Todos tenemos vidas difíciles, sin importar qué siempre hay dificultades, momentos dulces tanto como amargos, aquellos que te dejan una sensación de satisfacción y otros de completa decepción.

Y eso es completamente humano, es lo que forma parte de nuestra naturaleza, el estar en experiencias buenas y malas.

Pero en la vida de Summer esto no aplica, ella es una joven de 18 años en la que todo es como si estuviera en medio de un ciclón, donde no encuentra un lugar seguro en que refugiarse, y el único soporte que tiene y logra cubrirle de los vientos constantes son sus dos mejores amigos y su hermano mayor; Tyler.

Para dar una explicación rápida de lo que es la situación de esta joven es necesario dar una introducción a lo que son los hijos del señor y señora Stone.

Este matrimonio tuvo dos hijos, quienes dejaron de vivir con sus padres a corta edad.

La hija menor de los Stone recibe acoso escolar, tiene ansiedad y depresión, su círculo social es pequeño, pero con ellos le es suficiente, lo que más aprecia de su vida es tener a tres hermosas personas a su lado.

Tyler, el primogénito de los Stone, es quien se ha hecho responsable de su hermana. Él es lo contrario de Summer, pues a él todo le resulta bien, es halagado y reconocido por cualquier persona que lo conozca, incluso si es la primera vez que alguien le ha visto, siempre que intenta algo le resulta bien, como si tuviera experiencia en ello, parece que ha vivido lo suficiente para lograr tanto.

Ambos son un dúo bastante interesante, es como si estuvieran viendo la luz y la oscuridad, el frío y el calor, donde claramente podrán deducir quien era cada uno a simple vista.

Algunos piensan que Summer fue tocada por el mal, recibiendo una maldición de por vida en donde todo lo que toca será lleno de perdición y sufrimiento, y otros creen que Tyler fue bendecido, que por donde quiera que fuere será un lugar lleno de prosperidad, abundancia y alegría.

Dos jóvenes con una familia rota y disfuncional, siendo cada uno el soporte del otro.

~Mentiras, la vida de los Stone es una mentira.

~Son simples, tan tontos y manipulables.

~Shhh, calla.

~Son simples humanos

~Lo sé Archie.

~Somos poderosos, podríamos ir
y quitarles ese sufrimiento con solo acercarnos.

~No mataremos a nadie.

~Agh, usted es demasiado aburrido
para ser el rey del inframundo

~Quizás, pero su sufrimiento
me mantiene aquí, no vamos
a lastimar a nadie

~Tiene razón, más por aquellos
desdichados que hacen que
nos hagamos fuertes

~Ellos son mi fuente principal
de energía, en especial esa
pequeña y joven humana.

| Salto a un futuro alternativo|

—Summer, por favor despierta, no puedes dejarnos, no así—Un chico pelinegro se encontraba en medio de una tormenta, sujetando entre sus brazos a una joven que no despertaba, estaba en un sueño profundo, cerca de uno eterno, y por más que lo intentara ella no parecía querer reaccionar—T-tu no tienes autorización para dejarnos, no hoy.—

—Zarek, tenemos que llamar a…— Aquella rubia miraba con dolor la escena, era demasiado para ella, no podía seguir viéndolo.

—NO—Levantó la voz.—NADIE QUERRÁ AYUDARNOS—

—No podemos hacer algo, lo sabes, debemos de…— La joven en brazos comenzaba a perder color en su piel, su cuerpo estaba húmedo y conforme el tiempo pasaba la temperatura corporal iba disminuyendo.

—Ella estará bien, solo está descansando un poco—Creía que si lo decía en voz alta se volvería la realidad, aunque no fuera así.

—La estamos perdiendo Zarek—Cloe lloraba, sabía lo que le estaba pasando a su mejor y única amiga, dolía aceptarlo, pero tenía que ser fuerte para que Zarek no se derrumbara, tenían que seguir

—No puedes dejarnos Summer, no ha llegado tu momento, no puedes irte…—El corazón de la chica latía con menos fuerza, solo era cuestión de segundos para que dejara de bombear, para que ella dejara de respirar, de existir, de vivir.

