28
ACELERA MI CORAZÓN
En la vibrante y ecléctica ciudad de Neón, donde los rascacielos rozan las nubes y las luces de neón iluminan cada rincón, vivía un joven llamado SeokJin. Durante el día, SeokJin era conocido por su destreza y habilidad como piloto de carreras. Su nombre resonaba en cada pista y su casco rojo y blanco se había convertido en un símbolo de velocidad y precisión.
Sin embargo, lo que pocos sabían era que SeokJin tenía una vida nocturna igualmente emocionante y desafiante. Cuando el sol se ocultaba y las luces de la ciudad comenzaban a brillar, SeokJin se transformaba en un stripper, conocido en el circuito nocturno como "El Halcón Rojo". Con su físico esculpido por el entrenamiento riguroso y sus movimientos gráciles como los de un felino, se había ganado la admiración y el deseo de muchos.
Una noche, después de una carrera particularmente agotadora, SeokJin se dirigió al club más exclusivo de la ciudad, "Éxtasis". Era el lugar donde las fantasías más salvajes se hacían realidad y donde SeokJin se sentía verdaderamente libre. Se colocó sus guantes rojos y ajustó su suspensorio, preparándose para salir al escenario.
La música comenzó a sonar, una mezcla de ritmos electrónicos y latidos profundos que hacían vibrar el suelo. Las luces rojas y doradas iluminaron el escenario mientras SeokJin hacía su entrada, su sola presencia dominaba la atención de todos los presentes. Cada movimiento estaba calculado, cada gesto cargado de sensualidad. SeokJin se movía con una confianza inquebrantable, fusionando su habilidad como piloto con la gracia de un bailarín experimentado.
Entre el público, una figura destacaba. Era Zoi, una reportera de investigación que había seguido la carrera de SeokJin durante años, sin saber de su doble vida. Esa noche, estaba en Éxtasis para investigar una historia sobre la vida nocturna de la ciudad, pero lo que descubrió fue mucho más impactante. Observó con fascinación mientras SeokJin se movía por el escenario, sus ojos siguiendo cada uno de sus movimientos con una mezcla de asombro y fascinación.
Cuando el espectáculo terminó, Zoi se acercó a SeokJin en los camerinos, decidida a confrontarlo. SeokJin, aún con el brillo del sudor en su piel, se mostró sorprendido pero no intimidado.
—No esperaba verte aquí —dijo SeokJin, con una sonrisa traviesa.
—Tampoco yo esperaba encontrarme con esto —respondió Zoi, tratando de mantener su profesionalismo.
A medida que conversaban, Zoi descubrió que había mucho más en SeokJin de lo que había visto en la pista de carreras. Su pasión por la vida, su deseo de desafiar las expectativas y su habilidad para vivir en ambos mundos con tal destreza, la impresionaron profundamente.
La historia de SeokJin no solo se convirtió en una de las más fascinantes de su carrera, sino también en una inspiración para muchos que luchaban por encontrar su verdadera identidad. SeokJin, el piloto imbatible y el seductor Halcón Rojo, había demostrado que uno podía vivir plenamente sus dos pasiones, sin miedo a ser juzgado.
La relación entre SeokJin y Zoi se intensificó rápidamente. Lo que comenzó como una investigación periodística se transformó en una apasionada aventura que ambos encontraron imposible de resistir.
Cada noche que Zoi pasaba en el club "Éxtasis", su admiración por SeokJin crecía, al igual que la chispa de deseo que ardía entre ellos.
Una noche, después de uno de los shows más intensos de SeokJin, Zoi lo esperó en el camerino, decidida a explorar ese fuego que sentía cadavez que lo veía. SeokJin, aún con el corazón acelerado por la adrenalina del espectáculo, la encontró esperándolo, con su mirada llena de deseo.
—SeokJin —dijo Zoi, acercándose lentamente—, no puedo seguir fingiendo. Cada vez que te veo en el escenario, siento algo que no puedo ignorar.
SeokJin la miró intensamente, sus ojos oscuros reflejando el mismo deseo. Sin decir una palabra, cerró la puerta del camerino y la tomó de la cintura, acercándola a él. Sus labios se encontraron en un beso feroz y apasionado, un choque de necesidades y emociones largamente reprimidas. El camerino se llenó del sonido de sus respiraciones entrecortadas ysusurros ardientes. SeokJin la levantó y la sentó sobre el tocador, sus manos recorrieron su cuerpo con una mezcla de urgencia y adoración. Zoi, presa del deseo, respondió con igual fervor, sus dedos enredándose en el cabello de SeokJin, atrayéndolo más cerca.
