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JJK | 012.

Sus palabras aún resonaban en mi cabeza, martillando en esos segundos eternos que no tenía idea de que hacer. Me trae un millón de cosas que pensar, que suenan hasta ilógicas e imposibles ¿Soy yo acaso responsable de que esa jovencita se sienta así? ¿He dado alguna señal para atraerla en ese sentido? No sé si estaba del todo bien esta situación, peor viendo como sus ojos ardían mientras me decía esas palabras deslumbradoras.

Me miró unos segundos detenidamente, para luego hacer una reverencia.

—Me disculpo.

Pasó al lado mío y tenía tantas ganas de detenerla para preguntarle algo en específico, pero lo mejor sería dejarla ir. A veces podemos mezclar los sentimientos o confundirnos, tampoco soy tonto para no saber a qué se dirigían esas palabras, pero si fuera más precisa, aclararía mejor las cosas.

¿Qué tenía Hwang Chaeyeon que no me dejaba en paz? A donde ella fuera, me interesaba ir, y a donde mirar, también. Es una joven perspicaz que agrada a cualquiera, y es la única explicación que encuentro ahora mismo.

Pasé varios minutos dando vuelta por el pasillo, pensando sobre lo que había ocurrido, a pesar de que algunas personas me miraron extrañadas. Yo le gustaba, era eso, ¿qué tanto para llegar a hablar de pecados? ¿También le parecía inmoral la situación? ¿Desde cuándo se sentirá así? ¿Pero por qué parecía odiarme? ¿Odia lo que siente hacia mí? Tenía la edad suficiente para no pensar como un adolescente sin respuesta, tenía una mentalidad madura y ya con mi familia hecha, que era mi hija ¿Ya no necesitaba más, no? ¿Entonces por qué no paro de escuchar sus palabras en mi cabeza mientras recuerdo su rostro agraciado?

Demasiadas vueltas para algo fácil de comprender, no lo sé. Regresé a la mesa, donde el ambiente era más áspero e incómodo que nunca, pero por qué Hwang en ningún momento me miró.

—Jungkook, ¿todo bien?

Sun Ah tomó mi mano, y al tener la atención de Hwang entendí más que nunca. Yo le gustaba, y seguro siente que es incorrecto, ya que tal vez piensa que estoy en una relación con la madre de mi hija. Aunque yo se lo aclaré por alguna razón, seguro ella cree lo contrario.

—Sí, solo estoy un poco cansado.

Todos acabamos de comer, entonces las prisas por irnos empezó. Ambas amigas se pusieron de pie, insistiendo en pagar la cuenta, pero tanto como Sun Ah, como yo, nos opusimos. Ella tenía bastante prisa por irse... por escapar por lo visto.

—Ojalá encontrarnos de nuevo, sois muy divertidas, unnies.

—Tú más Eun, nos vemos otro día linda. Muchas gracias, señores.

Por parte de Hwang, simplemente hizo una reverencia, despidiéndose de todos. Nosotros nos pusimos de pie también, para ir a pagar, pero me quedé unos segundos viendo como ella salía del local, hablando algo con su amiga ¿Sabrá alguien más sobre sus sentimientos hacia mí? Sonaba hasta absurdo pensarlo.

No mentí cuándo dije que me sentía cansado, era verdad. Solo tenía ganas de llegar a casa y acostarme a dormir. No estoy seguro si mañana haría algo, además de ir a la casa de Taehyung, pero de lo que estoy seguro es que tenía bastante trabajo que debía hacer para el lunes. Era el segundo día del juicio, así que debía preparar cosas.

Eun se despidió de su madre, al igual que yo, ya que nos íbamos. Llegamos a casa, donde me sentí mal por no haber escuchado en todo el camino a Eun, es que ella no paraba de hablar sobre como quería ahora esforzarse y ser como Sohee en los deportes y no sé qué más. Pero yo, yo solo tenía a Hwang en mi cabeza, en sus ojos, cuándo expresaba que se quemaba por mí, en que no sé lo que haré cuándo por obra del destino estemos a solas.

La nena se fue directo a su habitación, después de que le desee buenas noches. Por mi parte fui a la mía, donde me metí a la ducha de inmediato para que se despejara mi mente un poco. Solo me puse un pantalón para dormir y me metí a la cama, abrigándome con todas las mantas posibles.

Hoy no trabajé, pero por alguna razón estaba muerto de cansancio, seguramente era la acumulación de toda la semana. Me despertaría bastante tarde, seguramente, luego debíamos ir a la barbacoa de Taehyung, y ahí aprovechar para hablar de más trabajo.

Mis ojos se empezaron a sentir pesados, así que me moví en la cama, quedando de lado. Estaba bastante cómodo que en cualquier momento podía quedar dormido, a pesar del dolor de cabeza que sentía por pensar tanto en ella.

En Hwang Chaeyeon.

Hwang Chaeyeon...

Hwang...

Chae...

Chaeyeon...

Abrí los ojos de golpe, faltándome el aire en mis pulmones, sintiendo como el sudor mojaba mi frente y mi cuerpo. Tragué saliva, confuso, aturdido. Tomé mi móvil que dejé a un lado, para ver la hora, eran casi las 4. Me senté mejor en la cama, teniendo demasiado calor a pesar de que seguramente estábamos a una temperatura baja por la hora de madrugada.

Sostuve mi cabeza con la ayuda de mi mano, mientras cerraba con fuerza mis ojos por la impresión que aún sentía, pero eso solo hizo que esa imagen estuviese más clara y vigente. Quité la sabana porque tenía bastante calor, pero mejor no lo hubiese hecho. Era tanto lo atarantado que estaba, que no sentí la evidente erección que obviamente estoy viendo ahora mismo.

Joder, esto era demasiado. Que yo recuerdo, esto nunca me ha pasado. Sí, es algo normal que tengas una erección por la mañana o cosas así, pero por un sueño, yo nunca había experimentado esto. No, esto no era normal, solo me hacía sentir más confuso e idiota.




[...]




Suspiré. Mi cabeza retumbaba como si anoche me hubiese emborrachado o algo así. Desee que el juicio de hoy fuera más tranquilo que la primera vez, pero todo lo contrario. El Juez decidió alargarlo más, por culpa de SsangYong. El jueves tendríamos otra sesión y el lunes, ya que ellos alegaban poder conseguir más pruebas de su inocencia. Esto era más que fácil, tienen a cargo dos indemnizaciones, y 4 cargos por interrumpir en una propiedad privada que son las oficinas de Hyundai, para robar información confidencial y apoderarse de archivos, para así utilizarlos a beneficio propio.

Pero ellos quería demostrar su inocencia, cuándo las cámaras de seguridad eran nuestra máxima prueba para hundirlos, el responsable hasta podía tener una condena en prisión, y una más alta el infiltrado, según dice Taehyung.

—Es que tengo unas ganas de meterles una paliza.

Solo reí. Mientras estábamos en la sala, no paraban de dar testimonios incoherentes, que Taehyung se vio en la obligación de refutar todo.

Gracias al cielo, ya llegamos a la empresa. Desabroché el cinturón de seguridad y abrí la puerta para bajar. Me dirigí hacia el ascensor del garaje, mientras Taehyung venía detrás de mí, contestando una llamada.

—¿Quién era?

Dije en cuanto se subió junto conmigo al ascensor y finalizó la llamada.

—El jefe de la diseñadora Shin, quien debía remodelar la habitación de Haerin. Tuve un par de problemas, ya que esta se negaba a trabajar conmigo.

Solté una risa, siento que ya sé de qué se trata.

—¿Qué pasó?

—Haerin. Por lo visto ya se conocían, y a esta no parece caerle bien y discutieron ¿Te lo puedes creer? No sé qué haré con esa niña, últimamente estaba tan tranquila, pero fue ver a la señorita Shin, y se alteró.

—Se le pasará.

Bajamos el ascensor, para luego caminar hacia mi oficina.

—Ayer la amenacé de mandarla a un reformatorio —Lo miré asustado—. No me veas así, jamás lo haría, pero quería saber qué decía, pero solo dijo que no era una mala niña y me pidió disculpa. Prometió tratar de sobrellevar su disgusto, por ello llamé a la empresa para convencer a la señorita a volver.

—Si un caso no quiere, está la opción de pedir a otra persona, así te ahorras mucho.

Llegamos a mi oficina, donde Sewan se puso de pie para saludar.

—Buenos días, Park. Trae a mi oficina los primeros informes sobre el juicio de SsangYong junto a Hyundai, por favor.

—Ahora mismo, director.

Abrí la puerta, adentrándome. Quité mi chaqueta de traje en el pechero, para luego ir a sentarme. Le dije a Taehyung que se sentara, debíamos seguir hablando sobre el juicio, comentar un par de cosas.

—El jueves irá el director general, ya que estuvo de viaje estas semanas.

—Bueno, era él quien debía estar desde el principio.

—Sí, pero yo fui el responsable al encontrar todo el fraude dentro de mi departamento.

Y es que era así, yo debía ser la cabeza principal y la imagen de Hyundai en este juicio, así que no podía quejarme tanto que digamos. Pero sí que todo era un fastidio puesto a que me estaba saliendo de mi trabajo principal, atrasando al tiempo en varias cosas.

Encendí la computadora, dispuesto a buscar algo.

—¿Te preocupa algo?

—Hombre, como no va a preocuparme todo esto.

Me puse de pie para ir a una de mis estanterías y coger una libro de contabilidad. Ahora que recuerdo debía enviar un correo al departamento principal.

—No, me refiero a otra cosa —Lo miré unos segundos, para luego pasar páginas—. Ayer evité preguntarte, ya que justo estábamos con nuestras hijas, y solo pensamos en el juicio de hoy. Pero tu mente no parecía estar ahí.

Dejé el libro en mi escritorio, mientras que mi cuerpo cayó de nuevo en mi silla. ¿Como mi mente podía estar ahí después del sueño más loco que he tenido en todos los años de vida que tengo? Ahora solo me daba escalofríos recordando, peor esa erección, que tuve que hacer ejercicio, hasta irme a bañar nuevamente para que se bajara.

Suspiré, pensando en que decirle.

—Tuve un sueño, que literalmente debo decirte que me da miedo irme a dormir ahora.

Nada más acabé de hablar, se empezó a mofar de mí.

—¿De qué se trata?

Pasé mi mano por mi cabello, pensando aún en eso.

—A ver, pues, ya sabes, como a cualquier hombre, después de un sueño...

Volví a escuchar su risa interrumpiendo.

—Vamos, tuviste una erección por un sueño sexual —Mis orejas se pusieron calientes. Taehyung era un idiota. Ahora, por su culpa, las ganas de seguir contándole se esfumaron, era un tonto que no se tomaba en serio nada—. Venga ya, no seas dramático y sigue contando.

—Pues eso. Fue un sueño de esa índole.

—Hermano, debes dejar ir a Sun Ah.

Eso era lo peor...

—No se trataba de ella.

Casi parecía una confesión. Me miró más confuso de lo que yo estaba ayer. Si hubiese soñado con Sun Ah, al menos me sentiría un poco normal, pero no, es que con ella nunca he tenido ese tipo de sueño. No parecía de este mundo que yo, un hombre de una edad razonable, este cuestionando ciertas cosas. Esa joven Hwang era la protagonista del sueño más indecente que he podido tener.

Justo estábamos en esta oficina. Ella y yo, a solas, en un calor abrasador, mientras nuestras manos tocaban nuestros cuerpos, y los chasquidos eran cada vez más intensos. Su cabello parecía estar mojado, y su respiración era la más audible. Yo estaba sentado en esta silla, ella encima de mí, besándome fogosamente, gimiendo mi nombre, quitando su sostén enfrente de mí. Me miraba justo con la mirada que siempre me regala, tan penetrante.

Recuerdo como su mano acariciaba mi pecho, bajando por mis abdominales a tocar el botón de mi pantalón, pero se detuvo para tomar mi mano. Acercó su mano a su rostro, y metió tres de mis dedos a su boca, lamiéndolos, chupándolos. Y puede ser que la imagen de ese momento, ella con su torso desnudo encima de mí, haciendo eso, hizo que me despertara.

Sentía mi miembro latir al despertar, sintiendo aún la sensación de como ella tenía mis dedos en su boca, pensando que era mi miembro.

No podía ser tan desvergonzado, me sentía hasta mal por haber imaginado a esa chica haciendo tales cosas. No me lo perdonaría nunca, pero lo que no me cruza en mi cabeza como algo normal, es que ¿por qué ella?

—Pues dime de quién se trata, estoy ahora interesado.

—Olvídalo.

—Pero Jungkook. Eso es normal. Cualquier hombre tiene una erección por una mínima cosa, no lo podemos controlar. De igual, debes hacer algo para bajar aquello.

Lo miré.

—A mí no me suele ocurrir eso, ni siquiera lo otro que dices.

—Es imposible, deja mentir. ¿Nunca te tocaste pensando en Sun Ah? Bueno, seguramente ayer lo hiciste pensando en esa nueva mujer, ¿no?

Me puse de pie, aún más avergonzado más porque hable de ese tema.