—Tenemos que irnos, es inútil seguir intentando—Era cierto, no había algo más que hacer, no ahora cuando las probabilidades de morir eran mayores a las de sobrevivir en ese estado.

—Maldición, Summer no seas tonta, vuelve a respirar, hazlo pequeña, abre los ojos tu solo debes…—Zarek comenzaba a llorar, la chica a la que tanto aprecio le tenía estaba muriendo en sus brazos.

|Regresando al presente |

“Es posible que alguna vez te hayan lastimado, y aunque haya dolido la herida finalmente se curó, dejando una cicatriz en forma de recuerdo”

—Abuelo, yo tengo muchos recuerdos—Una pequeña peliblanca confesó.

—¿Es así? ¿No eres muy pequeña para tener muchos?—Miró con dolor a su pequeña nieta, tan inocente y pura, sin maldad ni rencor alguno en su ser.

“Cada cicatriz que tienes en tu cuerpo me cuenta una historia de tu pasado, me demuestra lo que hiciste, lo que soportaste y cuanto has aprendido”

—¡Abuelo!—La pequeña Summer corría con los brazos extendidos de par en par, porque quería darle un gran abrazo a alguien que si le gustaban y los recibía con gusto—aprendí que no le gustan a mamá los abracitos llenos de amor, y también que papá no quiere que hable mucho—Una visita más y él seguía sintiendo aquella opresión en el pecho al escuchar a su pequeña nieta decir tales cosas.

—Muy bien pequeña, estoy orgulloso de ti, aprendes demasiado rápido—La felicitó, pero sabía que nada estaba bien.

“Cada herida es parte de tu vida. Es el destino, es una casualidad en tu futuro que estaba planeada para ti”

—A-abu—Entre lloriqueos y moqueos la niña se acercaba al hombre de cabellos canos, era uno de los pocos que solía escucharla— ¿Por qué el destino quiere que mami y papi me peguen mucho? ¿Cuándo podré jugar y abrazarlos como los niños del jardín con sus padres?—

—Uhm—pensó por unos segundos y darle una respuesta que no fuera tan cruel—Tal vez el destino parpadeó y te descuidó un poquito— Trató de justificarles, pero sabía que estaba mal en ocultarle la verdad.

—HEY DESTINO, ¡NO PARPADEES DEMASIADO!—Gritó con bastante dolor en su corazoncito, ella no quería que sus padres volvieran a dañarla —Cuando cuides a Ty no lo hagas, por favor —Pidió adormilada pues estaba cansada de tanto llorar.

“Hay recuerdos alegres, tristes, amargos y dulces, pero siempre hay algo que desencadena el recuerdo del significado de las líneas que se han inscrito en tu piel, para representar tu vida. ”

—Abu, hoy vengo a visitarte después de un mes de todo, no tenías muchas cicatrices como yo y tampoco te vi llorar. Creo que fuiste feliz—La menor de los Stone hablaba con aquella lápida que tenía grabado el nombre de su abuelo, sujetando en brazos un portarretrato con una fotografía de él con sus dos nietos sonriendo enormemente.

Brillas cuando ríes pequeña garrapata

Eso le dijo la única persona que ha creído y apoyado a Summer hasta sus últimos días con vida, era una hermosa reflexión que quiso guardar y creer todo este tiempo, que las cicatrices suelen ser creadas por experiencias y obras de la casualidad, y quizás el destino.

Hasta ahora.

Todo el dolor y sufrimiento que ella ha tenido ha sido bajo un objetivo.

Ella ha sido la obsesión de alguien quien no puede ser mencionado, no aún. Alguien que desvió el camino de su historia, cambió su destino, destruyó el futuro de Summer.

¿Todo por ella?

Cuando codicias y deseas a alguien o algo que no puedes tener, tocar, ni siquiera tenerle cerca, solo por esas razones puedes cometer grandes errores.

¿Destruir a una persona por capricho?
¿Era necesario?
¿Es eso lo correcto?

Corromper las líneas del destino, destruir imperios, terminar con vidas inocentes…

~¿Quién vale tanto como
para hacer todo eso?

~Ninguna persona lo vale.

~¿Entonces, por qué ella…?

~Eso aún no se ha escrito.