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14•

Lo empujó contra la pared, besándolo con ganas, luego se retiró sólo un poco. Sujetó sus dos manos por las muñecas, las subió por encima de su cabeza, y ella se dejó hacer. Se apretó de nuevo contra Jimin y acercó su boca a la suya, pero ésta vez no lo besó, sólo recorrió los labios con la punta de la lengua. 

Acarició su pecho, y fue bajando por su cintura hasta llegar a su entrepierna. Luego lo despegó de la pared para recorrer la piel de su espalda con un solo dedo, siguiendo hasta llegar a su entrada, y cuando llegó a ella, comenzó a estimularlo, haciendo círculos, preparándolo. Lo empujó nuevamente contra la pared, y comenzó a acariciar su miembro. Jimin se estremecía de placer. 

Jimin se despegó de la pared para besarlo y rodear su cuello en un abrazo, pero otra vez, y en ésta ocasión más bruscamente, Jungkook lo apoyó contra la pared y sujetándolo por la cintura, lo volvió a besar. Fue un beso caliente, largo y húmedo. La lengua de Jungkook se desplazó dentro de su boca, permitiéndole respirar sus jadeos. 

Ella se dejó besar y luego lo beso él. Los besos de Jungkook eran tan adictivos y tan excitantes, que Jimin creía que se correría sólo con eso. Jungkook se separó y teniéndolo aún sujeto por la cintura, bajó hasta su miembro y lo recorrió ligeramente con la lengua por toda su longitud. Eso volvía loco a Jimin, siempre le hacía suplicar por más. 

Ya bajo los efectos de sus lamidas en su miembro, Jimin rogó que lo hiciera de una vez. Jungkook lo dio vuelta por un instante, inclinándolo, para tener más acceso a su entrada. Sólo por unos instantes su lengua entraba y salía de allí, mientras Jimin gemía como una puta. Jungkook volvió a darlo vuelta, se puso de rodillas y siguió con firmeza, lamiendo y succionando su miembro, mientras movía sus dedos en el interior, hasta que su JiminJimin rogó para que no lo hiciera sufrir más. Mordió apenas el glande y Jimin dio un brinco indicando que le gustaba. Su boca, sus labios y su lengua estaban allí comiéndolo por completo, ella estaba a punto de correrse y sujetó la cabeza de Jungkook con sus manos para atraerlo más hasta su cuerpo. Tres de sus dedos se encorvaron dentro, y los metió profundamente de forma tal que quedaran en movimiento hacia su punto interior de más placer. 

Allí dentro, sus dedos se movían con frenesí, mientras su lengua acariciaba su miembro, y el orgasmo no tardó mucho en llegar. Entre un gemido, casi grito y un espasmo, Jimin se corrió en su boca. Jungkook lamió toda su esencia sintiendo el aroma a sexo en su piel y todavía sus dedos se movían dentro para exprimir las últimas oleadas de placer que quedaban en su cuerpo. Jungkook se incorporó de pie y lo besó, llevándolo hacia la cama. Su miembro estaba palpitando desesperadamente, y ya le dolía de lo duro que estaba. 

Su cuerpo estaba tumbado completamente sobre ella, pero el peso de todos esos músculos no le molestaba, Jimin adoraba los brazos fuertes de Jungkook, y le excitaba mucho su cuerpo bien torneado. Alzó la vista y se encontró con los hermosos ojos del rubio con las pupilas dilatadas de placer, en ellos leyó el deseo salvaje que lo consumía. Sin temor chupó sensualmente el grueso labio inferior del hermoso de su Kookie, deleitándose con el gemido ahogado que brotó de su garganta. Sintió la lengua de Jungkook lamer sus labios primero antes de combatir con la suya. Sus lenguas se juntaron descoordinadamente, Jimin lo dejó manejar toda la situación, como hacia siempre. 

Jungkook dominaba. Jungkook, sólo él. 

Las embestidas fueron duras desde el comienzo, porque esa noche se propuso complacer a Jimin, y sabía perfectamente qué le gustaba y cómo. Ella se retorció aún más, gimiendo descontroladamente al sentir como Jungkook tocaba su próstata, una y otra, y otra vez con la punta. 

— Oh, Daddy. Uhm... fuerte... ¡Más fuerte!— 

Jungkook aumentó el ritmo de las embestidas al escucharlo pedir por más. Extrañó esto, por más que le haya gustado haber sido dulce las últimas veces, adoraba escuchar a Jimin gritar sus gemidos. El pelinegro alzó las caderas involuntariamente anhelando aumentar aquella fricción que lo enloquecía. Jungkook pareció leer sus deseos en su expresión, porque con firmeza levantó sus piernas sobre sus hombros para tener más acceso a su interior, embistiéndolo duro y tan profundo como pudo. 

— ¿Así, Princesa? ¿Así te gusta?— 

.....

Una vez que unieron sus labios, se les fue imposible volver a separarse. Ellos eran así, empalagosos en cada momento, no dejaban de tocarse, o besarse porque así les nacía. Estaban tan acostumbrados al otro, a sentirse, acariciarse, mimarse y sobre todo a besarse sin miedo a desgastar sus labios. 

Se habían recostado en el suelo del baño, pero tan pronto cuando Seokjin liberó el miembro de Namjoon, el mayor se acomodó sentado, cubriendo su miembro nuevamente. — No, no, bebé. No— 

Seokjin rodó los ojos, su rostro mostraba desesperación, estaba a punto de comenzar a hacerle una mamada, y Namjoon cortó el excitante momento. — ¿Por qué? ¿Por qué no quieres, Nam?

— Claro que quiero, bebé. Te juro que te haría el amor toda la noche, sin parar— 

— ¡Y hazlo! ¿Qué te lo impide?— 

— Porque estás ebrio, mi amor.—  Namjoon acarició su rostro y dejó un tierno beso en la mejilla. — No me gusta hacerte esto. Nosotros... nosotros terminamos, y yo estaría aprovechándome de tu estado y no me lo perdonaría, bebé, perdonam-— 

Seokjin resopló indignado. — No estoy ebrio, Namjoon ¡Por Dios! Sólo bebí un trago de cerveza y otro de no sé qué para tener aliento a alcohol antes de subir a verte— 

Namjoon alejó su mano del rostro de Seokjin y frunció el ceño — ¿Estás diciéndome que fingiste estar ebrio para lograr que yo me acostara contigo?— 

Seokjin se cruzó de brazos y asintió. 

— O sea, que... ¿Tú te ibas a aprovechar de mi?— 

Seokjin rodó los ojos y sonrió. — De hecho, sí. Iba a tomar ventaja de que tú tomaras ventaja. Pero aquí, el señor: No me aprovecho de personas alcoholizadas, arruinó todo...— 

— Discúlpame por amarte—  Namjoon comenzó a abrocharse de nuevo el jean, pero Seokjin lo frenó, colocándose a horcadas de él sin previo aviso y unió sus labios de manera muy desesperada. 

— Sé que me amas, Nam. Lo sé, hazme el amor, por favor... te extraño mucho, te necesito más— 

— Seokjin, n-no—  Namjoon ladeó su cabeza cuando la lengua de Seokjin comenzó a descender lineando la nuez de Adán. — Bebé nos-nosotros... terminamos y... ugh— 

— Podemos volver, amor, podemos volver a estar juntos otra vez. ¿No me extrañas?—  Seokjin susurró en su oído mientras comenzó a moverse sobre él, acomodando el miembro de Namjoon para sentirlo en su entrada. 

Namjoon no dijo nada sabiendo que Seokjin no estaba ebrio, la verdad es que todavía sigue enojado por cómo terminó su relación, y aún no puede perdonarlo, pero ¡Mierda! Lo extraña... quizás, sólo quizás ¿Podría darle una segunda oportunidad? Al menos la chance de explicarse y... ugh, ¡Está bien! Va a perdonarlo, va a perdonarlo porque no puede estar ni un sólo día más sin él. 

— Te amo, Seokjin. Te amo tanto, bebé. Estoy tan ridículamente enamorado desde el primer momento en que te vi. Intenté ser fuerte, pero te extrañé cada día, lloré mucho por las noches amor, yo... yo te juro que te am-— 

— Sh, sh, amor. Bésame, bésame, Nam— 

Seokjin siguió el ritmo desesperado de su mamada. Namjoon se tapaba la boca con la palma de su mano para no gemir fuerte. Ambos dejaron de escuchar los gemidos de Jimin y Jungkook porque se concentraron en su situación, en disfrutar de la adrenalina de estar haciendo esto nuevamente. 

Mordisqueó con más presión el miembro palpitante de Namjoon, empapándose los labios con aquel fluido, y succionó nuevamente hasta sentir las contracciones del mayor, pero no alejó el rostro sino que lo mantuvo exactamente en la misma posición, llenándose la boca de la esencia y adorando el gemido casi silencioso, pero sumamente excitante que brotó de los labios del amor de su vida.

.....

— Sí, Daddy, así me gusta, sí— 

Cada estocada era más dura y profunda. Jimin estaba completamente tumbado sobre el colchón y el pecho de Jungkook pegado a su espalda. Amaban esa posición porque se podían sentir más, transpiraban juntos y llegaban al orgasmo al unísono. 

Jungkook se despegó de su cuerpo, y sin salir de él palmeó su muslo para que se acomodara de manos y rodillas sobre el colchón. Jimin se acomodó en esa posición, sumiso, y Jungkook comenzó a masturbarlo mientras seguía con sus embestidas. De su garganta brotaron gemidos altos, sin importarle ser escuchado porque a esa altura la excitación era sumamente abrumadora. 

Cada embestida era fuerte, dura, y Jimin gritaba sus gemidos. — Te gusta, Princesa, te gusta?— 

Jimin no podía responder debido a la oleada de placer que lo consumía. Jungkook no dejaba de tocar su punto justo, a la vez que lo masturbaba y eso era demasiado. Jungkook salió de él sin previo aviso, y Jimin se estremeció al sentirse vacío una vez más. Abrió sus ojos, descolocado, sin entender porqué lo hizo, lo quería dentro suyo otra vez, otra vez, y si es posible toda la vida. 

Jungkook lo dio vuelta con fuerza, siendo bruto, y se recostó sobre su pecho, entrando nuevamente en él. 

— Más, Daddy. Más fuerte— 

— Lo sé, hermosa. Sé cómo te gusta, bebé— 

Jungkook lo hizo sufrir, porque las embestidas siguieron siendo duras y profundas, pero lentas. Una, y otra... y otra. 

Jimin negaba, con los ojos cerrados... — Rápido más- más rápido, Daddy— 

Jungkook sonrió y lamió el camino de la nuez de Adán, hasta llegar a su boca y lo besó con furia. 

— Me encanta cogerte, hermosa... me encantas, me gustas, y te amo—  Susurró en su oído. 

Jimin abrió los ojos al escuchar aquello. La expresión en su rostro era de desconcierto, confusión. Jungkook le dijo 'te amo'... ¿Cóm- qué? Ni siquiera iba a intentar exigir una explicación de eso, al contrario, en respuesta lo besó, lo besó con ansias. Jungkook estaba ebrio y posiblemente no recuerde esto luego. 

— Yo también te amo, Daddy. Te amo, me encantas—  gimió. 

Minutos luego, Jungkook se desplomó sobre su pecho al sentir que llenó su interior. 

.....

— Ugh... bebé, eso fue... eso fue... wow—  Namjoon resopló, tratando de volver a la calma. Aquella mamada que recibió de su ¿novio? Fue espectacular, como lo eran siempre. 

— Hagámoslo, Nam. Hagámoslo ahora, aquí— 

— No, no. Shh... ¿escuchas algo?— 

Seokjin apoyó su cabeza en la puerta del baño, en silencio, tratando de escuchar. — Uhm... no. No se escucha nada. ¿Habrán terminado?— 

— Quizás... ¿Vamos a casa? De todas maneras hace rato que estamos aquí encerrados.— 

Seokjin sonrió y asintió. Unió sus labios en cortos besos y abrió lentamente la puerta del baño. Efectivamente Jungkook y Jimin no estaban, así que aprovecharon el momento para salir de allí. 

— Voy a bajar y avisarle a Taehyung que me voy contigo, amor— 

— Bueno, bebé. Yo bajo después de ti. Buscaré a Jimin para avisarle que me voy contigo.— 

Namjoon bajó segundos luego que Seokjin, y lo perdió de vista entre tanta gente. Las fiestas de Taehyung eran así, él era alguien popular en su curso, muy querido por todos, y todo el mundo asistía a sus fiestas. Caminó en busca de Jimin, aún sin poder olvidar que escuchó sus gemidos y oh, el pequeño detalle de que se hace pasar por mujer en el sexo. ¿Por qué? ¿Por qué a él le tuvo que pasar esto? Es decir, no lo juzga, ¡para nada! Cada loco con su tema, pero ahora va a ser malditamente incómodo volver a mirar a ambos a los ojos luego de escuchar como tienen sexo duro como dos salvajes, ugh, no necesitaba tanta información. 

Logró encontrar a Jimin en la cocina, bebiendo con Jungkook, y sí, el sexo te pone sediento... Les avisó que estaba a punto de reconciliarse con Seokjin y que se irían juntos. Jungkook se ofreció a llevar a Jimin a casa, porque literalmente son vecinos, no era problema. 

Caminó hacia la sala, buscando a Seokjin, colocándose en puntitas de pie para lograr tener mejor vista, pero el menor no estaba por ninguna parte. Se subió a dos o tres escalones de las escaleras para buscarlo con la mirada, y sonrió cuando lo vio hablando con Taehyung cerca de la puerta principal. Se dirigió sonriente hacia la salida, estaba sumamente feliz porque volvería con su bebé. Ahora irían a su casa juntos y le haría el amor hasta el amanecer, con dulzura, para demostrarle lo mucho que lo ama. 

Pero su hermosa burbuja de felicidad explotó cuando estaba a pocos centímetros de Seokjin. 

— Mi amor, te estaba buscando ¿Dónde te metiste?—  Dijo Nayeon cuando rodeó el cuello de Seokjin en un abrazo y lo besó desaforadamente. El pelirosa se quedó inmóvil, shockeado, y los ojos de Namjoon se llenaron de odio en cuestión de segundos. 

— ¿Nayeon? ¡¿Qué te pasa?!—  Seokjin la empujó, pero Nam estaba demasiado cegado por la bronca de ver cómo besaban a Seokjin en sus narices, que no tuvo en cuenta ese detalle cuando se acercó a él. 

— Nam- Nam... no es lo que piensas, amor, no. Ella me besó—  Seokjin quería llorar. 

— Ten, Seokjin—  Namjoon dejó varios billetes en su mano. 

— ¿Y esto? ¿Para qué?—  Seokjin frunció el ceño. 

— Ahí tienes una propina por la mamada que me hiciste hace un rato. Con eso puedes pagar tu taxi a casa— 

Namjoon salió de la casa en llamas, Seokjin mantuvo su vista fijamente en su mano, sus lágrimas caían quemando su rostro. 

Jungkook y Jimin decidieron ir a casa al saber que Nam también se había ido, y al acercarse a la puerta, vieron que Taehyung abrazaba a Seokjin. El pelirosa lloraba mucho y Jungkook no pudo evitar preocuparse por él al instante. 

— Seokjin. ¿Qué sucede? ¿No te ibas con Nam? ¿Por qué lloras?— 

— Nayeon me besó y Namjoon creyó que ella y yo... que nosotros... y se fue, me dejó, me dejó otra vez, y yo lo amo y... y me quiero morir porque íbamos a volver y... y—  Seokjin sollozaba, y Jungkook se sintió terrible al verlo de esa manera. 

— Vamos Jin, vamos que te llevo a casa—  Jungkook rodeó su cuello en un abrazo y acarició su espalda. — Después hablaré con Nam, no te preocupes, lo solucionaremos— 

Jimin palmeó el hombro de Seokjin, asintiendo. Luego le habló a Jungkook — Dame las llaves del auto, Jeon. Yo manejo, tú no estás en condiciones, estás ebrio— 

Jungkook sonrió y negó. — No Jimin, estoy bien... sólo tomé un trago de cerveza en toda la noche, puedo conducir.

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