
6. El estado de las cosas
¿Cómo habían terminado bañándose juntos en esa ducha tan pequeña, si apenas se hablaban durante el día? SeHun no dejaba de pensar en eso, y no encontraba una maldita respuesta.
Las manos de BaekHyun recorrían su espalda con muchísima suavidad, como si él fuese un maldito muñeco a punto de romperse. Las manos estaban por doquier, acariciaban, tocaban, sentían. Decir que eso más que relajarlo, lo ponía más tenso que una cuerda de guitarra, era poco.
Lo asustaba, tanto como lo estaba encendiendo.
SeHun se estremeció de pies a cabeza cuando las finas manos de BaekHyun trazaron un camino lento por su espalda, siendo ayudadas por el jabón con olor a menta. La situación se estaba saliendo de control.
—Termina rápido —musitó sintiendo algunas gotas de agua fría en la espalda—. Tengo... tengo que ir a dormir temprano, mañana hay exámenes.
—¿Estás nervioso? —preguntó con notable curiosidad BaekHyun, masajeando sus hombros con sutileza en un claro intento de relajarlo—. Hace mucho que no nos bañamos juntos.
Era verdad. Ellos apenas se veían ya que sus horarios últimamente estaban lejos de coincidir, y cuando estaban en casa, según el día que tocara, uno de los dos se encargaba de jugar o salir a pasear con MinSeok y llevarlo a hacer actividades, por lo que no tenían tiempo para pasar solos con el otro.
La relación entre ellos iba de mal en peor y por eso BaekHyun se coló en la ducha con el pelinegro, esperando así poder recuperar al menos un poco de la intimidad que tenían (ya que ni siquiera dormían ya juntos, SeHun se justificó diciendo que era incorrecto porque Baek tenía novio). Pero parecía que su plan no estaba yendo demasiado bien, notaba al pelinegro demasiado tenso y comenzaba a desesperarse, puesto que no sabía cómo salvar la distancia que ahora SeHun estaba tratando de poner entre ambos.
—No lo hacemos porque estas no son cosas que hacen los hombres —respondió inmediatamente SeHun.
—No estoy haciendo nada raro, ¿qué es lo que te parece extraño de esto? —cuestionó, acariciando la zona baja de la espalda del pelinegro. Aunque cuando un pensamiento atravesó su mente, se detuvo inmediatamente—. Si es por lo que dices... bañarte con otro hombre no te hace menos hombre.
—No es eso, es que tú... me estás tocando.
—¿Y qué tiene de malo?
SeHun se quedó en blanco.
—Todo esto... tus manos... me estás invadiendo. No podemos bañarnos juntos. Yo no soy gay.
El pote de champú cayó al suelo de la ducha con un estruendo cuando BaekHyun comprendió que SeHun le estaba echando en cara una enorme insinuación (que la homosexualidad era contagiosa o que iba a intentar follar con él, era lo mismo, probablemente una mezcla de ambas) y pronto sólo SeHun se encontraba bajo el chorro de agua. Dos puertas se abrieron y cerraron después de eso.
SeHun suspiró, todavía con las manos temblando.
La había cagado. Muy, pero muy profundo.
Cerró por completo el paso del agua caliente y se encargó del problema —del cual nadie se podía enterar— que las manos de BaekHyun habían provocado en él. Sentía ganas de vomitar y de desaparecer, pero no le iba a decir eso a nadie jamás.
Porque, joder, a él no lo calentaba su mejor amigo.
* * *
ChanYeol reposó la barbilla sobre su puño cerrado, recostando su torso sobre la mesa de la cafetería. BaekHyun tenía la mirada perdida en su teléfono celular, al parecer estaba viendo algo fijamente. Podía incluso ver una pequeña lágrima formándose en la comisura de su ojo derecho. Y se preguntaba si simplemente no estaba espiando por el reflejo de su teléfono a SeHun.
El pobre chico no era tonto. Era plenamente consciente de que nunca tuvo su corazón. Pero ChanYeol era tonto, sí, un tonto enamorado, que se aferraba a BaekHyun desde donde podía.
Luego de dos años como pareja se suponía que BaekHyun debía amarlo, y tal vez lo hacía, pero no de la forma en que él lo amaba. Lo tenía claro. Supo que ese era el riesgo el día en que entró al departamento donde su novio vivía, y lo vio...
Oh SeHun. La razón por la cual BaekHyun perdía la cabeza.
En sus momentos de autorreflexión, ChanYeol se preguntaba por qué seguía BaekHyun con él. Su amor no era correspondido, pero se quedaba con él porque le brindaba seguridad y estabilidad. Podría bastar, si no fuera porque ChanYeol era demasiado romántico y necesitaba que alguien le devolviera el amor que daba. Por eso le dolía tanto estar a su lado, pero también, era la misma razón por la que no terminaba con la relación. Porque a pesar de todo, guardaba esperanzas de que el más bajito le correspondiera algún día.
Aunque sabía que se estaba mintiendo a sí mismo, porque probablemente estaba esperando lo imposible.
A ChanYeol se le rompía el corazón todos los días de la semana. Con cada beso, con cada abrazo, y con cada "te amo" que no significaba lo que él deseaba que significase, no con la misma intensidad que él mismo lo decía. Se le rompía cada vez que veía cómo se le iluminaban los ojos a su novio con la mera mención de SeHun.
Durante el último tiempo en que los amigos estuvieron distanciados, ChanYeol creyó que podría tener su oportunidad de finalmente ganar el amor de BaekHyun —luego de dos años—, y, sin embargo, no fue así. Tuvo a su novio en las nubes y ocupado con su sobrino, cosa que no le recriminaba, pero... se veía ido. Triste. Ya no parecía preocuparse demasiado por su apariencia como antes, no reía, mucho menos sonreía, y parecía que sus ojos habían dejado de brillar.
—¿Es algo sobre él?
BaekHyun se sobresaltó y bloqueó el celular como si hubiera estado haciendo algo malo. Abrió la boca, balbuceando, y bajó la mirada para verlo ya que él estaba recostado en la mesa.
—¿De quién?
—Baek, odio que me tomes de tonto... —murmuró.
—No... no quiero hablar de esto, ChanYeol. —Sus ojos se cristalizaron aún más que antes—. Tengo que ir a clases.
Recogió sus cosas con rapidez y se marchó de la cafetería. ChanYeol no se perdió el ademán de este para secarse las lágrimas, una vez que estuvo de espaldas a él.
Escondió la cabeza entre sus brazos. Estaba demasiado frustrado consigo mismo. Él nunca iba a ser suficiente para BaekHyun. Ni con dos años de noviazgo había conseguido que se olvidara de él —aunque era lógico, vivían juntos—. Pero, ¡vamos! SeHun era hetero, y Baek no tenía oportunidad, ¿por qué aún seguía tan enamorado de él? Ellos nunca iban a estar juntos y el más bajito iba a sufrir siempre por culpa de las pendejadas de su amigo.
ChanYeol era tan tonto (y tan, tan bueno) que a veces deseaba que SeHun le correspondiera a su novio, para que así BaekHyun pudiera tener esa felicidad y amor que se merecía.
Y sin embargo, era egoísta, porque todavía no lo quería dejar ir. ChanYeol odiaba rendirse.
—Son tan idiotas —suspiró JunMyeon poniendo una mano en su hombro, sentándose a su lado.
—¿Cuándo se dará cuenta el inútil que BaekHyun lo ama con todo su ser? —preguntó ChanYeol, sus ojos también se habían llenado de lágrimas que no intentó retener—. Quiero odiarlo por ser tan imbécil, pero no puedo, porque es la razón de la felicidad de BaekHyun. Y la felicidad de BaekHyun es la mía. ¿Tiene sentido? ¿O solo soy un idiota?
JunMyeon sonrió con tristeza y le acarició el cabello con cuidado, viendo cómo las lágrimas caían sin remedio por el rostro del alto, que en esos momentos parecía un niño.
