La luz regresó instantes después, llenando el cuarto de prácticas con una aparente normalidad que en verdad no existía:

Leo-hyung aún tenía su apariencia como dragón, con las escamas en su rostro y sus ojos amarillos. Había dos espejos rotos, uno de los cuales aun me rodeaba, y Hongbin seguía recostado en el suelo.

Me levanté de manera cuidadosa, Ken-hyung se apresuró para sostenerme.

—Con cuidado, Ravi-shi, ¿estás bien?

—Sí, tranquilo, ¿cómo está Hongbin?

Los dos nos acercamos hasta que quedamos igual arrodillados a su lado, Leo estaba revisándolo mientras Hyuk no despegaba la mirada sorprendida de él, y lo entendía pues su imagen era sorprendente. Asintió una vez, como respondiendo a sus propios pensamientos, antes de extender una de sus palmas hacia arriba.

Comenzó a cantar entonces, no era la canción mágica con la que atraía el agua, ésta tenía una tonalidad y un ritmo diferentes, el escucharla me relajó bastante, logrando que me olvidara del dolor. En su palma apareció una pequeña gota de agua cristalina que comenzó a crecer.

Cuando la esfera tuvo el tamaño de una pelota de tenis Leo hyung se inclinó para levantar un poco el rostro de Hongbin.

—¿Qué, qué haces? —le preguntó Hyuk, preocupado.

Leo lo miró algunos instantes, aunque no detuvo su canción, luego de esto movió su mano de manera que la esfera de agua entró por la boca entreabierta de Hongbin. Vimos como tragaba antes de hacer algunos guiños para despertar. De inmediato Leo se alejó un poco e hizo señas a Hyuk para que se acercara.

Hongbin despertó de golpe, boqueando como si no hubiera respirado en mucho tiempo, y se aferró a los brazos de Hyuk con fuerza excesiva mientras el menor intentaba confortarlo con palabras cálidas, asegurando que todo estaba bien.

Mientras tanto, Leo se volteó hacia Ken y hacia mí.

—Ahora déjame curarte a ti, —me pidió.

Asentí, antes de voltearme para que viera los cortes que me había hecho en la espalda.

—Creo que estoy bien, sólo me cortó un poco pero no me duele... —Ken tocó una de las heridas, dejando a la vista mi mentira— ... mucho.

—Anda, ven.

Ken me ayudó a quitarme la playera, incluso arrancó un pequeño trozo de vidrio que se había quedado en mi hombro izquierdo. Intenté contener el quejido que ocasionó para no preocupar a los demás, cosa que aparentemente no conseguí.

—¿Seguro que no es mejor llevarlos al hospital, TaekWoon hyung? —preguntó Ken mirando mi espalda.

Me extrañó un poco pues Ken nunca hablaba tan formal con Leo, con ninguno de nosotros para el caso.

—No es necesario, me haré cargo. Después les explicaré todo, —aseguró antes de comenzar de nuevo con su canción sanadora.

Suspiré con satisfacción, cerrando los ojos, de nuevo el dolor había desaparecido y sólo sentí alivio cuando el agua fría de Leo me tocó la espalda, limpiando los cortes que me había hecho. Ken miraba todo con los ojos sumamente abiertos.

Luego de que terminara de limpiarme, creó otro bonchecito de agua para que lo bebiera, para ese momento Hongbin ya se había tranquilizado y junto a Hyuk se acercaron a nosotros. De manera que, al final, quedamos los cinco sentados en círculo, mirando a Leo. Él había vuelto a su apariencia normal y miraba el suelo en aquel momento, no pude contener una sonrisita al recordar lo poco que le gusta ser el centro de atención.

—Bu... bueno, pregunten lo que quieran... —susurró con esa misma voz bajita.

—¿Qué eres? —preguntó primero Ken.

Noté que Leo se sonrojaba, no levantó ni la vista ni la voz al contestar. "¿No crees que soy un monstruo?" recordé que me había preguntado cuando yo lo descubrí

—Soy hijo de Ao Guang.

—¿Te refieres al dios dragón? ¿De verdad? —preguntó Hongbin sorprendido.

Leo levantó por fin la mirada para verlo, sorprendido y aún sonrojado.

—¿Lo conoces?

—Su nombre salía en uno de los videojuegos que acabé hace tiempo, —levantó un pulgar sonriendo, ese era en definitiva el Hongbin habitual—, es uno de los cuatro dioses dragón que gobiernan el mar, si no mal recuerdo Guang es el del oeste ¿no?

Leo asintió.

—Casi, en realidad él gobierna el mar del este.

—Entonces, ¡tú eres un dragón! —exclamó Ken, emocionado tal como yo había esperado.

—Solo la mitad, mamá sí es humana.

—Increíble... —murmuró Ken.

—¿Qué fue lo que pasó con HakYeon? —preguntó de pronto Hyuk, su tono duro hizo que Leo volviera a bajar la vista.

Se hizo un tenso silencio antes de que Hongbin le diera un ligero golpe al menor en la nuca.

—¿Desde cuándo le hablas así a nuestros hyungs? Debes ser más respetuoso —le riñó.

—Pero ellos son... —Hongbin le interrumpió con un nuevo golpe.

—No digas nada de lo que te arrepentirás después.

—Pero, ellos... —el golpe se repitió—, ¡Basta ya!

—Tranquilos chicos, no es necesario pelear —intervino de nuevo Leo—. Les explicaré al menos lo que sé. No estoy muy seguro, pero parecía ser el poder de BaiHu.

—¿BaiHu? —pregunté, recordando que ese era el nombre que había dicho antes.

—Sí, es otra bestia divina. El tigre blanco que representa el punto cardinal del oeste, BaiHu tiene dotes sobre el aire principalmente y un poco sobre la electricidad... —Se quedó pensativo de pronto.

—¿Y qué tiene que ver eso con HakYeon hyung? —preguntó Ken.

—No estoy seguro, pero tengo una teoría. Para que la entiendan, primero debo explicarles que hace mucho tiempo, los dioses utilizaban el poder que les otorgaban las creencias humanas para poder influenciar en el mundo físico y así mantener equilibrada la naturaleza.

>Pero esas creencias se han ido perdiendo con el tiempo, así que ellos buscaron otra forma de mantener su influencia, es así que tomaron una forma física para procrear con los humanos. Así nacimos nosotros, nuestra misión es mantener esa influencia del poder de nuestros padres para que la naturaleza siga equilibrada y en funcionamiento.

>Solo el primero de los hijos es el que hereda el poder, si llega a procrear de nuevo los siguientes hijos serían normales, por así decirlo. El gen divino puede mantenerse pero no despertará a menos que los portadores originales mueran.

>Por ejemplo, si yo muero es probable que Minyul herede el poder y la responsabilidad como dragón del este, al menos hasta que Ao Guang baje de nuevo.

>Así que mi teoría es esta: si Yeonie tenía el gen de BaiHu dormido por algún lado de su familia y el sucesor del dios tigre murió, es probable que él sea el mejor sucesor y por eso despertó en él.

Leo terminó su narración, los otros cuatro estábamos embebidos en su narración y terminamos suspirando al mismo tiempo.

—Eso explica por qué estaba tan asustado, si no sabía nada y de pronto sintió aquello es comprensible. Debemos encontrarlo y ayudarlo —dijo Hongbin luego de algunos momentos en silencio.

Leo asintió una vez, mirándonos a cada uno de los ojos.

—Lo entiendo, pero no podemos ir todos, iré a buscarlo para ayudarlo, pero ustedes se quedarán aquí.

—¿Qué? ¡No! Quiero ayudar a hyung, y si somos más podremos encontrarlo más fácil —Hongbin parecía decidido.

—Es peligroso, viste lo que te hizo. Como dios del aire, él tiene control sobre el aliento de vida de los humanos, puede arrebatarlo sin darse cuenta.

—No, él es nuestro hyung, somos una familia. Sí, sé lo que hizo pero solo fue porque estaba asustado, él no nos dañaría a propósito, estoy seguro.

Leo cerró los ojos por un momento, hubo una ondulación casi imperceptible en el aire mientras volvía a tomar su forma divina. Hyuk y Ken contuvieron el aliento por unos momentos, y aunque yo ya estaba algo más acostumbrado a eso seguía quedando embelesado por la belleza de su forma.

Me sorprendí un poco al escuchar la risa de Hongbin.

—¿Intentas asustarme?

Leo parecía igual de sorprendido que yo.

—Em... sí, en realidad sí.

Ante su respuesta tan honesta, Hongbin volvió a reír.

—Pues no funcionó, sigo bastante seguro de querer ayudar a N hyung. Ni tú ni él parecen realmente temibles, él se veía asustado y tú pareces bello, así que ninguno me da miedo.

Tuve una extraña sensación en el pecho al escuchar sus palabras aunque no pude definirla bien; claro, yo también pensaba que TaekWoon era sumamente bello y más con su forma de dragón, pero el que Hongbin se lo dijera tan así y que Leo se sonrojara por esas palabras, no me gustó mucho.

—De todas formas saldremos a buscarlo en cuanto te vayas, así que lo mejor es coordinarnos y salir juntos.

Leo suspiró y se rascó la nuca, pero era inútil, todos estábamos decididos.

—De acuerdo, iremos. Tú, Hyuk y Ken vayan juntos, yo iré con Ravi; si llegan a encontrarlo es importante que nos llamen de inmediato antes de hablar con él.

>Quizá tengas razón y no quiera dañarlos, pero si se sale de control no podrá evitarlo y eso sólo lo hará sentir peor. Además... hay algo más que debo advertirles.

—Nos dirás que no le digamos a nadie ¿verdad? ... hyung —añadió Hyuk al ver la mirada que le dedicaba Hongbin—, es demasiado cliché que lo hagas, es obvio que no vamos a decir nada.

—Gracias, pero no lo digo sólo por nosotros. La razón por la que nunca les había dicho nada, además de lo fantástico que suena todo, es que existen humanos que buscan el poder de los dioses, y son bastante más peligrosos, así que tengan cuidado con lo que dicen.

Los cuatro asentimos ante sus palabras antes de que cada uno fuera a buscar sus abrigos y demás cosas que pudiéramos necesitar. Leo me acompañó a mi habitación por mis cosas.

—¿Ves? Te dije que se lo tomarían a bien... quizá Hyuk está un poco tenso pero dale tiempo, —le dije, le media sonrisa con que contestó a mis palabras calentó mi pecho.