| Summer |

En medio de la agonía comencé a recordar las palabras plasmadas en aquella carta de despedida de mi hermano.

Aquella pieza que decía los últimos deseos de mi hermano, aquel papel con tinta que decía:

Para mi querida hermana Summer.

Ha llegado el día, es hora de irme.

Y también es momento de despedirme.

Si lo sé, soy tan cobarde que tengo que hacerlo a través de una carta, pero es porque solo así soy valiente y capaz de decirte todo lo que nunca te conté.

Dicen que las personas que llegan a tu vida son para darte enseñanzas y es cierto porque me diste más de las que pudiera imaginar.

Desde el primer momento en que te conocí, desde el día que supe que tendría una hermana, fui el niño más feliz porque tendría una amiga que a pesar de todo estaría a mi lado, porque por alguna razón me sentía un superhéroe al saber que mi deber sería cuidar de alguien.

Jamás olvidaré aquellos días donde me sentía tan mal que creía que nada podría alegrarme, pero después llegabas tú con aquella característica sonrisa en tu rostro y con miles de ideas para jugar conmigo y arruinar mi cabello o darle un mejor aspecto a mi rostro.

Pero mientras tú me salvabas de aquellas tinieblas de la depresión y baja autoestima, tomabas mi lugar en aquel espacio frío y oscuro.

Y hoy fui fiel testigo de ello, quería pensar que era una idea mía o solo estaba equivocado, pero no fue así, pedías ayuda a gritos silenciosos ¿Cómo es que no me di cuenta antes?

Hoy lloré. Lo hice porque me sentí culpable al no poder defenderte, protegerte de aquellas garras del enemigo que te hizo daño como un depredador a su presa ,dejándola al descubierto, rasgando sus pieles, hiriendo su corazón y alma, arrebatando una parte de vida en cada ataque que se atrevieron a hacer.

Lloré porque solo eres una joven que anhela que todo cambie, que sus padres la amen por primera vez en su vida, que no quieran golpearla todos los días que tenga que ir al Instituto, que oculte sus moretones y raspones con maquillaje o que finja estar enferma para evitar moverse por los terribles dolores de cada impacto inhumano que recibiste.

¿Por qué las personas buenas son las que más sufren?

Solo eras una niña cuando nuestros padres te fragmentaron como una hoja de papel siendo cortada con tijeras, fueron despiadados desde el día que llegaste.

Decidí cuidarte en ese momento, juré que nadie más se atrevería a causarte tanto dolor como ellos lo hicieron, pero no fui capaz de cumplir con mi promesa a la luna.

Quise defenderte del exterior pero no pude hacerlo siquiera con los monstruos que son nuestros padres.

Una relación que te hacía llorar más veces de las que pudiera ver y conocer en tu vida. Una escuela donde buscabas ocultarte para evitar que aquellas heridas y cicatrices que apenas curaban fueran abiertas de nuevo, el cómo evitabas mirarte al espejo o en alguna superficie brillante.

Hoy lo supe, no fui suficiente, no logré cumplir con mi deber y es por eso que no merezco seguir aquí.

Mi decisión ha sido tomada, será rápido, será en un abrir y cerrar de ojos en como todo pasará, en un instante.

Puedes reír, gritar, suspirar o llorar en el lapso de un segundo. En un periquete puedes dar tu último aliento y durante ese mismo segundo habrá otros dando el primero, en un instante todo podría cambiar y tal vez después de días, meses o años habrá solo un momento para ya no llorar por alguien tan cobarde como yo, para perdonarme y seguir adelante.

Pequeña tonta, debes saber que eres hermosa, tus cabellos blanquecinos tan brillantes como nunca alguien hubiera visto, tus ojos violeta con aquellos destellos azules que simulan ser estrellas, incluso con aquel lunar tan peculiar que tienes en la muñeca de tu mano izquierda, esa sonrisa tan única y brillante que extraño tanto.

Vuelve, no quiero a la Summer de ahora, quiero ver a aquella pequeña de cuatro años que me cantaba cuando me encontraba llorando, que me llevaba a aquel árbol del patio diciendo que escuchaba nuestros deseos y peticiones e incluso las concedía, que daba un pequeño beso en cada cortada que encontraba en mis brazos, que colocaba tiritas llenas de amor para que sanara más rápido, que siempre te recibía con una enorme sonrisa.

Incluso el sol y la luna son opacados por tu luz cuando sonríes. Porque brillas cuando lo haces.

Lo lamento pequeña, mi corazón solloza tanto al tener que dejarte ahora, justo en el momento que más me necesitas, pero soy un completo fracaso.

Es demasiado lo que tengo en mi corazón, el peso es más grande de lo que puedes imaginar, solo en este descanso y viaje al más allá llegará el otorgamiento de mi paz, y dejaré de cargar con tanto dolor, sufrimiento, odio y sobre todo culpa.

Perdón por no haber estado ahí, donde quizás estabas gritando y suplicando ayuda, perdón por no escucharte y salvarte de esto, eres fuerte, sé que puedes seguir adelante, Peter y tus amigos cuidarán de ti, no preguntes como lo sé; solo lo hago.

Te amo, te amo pequeña garrapata, nunca lo olvides.

Me despido de ti, mantenme en el recuerdo de tu mente y corazón, cuando estés triste, piensa en nuestros momentos alegres y atesora nuestros recuerdos más bonitos, aquellos donde te ocultaba de nuestros padres y nos escondíamos en la casa del bosque y comíamos zarzas y manzanas a montones hasta que ellos dejaran de buscarnos y quedaran dormidos.

Sé feliz, disfruta tu vida, hazlo por ambos.

¿Puedes hacerlo? Yo tengo fe en que sí.

Hasta que el destino lo desee es cuando nos veremos.

Te quiere, Tyler.

Cuánto desearía que todo esto solo fuera una horrible pesadilla, pero ya no poseía la dicha de tener algún sueño o algo parecido.

Ahora solo quedaba el recuerdo que conservaré de mi hermano en un lugar de mi corazón, justo como mi Abu, ambos tenían su nombre inscrito en el centro de mi existencia.