하나
Estoy masticando la goma de mi lápiz por tercera vez consecutiva en los primeros quince minutos de clase, ¿qué cuál es la razón? Ah, claro. Que a el maldito pero guapo profesor se le había ocurrido la grandiosa idea de ponernos un examen sorpresa.
Pero eso no es el colmo, mi frustración se hizo presente cuando mencionó que sería en dúo y me emparejó con el chico: a mí no me mires, házlo tú.
¡Ah, qué generoso es el profe Kim por ponerme con este tonto!
—Tss, qué bazofia. —Gruñí mordiendo de nuevo el borrador de mi lápiz, le eché un vistazo a la hoja de papel y como era de esperarse, los ejercicios se veían jodidamente difíciles.
Maldita sea la hora que se saltó de clase, seguramente no estaría pasando por esto.
—¿Pasa algo, Jeon? ¿El examen es demasiado para ti?
La voz gruesa y áspera del profesor me hace salir de mi crisis existencial, trago saliva con nervios y me apuro a negar con la cabeza.
—Para nada, señor Kim.
—Bien, siga con su examen y evite morder ese lápiz. Eso no lo hará saber las respuestas. —Menciona dedicándome una sonrisa pícara y por un segundo puedo divisar que sus orbes se desvían hacia mis labios.
Esperen, ¿acaso se burla de mí? Ah, ese insolente profesor.
—Ya oíste, termina ese examen antes de que al desgraciado se le ocurra reprobarnos. —Me susurra Yugyeom a un lado mío, estoy pensando seriamente en empujarlo fuera de mi butaca, ugh.
—"¿Termina?" Vas a ayudarme o te dejo fuera, yo no soy tu amigo ni tampoco los idiotas que te hacen las tareas.
La expresión sorprendida de Yugyeom pasa a ser una furiosa en cuestión de segundos, parece que no se esperaba que fuera a responderle de esa forma. Conmigo se topa en una gran pared porque yo no me dejo intimidar por absolutamente nadie.
Oh, qué sorpresa. La mano de Yugyeom sostiene el cuello de mi camiseta con fuerza mientras me mira amenazadoramente.
—Vas a hacer el maldito examen, Jungkook.
—Quita tus sucias manos de mi camiseta ahora. —Le exijo mirándolo igual de enfadado, los murmuros que se escuchan hace que reaccione.
Y efectivamente todos están observándonos, incluyendo el profesor Kim que parece molesto con la pelea.
—¿Qué está pasando? ¿Hay algún problema, Jeon?
—Oh, profe. No se moleste, Yugyeom es salvaje por naturaleza.
Y yo sólo atino a reírme como un maniático, Yugyeom me mira furioso y cuando está a nada de golpear mi preciosa cara, el profe Kim sostiene su puño para evitarlo.
—Los dos a dirección ahora.
—Pero-
Taehyung me advierte con una mirada para que no me atreva a decir algo más, Bufo mientras camino hacia a la puerta con frustración, detrás de mí venía Yugyeom y después el profesor.
—Esperen aquí sentados, iré al salón y luego vuelvo. —Mencionó el profesor Kim dándose la vuelta para ir al salón, exhalo tranquilamente y trato de mantenerme lo más alejado del idiota de Yugyeom.
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Es una basura, una completa basura.
Llevamos esperando casi una maldita hora afuera y el director Min ni siquiera abre la puerta, para el colmo, el profesor Kim ya no se apareció más.
—Oye, Jungkook.
—No.
Yugyeom frunce el ceño mirándome.
—¡Ni siquiera sabías lo que iba a decir!
—No me importa. —Le digo con irritación y harto de la casi hora soportando los silbidos de mi neandertal compañero, me pongo de pie y abro la puerta sin importarme. Si van a regañarme, que sea completamente entonces. —Oiga, ¿por qué tarda tanto? Estoy casi meand- ¿Hoseok?
—¡Jungkookie-ah!
—¿También te metiste en problemas?—Le cuestiono entre risas, Hoseok está muy sonrojado y asiente de manera frenética.
—Tengo que irme, ¡adiós director Min! Gracias por su atención.
Hoseok sale apurado de la dirección y yo me siento en la silla que está al frente del profesor Min, Yugyeom entra unos segundos después.
—¿Qué hiciste?—Cuestiona el director tajante, su semblante duro logra ponerme muy nervioso.
—¿Yo? Pregúntele al animal este.
Min pone su mirada en el tembloroso de Yugyeom, parece que va a hacerse pipí en cualquier momento.
—Kim Yugyeom, ¿qué hiciste?
—E-Es que Jungkook se negaba a ayudarme en el examen y me enfadé porque se supone que es en equipo.
—¡Ni para mentir eres listo!
—Jeon, ¿cuál es tu versión?
La puerta se abre con lentitud y el profesor Taehyung aparece para colocarse detrás de la silla en donde estoy sentado, miro su expresión y parece muy tranquilo que da miedo.
—Este bruto casi golpea mi hermosa cara por negarme a hacer el examen completo, ¿qué creías? ¿Qué iba a hacer tu tarea como a los idiotas lame botas que tienes detrás tuyo?—Expreso con molestia observando al neandertal de Yugyeom que parece sorprendido de que lo acusara.