—Así es el amor, ChanYeol. —Frunció el ceño cuando vio a SeHun a lo lejos, hablando con unas chicas de una forma bastante coqueta—. Te convierte en un completo idiota.
—Yo... no entiendo por qué tengo tantas ganas de reventarle el rostro a golpes —admitió ChanYeol, espantado de su propio sentir.
—Porque lastima a BaekHyun y tú estás enamorado de él.
—Pero no lo lastima a propósito, no creo que se de cuenta... —Cerró los puños sobre la mesa y se irguió—. Y si lo sabe es un hijo de la gran...
—No lo sabe, créeme que no —afirmó JunMyeon—. Es tan...
—Tan...
—Demasiado...
—Enclosetado —siseó entre dientes ChanYeol, golpeando con el puño la mesa—. Siento que debería hacer algo, aunque no sé qué.
—¿Te arriesgarías a perder a BaekHyun? —preguntó el mayor, claramente sorprendido.
—Yo... ya no sé si lo puedo seguir atando a mi lado. Quiero ser egoísta, porque lo amo, pero está claro que no es conmigo con quién quiere estar. Así que, si eso hace que BaekHyun sea feliz...
* * *
BaekHyun estaba temblando debajo de las sábanas.
No es como si le importase, pero... ¿qué hacía SeHun con esas chicas?
¿No era que luego de terminar con Joy, se iba a dar un "tiempo" de los ligues?
O bueno, esa fue la fantasía que BaekHyun inventó en su cabeza. No fue nada de eso, no. Se dio cuenta que SeHun comenzaba a regresar en las noches con marcas en el cuello, el cabello desordenado, y olor a sexo, mucho sexo.
BaekHyun podía tolerarlo. Pero no su corazón. Eran como dos entes independientes el uno del otro, y el último de ellos no dejaba de partirse, una y otra vez, en un ciclo sin fin similar a su enamoramiento por el pelinegro.
No esperaba esos ruidos extraños cuando la puerta se abrió. Era como la una de la mañana y todo el departamento estaba en silencio.
BaekHyun se levantó de la cama, pero antes de llegar a la puerta e ir a comprobar que todo estuviera bien allá en la sala, escuchó una risa femenina... y algo más.
Tragó saliva y regresó a la cama, cubriéndose la cabeza con la almohada. No le importaba si no podía respirar, pero no quería oírlo. No de nuevo, no otra vez. Pensaba que esa etapa que había durado años ya estaba terminada.
Pero SeHun no iba a cambiar, ¿cierto? Se había engañado él solo pensando que sí. ¿Por qué lo haría? ¿Por un par de meses de noviazgo con una chica? No le sorprendería que la razón de su ruptura haya sido algo como una infidelidad. SeHun iba de flor en flor, siempre había sido así. Un jugador. Y por sobre todo, heterosexual.
Era tan injusto para su corazón, y no había nada que pudiera hacer para cambiarlo.
Su paladar estaba salado de lágrimas cuando se quedó dormido.
* * *
BaekHyun sonrió con total sinceridad por primera vez en la semana. Su madre iba de la mano con MinSeok y él realmente no podía estar más feliz de verlos a ambos juntos. Por un momento, se olvidó de todo lo malo que lo había estado atormentando.
—¿Y qué tal te va con tu novio? —preguntó la mujer cuando ambos se sentaron en la mesa de la heladería. MinSeok comía entretenido su helado.
BaekHyun tragó saliva y frunció el ceño.
—Yo... bueno, no sé.
Tenía que ser sincero: durante el último tiempo lo había estado evitando y tratando mal. No fue el mejor novio que digamos, tal vez nunca, pero en el pasado él creyó que con su afecto y algunos polvos excepcionalmente agotadores que sacaban toda su frustración, hizo feliz a ChanYeol. Sin embargo, él creyó en eso solo cuando se encontró sexualmente satisfecho. Pero ese ya no era uno de esos días, y podía admitir que ChanYeol probablemente tampoco era feliz a su lado, y en gran parte era su culpa por no dejarlo ir. Así que, como sabía que era injusto estar con ChanYeol sólo por costumbre y miedo a quedarse sólo, puede que estuviera esforzándose un poco para que este abriera los ojos y terminase con él...
