JJK | 004.
•
Así como le prometí, nos encontrábamos en la universidad que mi hija, junto a Haerin querían visitar. No entendía muy bien por qué razón venir ahora, si aún les faltaba más de un año y medio para ingresar, pero según dicen "necesitamos información". Por mi parte, le había comentado que podía enviarla a la mejor universidad que quisiera, estaba dispuesto a pagar, por ello, tal vez por ello anda tan insistente buscando la mejor, claro, según su criterio, que era bastante alto.
Nos quedamos de pie en la entrada, hasta que una mujer mayor, al vernos, se acercó a nosotros, con una gran sonrisa en su rostro.
—¿Vienen por las puertas abiertas? —Las chicas asintieron emocionadas—. Entonces, bienvenidas a la universidad pública de Seúl. Aún no ha empezado el recorrido, suele durar dos días más o menos, dependiendo la carrera en que estéis interesados. Por ahora, podemos enseñarles algo, e integrarse al grupo.
—Está bien.
—Por cierto, puede pedir en recepción los papeles necesarios que necesitan para el ingreso.
Luego de pedir los papeles que me dijo la señora, me dijeron que los buscarían. Así que decidí seguir a las chicas, quedándome un poco atrás. Me guie por los pasillos, un poco lejos de donde estaban los salones, mientras a ellas las llevaban a otro sitio.
Me quedé paseando, viendo algunos cuadros en las paredes, hasta llegar a una vitrina, llena de trofeos con fotografías. Por lo visto tenían equipos de baloncesto, voleibol y esgrima. Espero que Eunchae quiera apuntarse a algo, suele ser inquieta, gastar su energía en algo estaría muy bien.
Seguí unos pasos, volviendo al principio, cerca de la recepción, donde me detuve confuso. Miré hacia todos lados, no estaba soñando, pero ¿por qué estaba la chica café aquí? Casi parecía una tonta broma encontrarla en todos los sitios por alguna razón.
Metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón, quedándome de pie, sorprendido. Estaba en la recepción, por lo visto, esperando algo y dando miradas a su alrededor, hasta chocar con la mía. Tragué saliva, desviando la mirada hacia una de las plantas que tenía a un lado. No voy a negar que me sentía incómodo. Tampoco era invisible para escabullirme como un niño, además de que escuché como la mujer de la recepción gritaba mi nombre a todos los vientos.
Por lo visto, justo ahora tenían los papeles listos. Me vi obligado a acercarme a recepción, sintiendo la mirada de la chica café sobre mí.
—Señor Jeon, esto sería todo. Si necesita más información, o no llegan a entender algo, dentro de la carpeta está como ponerse en contacto con el centro.
Tomé la carpeta.
—Muchas gracias.
Me hice a un lado, sintiendo aún su mirada sobre mí, pero esta vez quise sostenerla. Tal vez estará confusa por qué también nos encontramos aquí, por casualidad. Separé un poco mis labios, para querer decir algo, pero me vi interrumpido por la misma mujer.
—Hwang, aquí tiene el comprobante de pago. Le llegará un correo con la confirmación, y mañana mismo podrá venir a recoger su título.
Tomó el papel que le dieron. Lo dobló, guardándolo en su bolso. Hizo una reverencia, todo para girarse y encontrarse conmigo. No puedo asegurar si sería conveniente hablarle, tampoco algo malo. La he visto en la empresa, por lo visto ha ayudado a mi hija en algo, un saludo supongo que no estaría nada mal, ¿no?
—¿Estudió aquí?
Sus ojos negros me vieron unos segundos, para luego asentir.
—¡Papá! —Sentía que no podía moverme, ella no dejaba de regalarme una mirada fija, seria, hasta el punto de decir que era gélida, pero a la vez tenían una especie de brillo—. Lamento tanto haberte hecho esperar, papá. Miramos un poco por los alrededores, y debemos admitir que nos encantó.
Desvié la mirada, viendo a Eunchae acercarse junto a Haerin.
—Además, nos explicaron un poco de todo, tío. Aunque, en este poco tiempo, hasta fuimos capaces de escuchar un par de chismes.
—Bueno, no deberían centrarse en esas cosas.
