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17. Esperar lo inesperado

Era un tanto complicado entrar al departamento en el que BaekHyun y MinSeok vivían desde hacía muchos años. No porque estuviera desordenado u oliera mal, para nada. Es que el caos matutino que solía desatarse... daba la impresión de que el departamento iba a derrumbarse en cualquier momento.

—¡MinSeok! ¡Si no te levantas ahora mismo haré que te tomes un batido de zanahoria y calabaza para el desayuno!

Ahí retumbaban en las paredes de la casa las palabras mágicas para hacer que el pequeño de once años se despertara de la cama como si hubiera escuchado que estaban por estrenar un capítulo de su anime favorito en la tele.

—¡Vooooy!

BaekHyun pasó con la corbata a medio atar por la puerta de la habitación de MinSeok y suspiró.

—No llego a hacer el desayuno, vamos a llegar tarde. ¿Está bien si compramos algo en el camino?

Se ganó una mirada adormilada de su bollito que decía "no me sorprende para nada que estemos llegando tarde" mientras se ponía las medias a toda velocidad.

Un poco más adelante esa mañana, MinSeok tomaba de a pequeños sorbitos una malteada de chocolate que tenía más calorías de las que probablemente debía consumir para que su desayuno se considerase nutritivo, mientras veía las casas pasar rápidamente por la ventana rumbo a la escuela. No era algo inusual terminar comiendo algo que definitivamente no era sano en las mañanas, su papá solía despertar medio tarde u olvidarse las alarmas y no siempre era la definición de responsabilidad entre ellos dos. MinSeok lo adoraba así, pero no negaba que a veces solo quería tomar té, comer arroz con salchichas y tostadas con queso como los desayunos que les preparaba LuHan cuando se quedaba a dormir en casa de JongDae.

—Que lo de la malteada quede entre nosotros, ¿sí? No vayas a decirle a ChangMin —le había dicho su papá antes de entregarle la malteada usual de las mañanas y los muffins.

Aunque Min no era un fanático acérrimo del tipo, sí que estaba de acuerdo en que tomar malteadas no era nada nutritivo. Probablemente era en lo único que estaba de acuerdo con él.

—El otro día también tomamos malteada para el desayuno.

—Min...

—Y el jueves, y el martes, y el lunes... —empezó a enumerar.

—¡Está bien, lo entendí! Tomamos muchas veces. Pero, ¿no es rica?

—Sí, pero ChangMin dice que no son nutritivas. Y él es doctor.

—¿Ahora te estás poniendo de su lado? —Lo taladró con la mirada, y MinSeok se hizo el desentendido—. Oh, vamos. Él no tiene por qué saber.

—Bueno, ¿vas a dejarme ir a la casa de JongDae hoy si prometo no decirle nada?

Su papá lo miró con sorpresa por el espejo retrovisor.

—¡Pero si ya fuiste ayer!

MinSeok alzó una ceja, haciendo que BaekHyun soltara una pequeña exclamación, indignado. ¡Estaba siendo acorralado por su propio hijo! Pero tampoco quería quedar como un mal padre delante de ChangMin, así que...

—Está bien —cedió a regañadientes, sintiendo que le estaba ganando un astuto niño de once años que parecía tener todas las cartas en mano—, pero solo por esta vez. ¿Entendido?

El pequeño sonrió triunfal y sorbió con más fuerza su malteada. De inmediato captó lo cerca que estaban de la escuela y se acomodó mejor en el asiento, tratando de ver por la ventana a ver si se encontraban a JongDae y LuHan en el camino. No hubo éxito en su búsqueda. BaekHyun detuvo el coche en la puerta por unos momentos y volteó a ver a su hijo que ya se estaba quitando el cinturón de seguridad.

—Pásala muy lindo y disfruta tu día, bollito.

—Ya, papá, te dije que no me digas así —se quejó con las mejillas rojas.

Con una carcajada, BaekHyun lo tomó del mentón y lo trajo para darle un beso sonoro en la mejilla. MinSeok luchó para apartarse sin mucho éxito, recibiendo un beso baboso.

—Wakala.

BaekHyun lo ignoró.