Cada beso, cada caricia, encendía el fuego entre ellos. La tensión que habían sentido durante tanto tiempo se desató en un torbellino de pasión. SeokJin se despojó de su atuendo de stripper con movimientos rápidos, y Zoi lo ayudó, sus manos explorando cada músculo definido, deleitándose enla perfección de su cuerpo.
—Eres increíble —susurró Zoi, mientras sus labios viajaban por el
cuello de SeokJin, saboreando cada centímetro de su piel.
SeokJin respondió con un gruñido bajo, sus manos recorrieron el cuerpo de Zoi, explorando cada curva con una intensidad que la hizo temblar. La levantó del tocador y la llevó contra
la pared, sus cuerpos encajando perfectamente mientras se movíanunísono, cada movimiento una sinfonía de placer. El camerino se convirtió en su refugio privado, un lugar donde
podían ser ellos mismos sin miedo ni juicios. La noche se desvanecióen una mezcla de sudor, gemidos y suspiros de satisfacción, ambos entregándose por completo a la pasión que habían contenido durante tanto tiempo.
Cuando finalmente el frenesí se calmó, se quedaron juntos, sus cuerpos entrelazados, respirando con dificultad pero satisfechos. SeokJin la miró a los ojos, su expresión era suave y llena de afecto.
—Esto es solo el comienzo, Zoi dijo, acariciando suavemente su
mejilla—. Quiero explorarlo todo contigo.
Zoi sonrió, con su corazón lleno de una felicidad que nunca antes había conocido.
—Estoy lista, SeokJin. Vamos descubrir juntos hasta dónde
podemos llegar.
Las luces de neón de la ciudad reflejaban un brillo cálido a través de la ventana del penthouse donde SeokJin y Zoi se encontraban.
Después de su encuentro en el camerino, su relación había tomado un rumbo vertiginoso, lleno de noches apasionadas y momentos íntimos que ninguno de los dos podíaresistir.
Aquella noche, la temperatura subió desde el momento en que cruzaronla puerta del departamento. SeokJin, aún con el brillo de la adrenalina en sus ojos, tomó a Zoi por la cintura y la arrastró hacia él, sus labios encontrándose en un beso que prometía mucho más. Sin dejar de
besarla, la llevó hasta la sala, donde la luz suave creaba sombras tentadoras sobre sus cuerpos.
—No puedo esperar más -susurró SeokJin, su voz era ronca de deseo—. Te necesito ahora.
Zoi lo miró con una sonrisa traviesa, desabrochando su blusalentamente, revelando su piel suave y tentadora. SeokJin observó cada movimiento, sus ojos oscureciéndose con lujuria. Cuando finalmente la blusa cayó al suelo, sus manos encontraron su camino hacia los pantalones de SeokJin, desabrochándolos con destreza.
Cada prenda que se quitaban era como un pedazo más de la tensiónque se liberaba entre ellos. SeokJin la levantó en brazos y la llevó hasta el sofá, sus labios recorriendo su cuello y sus manos explorandocada centímetro de su cuerpo con una mezcla de urgencia y ternura.,
Zoi se arqueó bajo su toque, sus gemidos eran suaves alentándolo a
seguir. SeokJin se inclinó sobre ella, su cuerpo cubriéndola completamente mientras sus bocas se encontraban en un beso feroz. Sus manos viajaban por su espalda,acariciándola, trazando caminos de fuego sobre su piel. La habitación se llenó de sus suspiros y jadeos, cada sonido alimentando su deseo.
—Eres perfecta —murmuró SeokJin contra su oído, su aliento caliente enviando escalofríos por su cuerpo
—.Quiero hacerte sentir cosas que nunca has sentido antes.
Zoi respondió con un gemido, sus dedos se clavaban en los hombros de SeokJin mientras él bajaba por su cuerpo, dejando un rastro de besos ardientes. Cuando llegó a su cintura, sus manos firmes la sostuvieron, y su boca comenzó a explorar más abajo, arrancando gemidos más fuertes y desesperados de sus labios. SeokJin se movía con una precisión yuna habilidad que solo un piloto podría tener, llevando a Zoi al borde una y otra vez, disfrutando de cada momento de su éxtasis.
Finalmente, cuando sintió que no podía aguantar más, la levantó y la llevó hasta la cama, su cuerpo cubriéndola mientras se unían en un acto de pasión pura.
Cada movimiento era una danza de placer, sus cuerpos moviéndose al unísono, aumentando el ritmo hasta que ambos se desbordaron en un clímax explosivo. La habitación con sus gritos de satisfacción, y el eco de su pasión llenando el espacio.
Cuando finalmente cayeron juntos, sus cuerpos exhaustos pero
satisfechos, SeokJin abrazó a Zoi con fuerza, con su respiración aún irregular.
—Eres increíble —susurró, besando su frente suavemente.
Zoi sonrió, su corazón latiendo al unísono con el de SeokJin.
—Tú también lo eres. Nunca he sentido algo así.
El penthouse de SeokJin se convirtió en un templo de deseo. Las luces de la ciudad parecían bailar con lamisma intensidad que sus cuerpos, proyectando sombras sensuales sobre las paredes. Después de su
encuentro inicial, ni SeokJin ni Zoi podían saciarse del otro, su deseo
creciendo con cada caricia y susurro.
Esa noche, SeokJin tenía algo especial planeado. Cuando Zoi entró al apartamento, lo encontró esperándola en el centro de la sala, rodeado por velas que parpadeaban suavemente. El ambiente era espeso con la promesa de lo que estaba por venir. SeokJin llevaba puesto solo unos pantalones de cuero ajustados, su torso desnudo brillando a la luz de las velas.
—Esta noche es solo para ti—dijo
SeokJin, su voz era baja y profunda, enviando escalofríos por la columna de Zoi. Zoi se acercó, su respiración se aceleraba mientras SeokJin la tomaba de la mano y la guiaba hacia el centro de la habitación.
Con un movimiento fluido, la giró para que le diera la espalda y comenzó a desvestirla lentamente, sus dedos rozando su piel con una delicadeza que la hizo estremecerse. Cada prenda que caía al suelo era como un peso que se liberaba, dejando solo deseo puro y ardiente.
Cuando finalmente estuvo desnuda, SeokJin la giró de nuevo para enfrentarla, sus ojos la devoraban con una mezcla de lujuria y admiración.
—Eres una diosa —murmuró, su voz estaba cargada de adoración y deseo.
Zoi se dejó llevar por el momento, sintiendo cómo la intensidad de SeokJin la envolvía completamente. Él la levantó en sus brazos y la llevó hasta la cama, depositándola suavemente sobre las sábanas de seda. Sin apartar la vista de ella, comenzó a besarla, empezando por sus labios y bajando por su cuello, sus manos explorando su cuerpo con una precisión y pasión que la hacían arder.
Cada beso era una promesa, cada caricia una declaración de deseo
incontrolable. SeokJin no dejó un solo centímetro de su piel sin explorar, sus labios y lengua enviando olas de placer a través de su cuerpo. Zoi arqueaba la espalda y gemía, cada sonido alimentando el fuego en SeokJin.
Cuando finalmente llegó al centro de su deseo, SeokJin se tomó su tiempo, su boca moviéndose con una habilidad que hizo que Zoi gritara de placer. Sus manos la sujetaban firmemente, manteniéndola en el borde del éxtasis hasta que finalmente se desbordó, su cuerpo convulsionando con la intensidad de su clímax.
Pero SeokJin no había terminado. La giró sobre su estómago y comenzó a besar su espalda, cada beso enviaba nuevas ondas de placer a través de su cuerpo. Lentamente, subió de nuevo, sus manos acariciando sus caderas y sus labios encontrando su cuello.
—Quiero sentirte completamente— murmuró SeokJin contra su oído, su voz ronca con la promesa de más placer.
Zoi solo pudo asentir, su cuerpo ardía con la necesidad de más.
SeokJin la tomó con firmeza, sus movimientos eran seguros y precisos mientras se unían en una danza de placer puro. Cada empuje era una declaración de deseo, cada movimiento una sinfonía de pasión.
La habitación se llenó de sus gemidos y susurros, el sonido de su amor haciendo eco en las paredes. La intensidad de su unión creció, cada uno de ellos llevando al otro al borde repetidamente hasta que finalmente se desbordaron juntos en un clímax explosivo que dejó a ambos temblando de satisfacción.
Exhaustos, pero completamente satisfechos, se quedaron abrazados, sus cuerpos entrelazados en una unión perfecta. SeokJin besó suavemente la frente de Zoi, con su respiración aún agitada.
