por la copa que estaba en el lugar, era claro que había tomado y con esa resistencia que se cargaba para el alcohol, ahora mismo podía estar haciendo una estúpides, se acercó a la barra y preguntó al joven que atendía.
—Disculpe, ¿No vio a una chica pelinaranja andar por aquí?
—¿Usaba un vestido rojo?
—Granate—corrigió, pues Kouyou le regaño cuando vio vestido a Chuuya y también le dijo que era rojo su vestido—.
—uh... La joven al parecer no soportó la bebida y un señor diciendo que era su esposo se la llevó...
El castaño chasqueo la lengua enojado, pues sabía que ahora debía buscar a su compañero por culpa del alcohol.
Se alejó luego de agradecer al barman, comenzando su busqueda por todo el salón, pues tener al pelinaranja en estado de ebriedad podía ser malo.
[ .... ]
El pelinaranja se encontraba totalmente fuera de sus casillas por aquella bebida, caminaba tambaleandose y apenas la ayuda de aquel extraño sujeto le evitaba caerse al suelo, aun su mente todavía tenía un poco de sentido común, sabía que la persona a su lado realmente tenía otras intenciones, odiaba el no poder hacer nada con su estado de ebriedad ganando.
Los pasillos se movían para su vista, el ruido del exterior era insoportable para sus oídos y justo antes de entrar a una habitación...
El hombre que iba a su lado, cayó inconsiente, su vista que estaba borrosa por los efectos del alcoholismo no le dejaban ver con claridad la nueva persona que estaba a su lado, sin embargo, aquella mano que le sujetaba la suya, era muy bien reconocida, era esa mano, que siempre le hacía reaccionar luego de usar su habilidad.
Fue sentado a la fuerza en un banco a las afueras del lugar, aquel edificio contaba con un jardín en el que a veces se realizaban fiestas de día, pero esa noche, todos estaban adentro disfrutando la velada. Su cara fue salpicada con un poco de agua, haciéndolo reaccionar poco a poco.
Un castaño se mantenía frente a él con algo de molestia, este mismo le entregó un vaso de agua.
—¡Chuuya eres idiota!
—...
—¡Me tenías buscandote en todo el maldito edificio! ¡Casi haces que me muera de un infarto! ....Y los infartos no están en mi lista de formas de morir
—Dazai...
—¡Ese hombre pudo hacerte algo! ¡Da gracias a que te encontra a tiempo o sino-...
—¡Osamu!—interrumpió el pelinaranja—.
—....
—estoy bien...
El de ojos café estaba en total shock por la situación, el de baja estatura llamándolo por su nombre, había sido tan...
Sintió como lo abrazó el pelinaranja, tal vez aun eran los efectos del alcohol, pero eso no quitaba que aquel gesto se sintiera tan cálido.
—me alegro que estes bien—respondió—.
Ambos estaban abrazados, perdidos en aquel momento, poco a poco comenzaron a jugar dando pequeños pasos de baile, la música a la lejanía hizo que ese jugueteo se convirtiera en un baile de verdad, ambos jóvenes coordinandose y formando la mejor pareja que pudiese existir.
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