—Pero tío Jungkook, eso es importante. Escucha, imagina si son cosas supergraves que nos puedan perjudicar. Por ejemplo, se rumorea que hubo una alumna de aquí, que se enrolló con un profesor.
—¡Haerin!
Bajó su cabeza, y solo miró a Eunchae quien también hizo lo mismo. Pero de pronto, ambas se dieron cuenta de que había alguien, justo a su lado.
—Pero, si es la chica, amiga de la otra habladora. ¿Qué hace aquí? Seguro nos estás siguiendo para chismorrear.
Taehyung tenía razón cuándo decía que su hija había sacado el carácter de Jiwon, en combinación del suyo. Vaya que sí.
La chica, que si no escuché mal, su apellido era Hwang. Ella simplemente bufó, y negó, ignorándola.
—No deberías decir ese tipo de cosas, Haerin. Además, ella ya estaba aquí.
—¿La conoces?
Cuestionó Eunchae, a lo que yo simplemente asentí.
—Trabaja en una empresa, que está en cuestiones legales con Hyundai —Ninguna de las dos se lo esperaba—. Y, ¿usted estudió aquí?
—Eso, ¿estudió aquí? Seguro escuchó sobre ese chisme.
Haerin habló, cruzándose de brazos, esperando respuesta. Ella simplemente frunció sus labios, esperando unos segundos.
—Creo que los chismes no son de tu incumbencia. Esta es una buena universidad, deberían centrarse en ello.
Por primera vez, escuché cómo habló más, de forma tranquila, para después hacer una reverencia, a punto de irse, hasta que Eunchae habló.
—Lo lamento por molestarla, pero, ¿cómo se llama usted? Ya que, como por lo visto casi siempre nos encontramos, sería correcto, al menos saber su nombre.
—Chaeyeon.
Sonrió apenas, pero antes de girarse completamente me miró. No supe como reaccionar, es que no podía entender si tenía algún problema conmigo, digo, desde ese día en la sala de reuniones de su empresa, sus miradas son extrañas, tanto que inconscientemente sentía escalofríos.
[...]
Guardé un par de archivos en mi estantería, y volví a mi escritorio. Tenía la mente en todos lados, pero sobre todo en lo que ocurrió anoche. Quería invitar a cenar a Sun Ah, era inevitable no querer hacerlo después de que nos besáramos de esa forma en la cocina, demasiado irresistible.
No sé qué debería hacer, llevo con este conflicto un par de años. Nos alejamos por una razón, debía recordarlo para alejarme, pero sus caricias eran un problema.
La puerta sonó, y a los segundos miré a Sewan ingresar.
—Director, el señor Pyo de SsangYong acaba de llegar a la empresa.
—Hazme saber cuándo ya estén por aquí.
Esta asintió, para luego salir. Me puse de pie, yendo hacia el perchero y coger mi chaqueta para ponérmela. Ajusté mi corbata, asegurándome de estar presente en cuanto llegaran.
Tenía conocimiento de que vendrían, pero no tengo ni idea de cuál es la razón de la visita, que yo sepa por ahora no tenemos un tema más relevante que resolver, peor con ese señor Pyo.
Volví a escuchar la puerta sonar. Se abrió un poco, todo para ver el rostro de Sewan. Le hice una señal para que dejara pasar al señor. La puerta se abrió por completo, dejándome ver a dos personas más, además de él.
Se trataba del señor Pyo, otra chica que jamás había visto y... Hwang Chaeyeon.
—Buenas tardes, director Jeon.
Hice una reverencia, acercándome a ellos.
—Es una sorpresa verlo por aquí. Por favor, pasen adelante y tomen asiento.
Crucé mirada con ella, y no podía descifrar la necesidad de sostener su mirada. Además, ¿qué hacían por aquí? Los tres tomaron asiento, y yo justo enfrente. Esperé unos segundos para que se acomodaran y hablaran.
—Seguro tendrá muchas preguntas de por qué estamos aquí, pero todo tiene que ver con los inconvenientes que hemos tenido y la causa de conocernos.
Traté de prestarle atención y analizar un poco a donde iría todo. La chica que estaba a su costado, simplemente tenía la cabeza baja, mientras que Hwang no dejaba de verme, así que traté de evitar su mirada.
—Sobre la denuncia que sufrirá su empresa, ¿Se refiere a eso?
Asintió.
—Entendemos que todo está listo para que nos denuncie, la multa por lo visto podría ser bastante alta, con otros riesgos. Por ello estamos aquí, ya que tenemos conocimientos de lo que sucedió en realidad.
Situé mis manos en la mesa, apoyándome y viéndole con atención. Tampoco era cosa del otro mundo, ellos habían infiltrado a alguien en Hyundai, para robar información importante y copiar.
—¿Entonces?
—Lo que nosotros lanzaríamos al mercado, era exactamente igual por qué la señorita Hwang Chaeyeon, aquí presente, fue la causante de haberlo hecho así —Al parecer ella estaba tan sorprendida como yo, ya que lo miró de inmediato, confusa— Ella lo confesó hace unos días, y no queríamos que fuese culpada.
No podía entender nada, pero la chica que estaba a su lado, afirmaba absolutamente todo. Miré a la señorita Hwang, esperando a que dijese algo, pero había algo extraño. El señor Pyo lanzaba miradas para que esta bajase la cabeza, en señal de disculpas. ¿Cómo podría ser eso posible si la pobre chica ni siquiera sabía lo que sucedía?
Casi fastidiado, me puse de pie. Suspiré, viéndolo a él.
—Le diré una cosa, señor Pyo. Culpar a una persona no será la solución para este conflicto, solo me hace ver lo escoria que pueden ser.
Sentí mi sangre hervir por su rostro, ahora era él quien estaba ofendido. Ay, por favor, la pobrecilla de Hwang no estaba situada mentalmente en esta sala, seguramente pensando en lo que sucedía.
—Director Jeon, esto no es ninguna mentira. Nos llegó una información realmente confiable, donde estipula que fue casualidad que las promociones estaban siendo iguales, y todo fue por la señorita Hwang. Esto no quiere decir que ella sea la infiltrada.
Bufé, sin creer lo que estaban haciendo, un ataque tan gratuito. Quise que ella dijese algo, pero solo guardaba silencio, algo que me molestaba también, ¿por qué no se defendía si eso no es cierto?
—No sé qué es lo que planean inventando esto, pero deberían decirlo de una vez. Por qué si están buscando culpables al azar, haré que las cosas se vayan al mismísimo carajo.
Me sentía tan mal por ella, yo no podía hacer nada, por parte no era de mi incumbencia y no había pruebas. Él se puso de pie, para luego ellas. Olía tan mal la situación... este hombre era el mismo que decía que Hwang era una becada, ¿acaso la escogieron como culpable porque no les agrada?
—Director Jeon...
—Pueden retirarse. Hablaré con el abogado Kim sobre esta horrible situación.
Expulsé, siendo considerado de no querer hacer un escándalo por el trato. Llevo un par de semanas encontrándome con esa chica a la que culpaban gratuitamente, viendo el trato tan inaudito que recibe, como para colmo, la tachen de plagio o algo parecido.
—No es...
Fui hasta mi escritorio, para picar el botón que llamaría a mi secretaria.
—Sewan, llama a los de seguridad.
—Ahora mismo, señor.
Lo miré, como estaba ofendido. Más debería estarlo por calumniar a una de sus compañeras de trabajo. Fruncí mis labios, no permitiendo soltar una sola palabra.
Sin opciones, hizo una reverencia saliendo de la oficina, junto a las chicas. Me hubiese gustado decirle a ella que se quedara unos segundos, para preguntarle si todo iba en orden. Digo, me daba tanta lastimada, y a la vez me sentía sumamente furioso. Su mirada, me hacían cuestionarme tantas cosas.
Fui hasta mi escritorio, donde cogí mi móvil para llamar a Taehyung, aunque la llamada no fue respondida, le dejé un mensaje de voz de que quería verlo urgentemente ahora.
Debía hablar con él sobre este tema, si eran capaces de inventar que una chica completamente inocente tenía que ver en una situación legal, tenía la leve sospecha que ya sabían de esto desde el inicio, mandando a ese filtrado a nuestra empresa.
Llamé a Sewan, y a los segundos entró.
—Director Jeon, ¿qué fue lo que ocurrió?
—Necesito que averigües el número del CEO de SsangYong, y que me programes una cita con el director general de Hyundai.