—Vete de mi oficina —Se cruzó de brazos, viéndome—. No hablaré más contigo de esto, es incómodo, y lo de esa mujer... fue una mera casualidad. Vete mejor, que me estresas.

Rendido, se puso de pie. Pero antes de irse, parecía querer decirme algo.

—Si esa mujer es real, si sientes algo por ella para tenerla en sueños, deberías hacer algo.

Le iba a tirar la silla en la cabeza, pero este se fue rápido. Sus palabras solo dejaba taladrando mi cabeza. Las cosas no eran fáciles para decir que debería hacer algo, ni siquiera tiene sentido.

Si recapitulo desde el día uno en que la conocí, si no mal recuerdo fue justo en su lugar de trabajo. Recuerdo llegar a la sala de reuniones y ver a una muchachita servir café a todos, esa fue la primera vez en que sus ojos me vieron de tal manera... pero me pareció ver cierta calidez al pasar de los días, cada vez que nos encontrábamos. Observaba discretamente el trato que se tenía hacia ella, algo que solo hervía mi sangra, porque nadie tiene el derecho de tratar mal a otra. Me acerqué interesado por si necesitaba algo, y era capaz de sostener confuso su mirada.

... Entonces fui yo el culpable. Soy el culpable de que ella se sienta así conmigo. Siempre aparecía por casualidad, parecía casi que la cuidaba cuándo veía un mal trato. Literalmente aparecí en la casa de sus padres dos veces, si fuera poco, mi hija la conoce por simples casualidades. ¿Si no me interesara de cualquier forma, ella se hubiese fijado en mí?

Pero, no sé lo que siento en verdad. Hwang es una joven muy... hermosa... tiene unos labios rojos que brillan tanto como sus ojos negros, esos que no se despegan de mí ni un segundo. Me desesperaba recordar su perfume la primera vez que estuvimos juntos en el ascensor, pero después se sentía tan común, tan agradable, justo como ella me hacía sentir. No lo conozco, a penas, por las experiencias de su padre hablando de su pequeña hija.

Dejé caer mi cuerpo sobre la silla, completamente aturdido. Había pasado tantos años desde que no me sentía confundido sobre asuntos del corazón. Tenía apenas 15 años, cuándo pensé estar enamorado de una chica, era demasiado tímido para hacerme a ella que Taehyung me ayudó. Pero todo eso fue tan distinto, sí, después de un año me enteré de que sería padre, tuve que afrontarme a crudas realidades de errores, de posibles abortos, de esforzarme más de lo que podía. Todos estos años estuve ciego a que la madre de mi hija, sería la única en mi vida, ya que en algún punto, solo quise centrarme en el bienestar de mi bebé, en mi trabajo... No había nada más importante para mí, pero ahora, por primera vez, mi cabeza no deja de ser ocupada por otra persona, por una intrépida joven sin sentido alguno.

Hwang Chaeyeon, ¿quién esa joven que apareció en mi vida? ¿Por qué se atrevió de declararme que se quemaba por mí? ¿Qué derecho tenía? ¿Qué derecho tenía de sonreír tan bonita, de inundar mi cabeza de imágenes en las que hemos pasado mínimamente juntos? Y es que tenía tanta razón cuándo dijo que apenas conocía su nombre, pero algo dentro de mí quería saber más.

Quiero sacarla de mi cabeza, estaba obligado a hacerlo. Estos días me ocuparía de mis asuntos más importantes, dejando atrás tonterías que solo me estresan. El fin de semana que viene, sería genial pasar el día en el garaje revisando mi coche, o ir a hacer un poco de ejercicio.

¿Olvidarla? Daba risa con solo pensarlo, porque a estos días será mejor que me mude de ciudad para olvidar solo su rostro, y mil años para olvidar su nombre. Por qué, se inyectó dentro de mis venas que hasta en sueños íntimos aparece, dejándome atontado. ¿Qué hiciste Hwang Chaeyeon? ¿Por qué deseo verte? Eran demasiadas preguntas, habiendo un gran vacío de por medio. La única persona que podía responder a estas cosas, era ella.

No me atrevería a buscarla para reclamarle, pero me moría de ganas por hacerlo.

Sobé mi cabeza, otra vez me dolía. Estaba tan fastidiado como nunca lo había estado. Tenía ganas de darme de baja en el trabajo, ir a recoger a mi niña a su escuela y escapar de todo por semanas a una playa de Busan, solo nosotros dos.

Estiré mi mano para picar el botón del teléfono en mi escritorio.

—Sewan, tráeme un té, por favor. 

Surprise!

Herbst

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