—Te amo mucho, Min.

—Y yo a ti —dijo un tanto fastidiado, pero aún así BaekHyun sabía que lo decía genuinamente—. ¡Nos vemos después!

—Sí, cuídate. Y oh, hablaré con LuHan para que puedas ir a la casa después de clases.

—¡Cool! —dijo MinSeok antes de desaparecer rumbo a la escuela. BaekHyun lo vio irse con una sonrisa de oreja a oreja.

*

La academia por las mañanas solía estar mucho menos ajetreada y al menos BaekHyun no debía estar a las corridas después de dejar a MinSeok en la escuela. Era el único alivio que tenía durante el día, porque luego comenzaba el frenesí de padres y alumnos y todo se volvía un caos, aunque uno que disfrutaba verdaderamente.

JungWoo, el joven recepcionista, siempre era el primero en saludarlo cuando llegaba. Solía esperarlo en la puerta cerrada de la academia mientras leía algún libro nuevo. Ambos se encargaban todos los días de encender las luces, abrir las ventanas, barrer las aulas, y BaekHyun de afinar los instrumentos —otras veces lo hacía ChanYeol— o verificar que los parlantes estuvieran en funcionamiento. Una vez hecho todo eso, BaekHyun se retiraba a su oficina a tratar con temas administrativos hasta que era hora de sus clases de piano y composición después del mediodía y hasta la noche, aunque no todos los días. JongIn, por su lado, solía llegar cerca del mediodía para preparar las aulas de baile y recibir a otros profesores y alumnos.

Habían abierto la academia juntos cuando BaekHyun se había graduado de su carrera y tenían gran caudal de alumnos, así como profesores maravillosos que mantenían el buen nivel de enseñanza de la institución. Ya llevaban más de dos años trabajando en ella, y les iba muy bien, BaekHyun adoraba poder estar ahí y convivir con personas que compartían sus pasiones. Además, estaba rodeado de sus amigos y todos compartían la misma línea de trabajo, era realmente increíble poder hacer eso. Jamás se había imaginado que terminaría siendo uno de los dueños de una academia de artes; sin embargo, no le sorprendía ver dónde se encontraba ahora, porque ya no podía pensar en sí mismo haciendo otra cosa.

—Buen díaaaa —SooYoung entró como un tornado en la oficina y dejó caer una bolsa que olía fuertemente a pan recién horneado sobre su escritorio—. Te traje algo de comer porque te conozco y estoy segura de que no comiste absolutamente nada.

BaekHyun rodó los ojos, ella lo conocía muy bien pero no quería dar el brazo a torcer.

—¿No estás llegando tarde a la escuela? Pensé que tenías clases a las diez.

—¡Todavía quedan diez minutos! —exclamó ella antes de acercarse a él y darle un beso en el cabello—. Te veo luego, ten un buen día, recuerda que no importa lo que pase yo te apoyaré siempre.

Un tirón de ansiedad jaló su estómago para adentro. SooYoung no solía decir ese tipo de cosas así como así, al menos no sin una razón, lo cual lo puso alerta en ese mismo instante.

—Ya sé, ¿por qué tan sentimental desde temprano? Será mejor que te marches ahora.

—¡Voy mamá!

BaekHyun sonrió, olvidando esa pequeña preocupación momentánea mientras la veía apurarse hacia la puerta. Ella definitivamente iba a llegar tarde a la escuela, quedaba a quince minutos de ahí. No se lo remarcó.

—¡Buena suerte, hasta pronto! —alcanzó a decir antes de que la puerta se cerrara detrás de ella.

Se quedó viendo la puerta con un tanto de melancolía. Además de trabajar como profesora de música en la escuela a donde MinSeok y JongDae asistían, SooYoung era profesora de canto en la academia —casi le había sacado los ojos a Baek de lo fuerte que lo había abrazado cuando él le hizo la oferta de trabajo—, y había sido trabajando juntos que ellos terminaron haciéndose amigos, ya que ambos tenían como amigo en común a ChanYeol, que los había presentado. No tenía idea de cómo era que ellos dos habían terminado siendo tan cercanos, pero no se arrepentía de haberse permitido dejar atrás cualquier resentimiento que había tenido con ella, porque actualmente la consideraba su mejor amiga. Era dulce, atenta, y tenía un corazón brillante. Siempre se preocupaba por él y estaba para apoyarlo en absolutamente todo. Y usualmente tenía pequeños detalles con él: solía pasar en las mañanas para dejarle algo para comer porque sabía lo despistado que BaekHyun era con las alarmas. Era un angelito.

