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"El Sombrerero Virtual"
☕️
Naz ajustó las correas del visor de realidad virtual y se sumergió en el mundo del juego. El paisaje cambió a su alrededor, y de repente, se encontró en un bosque espeso y misterioso. Los árboles parecían retorcerse como serpientes, y las flores brillaban con colores imposibles.
—¿Dónde estoy?— murmuró Naz, mirando a su alrededor. Pero antes de que pudiera explorar más, una figura apareció frente a ella. Era un hombre alto con un sombrero extravagante y ojos chispeantes. El Sombrerero Loco.
—¡Bienvenida al País de las Maravillas, querida!— exclamó el Sombrerero, haciendo una reverencia exagerada. —Soy Jin, pero aquí todos me llaman el Sombrerero. ¿Y tú?
Naz parpadeó, sin saber qué decir. ¿Cómo podía explicarle que era una fanática de los videojuegos y que había caído en un mundo virtual?
—Soy Naz—, respondió finalmente. —¿Y tú eres... real?
El Sombrerero rió.
—En este lugar, todo es real y nada es real. Pero eso no importa. Ven, vamos a tomar té.
Naz siguió al Sombrerero por el bosque hasta llegar a una mesa de té. Las tazas flotaban en el aire, y el aroma del té llenaba el ambiente. Jin se sentó y le hizo un gesto a Naz para que hiciera lo mismo.
—¿Sabes, Naz?— comenzó Jin mientras vertía el té. —Aquí, las reglas son diferentes. Puedes hacer lo que quieras, pero también hay consecuencias. ¿Qué estás dispuesta a arriesgar?
Naz frunció el ceño.
—¿Consecuencias? ¿Qué tipo de consecuencias?
El Sombrerero sonrió misteriosamente.
—Eso es lo que debes descubrir. Pero primero, déjame enseñarte algunas 'no' cosas. Por ejemplo, no confíes en los gatos sonrientes ni en las cartas de la reina. Y, sobre todo, no dejes que te corten la cabeza.
Naz asintió, sintiendo que estaba en un sueño del que no quería despertar.
—¿Y tú? ¿Por qué estás aquí?
Jin miró a lo lejos.
—Tengo mis propios secretos, Naz. Pero ahora, debemos enfrentarnos a la Gran Reina de Corazones. Ella no es amiga de los forasteros.
La Gran Reina de Corazones apareció, su corona brillando con malicia.
—¡Fuera de mi País de las Maravillas!— rugió.—¡O perderán sus cabezas!
Naz y Jin intercambiaron miradas. ¿Podrían sobrevivir a este juego retorcido y encontrar una salida? Solo el tiempo y sus habilidades virtuales lo dirían.
🐱
Naz y Jin se adentraron en el bosque, donde los árboles estaban formados por naipes gigantes. El aire olía a tinta fresca y la luz del sol se filtraba a través de los corazones y los diamantes. Pero no había tiempo para admirar la belleza surrealista.
—¿Por qué la Reina de Corazones quiere nuestras cabezas?— preguntó Naz, esquivando un as de picas que caía del cielo.
Jin sonrió, su sombrero inclinado hacia un lado.
—Porque ella cree que somos intrusos. Pero aquí, todo es un juego. Si ganamos, saldremos ilesos.
Se encontraron con un gato sonriente que flotaba en el aire.
—¿Amigos o enemigos?— preguntó Naz.
El gato parpadeó.
—Depende de tu perspectiva. Pero ten cuidado con las cartas. Algunas son trampas, otras te llevarán a lugares inesperados. —Naz lo observa detenidamente. — ¿Qué tanto me ves?
—Nada, solo es que me recuerdas a alguien, nada más.
⏱️
Llegaron a una pequeña cabaña en medio del bosque. El Sombrerero abrió la puerta y los condujo a una habitación llena de relojes de bolsillo y teteras.
—Bienvenidos a mi refugio—, dijo Jin. —Aquí, el tiempo fluye de manera extraña.
Naz se sentó en una silla de encaje.
—¿Qué haremos ahora?
Jin vertió té en las tazas.
—Bebe esto. Te mostrará visiones del futuro. Pero ten cuidado, algunas verdades son difíciles de aceptar.