Vi como apuntaba todo. Tal vez no le contesté a su pregunta, pero tenía cosas más importantes que hacer justo ahora. Ella lo sabía, así que salió de prisa de la oficina, y empecé con lo mío, revisando las pruebas que nos habían dado. Sé que la mayoría de cosas que estaba haciendo no me concernía, pero me molestaba la injusticia que se empleaba en ciertas empresas.
Pero, me iban a escuchar, eso estaba más que claro, por el simple hecho de habernos mentido. Gracias a Sewan, me enteré de que varias personas me llamaban ogro, solo por demostrar absoluta seriedad en situaciones graves que podían afectar a cercanos. No me interesaba los enredos llenos de mentiras, ni ningún tipo de fraude, mi responsabilidad era más grande.
Quedé fijo viendo la pantalla de mi ordenador, recibiendo ya un correo por parte de Sewan donde dejaba lista la cita con el director general que le pedí. Quise empezar a hacer otra cosa, pero me distraje un poco al escuchar la puerta abrirse.
—Hola, ¿estás ocupado?
Sonreí al ver que se trataba de Sun Ah.
—Más o menos.
Desde que llevo trabajando aquí, casi nunca solía venir. Dio un par de pasos, acercándose a mí. Se miraba tan guapa, no podía dejar de verla.
—Entonces, lamento tanto interrumpirte.
—Oh, está bien —Se sentó en una de las sillas enfrente de mi escritorio, apoyando sus manos y viéndome—. Dime
—En el consultorio me dijeron que ya podía irme, así que quise venir a verte.
—Al menos no te estresarás tanto.
—Ocurrió algo, ¿no?
Asentí. Esta se levantó, dando la vuelta al escritorio, colocándose a mi lado y apoyándose en este mismo. Levanté mi cabeza, viendo sus ojos.
—Vinieron unos empleados de la empresa a la que se está empleando la demanda, y bueno, inventaron una vil patraña que me hizo enfadar.
De solo recordar como se expresó, me calentaba la sangre. Sobre todo, el rostro de la señorita Hwang. Debí haberla detenido, para preguntar al menos como estaba... bueno, eso tampoco era mi responsabilidad.
—No puede ser, ¿qué te dijeron?
Tomé su mano, y separé un poco la silla, para así atraerla para que se sentara en mi regazo. Aparté su cabello, viendo mejor su rostro.
—Inculparon a una de sus empleadas de hacer plagio, casi la responsable de todo. Me fastidia el hecho de que la chica parecía tan sorprendida.
Una de sus manos se apoyó en mi hombro, un tanto confusa por lo que dije.
—Qué espanto. Seguro que ella no sabía nada —Opinábamos lo mismo—. Si puedes hacer algo al respecto, sería bueno que lo hicieras.
Ella pensaba igual que yo, es que era inhumano, no solo por qué la inculparan, sino por el trato que yo vi, quién sabe lo demás que le hacían. Por ello quería ponerme en contacto con Taehyung, saber su opinión. Dentro de unos días tendríamos la última cita antes de ir al posible juicio, mencionar lo ocurrido de hoy, por mala suerte de ellos, nos beneficiaría a nosotros.
Suspiré, queriendo olvidar eso por ahora, así que tomé su cintura para acercarla más. Sus labios rojos se juntaron con los míos, y ya podía sentir toda aquella ira calmarse.
—Sun Ah.
—Mmju.
Acaricié su cabello, mientras volvía a darle un beso.
—¿Quieres venir a cenar hoy a casa?
—Pero nuestra hija...
—Se quedará a dormir en la casa de Taehyung.
Tenía tantas ganas de estar con ella a solas, justo como ahora, o incluso más. Seguramente, si nos pusiéramos de acuerdo para regresar, habría tantos conflictos, al final nuestra hija acabaría aceptándolo. Pero, no voy a negar que sería difícil después de todo lo que pasamos, los malos y buenos momentos, donde por lo visto el cariño que nos teníamos supuestamente desapareció.
Sí, me confundía por qué ambos tomamos la decisión, pero aquí estábamos, besándonos con más furor que hace años. Claro que éramos tan inmaduros antes, pero tal vez ahora sí conozcamos nuestro verdadero interés.
Estaba luchando contra mis sentimientos, pero me encantaba sentirla, como ambos disfrutábamos de lo que sentíamos.
•
—Herbst
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro