Gromit y Bitzer
Espero que les guste~
Nota: ¡Me mire la peli de Wallace y Gromit! Los ame y bueno, aquí esta el pequeño golpe de inspiración que me llego con eso
Nota-2: Siempre pensé que Bitzer y Gromit podrían llevarse super bien. Además, creo que estos dos necesitan vacaciones xD
Nota-3: Sé perfectamente que Gromit no tiene una boca en si pero es difícil explicar sus expresiones en ese caso, así que hice lo mejor que pude ^_^
Todo empezó como un día común y corriente, con el granjero cargando su camioneta antes de llamar al perro para que se subiera y así, conducir hasta la ciudad. Estaban en fechas de entregas para una cierta cantidad de tiendas, siendo parte de su rutina cada cierto tiempo al decir verdad, y el perro había estado ayudando, como siempre, bajando cajas y acomodando todo como podía, satisfecho de poder cumplir con las ordenes y entusiasmado al ganarse un palmada cariñosa en la cabeza junto a una galleta o dos. El perro había termina con su tarea y ahora estaba masticando una de sus recompensas con encanto, despidiéndose con un ligero gesto al salir y sacudiendo la cola con cierta emoción, porque después de las entregas siempre podía tener horas libres para jugar con Shaun y el rebaño sin preocuparse de que el hombre lo llamara, cuando eso sucedió.
Había estruendosa música en la parte del conductor, con el granjero golpeando el volante al ritmo y cantando al parecer, arrancando sin siquiera revisar la parte trasera ahora vacía de su vehículo y medio acelerando para salir del estacionamiento en el que había estado, de seguro apurado para llegar a su hogar y así recostarse o algo por el estilo. Pero el detalle allí era que se estaba yendo de vuelta a la granja...sin el perro ovejero.
-Ah, debí imaginarlo- suspiro con cansancio, algo resignado al mismo tiempo, llevándose la galleta que le habían dado a la boca para masticar y así sacudir las migas de sus patas.
Bitzer ama a su dueño, tanto como un perro puede amar a un humano, lo respeta incluso y todo eso pero a pesar de ello, no se miente a si mismo. El granjero puede amar a sus animales, puede amar su granja y su pequeño hogar, podía tener buenas intenciones en cada una de sus acciones y esas cosas pero era despistado y sumamente torpe, como en serio torpe, hasta el punto en el que muchos de los animales se preguntaban como era que había vivido durante tanto tiempo. Era ridículo y cómico al mismo tiempo ver al hombre tropezar con sus propios pies o con las mismas cosas que tiraba al suelo en su propia torpeza de por si, creando un desastre en el proceso, luciendo frustrado ante de suspirar y hacer un gesto, en una orden muda de que el perro debía encargarse de limpiar.
Además de eso, como colmo de males de cierta manera, era distraído, del tipo que ni siquiera notaba que la suciedad en si estaba en sus anteojos y no en su entorno, y olvidadizo, el perro mismo ya había perdido la cuenta de cuantas veces tuvo que apresurarse a apagar la cocina después de que el humano la dejara encendida. Así que, sabiendo y conociendo todo eso, Bitzer no estaba realmente sorprendido por lo sucedido.
-Que mala suerte- bufo para si mismo. Miro su reloj, sabiendo que tardaría más de lo que le gustaría volver a la granja a pata, y haciendo una mueca para si mismo, suspirando una vez más con cansancio. Quizás, podía colarse en algún trasporte o algo así para poder acortar una cierta distancia, quizás que lo acercara a la salida de la ciudad si tenía mucha suerte.
Sus orejas se alzan por puro instinto al escuchar a alguien salir de la tienda que tiene detrás, moviéndose lo suficiente para no estar en el camino por las dudas, arrugado apenas la nariz ante el fuerte aroma que venía del hombre que pasaba por su lado. Queso, diferentes tipos de queso, mezclados de alguna manera con metal y té. Lo vio de reojo, un hombre que caminaba casi con paso saltarín hasta lo que parecía ser su auto, abrazando bolsas contra su pecho de donde se asomaban un par de trozos de queso a simple vista, con una gran sonrisa mientras murmuraba para si mismo. Se estaba subiendo a su vehículo, teniendo ciertas dificultades al juzgar por el ruido ahogado y forzado pero lográndolo al final, arrancando y alejándose de ella, Bitzer haciendo una mueca ligera ante el aroma a aceite y humo que eso dejó atrás.
Bufo para si mismo, armándose de ganas para empezar su largo recorrido a casa, notando de reojo al perro que sale de la misma tienda. De pelaje corto color crema y grandes orejas caídas marrón oscuro, caminando sobre sus patas traseras para poder sujetar con las delanteras unas cuantas bolsas, y de grandes ojos expresivos que ahora estaban mirando a su alrededor en busca de algo o quizás, de alguien.
-Oye- ese perro tiene el mismo aroma que el hombre, esa rara mezcla que había llegado a oler hace solo unos minutos atrás, así que esta seguro de que esos dos habían venido juntos o algo así. -¿Buscas la camioneta que estaba estacionada allí?- Bitzer enarco una ceja, logrando que aquel perro centrara su atención en él, este dudando un segundo antes de asentir con una pregunta muda en sus ojos. -Se fue como hace...5 minutos o un poco más- revisa su reloj, como para asegurarse de que no conto mal, y alza la vista, justo a tiempo para ver como la expresión ajena decae. No luce triste o decepcionado en sí, solo cansado y resignado, algo molesto quizás pero no sorprendido. -¿Tu dueño también se fue sin ti?- el perro de pelaje claro bufo, asintiendo, rodando apenas los ojos con ligero fastidio pero se enderezo apenas, luciendo como si se diera cuenta de algo, mirándolo con atención y ladeando apenas la cabeza. -Si, estamos en las mismas- señalo donde había estado la camioneta del granjero.
Ambos dejaron escapar un largo y pesado suspiro al unísono, mirándose entre ellos por unos segundos antes de bufar.
-Soy Bitzer- se mueve, acortando la distancia entre ambos, extendiendo las patas justo a tiempo para poder agarrar una de las bolsas que se notaba que al otro se le estaba resbalando. El perro de pelaje claro hace un gesto ligero en una especie de agradecimiento silencioso, pareciendo animarse apenas en su lugar ante la presentación y cambiando su agarre en la bolsa que aun tenía, pudiendo tener una pata libre para señalar su collar. -¿"Gromit"?- leyó en voz alta, recibiendo un ligero asentimiento, el perro ovejero un poco curioso ante la falta de respuestas reales pero sin estar dispuesto a exigir aquello. Algunos animales hablaban hasta por los codos, como el propio Shaun, pero otros no y él respetaba eso. -Bueno, un placer- se encogió de hombros con tranquilidad. -¿Quieres un poco de ayuda con esto antes de que me vaya?- acomoda la bolsa entre sus brazos, estaba algo pesada pero no tanto como las cajas que tuvo que bajar en ese día, así que no había problema.
Gromit sonríe ante eso, luciendo aliviado y agradecido al mismo tiempo, sus orejas levantándose cuando algo parece llegar a su mente. Hace un gesto con su pata libre, como si estuviera sosteniendo algo y acercándolo a su rostro con movimiento casi elegante.
-¿Té?- empiezan a caminar, con el perro ovejero siguiendo al otro, atento su alrededor y a los gestos ajenos, recibiendo un nuevo asentimiento. Bitzer tararea para si mismo, ignorando que es la primera vez que un perro en realidad lo invita a tomar té y no parece ser tan malo como ese perro odioso con aspecto de chico malo o la otra que vivía en la granja de al lado. Hay algo suave y tranquilo alrededor de Gromit, sin malas intenciones a la vista. Es lo que lo hace dudar, bajando apenas la vista para mirar el reloj en su muñeca, sabiendo que tardaría un rato en volver a su hogar y llegaría muy tarde entre más atrasaba su salida.
Y aunque la parte responsable de si mismo le grita que debería volver a casa, porque debía cuidar del granjero y de los animales, otra parte de si mismo lo animo a aceptar. Su rutina era siempre la misma casi, levantarse para obedecer las ordenes del humano que se suponía que estaba a cargo de ellos, terminando por hacer la mayor parte de las tareas y demás, luchando por mantener a los animales lejos de los problemas y demás, solo para ser mayormente tachado de aguafiestas y por ende ignorado. Quería hacer algo diferente, algo por él mismo, algo en donde no tuviera que vigilar o cuidar de nadie y solo relajarse. Podía ser un poco egoísta en todo caso...pero por una vez, quería estar un poco más tranquilo.
-¿Tienes juegos de mesa?- sonrío, sintiendo que su cola se agitaba con emoción ligera, algo que pareció contagioso porque Gromit no tardo mucho en animarse y con su propia cola agitándose al asentir. Llegar a la casa del perro de pelaje claro no es muy difícil, siendo recibidos por el dueño de este que casi solloza de manera dramática y murmura disculpas que son aceptadas sin mucho problema, con el hombre enderezándose al notar el rostro desconocido en su hogar y luciendo encantado de que su perro tuviera compañía, sin molestarse al parecer por la repentina visita.
En todo caso, mientras Bitzer disfruta de un momento tranquilo y agradable con Gromit, tomado té con galletas y jugando todo tipo de juegos de mesa, en la granja...las cosas están un poco desastrosas. El granjero duerme, de momento sin darse cuenta realmente de la falta de su perro e ignorante al mismo tiempo de la zona de guerra que se esta armando en su granja debido a la falta de vigilancia en si, con Shaun angustiado y preocupado por la desaparición de su amigo, ideando un loco y rápido plan para poder buscarlo.
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