JJK | 027.
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Gracias al cielo que tenía las manos dentro del bolsillo de mi bata, por qué podía sentir como temblaban por la inesperada sorpresa de tener a mi hija frente a mí. Pero, puedo asegurar de que no esperaba verme tampoco a mí aquí.
Quitó sus grandes auriculares de su cabeza y me miró, como si esperara a que yo dijera algo, o no lo sé, no sé qué es lo que ella puede estar pensando ahora mismo, al verme con el cabello hecho un desastre y solo con una bata encima con el frío que hace.
—Ah... yo... tú... ¿Qué haces aquí?
Me miró fijamente, levantando leve su ceja.
—Eh, bueno, he olvidado algo y por eso mi madre me ha traído.
—¿Sun Ah?
—¿Estás bien papi?
Cierto, estaba actuando como un tonto, pero realmente me sentía así por la inesperada llegada de ella. Al menos no llegaron cuándo estaba en pleno acto, se me caería la cara de vergüenza. Quise responder, pero miré a su madre acercarse, me pregunto para qué entró ella también.
No sé la forma en la que acabará esto, Chaeyeon se encuentra detrás de mí, detrás de la puerta seguramente escuchando todo, no me gustaría que se llegue a sentir mal o algo por el estilo.
—Eun, tardas demasiado —Miró a su madre, para luego ir en dirección a su habitación. Desee de todo corazón que se fuera, no quería ser descortés pidiéndole que saliera de mi casa, alguna vez esta fue la suya también. Pasé mi mano por mi nuca, viendo por el pasillo, pero sintiendo la mirada de Sun Ah sobre mí— ¿Ibas a dormir ya?
Nadie, ni yo mismo, me iba a imaginar que hace más de 3 meses iba a pensar en otra mujer que no fuese ella. Y aunque Taehyung suele decirlo con un tono burlesco, tiene razón, al fin me liberé por completo de ese sentimiento que me ataba a mi pasado, absurdo, por qué amor no era. Estaba equivocado sobre mi propio razonamiento. Atascado en la idea de que solo con la madre de mi hija podía estar, qué idiota.
—No.
—Es extraño. Antes me dejaste hablando sola, porque por lo visto tenías prisa para algo más importante que tu hija, pero te veo aquí, tan campante en una bata con un semblante dudoso.
Muchas dicen que los ojos de Eunchae eran como los de un siervo, casi como bambi, era gracioso por qué es lo que solían decirme a mí de joven. Pero la verdad, es que esa mirada, era la viva imagen de su madre cuándo la conocí. La niña tímida de la clase, pero la más hermosa y sobre todo, inocente, que me culpé durante todos estos años por haberla atado a mí a causa de un bebé.
—Dime lo que quieres decir en verdad.
Pero cuándo estaba por abrir la boca, escuchamos los pasos de Eunchae. Venía con un maletín, seguro se trataba de su laptop. Decidí acompañarla hasta la salida, ignorando a Sun Ah, que su mirada no me dejaba en paz. Por lo visto regresaría el lunes a casa, bueno, yo la iría a buscar a la escuela cuándo saliera.
Me quedé detrás del sofá después de recibir un corto abrazo de mi niña, para luego salir, menos la que de verdad debía irse. Se cruzó de brazos, viéndome fijamente.
—Hay alguien en la casa —No puedo entender cómo es que siente que sabe todo, bueno, ahora que veo el bolso de Chaeyeon en el sofá, tiene más lógica — ¿Estás con otra mujer?
—Sí —Dije secamente. Su gesto cambió repentinamente, tal vez pensó que yo lo negaría, o que no sería así, pero si tanto necesita escuchar esto para qué no siguiera entrometiéndose, es mi obligación hacerlo, no quiero malos entendidos por mentiras—. Estaba con ella justo cuándo llegaron, pero solo puedo decir eso, puesto que no tengo por qué darte explicaciones sobre mi vida.
Por más que quisiera disimular que no estaba enfadada, no podía, la conocía muy bien, más de lo que quisiera.
—Eres un descarado Jungkook, al menos hubieras ido a un motel. Esto que haces es tan bajo, cuándo nosotros aún...
—Te está esperando la niña, deberías irte.
Frunció los labios, mirando con esos ojos negros cristalizados. Resopló, para luego girar y salir de casa, casi tirando la puerta.
Caí sobre el sofá, cubriendo mi rostro con mis manos. No sé como sentirme, es tan contradictorio esto, pero me sabe tan mal pensar en la posibilidad de lastimar a Sun Ah. Cualquiera podría decir que ella ya no es nada, pero 17 años conociéndola, son tantos, más recordándola como mi primer gran amor, y la madre de mi hija. Y es que, estos sentimientos no son por qué yo siga sintiendo eso por ella, solo es un poco de empatía.
"Cuándo nosotros aún tenemos algo" Estoy seguro de que eso iba a decir. Ella no tuvo empatía conmigo hace años, cuándo ese compañero de trabajo la envolvió en que por lo visto estaba viviendo en una monotonía continúa, para después querer regresar conmigo. Me dolió. Eso no tiene que ver con lo que tengo con Chaeyeon, no es como si me estuviera vengando. Nunca pensé que volvería a sentirme así de enamorado por alguien, me sentía decepcionado, en cambio, más feliz en mis cosas.
Da igual, no importa lo que haya pasado. Pero tuve que haberle comentado, aunque sea a Sun Ah por encima, sin explicaciones, para no generar tantos conflictos que siento que serán más.
Chaeyeon, mejor debería pensar en ella. Me levanté para ir directo a la habitación, pero justo cuándo iba a subir los pocos escalones, la encontré detrás de una pared. Estaba solo con mi camisa puesta, casi sin abrochar. Traté de acercarme poco a poco, hasta que por fin obtuve su mirada.
—¿Escuchaste todo?
—Sí.
Su respuesta fue tan suave y baja, que si no hubiera visto sus labios, no hubiera escuchado. No me gusta para nada verla... podría decir qué decaída. Tomé su mano, la cual estaba demasiada fría, entonces me percaté que su nariz estaba roja, claramente se estaba muriendo de frío.
—Será mejor que vayamos a la habitación para qu...
—Durante el camino a su casa, me he sentido molesta, pero ahora lo estoy conmigo misma. Había pensado en la posibilidad de que destruí una familia, lo que me retenía y me alejaba de la posibilidad de que pensara en estar con usted, por eso...
—Chaeyeon no...
Vino a mí, colocando su mano en mi pecho. No entiendo correctamente el punto de esto, pero debo asegurar que me aterra.
—Director, sé que me confirmó muchas veces que no tenía nada con ella, pero la escuché tan mal cuándo le reclamaba, en verdad estaba dolida, como si nunca hubieran acabado lo que tal vez tenían.
Es que era así. Escondí el cuerpo de Chaeyeon entre mis brazos, dejando un beso en su cabeza. Me sentía como una completa basura. Ella tenía razón. Primero Sun Ah y ahora la hago sentir mal a ella, a mí Chaeyeon.
—Tú no tienes la culpa de nada, yo asumo esa responsabilidad, tuve que acabar con la supuesta relación que tal vez seguía teniendo con ella.
Sentí como sus manos me apartaron.
—Entonces, yo creo que sería mejor que termináramos la relación que tenemos, por qué me siento mal e...
—No —La miré indignado. Es una locura lo que acaba de decir, hasta sentí miedo al escuchar "terminar" y era fácil de responder, porque amaba Chaeyeon, tanto que me atemorizaba saber que ella no sintiera lo mismo—. No permitiré que pienses eso, no te dejaré ir tan fácilmente. Es que, ni siquiera, estamos haciendo algo malo. No estoy casado para que se llame infidelidad, ni estaba en una relación seria, entonces todo sería complicado, pero no lo es.
Tomé su rostro entre mis manos, dándole un corto beso en sus labios.
—Si quieres que te lo diga, para que de verdad entiendas lo que siento por ti, entonces quiero que sepas que no busqué besarte la primera vez para estar contigo por un tiempo ilimitado. Busco estar contigo por una larga temporada, hasta que tenga mi último aliento.
Trató de bajar la cabeza, pero hice que me mirara. Sus ojos brillaban que no era broma decir que me reflejaba en esos azabaches.
—Director, espero que no sea un mentiroso, porque entonces tendré que bloquearlo de todas mis redes sociales —Solté una risa—. Además, si me miente, me dolerá saber que sus palabras solo fueron para meterme a su cama.
—No te quiero solo para eso, te quiero para todos los momentos posibles, estén o no relacionados íntimamente. Quiero descubrir lo que tienes ocultos, que me permitas entrar a tu vida.
—Ya está en mi vida, y en mi piel, director Jeon.
Con mucho cuidado, tanto como si estuviese tomando la flor más delicada, la cargué en mis brazos, para después depositar un beso en sus labios. Su mano acarició mi rostro, hasta meterse dentro de mi cabello.
—Chaeyeon, mi amor, no vuelvas a decir que lo dejemos. Y asegúrate de decirme cuándo te sientes mal, justo como lo hiciste.
Dejé su cabello detrás de su oreja.
—¿Usted también lo hará? —Asentí, hipnotizado en sus labios— Entonces, prométame que hablará con la madre de su hija, para arreglar todo esto. No creo que sea tiempo para que sepa de quién se trata la horrible mujer que está con el gran director Jeon, pero que al menos esté al tanto.
Besé su mejilla, para luego ir a sus labios.
—Como ordenes, mi bella dama.
Y al parecer eso le causó risa, puesto que apareció esa hermosa y perfecta sonrisa.
Lo único que me apetece ahora, es estar a su lado, aunque sea para hablar de las bobadas más mínimas. Quiero escucharla, hablar, sonreír, hasta ver lo graciosa que puede ser, era hermosa, era mía, mi mujer
[...]
Tomé la bandeja llena de carne, así salir de casa hasta donde estaba Taehyung frente a la parrilla, vigilando las verduras. Hoy era de esos domingos en los que nos reuníamos en la casa de sus padres para comer todos como una familia. Esta comida sería especial, puesto que teníamos a Jimin nuevamente con nosotros, junto a su prometida.
Además, esperamos que las niñas puedan reconciliarse. Llevan varios días en que por lo visto en la escuela no se hablan, peor cuándo nos reuníamos. Debían acabar con esa discusión, eran más que hermanas, y nosotros como padre no podíamos permitir eso. El timbre sonó, seguramente se trataba del pedido de bebidas que habíamos hecho.
—¡Haerin, ve a abrir la puerta!
La niña se levantó del sofá un poco molesta. Desde que llegamos ha estado tan distante, hasta conmigo.
—Oye, ¿ha surgido un nuevo problema para el comportamiento de Haerin?
Murmuré colocándome al lado de Taehyung, tratando de ayudarle a colocar la carne.
—Es la misma tontería, desde que está molesta con Eunchae, está insoportable. Por eso, en la emboscada viene Jiwon.
Lo miré. Jiwon y Taehyung casi ni podían estar en la misma habitación, esto entonces sí que era serio. Antes de alejarme un poco para ir a tomar una lata de cerveza, me detuve pensando en algo. Si Jiwon viene como madre de Haerin, ¿significa que...? Miré hacia la puerta, donde estaba entrando justo la persona que yo pensaba. Sun Ah, junto a Jiwon. Sea como sea, ella siempre viene, pero desde lo que sucedió ayer, no sé cómo enfrentarla.
Traté de entrar a la casa, escabulléndome hacia la cocina, donde estaba Jimin, con un delantal puesto, haciendo la ensalada.
—¿Todo bien? —Negué— Hay muchas cosas de las que soy ignorante aún, me gustaría saber qué sucede.
Por culpa del trabajo, no he sido capaz de tomar un par de horas para ponerlo al día, aparte, seguro que estará ocupado con lo de su boda.
—Ya sabes, estoy en una relación con otra persona. Pero siento que tendré más problemas de los que tengo con Sun Ah.
Secó sus manos y vino hacia mí. Sentí su mano en mi espalda, dando palmadas.
—¿No le dijiste que ya no se iban a seguir viéndome? —Negué nuevamente— Qué tonto eres, pero bueno. De igual manera, siempre sentí que no podría tener lo mismo que había antes, lo de hace años. Es bueno que hayas encontrado a otra persona, pero procura cerrar pro completo las cosas pasadas, para que no te perturbe en tu presente, o peor aún, en tu futuro.
Era bueno tenerlo de vuelta, aunque pareciera que Taehyung somos más que inseparables, todo por el hecho de que tuvimos a una hija casi al mismo tiempo, al primero que conocí fue a Jimin, al joven Park que era famoso por su danza y también por ser el mejor amigo del famoso Taehyung. Fue bueno y es bueno tenerlos en mi vida, aunque a veces digan estupideces.
Lavé unos platos sucios, mientras bromeaba un poco con él sobre el hecho de que su prometida parece controlarlo en todo momento. Broma, pero no tanto al recordar como lo manipuló sutilmente para mudarse a París. Eso es lo que opinamos Tae y yo.
Mi atención fue hacia el ruido que provenía del jardín. Dándole señal a Jimin, ambos salimos. De verdad no me esperaba que llegaran a este punto.
Jiwon junto a Sun Ah estaban tratando de separar a las niñas, las cuales deberían estar ya reconciliadas. Vaya manejo de situación más horrible. Me acerqué, tratando de entender como había iniciado, sintiendo la mirada de ella sobre mí, pero simplemente miré a mi hija, un poco decepcionado por su comportamiento.
—¿Qué haces Eunchae? ¿Acaso te traje aquí para armar una pelea, como si fueras una maleducada?
No se dignó a verme, solo se mantuvo seria, arreglando su cabello. Todos estaban en silencio, viendo la escena, me avergonzaba mucho, no de ella, sino que no se pueda encontrar la forma de arreglar las cosas. Al menos, la que siempre ha sido coherente a pesar de todo, se puso en medio de las dos, pegando un chillido, puesto que no le hacían caso.
—No sabía que estaban sordas —Ambas se giraron, pero no pudieron verse—. Esta tontería la vamos a acabar el día de hoy, por las buenas o por las malas. En primer lugar, casualmente las madres no tenemos ni idea de como inició esta discusión, solo los padres... —Me miró y luego a Taehyung— Así que, necesito que empiecen a hablar cada parte, exponiendo su testimonio.
—Jiwon, no estás en una corte...
Sí, Jiwon la exesposa de Taehyung, también era abogada, pero era considerada la mejor del país, nunca ha perdido un caso, o eso dicen. Esta lo miró con esa mirada de odio que daba miedo, haciendo que guardara silencio.
—Empieza.... ¿No me has escuchado Kim Haerin?
Oh, me recordaba a mi madre cuándo estaba a punto de ponernos un castigo. Estoy un poco intrigado del punto inicial de esa discusión. Tragándose su orgullo, empezó a hablar.
—Pues... estaba un poco molesta ese día antes de que nos llevaran a dirección y pues... me estaba desahogando, y la chismosa de esa... se metió.
—¡Haha! ¿Chismosa? Eres más que una tonta Haerin, admite que fue lo estabas diciendo.
—¿Tonta yo? Tú eres una idiota.
—¡Haerin! —Me preocupaba ver a mi niña así de molesta, eso no podría llevarla a ningún lado, peor con lo testaruda que era Haerin— ¡Vuelves a decir una mala expresión contra Eunchae y te juro que te arrepientes! ¿Me has escuchado? —Esta simplemente asintió, bajando la cabeza— Ahora bien, ¿por qué estabas enojada y que estabas diciendo? Me respondes con palabras correctas y no balbuceos.
La educación de un hijo puede ser tan extraño y frustrante. Aunque ahora estoy decepcionado de Eunchae por su comportamiento, era la primera vez que la miraba de tal forma. La crianza que hemos infundido en ella, tanto Sun Ah, como yo, ha sido bastante llevadera, no había gritos, no hubo discusiones frente a ella. Sobre todo, le mostramos formas para buscar soluciones, que no fueran acabando en algo malo, que podría perjudicarla.
A veces, se piensa que por hacer esto, puedes criar a un hijo mimado o algo así. Pero, al ver y recordar la autoridad tan fuerte que influyó Jiwon sobre su hija, se pensaría que ella tendría que ser más tranquila y serena (según lo que se cree), pero no era así, todo lo contrario.
Siempre he creído que, independientemente, hay que saber tener de los dos. Una crianza llevadera, y un poco de autoridad, para que luego no pasen cosas malas como la mala educación, respeto o una conducta deplorable. Pero Haerin, a pesar de que su madre parecía ser muy estricta, ella era buena a pesar de su carácter, pero no ha podido superar la separación de sus padres, aunque hayan pasado años.
—No puedo decirlo mamá... —Alzó su cabeza, viéndonos a todos, pero principalmente a su padre— Es que, tiene que ver con papá. Tenía mucha rabia por lo que había visto.
—Insultaste a tu padre, solo por qué él quiere tal vez ser un poco más feliz —Miré a Eunchae—. Eres una egoísta, él te ha dado todo, y no puedes aceptar la realidad.
Oh, ahora entiendo todo mejor.
—Te dije que no soy una conformista como tú.
—Si estuviera en tu situación, en primer lugar, lo aceptaría por qué amo a mi papá.
—Jiwon, detén esto —Todos me miraron. Creo que no era adecuado que continuara, no quería que alguien se sintiera avergonzado—. Te pido por favor, que se pueda arreglar en privado. Ve tú con ellas, sé que podrás ayudarme con eso.
Eunchae se enojó con Haerin, puesto que esta estaba molesta por qué su padre se besó con otra mujer. Y como siempre, insiste en que quiere que sus padres vuelvan a estar juntos. Así que mi pequeña sé indignó y declaró lo desacuerdo que estaba con ello. No quería escuchar más las palabras de Eunchae, ella dice que me aceptaría porque me ama, pero siento miedo que rechace a Chaeyeon, eso me dolería.
Las tres, entraron a la casa. Sé que lo solucionaran si hay alguien como Jiwon como ellas. Quise llegar donde Taehyung, que siguió cocinando la carne, pero su semblante estaba decaído. Me siento tan mal por él, por qué tengo el presentimiento que seguro tiene algo más fuerte por esa mujer.
Esto parecía sencillo, así como cuándo alguien externo dice "es fácil, solo tienes que decir la verdad" o "puedes hacerlo sin mirar las repercusiones". Si alguien estuviese en tu propia piel, viviendo lo que vives, sin importar tu forma de ser, tendrían ese miedo ahí. Me encuentro envuelto en pensamientos negativos que podría decir Eunchae, decepcionarla a tal punto, que pueda odiarme, me da miedo, no, me aterra.
[...]
Miré mi reloj de mano nuevamente. Esta reunión sí que se estaba extendiendo. Decidí venir, porque se lo prometí a mi hija, pero vaya que no decían nada nuevo tampoco.
El día de ayer, es fascinante pensar que todo acabó bien con respecto a las chicas. Ellas de verdad que se reconciliaron superficialmente, puesto que Eunchae se sentía aún un poco dolida por la forma en la que Haerin la insultó sin ella merecerlo. Al menos, comimos con tranquilidad, y a pesar de la presencia de Sun Ah, todo fue agradable.
La mujer que hablaba sin parar, al fin dijo que había acabado. Todos los padres de familia nos pusimos de pie para poder salir poco a poco. Había venido a la universidad a la que Eunchae quería ingresar. Estaba como loca para ingresar cuándo le falta un año aún, tampoco siento que estaba universidad sea la gran cosa.
Después de esperar que algunos salieran, pude salir del salón. Entre los pasillos, saqué mi móvil leyendo los mensajes de Sewan, mi secretaria, de que tenía una conferencia con los de marketing. Vaya forma de seguir con este día, de verdad.
Presté más atención a la plática de las personas que iban a mi lado, que era inevitable escuchar por las expresiones que usaban para hablar de ese tema.
—¡Y eso que no has escuchado todo lo que decían de ella!
—¡Qué vergüenza, gracias a Buda crie bien a mi hija! Conozco a una budista que hace un ritual de iniciación cuándo tus hijos empiezan la universidad, para que se conviertan en los mejor...
Guau, sí que hablaban mucho. Esas mismas mujeres guardaban completo silencio en el salón. Bajé las escaleras, y ellas seguían a mi lado, charlando, mejor dicho, hablando mal de alguien, tal vez de la misma persona.
—La señorita Jin dijo que los alumnos de ese año la conocían bien, qué bueno, que no es del mismo año que mi hijo.
—Seguro que hubiera sido capaz de embaucar a tu hijo, igual como lo hizo con ese maestro. Me dio hasta escalofríos, qué mujerzuela.
Una de las cosas que más odiaba, aparte de llevar prisa, era el chisme. Cuándo sabes algo, mantenerlo es algo opcional, pero empezar a esparcirlo, distorsionando el mensaje, se vuelve un caos.
"Embaucar a un maestro", también eran buenas inventando historia
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Hello
Tercera y última sorpresa de hoy.
Disfruten de la fiesta, de la comida,
del baile y tengan mucho gozo.
Buen fin de año.
Gracias por este 2024.
Sigamos en el 2025 haciéndolo
cosas más grandes.
Dios les bendiga.
—Tiff
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