Ahora, si tan solo la idea de quedarse solo no le revolviera el estómago.
Ni BaekHyun sabía qué cosas pasaban por su mente, pero sí estaba seguro de que actualmente él era bastante infeliz, más que en el pasado. SeHun siempre había sido la razón de que él se sintiera pleno incluso en simples planos de amistad. Pero ahora había sido repudiado por SeHun, quien hipócritamente le había dicho tiempo atrás que nunca se sintiera avergonzado de sí mismo. No estaba totalmente seguro, sin embargo, no tenía problemas de audición ni memoria. Él había escuchado perfectamente esa insinuación del joven en la ducha. SeHun le dejó en claro que no se sentía bien con él a su alrededor. ¿Desde cuándo...?
Oh, no.
¿Y si SeHun sabía de sus sentimientos y por eso lo había apartado? ¿Y si...?
—Tierra llamando al cachorrito de cabellos rosados. ¿Estás ahí, Baek?
El aludido parpadeó y miró a su alrededor. Su helado se estaba derritiendo y caía lentamente sobre su mano. MinSeok lo miraba curioso, con la cara llena de helado de chocolate que no tardó ni un segundo en limpiarle, sin importar que él mismo se había manchado.
—¿Qué te está atormentando, hijo?
¿Qué no lo estaba haciendo, en realidad?
Cerró los ojos, tratando de controlar sus pensamientos por un momento. Quería ser honesto por una vez sin ser juzgado.
—Creo que las cosas no están funcionando entre SeHun y yo —dijo con sinceridad—. No sé bien qué está pasando, pero siento que hay una gran distancia entre nosotros. Antes era yo el que me estaba alejando sólo un poco. Ahora es él, se está yendo demasiado lejos, mamá, y no sé si pueda alcanzarlo de nuevo. —Sonrió con tristeza cuando una lágrima recorrió su mejilla—. Él realmente me está dejando atrás, y no estoy seguro de poder seguir solo por mi cuenta.
—Baekkie, en algún momento esto iba a pasar. Ustedes son mejores amigos, no pareja. Ya son adultos. —Se cruzó de brazos, mirándolo con tristeza—. Cada uno va a hacer su vida por separado cuando terminen de graduarse, amor, así es la vida. Querrán tener familia, un trabajo, un espacio propio. Ya no son esos adolescentes que soñaban con vivir juntos y mantenerse en la universidad, mientras iban de fiesta en fiesta. Tú incluso te estás haciendo cargo de MinSeok, mientras das clases de piano y estudias. ¿Te parece poco?
BaekHyun negó con la cabeza. Apenas podía respirar ante toda la cruda verdad que estaba expresando su madre en esos momentos.
—Y puede que también toda esta separación a la que te refieres sea por un choque de intereses. Él no ha dejado de ser un casanova y tú... bueno, no sé bien qué tal va tu relación con ChanYeol, pero si mal no recuerdo van a ser pronto tres años.
—No sé qué decir.
—No debes decir nada. Te estoy diciendo lo que nadie más te va a decir, BaekHyun. —Tomó las manos de su hijo por sobre la mesa, sin importarle que estuviesen pegajosas—. Es normal que se estén apartando. Es más, me asustaría que no sucediera ya que ustedes tan sólo son amigos. Si fuesen pareja no diría nada, siquiera me preocuparía de que siguieran como antes. Pero no lo son, Baek. Tienes que seguir. No puedes ir detrás de alguien que no te va a corresponder, ya lo has hecho durante mucho tiempo... Ahora debes velar por ti, por MinSeok y el futuro de ustedes dos.
¿Estaba mal si BaekHyun se acababa de largar a llorar como un niño pequeño?
Incluso MinSeok lo llenó de besos ese día para subirle los ánimos. Y ChanYeol lo dejó quedarse a dormir en su departamento y amanecer juntos.
Su madre tenía tanta razón...
El único problema, era que aceptar la realidad nunca había sido tan fácil como parecía, y esa vez no fue la excepción.
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