Un segundo más tarde la puerta se volvió a abrir, interrumpiendo su línea de pensamientos.

—Espero que no le hayas comprado una malteada de nuevo a MinSeok —dijo SooYoung, asomando solo su cabeza por la puerta. BaekHyun puso una expresión de susto y ella lo leyó en un segundo—. ¡Ya hablamos de eso, te dije que si lo hacías de nuevo le iba a decir a ChangMin!

—¡Noooo, lo siento!

Ya era muy tarde, ella ya se había ido de nuevo.

BaekHyun suspiró y luego rió para sí, realmente adoraba a esa chica. Pero ahora, ¡si todos dejaran de amenazarlo con las malteadas!

*

—¿Cómo que JongIn no va a venir? —BaekHyun se cruzó de brazos con seriedad, viendo al aprendiz del bailarín, SoonYoung, estirar diligentemente—. No me avisó nada. ¿Estás seguro?

El joven de rasgos afilados asintió.

—¡Sí! En serio, mire. —Sacó su teléfono y le enseñó el chat con JongIn.

"No podré ir hoy, te dejo a cargo de la clase, ya sabes lo que tienes que hacer. No te preocupes, lo harás genial. Avísale a BaekHyun por mí."

BaekHyun suspiró y asintió.

—Está bien, no dudo en que lo harás bien, pero ¿no te comentó por qué no puede venir? No ha cancelado ni una clase desde que abrimos la academia.

—No lo sé, quizás tenía algo importante que hacer. —El joven se veía pensativo—. ¡Ah! Escuché que iba a ver a un amigo de hace muchos años.

—Oh... —BaekHyun rebuscó en su mente, pensando en si había escuchado algo al respecto, pero no recordaba nada—. Está bien, no hay problema. Les avisaré a las madres en el grupo de kakao que hoy darás tú la clase.

—¡Genial, gracias! ¡No lo decepcionaré!

Riendo ante el entusiasmo del joven, BaekHyun asintió y se retiró del salón de baile, viendo el reloj de aguja en el pasillo y preguntándose a quién habrá ido a ver JongIn y por qué no le avisó nada. Encima se cruzó a ChanYeol como por cinco segundos porque vino a dejar algo para SooYoung, pero ignoró su saludo con las orejas rojas que solo se le ponían así cuando mentía, y BaekHyun de repente sintió que todos estaban actuando más raro de lo normal. Pero no podía ser, ¿verdad?

¿Qué podía estar sucediendo?

Fue entonces cuando recibió en mitad de la tarde una llamada de LuHan, que había visto sus mensajes preguntando si él se había enterado que MinSeok iba a ir hoy a su casa con JongDae luego de la escuela, y le dijo que sí y le preguntó si quería pasar a tomar un café luego de que cerrara el instituto.

Hasta ahí genial, pero...

LuHan nunca en más de cinco años lo había invitado a tomar un café.

BaekHyun aceptó la invitación, de todos modos, y cuando las clases acabaron a las siete, pasó a comprar un pequeño pastel de frutas para llevar. Se sentía inquieto, cada dos minutos se movía en el asiento del coche pensando en qué se traía LuHan entre manos. ChanYeol y SooYoung debían saber. Él no quería sonar desconfiado, pero algo debían estar tramando. Solo que no estaba seguro de qué, su cumpleaños había sido meses atrás y no recordaba que ese día fuera uno en especial.

Cuando llegó, su amigo lo estaba esperando sentado en las escaleras del portal de su casa, su rostro se notaba preocupado pero cuando vio el auto de BaekHyun su expresión cambió por completo, eso hizo que Baek confirmara sus sospechas. Sin embargo cuando se acercó no pensó en decir nada sobre eso, tal vez había un problema que estaba preocupando a LuHan y no tenía nada que ver con todo lo que había estado delirando durante el viaje.

—¡Baek! Qué bueno que llegaste. Lo hiciste más rápido de lo que esperaba...

BaekHyun lo miró con cautela.

—¿Está todo bien?

—¿Eh? ¡Sí, obvio!

—Claro. Bueno, traje tu torta favorita. ¿Quieres entrar para comer y me cuentas por qué estás actuando tan raro?

LuHan suspiró y asintió.

—Bueno... sí, vamos.

Entraron a la casa y se quitaron los zapatos en la puerta. El pequeño recibidor se extendía en un pasillo que daba primero a la cocina y al final de todo, al living. Además a la derecha estaban las puertas que llevaban a las habitaciones. BaekHyun había pasado por allí cientos de veces, lo conocía de memoria, por eso le resultó raro ver la puerta que llevaba al living cerrada, que amortiguaba las voces al otro lado. Siempre estaba abierta.

—¿Min y Chen están juntos? —preguntó entrando a la cocina, viendo a LuHan atolondrado tratando de sacar algunos platos de la alacena.

—¡Ah, sí! —Un plato se estrelló contra el suelo, pero al ser de plástico no se rompió—. Hoy no puedo estar más torpe. —Sus manos temblaban mientras recogía el plato.

—LuHan...

—¡No es nada! Ni siquiera se rompió. ¿Pásame la torta?

Las risas a lo lejos en el pasillo llegaron hasta BaekHyun mientras le pasaba la torta. LuHan abrió la caja y comenzó a cortar el pastel en trozos. Había seis platos en la mesada.

—¿Hay un invitado? Escuché que JongIn canceló una clase para buscar a un amigo, ¿está aquí?

LuHan dejó el cuchillo sobre la mesada y se frotó el rostro con ambas manos.

—Sí. Sabes, siento no habértelo dicho antes.

—Está bien, un aprendiz se hizo cargo de la clase. Y tú no eres responsable de decirme lo que hace JongIn en la academia, es su responsabilidad. Igual, él jamás ha faltado a una clase.

—Lo sé, pero no me refiero a eso. Simplemente... ah, no sé cómo decirlo, pero lo siento mucho.

—Entonces pasa algo, ¿no?

LuHan se quedó callado de nuevo y continuó cortando la torta.

—Soy una persona muy irresponsable... —murmuró, sirviendo una rebanada en un plato pequeño—. Y también soy un mal mentiroso. Pero me daba tanta pena... Ah, ¿qué podía hacer? Si está claro que yo no puedo intervenir en algo así... es algo muy importante para que me meta...

A ese punto, BaekHyun estaba realmente preocupado viendo la espalda de su amigo. ¿Qué le sucedía? ¿De qué estaba hablando? Murmuraba cosas extrañas y lo estaba poniendo nervioso.

—¿Estuviste bebiendo?

—Deberías ir al living —lo ignoró—. Ve a esperarme. Sí, ve allá. Está bien. Estará bien. No es nada, ¿cierto?

—¡LuHan!

Su amigo se detuvo, dejó de nuevo el cuchillo y volteó para abrazarlo.

—Sabes que estoy aquí. Te quiero mucho, eres un gran amigo, BaekHyun. Y un papá genial. No lo olvides.

BaekHyun dudó por lo extrañas que eran sus palabras, finalmente le devolvió el abrazo. Todavía no entendía, pero estaba claro que algo sucedía y tal vez tenía que ver con la persona invitada de los Kim-Lu. Sus respuestas probablemente se encontraban en el living.

—No lo olvidaré, te lo prometo.

—¿Entonces vas a esperarme al living?

—Sí, está bien.

Se separaron y BaekHyun fue sin más dilación a la sala. Sentía un nudo en la boca del estómago, pero trató de componer su probablemente angustiada expresión por una neutra. No quería preocupar a los niños cuando lo vieran. Probablemente no era nada. Y si sucedía algo su amigo eventualmente se lo diría, él confiaba en LuHan. Por el momento solo quería terminar con eso, ir a casa y bañarse de paso para quitarse todos los malos pensamientos. No le gustaba pensar cosas extrañas sobre sus amigos.

—Permiso... —dijo antes de abrir la puerta, su mirada al instante se encontró con JongDae y MinSeok sentados en el sofá mientras JongDae leía en voz alta un libro escrito en braille, pero se quedó callado al escucharlo.

—¡BaekHyun! —exclamó JongDae con una sonrisa—. Tardaste mucho.

—Mentiroso —se rió—. Hoy hiciste un complot con MinSeok para que viniera hoy, ¿no es así?

El jovencito tuvo la decencia de sonrojarse, y BaekHyun se encontró a MinSeok fulminándolo con la mirada.

—¿De quién de los dos fue la idea de amenazar con revelar el secreto de las malteadas? —preguntó divertido, adentrándose en la sala sin apartar la mirada de ellos. De todos modos se dio cuenta que estaba vacía.

—Pues mía, duh. Yo tengo las mejores ideas —dijo MinSeok—. Por cierto, papá, ¿sabías que vino el señor de los correos?

—¿Qué? —preguntó, confundido por el cambio de tema—. ¿El cartero?

—Ay no, papá, el señor de los correos —explicó como si fuera obvio—. Está en el jardín con JongIn.

Cierto, el amigo.

—Es verdad —acordó JongDae—, llevan horas allá afuera y se olvidaron de nosotros, ¿no les habrá pasado algo?

BaekHyun frunció el ceño y miró más allá del living, donde una puerta balcón daba hacia el patio casi a oscuras.

—¿Seguros que están allá afuera? Está muy oscuro, no se ve nada.

—¡Sí! De verdad. No los escuché entrar —afirmó JongDae—. Ellos te estaban esperando. ¡Todos te estábamos esperando!

—Me di cuenta. Pero, ¿le pasó algo a Lu?

—No, nada, solo estaba preocupado por tu sorpresa —lo tranquilizó—. ¡Ve al patio!

MinSeok se bajó del sofá y fue hacia BaekHyun para darle un abrazo. BaekHyun se lo devolvió, extrañado.

—Espero que no te molestes con que te hayamos hecho una sorpresa.

—No me molestaría nunca, excepto que sea algo parecido a las bromas que le haces a ChangMin.

MinSeok se alejó de él, sonrojado.

—¡Fue solo una vez! —exclamó.

—¿Y quién te dijo que mentir estaba bien?

—Ya... tal vez dos... Voy al baño —masculló antes de irse con las orejas encendidas.

Con una risita, BaekHyun caminó hacia la puerta que daba al patio, tomando el picaporte para acabar con el tema de una vez por todas. Al mismo tiempo, una alta sombra apareció al otro lado.

La puerta se deslizó fácilmente, y así fue como BaekHyun terminó de pie ante una inconfundible figura del pasado que jamás había esperado ver en la casa de su mejor amigo.

—¡Qué malo eres para dar sorpresas! ¡Se suponía que tenías que esconderte! —escuchó que MinSeok gritaba desde algún lugar, pero BaekHyun realmente ya no podía pensar.

Con el corazón desbocado latiendo en su garganta y sus orejas, creyó que podía tranquilamente desmayarse al encontrarse cara a cara con una persona a la que llevaba al menos cinco años sin ver.

SeHun estaba de regreso.








Siento mil perdones por la tardanza!! estaba escribiendo el capítulo desde cero con lo que recordaba (bless my memory, creo que puse la mayoría de las cosas que habían en el capítulo original o al menos traté de hacer mención de todas). Sé que hubo pequeños cambios pero no pude escribirlo igual, ojalá que de todos modos les haya gustado el capítulo y ahora sí, las actualizaciones vuelven a ser seguidas ya que lo demás solo debe ser corregido!!

Les mando un besote gigante, ojalá hayan podido descansar y arranquen muy bien su semana. Anticipen las próximas actualizaciones <3

Con amor, Pilusa

PD: cumplí 21, ahora qué procede de la vida? alguien sabe? estoy muy sorprendida porque esta historia la escribí hace cuatro años, cómo pasa el tiempo :')


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