Naz tomó un sorbo y su mente se llenó de imágenes. Vio a Jin cantando en un escenario, rodeado de luces brillantes. Vio a sí misma enfrentándose a la Reina de Corazones, con una espada en la mano. Y vio un corazón roto en una mano extendida hacia ella.
—¿Qué significa todo esto?— preguntó Naz, temblando.
Jin la miró con seriedad.
—Significa que estamos destinados a cambiar el juego. Pero también significa sacrificio. ¿Estás dispuesta a arriesgarlo todo por la libertad?
Naz miró alrededor de la habitación, los relojes girando en direcciones imposibles.
—Sí—, dijo. —Porque aquí, en el País de las Maravillas, todo es posible.
Naz y Jin se adentraron en un laberinto de espejos. Los reflejos distorsionados los rodeaban, y cada paso parecía llevarlos a una versión diferente de sí mismos. Naz se miró en uno de los espejos y vio a una guerrera con una espada en la mano. ¿Era ella o una proyección del juego?
—Los espejos revelan verdades ocultas—, dijo Jin, tocando uno de los cristales. —¿Qué ves, Naz?
Naz miró a su reflejo. —Veo a alguien dispuesta a luchar por la libertad. Pero también veo miedo.
Jin asintió.
—El miedo es natural. Pero recuerda, aquí todo es un juego. ¿Qué harías si no tuvieras miedo?
Llegaron a una sala de baile, donde las luces giraban y la música flotaba en el aire. Jin extendió su mano hacia Naz.
—Baila conmigo—, dijo.
Naz dudó.
—¿Por qué estamos aquí? ¿No deberíamos estar enfrentando a la Reina de Corazones?
Jin la atrajo hacia él.
—La vida es más que batallas, Naz. También es danza, canciones, risas y momentos robados. Baila conmigo y olvida tus preocupaciones.
Así que Naz bailó con el Sombrerero, sus pies moviéndose al ritmo de una melodía invisible. Jin la giró, y ella rió, sintiendo que el mundo real se desvanecía.
♣️
En el centro de la sala de baile, encontraron un naipe gigante.
Aquí está la clave para salir—, dijo Jin. —Pero primero, debemos resolver el enigma.
El naipe tenía símbolos y números. Jin frunció el ceño.
—¿Qué significa esto?
Naz recordó las visiones del té.
—El corazón roto... es la respuesta. El enigma es el amor. Debemos encontrar el corazón roto y unirlo.
Jin sonrió.
—Eres más astuta de lo que crees, Naz.
Juntos, buscaron en los espejos, en los rincones oscuros y en los reflejos distorsionados. Y finalmente, encontraron un corazón partido en dos. Lo unieron, y el naipe se transformó en una puerta brillante.
—¿Estás lista?— preguntó Jin.
Naz asintió.
—Porque aquí, en el País de las Maravillas, todo es posible.
🥀
La puerta brillante los condujo a un jardín lleno de rosas rojas. Pero estas no eran rosas comunes; tenían espinas afiladas y parecían susurrar secretos al viento. Naz y Jin caminaron entre los arbustos, sus manos rozando los pétalos.
—¿Qué es este lugar?— preguntó Naz, mirando a su alrededor.
Jin se agachó y recogió una rosa.
—Este es el Jardín de las Rosas. Cada rosa representa un deseo o un temor. Pero cuidado, algunas espinas pueden atraparte en tus propios sueños.
Naz sostuvo una rosa en su mano.
—¿Qué deseo tienes, Jin?
El Sombrerero miró al horizonte.
—Deseo encontrar la salida de este mundo. Pero también deseo que tú encuentres lo que buscas.
🔎
En el centro del jardín, encontraron un espejo antiguo. Su superficie estaba cubierta de polvo y reflejaba imágenes distorsionadas. Jin se acercó y limpió el cristal con su manga.
—Este espejo revela la verdad—, dijo Jin. —Pero también puede engañarte. ¿Estás lista para enfrentar lo que ves?
Naz asintió, su corazón latiendo con fuerza. Miró al espejo y vio a su familia en casa, preocupada por su desaparición. Vio a SeokJin en el escenario, cantando con pasión. Y vio a sí misma, sosteniendo una espada y enfrentándose a la Reina de Corazones.
—¿Qué significa todo esto?— preguntó Naz.
Jin la abrazó.
—Significa que estás conectada a este mundo de formas que no comprendemos. Pero también significa que tienes el poder de cambiar el juego.
♥️
La Reina de Corazones apareció, su corona titilando con ira.
—¡Han llegado demasiado lejos!— rugió. —¡Es hora de que paguen!
Naz miró a Jin.
—¿Qué haremos?
Jin sonrió.
—Recuerda lo que aprendiste en los espejos y en el té. El amor, la verdad y la valentía son nuestras armas.
Así que Naz y Jin se enfrentaron a la Reina de Corazones. Naz esquivó las cartas lanzadas hacia ella, mientras Jin cantaba una melodía antigua. La Reina se tambaleó, su ira transformándose en confusión.
—¿Quiénes son ustedes?— preguntó la Reina.
Naz extendió su espada.
—Somos los jugadores de este juego. Y estamos aquí para cambiar las reglas.
La Reina de Corazones desapareció en un torbellino de naipes. La puerta brillante se abrió de nuevo, y Naz y Jin se encontraron de vuelta en la cafetería, el visor de realidad virtual aún en su cabeza.
—¿Fue real?— preguntó Naz, mirando a Jin.
El Sombrerero sonrió.
—En este mundo, todo es real y nada es real. Pero lo que vivimos aquí nos cambiará para siempre.
Naz se quitó el visor y miró a su alrededor.
—¿Y ahora qué?
Jin le guiñó un ojo.
—Ahora, Naz, hay que elegir, ¿la música o tu familia?
Naz miró al Sombrerero Jin, su corazón dividido entre dos mundos. La música y la pasión de Jin la llamaban, pero su familia la esperaba en la realidad. ¿Qué debía hacer?
Jin le tendió una mano.
—Naz, elige con el corazón. No importa la decisión que tomes, siempre habrá consecuencias. Pero recuerda que aquí, en el País de las Maravillas, todo es posible.
Naz pensó en su madre, sus hermanos y su amor por la música.
—Jin, gracias por todo. Pero mi lugar está con mi familia.
El Sombrerero sonrió tristemente
—Entonces ve. Pero no olvides lo que aprendiste aquí. El amor, la verdad y la valentía te acompañarán siempre.
Naz se quitó el visor de realidad virtual y se encontró de vuelta en su habitación. Su madre la miraba preocupada.
—¿Dónde estabas?
Ella la abrazó.
—En un mundo mágico. Pero ahora estoy aquí.
Y así, Naz eligió el amor de su familia y la realidad sobre los sueños y las ilusiones. Pero en su corazón, siempre llevaría consigo la melodía del Sombrerero Jin y la promesa de un mundo donde todo era posible.
Fin🎩
SeokJinmyLover4
La función estaba por terminar, el maestro de ceremonias volvió a aparecer arrancando suspiros del público, en su mayoría femenino.
-¡Y así, señores y señoras. Niños y niñas y... hermosas señoritas! Damos por finalizada esta función. Esperamos que regresen a sus hogares con una sonrisa y alegría en el corazón. -Hizo una larga reverencia y se quitó el sombrero.
El púbico estalló en aplausos y la música de cierre comenzó a sonar, al tiempo que el resto del elenco se unía a él.
Cuando la carpa se encontró nuevamente vacía, la anciana que a diario vendía las entradas se acercó, ya no quedaban ni siquiera sus compañeros.
-¿Te das cuenta que ya no es lo mismo hijo?
SeokJin se sobresaltó, se encontraba sentado en una de las butacas de la primera fila observando el círculo central, el decorado y, retirado para que nadie lo note, una caja metálica sin abrir.
-Lo sé abuela, lo sé. -Dijo derrotado. -Pero... no puedo volver a fallar.
Por muchos años SeokJin fue el mago del circo, su popularidad había crecido tanto a lo largo y ancho del país que les llegaban propuestas con meses de anticipación. Esto, hasta que una fatídica tarde uno de sus trucos falló, su amado Presto, el conejo que debía sacar de la galera luego de haberlo encerrado en la jaula de la muerte, no apareció. Un descuido de su parte, por coquetear con una señorita del público, le impidió mover las manos con la velocidad requerida y el pobre animalito quedó atrapado dentro de la jaula cuando esta se cerró, llevándose así su vida.
Para SeokJin fue una verdadera tragedia, no sólo por la pérdida del único animal que había en el circo sino porque les llovieron demandas por maltrato, el circo perdió su prestigio y al día de hoy prácticamente debían regalar sus funciones.
-Eras casi un niño SeokJin, no puedes seguir culpandote por eso. Se que todavía practicas tus trucos cuando nadie te ve.
SeokJin dejó de mirar aquella caja y volteó hacia la anciana sentada a su lado. -Puedes arrastrarte toda la vida y llorar de frustración, pero nunca sabrás que pasará si no lo intentas.
-Pero abuela, todo el mundo sabe que yo mate a Presto, estarán esperando que cometa otro error.
-Y tu les demostraras que no es así, que la magia sigue viviendo en ti.
-No lo sé...
-Te propongo algo. Mañana sorprendemos al público con un nuevo show, podrías ser el mago misterioso si no quieres dar la cara, aunque eso sería una verdadera lastima. Haces tu magia y luego vemos que pasa con el público.
SeokJin lo pensó, se moría por aceptar. Su abuela tenía razón en algo y era que nunca dejó de practicar sus trucos, pero volver al círculo era recordar un pasado doloroso.
El toque suave sobre su mano lo trajo de aquella noche a la cual había viajado. -Hazlo hijo, aunque sea una vez... por esta vieja a la que no le quedan tantas lunas como quisiera.
Él asintió, con miedo e ilusión al mismo tiempo.
Al otro día, mientras las personas hacían fila para ingresar, y no eran tantas como habían esperado, a SeokJin le transpiraban las manos de ansiedad, cuando finalmente todos entraron y tomaron sus lugares él dió comienzo a la primera función del día. Habían decidido que su acto de magia sería el último, sus compañeros estaban felices con su regreso y lo alentaban a seguir adelante, más allá de esa prueba.
Llegado el momento tuvo que hacer malabares con el tiempo ya que debía presentarse a sí mismo y luego correr a cambiarse para salir. Agradeció con interminables reverencias a sus compañeras bailarinas por improvisar un baile para entretener al público cuando finalmente traspasaron el cortinado.
Los redoblantes sonaron y cuando finalizó con el sonido del tambor, él salió.
Llevaba su antiguo traje y galera, la varita en una mano y su rostro cubierto por un antifaz plateado. Extendió sus brazos a ambos lados y luego se inclinó, quitando su galera para hacer una reverencia de noventa grados hacia su público.
Una voz en off, porque no quería ser descubierto, lo anunció y la magia comenzó. SeokJin dió el mejor espectáculo de su vida sus movimientos eran naturales, sus manos hacían aparecer y desaparecer cosas, incluso de las manos de unos niños que subieron al escenario para colaborar.
El público se puso de pie para ovacionar al mago, y no sólo eso, sus propios compañeros salieron y formaron un semicírculo a su alrededor para aplaudir y gritar de alegría.
El mago estaba de regreso y con el también regresó la magia al circo, que nuevamente alcanzó la popularidad de antaño y nadie recordó el incidente del conejo.
aksj1992
Hoy les voy a contar un cuento de fantasía, de esos que dicen le van muy bien a esta narradora...
En un bosque encantado, uno de tantos que abundan en nuestra tierra, existió un reino mágico habitado por todo tipo de criaturas mágicas y fantásticas que honraban, admiraban y amaban a su apuesto, sabio y simpático rey: el mago SeokJin.
Sus súbditos lo apreciaban enormemente por su gran manejo de la magia, pero sobre todo por su candoroso espíritu que les hacía pensar que a pesar de que el buen Jin ya tenía una edad que para el mundo humano calificaba como adulta seguía conservando su esencia de niño travieso que lo había hecho romper las reglas en más de una ocasión viajando al mundo mortal a través del portal del espejo o apareciendo en los sueños de los niños mundanos.
Por eso causó gran extrañeza que un buen día Su Majestad amaneciera con un humor de perros tan terrible que hacía que todos pensaran que había intercambiado lugares con el Cascarrabias Yoongi, su segundo hermano y soberano del Reino de Fuego.
Los consejeros del rey estaban a punto de convocar a los otros dos hermanos del rey: El sabio NamJoon monarca del Mar de la Calma y al Sol Radiante: El Rey HoSeok del Castillo de los Cielos pero luego reflexionaron y dirigieron sus miradas a tres diablillos que por lo general eran los causantes de las rachas de mal humor de Jin: Los pequeños, traviesos y adorables duendecillos de las profundidades del bosque JungKook, TaeHyung y JiMin.
Los chiquitines negaron ser los causantes de la furia del rey que estaba alcanzando tal nivel de desproporción que amenazaba con hacer arder el reino por completo.
El Anciano del Roble llegó a la conclusión de que las únicas que podían apaciguar el mal genio del monarca eran sus amigas y mentoras, las Hadas de Luz, así que decidieron encomendar a los tiernos duendecillos ir en su búsqueda ya que ellas solo respondían al llamado del espíritu de la niñez.
Fue así como los duendes partieron a cumplir con su misión hasta llegar al Jardín de la Hermosura, hogar de las Hadas de Luz.
El encargado de invocarlas fue JiMin porque sus hermanitos estaban seguros que las habitantes del Jardín no resistirían el sonido de su tierna voz.
- ¡Haditas, haditas necesitamos su ayuda!
En efecto, las hadas no fueron inmunes al poder del pequeño encantador así que se manifestaron como tres brillantes luces: Una roja, otra azul y la tercera de color blanco.
-Pequeños ¿A qué debemos el honor de su visita?
La primera en responder fue la amable Alba, el Hada Blanca.
-Deben ir con nosotros al reino, algo malo le ocurre al Rey SeokJin.
- ¿Qué pasa con nuestro niño?
La preocupación brotó de la luz de Livie, el Hada Azul.
- ¡Aish hermana! ¿Cuándo entenderás que Jin ya no es un niño? ¡Por algo es el rey de Magia!
La sensata Carmine, el Hada Roja, trató de aminorar la angustia de su hermana mayor.
El simpático y por lo general risueño Tae habló con un pucherito.
-Minie tiene razón haditas nuestro rey está muy raro y nadie entiende qué le pasa.
- ¿Han intentado preguntarle?
- ¡No, porque nos asustó!
Tae y JiMin corrieron a consolar a su hermano menor que para esto ya era un mar de lágrimas lo que sumó a la inquietud de las hadas.
¿SeokJin había hecho llorar a su querido y consentido Kookie? ¡Eso sí que era grave!
-Vamos hermanas tenemos algo importante que resolver.
...
Los habitantes de Magia estaban desconcertados ¿Cómo era posible que de un día para otro la alegre música y el arco iris que brotaban del castillo de su soberano fueran reemplazados por aterradores gruñidos y enormes lenguas de fuego?
Todos sintieron un gran alivio cuando vieron que los duendecillos regresaron acompañados por los seres de luz.
-Es mejor que esperen aquí pequeños.
El mayor entre los duendes respondió a la líder de las hadas.
-Está bien Alba ¡Confiamos en ustedes!
...
El panorama con que se toparon las hadas no era nada alentador.
El otrora hermoso castillo de paredes rosas que poseía un jardín tan bonito y florido que le hacía competencia al reino de las hermanas mágicas ahora era un lugar lúgubre y oscuro que solo era alumbrado por las lenguas de fuego que ardían por los rincones.
Los corazones de las hadas se estrujaron de pena al ver a su querido Jin cabizbajo y con expresión de tristeza lo que las motivó a acercarse con premura al soberano.
SeokJin estaba concentrado en sus pensamientos así que no notó la presencia de sus mentoras hasta que tres luces que conocía muy bien lo rodearon y unas vocecillas le hablaron a la vez haciendo que se sobresalte.
- ¡SeokJin!
- ¡Jin!
- ¿Por qué tan triste mi niño?
El apuesto rostro del rey era muy expresivo así que las hadas vieron pasar como una cascada las emociones de su ex pupilo: sorpresa, frustración y enojo.
- ¿Qué hacen aquí? ¿Por qué zumban cerca de mi cara como unos molestos mosquitos?
- ¿Qué dijiste??
¡Ups! SeokJin se dio cuenta muy tarde que había metido la pata cuando Carmine se materializó en su forma humana y lo tomó de la oreja como cuando era un chiquillo que pecaba de respondón.
- ¡Podrás estar grandote y guapote, pero sigues siendo un mocoso boca suelta!
Casi de inmediato Livie apareció al lado de su temperamental hermana y le propinó un zape en el cuello que hizo que la muchacha vestida de rojo soltara a su víctima.
- ¿Por qué me pegas??
La bajita vestida de azul respondió con toda la calma del mundo.
-Porque te he dicho por cientos de años que la violencia no es un buen método para corregir a los niños ¿No recuerdas el lema de nuestra escuela? TODO POR AMOR, NADA POR FUERZA.
- ¡La que debe recordarlo eres tú enana abusiva! ¡Esas manitas son de plomo, casi me desnucas!
La expresión serena de Livie desapareció de inmediato.
- ¿Enana?? ¡Atrévete a repetirlo gigantona ladrona de estrellas!
Alba se materializó entre sus hermanas soplando uno de sus largos rizos rubios y con su clásica pose de árbitro de box que separa a los oponentes.
- ¡Hermanas por favor paz! ¡Qué vergüenza, haciendo espectáculos frente a Su Majestad!
Las aludidas y el Hada Blanca giraron a ver a SeokJin y el desconcierto entre ellas fue instantáneo al verlo abrir los ojazos rasgados de par en par, luego empezar a reír mientras aplaudía y de pronto echar a llorar con tal desconsuelo que las hadas solo atinaron a rodearlo con un abrazo grupal, aunque por dentro pensaban que el pobre chico había enloquecido.
Afortunadamente ese no era el caso, solo fue un episodio de explosión emocional ya que el buen Jin estaba tan abrumado por sus problemas que al tener de nuevo consigo a sus maestras y ver que no habían cambiado nada a pesar del tiempo lo llenó de alegría y añoranza por las épocas donde solo debía preocuparse por ser un buen alumno y ganarse las felicitaciones de Alba, los mimos de Livie y librarse de los "cariños" de la estricta Carmine.
-Jinnie por favor dinos ¿Qué te ocurre?
Entre sollozos e hipidos Jin solo pudo decir:
-No.... No sé quién...quién las llamó ...pero...pero... ¡No saben cómo...como me alegro de verlas!
...
-Ten cariño esto te calmará.
-Gracias Alba.
El delicioso té de flores de la esperanza que Hoseok le había regalado surtió efecto de inmediato tranquilizando a nuestro protagonista.
Ubicado frente a sus mentoras las observaba con atención mientras ellas disfrutaban del brebaje que la solicita Hada Azul había preparado.
¡Ay, las haditas! Verlas sentadas una al lado de la otra le recordaba a las graciosas muñecas que tenía en su dormitorio y que adquirió en una de sus tantas visitas al mundo mortal: Alba, la hermana mediana, era dueña de unos hermosos rizos rubios y era la representación de la paz, la imparcialidad y la reflexión.
Livie, la mayor y más bajita era la vitalidad, el amor por los niños y alegría hecha persona.
Por último, estaba Carmine que era la más parecida a los personajes que inspiraron a los juguetes que atesoraba con su cabello negro, liso y corto, su fuerte temperamento y su espontaneidad que la hacía muchas veces ser "políticamente incorrecta".
-Burbuja, Bombón y Bellota.
- ¿Perdón?
-Ustedes me recuerdan a las Chicas Superpoderosas.
Las hadas se quedaron en blanco lo que hizo sonreír al rey.
-Luego les explico.
El buen humor del monarca animó a Livie a tomar una de sus manos y pedir las explicaciones que necesitaban.
-Jinnie me alegra ver que te sientes mejor ¡No sabes lo preocupadas que estábamos por ti!
Alba dejó la taza que tenía en su regazo y se animó a participar.
-La preocupación es general SeokJin, tus consejeros no saben como ayudarte por eso recurrieron a nosotras.
Carmine apuró el trago que tenía en la boca y dio su opinión.
-En realidad los que nos buscaron fueron los duendecillos del bosque. Esos zamarros nunca han sido mis preferidos porque son desquiciantes, pero me partió el corazón ver sus caritas de tristeza, especialmente del peor de ellos, el enano menor.
- ¡Carmine no lo llames así Jungkookie es un encanto!
- ¿Encanto? ¡Livie, ese engendro travieso parece hijo de la Medusa!
Jin estaba por reír al escuchar como llamaban a su amiguito hasta que cayó en cuenta de lo que el Hada Roja mencionó.
- ¿Qué le ocurrió a JungKook?
Alba suspiró y respondió.
-Estaba muy triste porque dijo que lo asustaste.
La expresión de pesar volvió al rostro del rey.
-No fue mi intención hacerlo ni tampoco el causarles preocupación.
-Seokjinnie por favor confía en nosotros ¿Qué es lo que te tiene tan afligido?
Las hadas casi se derriten de amor al ver el puchero de SeokJin.
¡Ese gesto las mataba desde que lo conocieron a sus tiernos cuatro añitos!
-Yo... yo... No he querido decírselo a nadie, pero yo...
-Tu...
-Yo... Estoy...
- ¿Estás...?
-Mmmm... yo...
- ¡Por la Madre Tierra! ¡Hombre, habla de una vez me tienes cardíaca!
Alba y Livie sacudieron sus cabezas ante la impaciencia de su hermana menor.
-Yo... ¡Estoy perdiendo mis poderes!
- ¿Qué? ¿Cómo lo sabes?
- ¿No han visto todo este desastre? ¡Solo quería redecorar, no convertir el palacio en la guarida de un dragón! Cuando quise corregir mi error la cosa se puso peor y desde ese día he preferido no hacer ningún conjuro por miedo a ocasionar un problema mayor.
- ¿Por qué no nos lo dijiste?
-Porque no quería decepcionarlas.
El agarre de Livie se hizo más efusivo.
-Mi niño, jamás nos sentiríamos decepcionadas de ti, al contrario, tú y tus hermanos son nuestro máximo orgullo y el motivo por el cual seguimos en la tarea de enseñar la magia.
-Eso es cierto Seokjinnie, aunque tengamos que soportar a engendros como esos tres chiquillos del Bosque Profundo.
¡Pobre Alba! Sus bellos ojos grises resaltaron con el rubor de sus mejillas ¡Podrían pasar mil años y jamás se acostumbraría a la personalidad deslenguada de su hermanita!
La hermosa líder de la casta de las hadas superó el bochorno y se dirigió al rey con la formalidad del caso.
-SeokJin sabes que te amamos y te respetamos en la misma medida porque eres un buen soberano para Magia, así que haremos lo que esté a nuestro alcance para ayudarte a superar este impase.
- ¿Saben que las adoro?
Las hermanas contestaron a una sola voz.
- ¡No más que nosotros a ti!
Jin vio maravillado como sus amigas se transformaban en tres delicadas y pequeñas criaturas que brillaban con su color característico, pudo sentir como cada una se acercaba a su rostro y depositaba un beso en su nariz y luego combinaban sus colores creando una esfera de luz que emitía una cálida y resplandeciente luz púrpura.
Las tres vocecitas que lo saludaron al llegar se despidieron con el cariño que las caracterizaba.
-Esto es para ti dulce Seokjinnie, que sea el faro que te guie hacia la serenidad que necesitas para reactivar la magia, creer en ti mismo y recuperar el gran poder que tienes.
¡Adiós Majestad y no dudes en llamarnos para lo que necesites!
- ¡Hasta pronto haditas, mis Chicas Superpoderosas!
Las lucecitas se evaporaron llevándose la voz de Carmine.
- ¡Nos debes una explicacióoooooon!
No pude resisistir la tentación de poner la participación especial de la pequeña maknae line🤭🥰
zrl1825
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