—Estarás en detención dos semanas. —Es todo lo que dice el director Min para Yugyeom, ni siquiera lo piensa. —Para ti nada, Jeon. Puedes regresar a clases y mencionarme si hay otro incidente así.
—Gracias, director Min. —Murmuro levantándome de la silla sin mirar a ninguno, me salgo de aquella habitación dispuesto a volver a mi aula.
—Jeon, ven un segundo.
La voz de mi profesor me pone un alto y me giro para verlo, ¿y ahora qué? Seguro y este si va a regañarme.
—Yugyeom, ya que te gusta tanto obligar a las personas a realizar tu trabajo. Vas a ayudarle a todos los del primer año en matemáticas. —Le explica el profesor Kim ásperamente, no parece tentarse el corazón ni siquiera al escucharlo disculparse. —Ahora vuelve a la aula, rápido.
Mi compañero desaparece del pasillo y yo no puedo evitar sonreír victorioso, al fin alguien le pondría un alto al idiota de Yugyeom.
—¿Me necesitaba, profesor?
—Quedas excento en este examen, Jeon.
—¿Qué? ¿Por qué?—Cuestiono buscando algún indicio de broma en sus palabras, la mirada tranquila que me dedica me hace saber que no está bromeando. —¿Está seguro?
—Eres mi mejor estudiante, Jungkookie-ah. Hoy eres libre, sé que el altercado de hace un momento te altero así que no quiero que mi estudiante estrella este estresado. —Aclara posando sus intimidantes orbes por segunda vez en mis labios, los muerdo a causa del nerviosismo y el parecer tragar saliva. —Te veo en clases, toma algo de agua y luego regresas.
—Gracias, hyung.
La media sonrisa que me regala es todo para que pueda respirar aliviado, vaya, ¿quién diría que el profesor Kim no me odia? Esperen, ¡dijo que era la maldita estrella del salón!
Ah, Jeon Jungkook, ese soy yo. El mejor.
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—Entonces, ¿ya vas a decirme por qué estabas en la oficina del director Min? Tú nunca te metes en problemas, ni siquiera por error. —Señalo a Hoseok mirándolo con recelo, él se ríe nerviosamente y yo me llevo ese delicioso hot dog que me hace ojitos a la boca.
—Si te digo, ¿vas a prometerme que no dirás ni una sola palabra?
—¡Prometido!
Hoseok me golpea en el hombro y yo me quejo con media comida en la boca, él hace una mueca asqueado y yo trato de comer tranquilo.
—¡Es en serio, Jungkook-ah! Debes prometerlo bien porque estaré confiando algo muy intimo. —Me dice con preocupación, yo termino de masticar mi delicioso almuerzo y lo miro con atención.
Vaya, ¿tan seria era la cosa?
—Lo prometo, sabes que nunca diría algo tuyo. Esto es un secreto de confesión, habla pecador. —Murmuro para quitar ese feo silencio y incómodo que hay en nuestra mesa. —¿Qué, qué? Habla. ¿Ya no eres virgen? Por dios, Hoseok. ¿Te atraparon en el baño con Seokjin? Te dije que en el baño no porque hay orina y-
—¡Aigoo! No es eso, ya cállate un segundo.
Levanto mis manos en señal de paz y hago un ademán para que proceda a hablar, Hoseok se sonroja y parece dudar.
—Habla ya, me da miedo la seriedad.
—El director Min es mi papi.
—¿Qué?! ¿Es tu padre?—Grito casi atragantándome con el pollo frito de mi almuerzo, Hoseok parece que va a explotar de lo rojo que está pero niega con su cabeza frenético.
—¡No, imbécil! Es mi sugar daddy, por favor, no vayas a gritar o te juro que te meto ese pollo frito por-
—¿Sugar daddy? ¿De esos viejitos que te pagan por el rabo?
—¡Jungkook! No todos son así, no seas tonto. —Él murmura golpeando mi brazo con molestia, me quejo bajito porque si me ha dolido. —Pero técnicamente sí, de esos.
—¿Y cómo es? ¿Te compra cosas?
Hoseok sonríe presumido y me muestra su cartera Gucci, yo abro la boca sorprendido y casi me muero del infarto.
—¡No jodas, Hoseok!
—Síp, mi papi me compra cada cosa que yo quiera tener, absolutamente todo.
—¿Y cuál es el truco?—Le cuestiono dándole un sorbo a mi soda, él guarda su cartera de vuelta a la mochila y suspira tranquilo.
—No hay truco, Jungkookie-ah. Bueno, hay cierta reglas mínimas pero nada del otro mundo.
Hoseok come de su fea ensalada y yo hago una mueca mientras lo observo, ¿es todo lo que comerá? Yo como algo así y en lugar de llenar mi apetito, lo aumenta al triple.
—Jungkookie, no le doy mi florecita aún por si eso piensas, no seas un tonto.
Y yo me río a grandes carcajadas mientras Hoseok come su ensalada, ah, tenía tanto que digerir sobre mi mejor amigo teniendo como sugar daddy al director Min.
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