—Eres todo lo que siempre he deseado —susurró, con su voz llena de cariño y promesas de más noches como esa.
Zoi sonrió, su corazón se sentía lleno de amor y deseo.
—Y tú eres mi todo, SeokJin. No puedo esperar para descubrir todo lo que nos espera juntos.
Con cada noche que pasaban juntos, la pasión y el amor entre SeokJin y Zoi se intensificaban. La vida en Neón, con sus luces brillantes y su ritmo frenético, parecía desvanecerse cuando estaban juntos. Cada momento se convertía en una sinfonía de deseo y conexión profunda, llevándolos a descubrir nuevas dimensiones de su relación.
Sin embargo, la vida en la pista de carreras también era implacable, SeokJin estaba a punto de participar en la carrera más importante de su vida, el Gran Premio de Neón, una competencia que no solo pondría a prueba su habilidad como piloto, sino también su capacidad para equilibrar sus dos vidas. Zoi, a su lado, se convirtió en su mayor apoyo, su presencia calmándolo y dándole fuerza.
El día de la carrera, el ambiente en el circuito era electrizante. Las gradas estaban llenas, y la expectativa era palpable. SeokJin, con su casco rojo y blanco, estaba listo para enfrentar su mayor desafío.
Pero esa vez, había una diferencia: en su corazón, llevaba el amor y el apoyo de Zoi, que lo miraba desde el box con una mezcla de nerviosismo y orgullo.
La carrera comenzó con una explosión de velocidad y adrenalina. SeokJin dominaba la pista con la misma precisión y gracia que usaba en su vida nocturna. Cada curva, cada aceleración, era una danza que había perfeccionado durante años. Sin embargo, a mitad de la carrera, un accidente en la pista desató el caos. Varios autos chocaron, y el riesgo de colisión aumentó. SeokJin, con sus reflejos de felino, esquivó el desastre, pero el peligro no había terminado. En la última vuelta, su mayor rival, un piloto conocido por su agresividad, intentó una maniobra peligrosa para sacarlo de la pista. SeokJin, con la determinación de no dejarse vencer, respondió con una estrategia audaz, tomando la delantera en una curva cerrada. La multitud estalló en aplausos cuando SeokJin cruzó la línea de meta en primer lugar, su victoria sellada por una combinación de habilidad, coraje y amor.
Mientras la multitud celebraba, SeokJin se dirigió al box, donde Zoi lo esperaba con los brazos abiertos. El sudor y el polvo de la carrera no podían ocultar la alegría en sus ojos. Sin decir una palabra, SeokJin la tomó en sus brazos y la besó apasionadamente, la euforia de la victoria y el amor inundando sus corazones.
Esa noche, la ciudad de Neón celebró la victoria de su campeón.
Pero para SeokJin y Zoi, la verdadera celebración comenzó en la intimidad de su pent-house, donde el fuego de su amor ardía más brillante que nunca. Bajo las estrellas y las luces de la ciudad, hicieron el amor con una intensidad y una ternura que sellaron su conexión de manera definitiva.
Meses después, SeokJin y Zoi decidieron unir sus vidas oficialmente, organizando una ceremonia en la cima del rascacielos más alto de Neón. Rodeados de amigos, familiares y la ciudad que había sido testigo de su amor, intercambiaron votos de devoción y pasión eternas. El sol se puso, bañando la ciudad en un resplandor dorado mientras se besaban, sellando su promesa de amor eterno.
SeokJin continuó su carrera como piloto, cada victoria dedicada a Zoi, su musa y su fuerza. Y cada noche, sin importar cuán agotadora fuera la competencia, encontraban tiempo para celebrar su amor, explorando nuevas facetas de su pasión y manteniendo viva la llamaque los unió.
Y en la vibrante y brillante ciudad de Neón, SeokJin y Zoi vivieron una vida llena de aventuras, amor y deseo, demostrando que la verdaderavictoria no está solo en la pista, sino en el corazón de quienes se aman con una intensidad inquebrantable.
FIN🚘💨
SeokJinmyLover4
Vera ingresó al box de servicio, sus compañeros la observaron con sorpresa.
-¡Hasta que la ingeniera decide mancharse la ropa! -Bromeó uno de los mecánicos.
La mirada fulminante de la joven le borró la sonrisa burlona del rostro, que rápidamente pasó a un gesto de asentimiento respetuoso.
Vera entonces fijó la vista en el monitor donde la imagen de un automóvil se desplazaba a gran velocidad.
Llevaba su larga cabellera rubia recogida en una rígida coleta de caballo.
-Sus tiempos han mejorado apenas unas décimas, pero seguimos sin conseguir el tiempo necesario. -Le informó otro de los ingenieros del equipo. -Creo que si modificamos la entrada de combustible...
-Silencio. -Ordenó. -El auto está perfecto. Necesito comprobar algo.
Tal cual ella lo pidió, dentro de la carpa nadie más abrió la boca. Él piloto completó su recorrido y estacionó delante de la misma. Vera entonces se desplazó hacia el vehículo.
SeokJin, él piloto, bajó frustrado, se quitó el casco furioso y comenzó a caminar hacia su equipo.
-No logré bajar ni una milésima, esta porquería me va a dejar como mínimo en quinto lugar.
-El auto está perfecto. -Contradijo Vera llegando delante de él, cortando su paso. -Debes bajar la velocidad antes de la curva tres y la curva cinco, así no tendrás que pisar el freno, eso le resta potencia a la hora de retomar las rectas.
-¿Y me vas a dar tú, clases de manejo? -Preguntó en un tono sarcástico y burlón. -¿Por qué mejor no te dedicas a pensar? Eso definitivamente es lo tuyo.
Las mejillas de Vera se tornaron de un rojo furioso que destacaba en su piel extremadamente blanca. Sus ojos, de un celeste cielo brillaron con malicia.
-¿Me permiten? -Preguntó señalando uno de los cascos que reposaba sobre una mesa.
Los integrantes del equipo se miraron entre sí con dudas, pero nadie objetó. Vera tomó uno de color negro y se dirigió hacia el automóvil pasando junto a SeokJin, empujando apenas su hombro.
Se subió al rodado al tiempo que varios colaboradores le ayudaban a colocarse los cinturones y protecciones requeridas, luego ajustaron el casco y se alejaron para darle espacio de maniobra.
Vera retrocedió, se posicionó en el sector de partida y aguardó la señal. El pequeño semáforo dió luz verde y ella aceleró. Recorrió la pista con maestría.
Si algo desconocían sus compañeros era que, su padre había sido un de los pilotos de pruebas de Ferrari en sus mejores años, a tal punto que terminó siendo el mejor en su clase. Claro que nunca aceptó volverse un piloto oficial porque su pasión no era fama ni el reconocimiento. Dicha pasión fue heredada por su hija, que creció entre motores y pistas de carrera. A los diez años podía conducir perfectamente un fórmula uno, a escondidas de los jefes de su padre. Terminó la secundaria a temprana edad, motivada por el deseo de seguir los pasos de su padre. A los 25 años contaba con una ingeniería automotriz y a los 30 era la mejor ingeniera de fórmula uno. Había trabajado en varios equipos importantes, pero como le gustaban los desafíos finalmente decidió firmar contrato con una escudería de menor importancia.
Cuando finalmente estacionó el auto delante de la carpa, sus compañeros aplaudían y saltaran de alegría, había mejorado los tiempos notablemente.
Vera bajó, se quitó el casco y caminó hacia SeokJin, que tenía su rostro demasiado serio.
-¿Entiendes a qué me refiero con bajar la velocidad y no frenar? Son dos conceptos totalmente diferentes. Eso te demuestra que, no solo mi trabajo es el de pensar. También es la de encontrar errores en los pilotos, aunque tu no tienes porqué saberlo. -Dijo como si de una docente de preescolar se tratara.
SeokJin furioso soltó todo el aire que tenía en sus pulmones por la nariz, recogió su casco con furia y se dirigió hacia el auto, no sin antes pasar junto a Vera y golpear su hombro.
La joven sonrió con malicia y salió del lugar.
Horas más tarde, luego de tomar un largo y relajante baño, se encontraba delante del espejo, peinando su larga cabellera. Oyó la puerta del departamento abrirse, su novio había llegado. Cuando la puerta del dormitorio se abrió ella lo observó, se veía tan hermoso, imponente... -¿Todo bien?
Dando grandes zancadas, para llegar junto a ella SeokJin se aproximó. La tomó por detrás de la cabeza, juntando su cabello entre sus dedos y la besó con intensidad.
-Pensé que estabas enojado... -Le dijo Vera cuando sus labios se separaron.
-Lo estaba, pero cuando pude mejorar tus tiempos se me pasó.
aksj1992
-Eso es todo SeokJin ah ¡Gracias por tu colaboración y profesionalismo!
SeokJin se inclina y agradece a todo el staff.
-Gracias a ustedes por la paciencia y por ayudarme a brillar ¿O es por efecto de los litros de aceite que llevo encima? ¡Parezco una sartén a punto de recibir con amor unos trozos de panceta!
Todos reímos con las ocurrencias de Jinnie ¿Cómo no hacerlo si el hombre es gracioso y adorable?
El equipo de maquillaje recibe solicito a Jin en su camerino y empiezan a retirar algo de la oleosa solución que cubre el rostro y los brazos del guapo. Mientras las expertas hacen su trabajo sacó del bolso gigante de RJ el tomatodo personalizado de Kim que tiene la imagen de Wooteo como motivo central y se lo alcanzó a su dueño que pone cara de asco al probar el primer sorbo.
-Lo siento debes tomar hasta el último trago.
- ¿Puedes hacerte de la vista gorda y pretender que acabé todo este espantoso batido?
-No puedo por tres razones obvias: Una, me pagas por ser tu asistente y recordarte todos los pendientes entre ellos el cuidar de tu salud. Dos: eres el principal capital de JHE, tu empresa de entretenimiento así que a menos que pretendas tirar dinero a la basura es mejor que seas un niño bueno y lo bebas sin chistar. Y por último y no menos importante: no quiero recibir un regaño de parte de tu esposa, que también es tu nutricionista y ¡Oh, por supuesto! el detalle más impresionante ¡Mi mamá!
Jin me mira con tristeza y luego toma mi mano.
-Rosie ¿Sigues molesta con nosotros?
Cruzó miradas con SeoYon y ella asiente con la cabeza para luego hacer una señal a sus chicas para retirarse discretamente.
Jalo una banca que está cerca a nosotros y me pongo a la altura de mi jefe.
-SeokJin ya te lo dije no estoy molesta con ustedes solo... sorprendida.
- ¿Sabes que eres muy mala mentirosa? Te conozco muy bien Rosie y sé que no estás de acuerdo con nuestro matrimonio.
Tomo aire para que el nudo en la garganta que me atormenta ceda, aunque sea un poco y de paso sirva para darle mesura a mis palabras.
Habla con el cerebro, no con el corazón.
Mi intento de que la razón prime sobre la emoción es un rotundo fracaso y las lágrimas salen sin que les de permiso ¡Es una joda ser una llorona!
-Ok SeokJin quieres que sea sincera ¡Pues lo seré! ¡Sí, estoy molesta! Pero no por el motivo que piensas sino porque tú y mamá me han decepcionado totalmente ¡Ninguno de los dos confió en mí! Mi madre... mi madre y yo siempre hemos tenido una relación muy estrecha que se hizo más fuerte cuando papá murió ¿Cómo crees que me sentí cuando descubrí que se había casado en secreto? ¿Y tú? ¡Antes que mi jefe eres uno de mis mejores amigos! ¡Me siento traicionada! ¿Por qué nunca me dijiste que tenías un romance con mamá?
Jin suelta mi mano, pero luego me abraza y ¡Pum! Eso es el desencadenante para un ataque de llanto. SeokJin deja que me desahogue y luego intenta secar mis lágrimas con sus pulgares, pero su tacto me pone más sensible.
- ¡Rosie por favor no llores! Yo...
El celular de Jin suena con la timbrada que identifica a mamá así que me seco las lágrimas mientras aclaro mi garganta.
- ¿No le vas a contestar a tu esposa?
-Rosie...
-Te dejo no olvides que tienes sesión de fotos a las cinco con la gente de Tom Browne.
- ¿Estarás allí?
- ¿Alguna vez te he fallado?
-Jamás. Te quiero Rosie.
-Ídem Kim.
Cruzo el umbral de la puerta y escuchó claramente cuando SeokJin responde la llamada con un ¡Hola cariño! que duele horrible.
La voz de mi conciencia trata de hacerme sentir mejor pero solo ahonda la herida.
-Debes alegrarte por su felicidad y resignarte a la idea de que Seokjinnie nunca fue para ti.
- ¿Era necesario que me lo recuerdes?
-Sí para que dé una vez lo arranques de tu corazón.
zrl1825
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro