[EXTRA:01]
Jimin sonrió cuando vio a YoonGi junto al hijo de Solar, aquella imagen se le hacía tan perfecta y hogareña que algo dentro de él se sintió un tanto apenado por el hecho de querer secuestrar al pequeño hijo de la prima de YoonGi para que viviera con él y YoonGi.
El tema de los hijos había quedado suspendido en el tiempo por un largo, largo rato. Habían vivido una luna de miel más caliente que decente, habían tenido el tiempo suficiente para trabajar en conjunto, salir juntos, ver películas o simplemente convivir con sus amigos más cercanos.
Pero ahora, sentía que había un algo que hacía falta. Ahora que veía la mirada iluminada de YoonGi al cuidar de aquel bebé, sabía que aunque YoonGi no lo dijera en voz alta; quizás él quería tener a un pequeño al cual consentir y mimar.
— Tu alfa me está llenando de babas a mi hijo, llévatelo. — La voz risueña de Solar se escuchó a su lado. Jimin rió por el tono burlón empleado por la omega. — Por lo menos, cuando quiera tener momentos con mi esposo sabré a quién llamar.
— ¡Te estoy escuchando! — Exclamó YoonGi desde su lugar. — Por este cachorro es que vengo a visitarte, bruja. — La omega rodó los ojos mientras negaba.
— No sé cómo puedes soportarlo. — Susurró a Jimin. El rubio sonrió mientras veía a su pareja.
— Porque lo amo. — Mencionó tan sincero que Solar sintió un escalofrío al escucharlo. Sin embargo, notó un leve olor agrio provenir por parte del alfa, cuando quiso preguntar qué pasaba el pálido se adelantó.
— Jimin-ah, ¿te pasa algo? — La fija mirada del pálido recayó sobre el menor. Este negó mientras fruncía un poco el ceño.
— Solo me duele un poco la cabeza. — Mintió. — Iré con Solar-ssi para tomar una pastilla. — El pálido le observó fijamente. No le creía en absoluto pero lo dejó pasar.
Luego lo averiguaría.
...
YoonGi observó con curiosidad al alfa a su lado, habían pasado veinte minutos exactos de haber salido de casa de Solar y Hoseok para regresar al apartamento que ambos compartían y Jimin no había dicho nada durante todo el camino que habían recorrido.
En todo el año que llevaban de casados, había conocido muchas facetas del menor. Como todo matrimonio, hubieron días en los cuales el buen tiempo estuvo de su parte, pero también hubieron días en los que ambos estuvieron gritándose más de lo necesario gracias a lo impulsivos que podían llegar a ser.
Eran dos alfas enlazados, nadie le garantizó que todo sería color rosa. Incluso su mamá había estado recomendándoles que no cedieran tanto ante sus lobos y los deseos de estos por querer hacer ver su punto de vista por encima del otro. Pero por más que tuvieron la advertencia, no pudieron hacer mucho.
— ¿Te sientes bien? — Preguntó el pálido desviando su mirada de la calle frente a él por un momento.
— Estoy bien. — Susurró el contrario sin ánimos de querer decir más nada. YoonGi quiso preguntar nuevamente pero el gruñido por parte del menor lo detuvo. — Ocúpate de conducir para que lleguemos al apartamento, quiero dormir. — Mencionó molesto. El pálido tensó la mandíbula para no decir nada fuera de lugar.
Por más que esperó en algún momento del recorrido que Jimin se disculpara por la forma de hablarle, el menor en ningún momento lo intentó, incluso parecía ignorarle. Cuando llegaron al edificio en donde vivían, Jimin ni siquiera esperó a que estacionara correctamente el carro.
Simplemente se bajó y se fue.
Jimin se encerró en el baño mientras cerraba los ojos con molestia y empezaba a deshacerse de la ropa que llevaba puesta. Había pagado su frustración con el mayor y sabía perfectamente que había actuado mal al responder de aquella forma ante la preocupación de YoonGi.
— Un hijo. — Susurró el rubio mientras abría la llave de la tina y se deslizaba en esta mientras negaba. — No podemos. — Suspiró negando mientras sentía el frío del agua rodear su cuerpo. El sonido de la puerta se escuchó y Jimin esperó a que YoonGi se acercara al baño en su búsqueda.
Pero simplemente no pasó.
...
El rubio avanzó en silencio por la habitación mientras veía el cuerpo que aparentemente dormitaba sobre la cama. Una sonrisa triste adornó su rostro al ver el ceño fruncido del mayor. Sin detenerse a colocarse alguna ropa, -más que la bata de baño que cargaba puesta-, se acostó en la cama con el mayor mirándole de frente.
— Lo siento. — Susurró en voz baja mientras masajeaba la frente del mayor intentando desdibujar las pequeñas rayitas que se hacían presente en la frente del pálido. — Te amo. — Susurró.
— ¿J-Jimin-ah? — Cuestionó el pálido en voz baja, casi soñolienta. — ¿T-Te sientes mejor ya? — Preguntó preocupado mientras observaba el semblante triste en el rostro de Jimin. — ¿Q-Que pasa?
— Te amo. — Susurró el rubio sincero. — Estaba un poco frustrado YoonGi, solo tengo demasiadas presiones y... — El pálido negó mientras acercaba su rostro hacia el contrario y probaba de forma lenta al menor. Jimin gimió de forma necesitada mientras enlazaba sus manos junto a las del mayor y las dirigía hacia el agarre de la bata. — Te quiero conmigo.
— ¿Por qué me haces esto? — Rió el pálido mientras desataba el nudo de la bata y se encontraba con el desnudo cuerpo del menor.
— Lo bueno de las peleas son las reconciliaciones. — Susurró Jimin. — Hazme tuyo, quiero tenerte dentro de mí. — Musitó de forma lenta. YoonGi sonrió antes de colocarse sobre el expuesto cuerpo y adueñarse de los labios del contrario. El rubio rápidamente envolvió la cintura del contrario con sus piernas mientras sus manos se enredaban en la negra cabellera del pálido y se entregaba al beso de forma necesitada.
Quería olvidarse de todo lo que no podía ofrecer en ese momento.
...
Sora no pudo pasar desapercibido el semblante decaído de Jimin, los dos se habían reunido para que el menor le ayudara con algunas cosas de la campaña que no lograba entender. Aunque Jimin estuvo trabajando al 100% para tratar de engañar a la mujer, la alfa lo había notado desde que había llegado esa mañana a la empresa.
— ¿Qué te pasa? — Fue una pregunta directa. Jimin le observó.
— Estoy actuando como un idiota con YoonGi y luego soluciono todo con sexo. — Respondió Jimin recordando el percance de días atrás y algunos otros que hubieron después.
—¿Por qué estás siendo un idiota? — Preguntó la mujer dejando de lado su trabajo. Jimin suspiró.
— Quiero un hijo. — Expresó. — No sé cómo pasó, quizás es por la emoción que veo en YoonGi cuando se acerca a los niños, yo no puedo hacerlo, no puedo darle un hijo... — Sora sonrió de forma comprensiva.
— No creo que YoonGi quiera un hijo, ¿Se lo preguntaste? — Jimin negó. — ¿Entonces solo estás haciendo estragos porque sí?
— Usted no lo ha visto. — Musitó Jimin. Sora rió.
— YoonGi siempre es así con los niños. — Explicó Sora. — Fue hijo único, siempre quiso tener un hermano, siempre pensé que cuando tuviera una pareja y... — La alfa calló al ver la expresión del rubio.
— Estoy jodido. — Musitó. Sora negó.
— De ninguna manera, solo háblalo con él y busquen una solución. — Sonrió la pelinegra. — Te aseguro que todo estará bien.
...
— ¿YoonGi? — Preguntó Jimin cuando entró a la oficina. El mayor de los dos le observó con cuidado. Aquellos días Jimin había tenido un carácter tan voluble que hasta le daba miedo estar a su lado.
— ¿Pasa algo Jimin-ah?
— Lamento mi carácter de mierda durante estos días. — YoonGi asintió mientras se levantaba de su asiento y avanzaba hacia al menor. — Sé que estoy actuando mal, lo siento.
— Hay días buenos y días malos, Jimin-ah. No hay problema. — Susurró. — Te amo. — Sonrió dejando un beso en la frente del menor.
— Quiero decirte algo. — Mencionó el menor. YoonGi le observó curioso.
— ¿Vas a pedirme el divorcio ahora? — Preguntó divertido. Jimin negó.
— De ninguna manera. — Sonrió. — Solo quería saber si ha cambiado algo sobre el tema de los hijos. — YoonGi frunció el ceño confundido. — Quiero... Quiero saber si tú... — YoonGi negó mientras veía al menor.
— Ya te dije que eso no importa, no me veo cambiando pañales todavía. — Sonrió el pálido.
— Pero veo la forma en la que ves al hijo de Solar y... — YoonGi rió.
— ¿Quieres adoptar? — Preguntó el pálido. Jimin le observó fijamente. — Si tú quieres, yo quiero. — Susurró. — Podemos intentarlo.
— Lo quiero. — Mencionó Jimin seguro. — Quiero que tú y yo... Intentemos esto juntos.
...
Nadie se lo esperaba verdad jajaja.
Les traje un extra de esta historia porque me nació la idea de repente. Posiblemente tenga otro pero ese no sé cuándo lo publicaré.
Hasta luego.
Gracias por su cariño para Shameless.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro