¿TRATO?
CHAPTER 04
Garam despertó en una cama extraña. Se levantó de un salto, la confusión inundando su mente por un momento. Miró a su alrededor y, al instante, recordó lo sucedido. Jungkook le había cedido la cama después de que ella se la arrebatara de forma nada sutil.
Miró el teléfono sobre la mesa. Jimin, su madre, las madres de Jungkook y Jimin... todos preguntando por ella. ¿Por qué? Pensó que ya era tarde, pero, en lugar de sentirse preocupada, sintió una molestia inexplicable. Un deseo de desahogar esa irritación creció en su interior. Y lo que la terminó de despertar no fue el teléfono, sino los gemidos provenientes de la sala.
Curiosa, pero también furiosa, se levantó de la cama sin pensarlo y salió a investigar. Al acercarse a la sala, los gemidos se hicieron más audibles, y su ira creció. ¿Jungkook se estaba cogiendo a alguien estando ella en su apartamento aún? ¿Era eso lo que ocurría ahora?
Jungkook estaba allí, en pleno acto con una chica desconocida. Su rostro reflejaba la misma arrogancia de siempre, como si estuviera disfrutando de la escena, como si nada importara.
"Mierda, realmente se bien, incluso así..." Ella estaba tan absorta en la visión que no pudo evitar pensarlo, aunque el enojo no se esfumó y una mezcla junto a la confusión la invadió al mismo tiempo. ¿Cómo podía ser tan descarado? Su mirada recorrió la escena por un segundo y, al notar que Jungkook la veía con una sonrisa seductora, se giró rápidamente para marcharse. Ya no podía más.
Pero justo cuando estaba a punto de dar la vuelta, la puerta de la sala se abrió, y la chica se apartó, sorprendida. Garam no tuvo más remedio que taparse los ojos para evitar la incomodidad de ver más. Jungkook, sin vergüenza alguna, se enrollo en una toalla que estaba tirada en el piso y abrió la puerta.
Jimin, sin importar lo que veía, entró en la habitación. Con un gesto serio y nada preocupado por lo que estaba sucediendo.
—No encuentro a Garam, su madre dijo que podrías ayudarme con algo.
Al momento de percatarse de la presencia de la chica en la escena, Jimin se quedó completamente congelado por unos segundos. Su mirada se clavó en Garam, luego en Jungkook, y la confusión lo invadió.
—¡¿Tú y Garam?! —Exclamó, su voz está llena de incredulidad.
Garam, al ver la situación, no podía evitar sentirse incómoda, pero la irritación aún estaba presente. Jungkook no se mostró en absoluto avergonzado. Al contrario, sonrió con una actitud desafiante.
—Vamos, Jimin, ¿De verdad crees que haría algo con Garam? —Respondió Jungkook con tono burlón, como si estuviera disfrutando del caos.
Jimin no lo soportó más. En un estallido de furia, se adelantó y le lanzó un golpe directo a Jungkook, quien apenas se tambaleó, pero no dejó de sonreír. El golpe no lo afectó en lo más mínimo.
—¡Eres un idiota, Jungkook! —Gritó Jimin, furioso.
La tensión era palpable. Garam, confundida, pero con el ánimo de calmar la situación, intentó separarlos.
—¡Basta ya, chicos! —Gritó, pero su intento de interrumpir la pelea fue inútil.
Jungkook, mientras seguía sonriendo, aprovechó la oportunidad para lanzarle un comentario mordaz a Jimin.
—¿Qué pasa, Jimin? ¿Te molesta que Garam haya estado aquí? ¿O es que te molesta que no haya sido contigo?
El golpe siguiente fue mucho más fuerte, y la pelea continuó entre empujones y patadas. Garam intentó una vez más intervenir, pero en lugar de calmar la situación, terminó siendo empujada accidentalmente por ambos, cayendo al suelo con un fuerte impacto.
—¡Idiotas! —Gritó Garam, ahora realmente harta de ambos. —¡Están actuando como dos niños!
Ambos se detuvieron por un instante, pero solo para mirarla, sin realmente entender lo que acababa de suceder. Jimin estaba rojo de ira, y Jungkook seguía con su sonrisa retadora.
La tensión era tan alta que nadie podía prever lo que ocurriría a continuación. La pelea podría haber seguido hasta límites insospechados, pero Garam, exhausta y cansada de todo, se dio la vuelta y salió rápidamente por la puerta.
Ambos hombres la miraron irse, uno aún con la sonrisa en el rostro y el otro luchando por entender qué acababa de presenciar. La pelea, aunque no concluida, había dejado claro que las cosas no serían tan simples entre ellos.
Por más difícil que sea...
alejarse era la solución.
Garam caminaba rápido por el pasillo de la universidad en donde se quedaba Jungkook, sin mirar atrás. Ya había pasado alrededor de casi una hora después de la pelea y aún sentía el ritmo acelerado de su corazón y el peso de la confusión. ¿Qué acababa de suceder? ¿Por qué los dos se comportaban de manera tan infantil? Y lo peor, ¿por qué sentía esa mezcla de rabia y frustración? ¿Qué demonios estaba pasando con ella?
La puerta del apartamento se cerró de golpe tras ella haber terminado de arreglarse, evitando a Jimin y Jungkook. El sonido retumbó en sus oídos, pero ni siquiera lo notó. Solo quería alejarse de todo, de ellos, de la incomodidad en su pecho. Tomó su bolso sin pensarlo y salió al pasillo del edificio, respirando hondo, intentando calmarse. Cada paso la alejaba de esa habitación, de los comentarios, de la pelea.
De repente, una silueta familiar apareció en la esquina. Jungkook estaba apoyado en la pared, como si la hubiera estado esperando. Su expresión arrogante, esa que siempre la irritaba, ahora la hacía sentir aún más impotente.
—¿Pensabas que podrías escapar tan fácilmente sin decir gracias? —Su voz era baja, pero con un tono que hizo que la piel de Garam se erizara.
Ella se detuvo en seco, apretando los dientes. No iba a ceder a su provocación.
—Había olvidado lo idiota que eres. Tienes talento. Y sí, gracias por ofrecerme dónde quedarme. —Respondió sin una pizca de vergüenza, manteniendo la compostura, aunque sus manos temblaban de rabia —Así que, si me permites, me voy. No tengo tiempo para tus juegos ni preguntas.
Jungkook no se movió, pero en sus ojos brilló una chispa de diversión.
—No te preocupes, fue un placer ayudarte. —Su tono sarcástico era evidente, pero no se quedó solo ahí —Ya veo que no quieres que te ayude a calmarte.
Garam lo miró de reojo, sintiendo cómo la irritación le punzaba la cabeza. ¿En serio? ¿Después de todo lo que había pasado tenía que seguir jugando con ella? Ya había sido suficiente con que su pelea terminara con ella en el suelo.
—No, no quiero. ¿Por qué, por una vez, no dejas de ser tan... tan tú? —Su voz se elevó un poco, enfrentándolo por fin —No entiendo por qué me ayudaste en primer lugar. Si fue lástima lo que te hizo traerme aquí, ya has hecho suficiente. Así que, por una vez, deja de hacer esto más incómodo.
Jungkook alzó una ceja, la sonrisa desapareció por un instante, pero pronto regresó con más intensidad.
—Garam, por favor, no veo la incomodidad en esta situación. —Se acercó un poco más, invadiendo su espacio personal con descaro —A lo mejor tú eres la que se siente incómoda... por el hecho de que yo no me detengo con nada, y eso te molesta.
Cada palabra la golpeaba como un desafío. ¿Por qué siempre lograba descolocarla así? Sentía que cada conversación con él era un campo de batalla emocional en el que él siempre tenía la ventaja.
—Me irritas, Jungkook. —Sus palabras salieron con más firmeza de lo que esperaba —Toda esta situación me molesta, y tú lo estás volviendo increíblemente peor.
En el fondo, sabía que algo más estaba ocurriendo. Ese ardor en su pecho no era solo por la pelea. Había algo más profundo, algo que no podía... no debía... querer.
Jungkook la miró fijamente. Esta vez, su sonrisa se desvaneció por completo.
—Entonces haré esto más fácil para ti. —Su voz descendió a un tono bajo, casi grave —Sé que no volverás con Jimin a su apartamento.
Garam desvió la mirada. Su silencio y el chasquido de lengua de Jungkook confirmaron lo que él ya sabía.
—Y no tienes a dónde ir. Sé lo de tu madre.
Un escalofrío le recorrió la espalda. Su cuerpo se tensó, pero no lo miró.
—Así que te tengo un trato.
Garam lo miró al fin, con cautela.
—¿Un trato?
—Sí. Puedes quedarte en mi apartamento mientras encuentras uno para ti sola.
No había rastro de burla en su voz. Jungkook hablaba en serio.
—¿Y qué quieres a cambio? —Tragó saliva.
Antes de que él pudiera responder, un tercer elemento irrumpió en la escena.
—¡Garam!
La voz de Jimin cortó el aire como un latigazo.
Garam se giró, su mirada se encontró con la de él. Estaba fuera de sí, con el cabello desordenado y el rostro lleno de frustración. Ni siquiera parecía entender del todo lo que acababa de presenciar.
¿Qué demonios había pasado entre ellos?
—Hablaremos después. —Jungkook rompió el silencio con un tono desafiante.
Ella no le respondió. No quería seguir ese juego, pero tampoco sabía cómo enfrentar a Jimin.
Con una última mirada a Jungkook, Garam giró la esquina sin más, dejándolos atrás.
Pero tenía la sensación de que, de alguna forma, todo estaba a punto de volverse mucho más complicado.
¡Hola! ¿Qué les pareció este episodio? Demasiadas emociones.
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¡Nos vemos, querido lector!
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