Un suspiro sale de mis labios mientras trato de removerme en la incómoda silla, tengo varios exámenes por revisar y ya estoy de un humor del infierno.

Observo el reloj colgado en la pared y decido parar por un rato, al menos tomaré un buen descanso en este receso.

Me levanto de la horrible silla finalmente y dejo los exámenes en el escritorio, ya después terminaré de revisar las respuestas estúpidas de mis alumnos.

Suena cruel pero es verdad.

Y yo Kim Taehyung, no me callaba mis pensamientos. Incluso si estoy ahora mismo solo en el aula.

Salgo por la puerta para caminar por los pasillos de la universidad, en el camino me encuentro al director Min así que le brindo una pequeña reverencia antes de seguir con mi camino.

Mis ojos captan la presencia de los alumnos que hace unas horas se pelearon, puedo observar a Kim Yugyeom lloriquear mientras le explica por tercera vez los ejercicios a los de primero. Por otro lado, veo a Jungkook charlando con su amigo, ese del que nunca se separa.

Me sentaré en una de esas bancas para descansar, estoy tan agotado que podría dormir aquí mismo.

Jungkook se lleva la lata de soda a sus labios dando un gran sorbo y cierra sus ojos fuertemente, Hoseok bufa por las acciones de su amigo.

—Yah, deja de fingir que eso es cerveza, es soda.

—Entonces, ¿me estás diciendo que el director Min te costea todo lo que quieres? ¡¿El director cretino?!

—¡Grítalo, Jungkook, grítalo!—Le pegó Hoseok malhumorado mientras comía de su ensalada, odiaba algunas reglas que su papi ponía.

—Ya, ¿cuál es tu secreto para conseguirlo? ¿Le das el rabo, verdad?—Bromeó Jungkook codeando a su amigo, a unos metros el profesor Kim quien recién pasaba por el lugar, se sentó en una de las bancas vacías mientras intentaba concentrarse en otra cosa que no fuera la conversión que ambos tenían. Al parecer esos dos aún no notaban su presencia, parecían estar chismeando.

¿Qué estarán tramando esos dos? Pensó.

—¡Oh, por dios! ¡Eres un imbécil!

—Estoy decidido, Hoseok. Quiero un maldito papi.

El muchacho pelirrojo abrió la boca más sorprendido que nunca, casi se atraganta con la ensalada si no fuera por la botella de agua que estaba cerca.

—¿Es una broma? Jungkook, si esto es una broma, te juro que-

—¡No es una broma!—Se apresuró a responder el pelinegro con algunas papas fritas en su mano.

—¿Por qué? ¿Necesitas dinero? Sabes que puedo prestarte lo que quieras-

Jungkook negó.

—En realidad no, pero me gustaría tener algunos lujos, ¡el otro día había una camiseta muy cool que no pude comprar! Era eso o la próxima colegiatura.

—Pero hay ciertas reglas dependiendo del contrato, ¿estás seguro?—Cuestionó Hoseok mirándole con preocupación, el pelinegro chasqueó la lengua restándole importancia.

—¿Qué tan malo podría ser?

—Depende del papi que quiera solicitarte o tú a él.

El timbre sonó indicando que era hora de volver a las clases, Taehyung se apresuró esconderse para no ser visto por sus dos alumnos. Los vió perderse por el pasillo, seguramente ya habían entrado al aula de clases.

No podía dejar de pensar en lo que acaba de escuchar.

Eso sí que le sorprendía, ¿su alumno estrella buscando un sugar daddy que pagara sus caprichos? ¿El alumno del diez? ¿El alumno inteligente y egocéntrico? Vaya, nadie se lo imaginaría. Ni siquiera él.

—Esto si que es una noticia muy interesante.

두

Había pasado casi una hora desde que las clases terminaron, Jungkook y Hoseok estaban en la residencia del primero porque la del pelirrojo estaba muy lejos y eran muy flojos para caminar.

—¿De verdad que estás seguro de lo que vas a hacer, Jungkook-ah?

—Ya tengo diecinueve, Hoseok. Y pago todo por mi mismo, creo que ahora me merezco algunos lujos extras y besitos. —Murmuró el pelinegro tirándose exageradamente en la cama, a la vista estaba la laptop encendida y con una página abierta.

—Bueno, ¿ya ingresaste todos tus datos? ¿Foto de perfil? ¿Todo lo necesario para poder registrarte?—Cuestionó con su teléfono en la mano, Hoseok había cancelado su cita con el director Min para poder venir ayudar a Jungkook su idea o en este caso, para convencerle de no hacerlo.

—¡Sólo hace falta un click!

—Entonces házlo, vamos, no seas cobarde.

El pelirrojo intentó usar alguna cosa de psicología inversa aunque ni siquiera sabía de eso, lo había visto en un tik tok. Su boca se abrió en sorpresa cuando Jungkook hizo el esperado click en la laptop sin siquiera dudarlo un poco, oficialmente estaba registrado en aquella página.

Sólo era cuestión de esperar y pronto tendría solicitudes de varios hombres, con suerte, podría encontrar alguno joven.

—¡Maldito demente! ¿Cómo te atreviste a hacerlo? ¡Oh, por dios!—Hoseok soltó un chillido pegándole con la almohada varias veces, Jungkook se quejaba mientras intentaba taparse el rostro.

—¡Tú me dijiste que lo hiciera! Hasta me retaste y todo. —Le respondió señalándolo de manera acusadora, el pelirrojo se detuvo unos instantes mirándole con enfado.

—¡Era psicología a la inversa!

—¿Y yo cómo demonios iba a saberlo? Pensé que era un reto, ¡sabes que soy tonto y acepto todo lo que sea!

Jungkook observó como su mejor amigo se tiraba a la cama entre un gran suspiro dramático, alzó una ceja y su curiosidad despertó.

—Además, ¿qué tiene de malo? Tú dijiste que te costean cosas por unas horas de compañía.

—Sí, pero..

—¿Qué es lo que te preocupa? Dilo de una vez o calla para siempre. —Mencionó el pelinegro picoteando el rostro del contrario, Hoseok soltó una risita y lo jaló de la mano para que se acostara a su lado.

—Es sólo que es probable que te encuentres a mucha gente muy rara o loca, no quiero que un viejo de cuarenta este ligando a mi mejor amigo. —Soltó finalmente con preocupación, Jungkook lo notó pero prefirió no preguntar nada al respecto. —Además son muy pocos los que quieren compañía, Kook. La mayoría busca sexo.

—¡Mira el lado bueno! Un viejo de cuarenta sería genial para que termine de criarme.

Hoseok explotó en risas cuando escuchó sus palabras, por dios, ¿realmente era su amigo este idiota?

—¡Qué asco, Kook!

—No te preocupes tanto, tengo casi veintidós años, no soy idiota. —Le dijo aplastando sus mejillas, el pelirrojo se removió brindándole un manotazo.

—Tienes casi veintidós y sí eres idiota.

—¡Hey!

Jungkook le miró indignado y se apartó de inmediato de su mejor amigo, Hoseok rió por lo dramático que era.

¿En serio este infante iba a cumplir veintidós?

Ambos estaban listos para continuar con su importante pelea de tontos pero el ruidito de la laptop indicando una notificación les hizo parar en seco.

—¿Oíste eso?

—¡Yah, efectivamente escucho el sonido del éxito!