HCY | 025.
•
Al estar en primavera, se supone que el frío debería desaparecer, pero no era el caso. Sin estar subida en mi vespa, siento lo helado del viento, pero mientras conduzco ahora, toda esa brisa está haciendo que los mocos casi se me salgan de la nariz.
Lo que más me gusta, es que se nota que las flores están floreciendo, los árboles de las calles y de los parques se ven cada vez más hermosos con esas florecitas rosas y moradas, son bastante lindas para ser apreciadas. Esta época me gusta, a veces se podría ver como un simbolismo a cuándo algo en tu vida por fin está floreciendo después de tanto tiempo marchito. Lo era, por qué me siento exactamente igual
Tener al director Jungkook en mi casa, escuchar su voz a través del móvil, sus fotografías en mi galería, eso me estaba llenando cada día que me hacía preguntar si esto va a parar a algún lado, y me aterra. Me aterra aferrarme a él, siendo él la primavera causante de que ahora todo luzca pintoresco en mi vida.
Se dice que ilusionarte es algo bueno, pero no para mí, yo quiero algo de verdad, algo sincero que me demuestre que en verdad vale cada segundo invertido en la relación. No algo de que se deteriore al paso de los meses. Yo quiero permanecer cerca del hombre que era el director... mi... el hombre que era Jungkook. No todo es sexo, va más allá de las caricias debajo de las sabanas, mientras nuestros cuerpos están desnudos, no solo eso, sino que hace que quiera desnudar mi alma por y para él.
Me hace sentir ansiosa y solo deseo conocer el minúsculo dato sobre él, estar cerca, sentir su aroma, su voz cerca de mi oreja, sus labios... mierda, estoy completa e irrevocablemente enamorada del director Jeon Jungkook.
Detuve la velocidad, fijándome que había llegado. Aparqué la moto cerca de la casa, para después bajarme. Hoy era el cumpleaños del hermano de Bae. Él hace un par de semanas me había invitado a la fiesta, así que era el momento de salir de casa para otra cosa que no sea visitar a mis padres o con Sohee. También por el hecho de la buena persona que ha sido conmigo Bae Hyeon-seo, cuándo yo ni siquiera se lo pedí. Aceptar su invitación, solo es una respuesta de agradecimiento por ser bueno conmigo.
Tomé la bolsa donde estaba los regalos, para ir directamente a la puerta a tocar el timbre. El lugar era bastante grande desde afuera, seguramente era de algún familiar de él. A los segundos, la puerta se abrió en par, dejándome a la vista a Bae, que al verme sonrió.
—¡Hwang! ¡Viniste!
Hice una reverencia antes de que me cediera paso para entrar. Quedé boquiabierta admirando todo. La casa era gigante, tenía un patio donde por lo visto están celebrando el cumpleaños, y ni hablar de que la casa era de dos plantas.
—¿Es tu casa?
No voy a negar que era curiosa.
—Bueno, es a casa de mis padres. Me alegro en serio que pudieras venir.
Miré al rededor, había bastantes adolescentes sentados, otros jugando futbol, qué raro.
—Y yo me alegro de haber podido encontrar la casa, me fue difícil reconocer la dirección, la verdad... oye Bae —Me giré a verlo, confusa— ¿Cuántos años cumple tu hermano?
—16 añitos.
—¿Qué? ¿No me dijiste que tu hermano tenía 7 años?
Yo le había traído una colección de coches de juguetes de los mejores que encontré, que me costaron un ojo de la cara. Ahora se explica la razón de tanto adolescentes y no niños pequeños.
—Ah, sí y no. Tengo dos hermanos, el pequeño de 7 años y el otro que está cumpliendo 16 hoy. De igual forma, no tengo a nadie con quien hablar, no me apetece conversar con los padres o con los míos.
Tenía su punto. Dejé la bolsa de regalo en la mesa que me indicó, para después decirme que lo acompañara dentro de la casa. Era bastante chula, seguramente se mudó para independizarse, pero no está mal este lugar.
Me senté en la silla detrás de la mesa de la cocina, viendo como Bae me buscaba un vaso con agua que le pedí. Dejé el casco de mi moto en un armario de la cocina que me dijo, así no lo llevaba en la mano.
—Cuéntame, ¿cómo fue ayer en el trabajo?
—Mucho estrés. Desde que la señora Yoo in-na es la nueva directora de marketing, por lo visto no dejan de salir ideas extrañas por su cabeza. Se puso a enviarme ideas extrañas para que hiciera conceptuara mejor sus "grandes ideas"
—Oh, está loca —Vi que asintió mientras traía el vaso en su mano. Se sentó frente a mí dejando el vaso—. Si sigue así, es lo único que hará. Yo creo que me odia, creo que tampoco sabe mi nombre.
—No se sabe el nombre de nadie.
Sonreí, tenía razón. Tomé el vaso para tomar toda el agua, tenía sed. Miré hacia fuera, por medio del gran ventanal. A pesar de ser adolescentes, parecía que todos se divertían. Eras muchas personas, pero no me sentía incómoda, tal vez por qué estoy dentro de la casa, esa es una razón por las que no me gusta salir.
Me comentó que hace dos años más o menos que decidió ir a vivirse a un departamento, que lo podía pagar gracias al sueldo que tenía, pero que sus padres siempre lo apoyaban en todo, era bueno tener a alguien que siempre esté ahí. Por mi parte, me siento mal de que los míos me ayuden, más que no me siento merecedora de ellos.
Después de unos minutos charlando de su familia literalmente y como preparó la fiesta, escuché la voz de una mujer, así que miré detrás de mí. Guau, es hermosa, ahora veo por qué su hijo es lindo.
—Hola mi amor.
Miré como Bae se puso de pie para recibir el beso sonoro de su madre, quien después de esa acción me miró, un poco confusa, tratando tal vez de comprender quién era yo.
—Ah, madre. Ella es Hwang Chaeyeon, trabaja en la empresa donde yo también trabajo.
Sin ser nada discreta y luego de unos segundos de agarrar señal, me señaló con una gran sonrisa.
—¡Es la famosa Chaeyeon! Oh, es que ahora ya no tienes el cabello castaño y está más largo, sigues hermosa.
Quedé pasmada, parpadeando un par de veces rápidamente, sin comprender la familiaridad. Miré a Bae que le susurraba algo a su madre, y solo pude sentir la incomodidad del ambiente y lo indiscreta que por lo visto era la señora. No iba a preguntar nada, era un tanto obvio de que tal vez él le ha hablado sobre mí, aunque no entiendo como sabía que tenía el cabello castaño y no negro.
Carraspee mi garganta, mirando a otro lado para tampoco incomodar más a Bae que corría a su madre, y venía a mí.
—Vamos a afuera —Acepté. El agobió se volvió un poco real al notar como había más personas en el patio, pero escuchaba a lo lejos a Bae hablarme, así que intenté escucharlo más claramente—. Vinieron bastantes amigos de la escuela.
—Sus compañeros de clase.
No parecían comunicarse, ya que estaban con el móvil, pero jugando videojuegos entre ellos, otros hablando y seguían jugando deportes, ahora voleibol. Junto a él, nos acercamos a una mesa donde estaba llena de comida y refresco, se veía todo delicioso.
—Algunos son compañeros de clase, otros, son solo amigos de años.
Normalmente en las fiestas de los niños pequeños asisten los padres, pero puedo ver como hay varios de esos adultos. Cogí un trozo de un snack que estaba en la mesa que no tengo ni idea de lo que era, para después mirar alrededor hasta que miré a alguien conocida.
Entrecerré mis ojos, forzando la vista por qué siento que estoy ciega por confundirla, pero es que era ella. Eunchae, la hija del director, estaba aquí. Y es que si ella está aquí, él también lo estará.
Desesperada, miré a todos los lados posibles en que mi vista alcanzara, para después girarme y justo verlo al fondo en una mesa, charlando tranquilamente con una mujer. Volví a girarme, sintiendo como el aire me hacía falta. Era amiga o compañera de clase del hermano de Bae, y es que no es como que tenga algo de malo, pero sé que al director no le agrada tanto él.
—¿Todo bien?
Asentí. Traté de simular tomando un poco de refresco del vaso que tenía en mi mano. Miré como un chico se acercó a nosotros, y era realmente parecido a Bae.
—¡Hyung!
Me di un poco la vuelta, viendo como se abrazaban muy cercanos, era su hermano, el que cumplía años.
—Te presento a mi hermanito, él es Bae Woon Seo —Mientras le sacudía el cabello, el cumpleañero quitó la mano de su hermano evidentemente alto de su cabeza, todo para mirarme. Algo dentro de mí sé sintió extraño, así que volteé a ver a donde estaba el director, pero todo tembló al darme cuenta de que ya tenía su mirada sobre mí, ya sabía que estaba aquí—. Y, Woon Sae, ella es Hwang Chaeyeon, una amiga.
Se miraba tan atractivo. Su cabello antes cubría hasta su nuca, pero por lo visto ya se lo recortó bastante, se ve mayor, y jodidamente caliente, más por esa camisa de botones que tiene puesta, lo peor es que lo elegante que me parecía que la dejara dentro de sus pantalones jeans, me hacían pensar lo peor. La única vez que lo he visto en pantalones jean ha sido cuándo ha visitado la casa de mis padres, casi siempre está a conjunto con sus trajes, pero ahora me he vuelto fan de esos pantalones de mezclilla azul.
—Mucho gusto.
Es verdad, el hermano. Hice una reverencia respondiendo a la suya. Miró a su hermano para luego a mí, hasta que me salvó de los comentarios incómodos un hombre mayor que gritaba desde la puerta de la casa.
—¿Qué hace papá?
—Te está llamando.
Al parecer el padre quería que entráramos, así que antes de que se fuera, me hizo una señal para que lo acompañara, no podía negarme, me iba a sentir peor quedarme aquí y tener la mirada del director en mi nuca, sin poder ir a abalanzarme a él.
Su padre no parecía interesarle –mejor–, puesto que hablaba sin parar con Bae sobre a un dizque cuarto a recoger unas botellas de vino para cuándo brindaran y no sé qué más. Entonces, me quedé sola. Me quedé en la cocina, viendo las cosas tan bonitas que tenía, y las cajas arriba de los armarios que solo me revolvieron los recuerdos.
Fue tan extraño actuar de esa forma cuándo se cayó la caja maldita que tengo guardada adentro de mi armario, solo a mí se me ocurrió dejar las puertas abiertas. No, solo a mí se me ocurre tener toda esa basura en vez de tirarlo de una vez por todas. Espero que el director no haya pensado mal, o allá visto esa horrible foto.
No era nada relevante, simplemente una caja llena de recuerdos fúnebres sobre el idiota de mi ex, el cual simplemente me dejó, algo obvio, pero no esperaba que fuera de la forma en que lo hizo, jamás lo perdonaré, tampoco lo quiero volver a ver nunca en mi vida.
Comencé a ver alrededor del lugar, no había ni un baño por aquí. Di un par de pasos, hasta que me encontré a la madre de Bae, a la cual tuve que preguntarle donde había un lavabo, y obteniendo la respuesta, me metí al pasillo que dijo. Este lugar era grande, no tanto para exagerar, pero tenía bastantes cosas, me pregunto de qué trabajarán para poder lograr todos estos lujos.
—Chaeyeon.
Me detuve en seco, girando por qué sabía de quién era esa voz. Por favor, como no podría reconocerlo. Sonreí de oreja a oreja, relamiendo mis labios por lo contenta que estaba de verlo caminar hacia mí, como todo un galán.
—Hola director, está muy guapo.
—Es curioso encontrarte aquí, no sabía que ese tipo era hermano de Woon Sae, ni que tú eras tan amiga de él como para venir.
Oh, que frío. La sonrisa desapareció, solo mirándolo fijamente.
—¿Quién era la mujer con la que estaba hablando?
Me crucé de brazos.
—Una madre de una compañera de Eunchae, ella está casada y aunque no lo estuviese, no deberías estar celosa.
Trató de tomar mis brazos, pero no lo dejé.
—Pero no estoy celosa, así como usted no debería estarlo por mi amistad con Bae. Él es mi compañero de trabajo, me ha ayudado mucho cuándo he estado en aprietos en esa empresa, siempre rechazo sus ofertas de buen amigo, pero alguna vez podría aceptar ¿no?
—Yo también te he ayudado cuándo esos tipos te molestan, si tan solo trabajáramos en el mismo lugar, yo te defendería siempre, si trabajarás en mi empresa, ni siquiera vivirías esos tratos.
Suspiré, el punto era que yo quería que no se sintiera celoso, pero no sé qué le pasa, que más o menos me daba gracia, pero no quiero que se lo tome en serio, tampoco que sea tan tóxico como para no dejarme tener un amigo.
—Director, ¿qué ocurre?
—Ah... lamento si soné prepotente, yo no quería...
Tomé su mano e hice que la pusiera sobre mi cintura, así que me puse en puntillas y le di un beso en sus labios. Solo con eso, él hizo todo. Tomó mi rostro y sus labios se movieron mejor contra los míos, mientras que mi cuerpo se juntó por completo al suyo cuándo me guio a estar contra la pared. Lo echaba de menos.
Pasé mis brazos por su cuello, abrazándolo, metiendo también mi mano entre su cabello que apenas podía por qué lo había cortado. Sentí su lengua bailar con la mía, siendo tan húmedo que ya sentía mis orejas y mejillas calientes, con ganas de que me tocara más. No iba a poder ser, era incorrecto hacer algo así en una casa, peor en un cumpleaños. Por eso mismo nos separamos asustados cuándo escuchamos unas risillas.
Miré al final del pasillo, pero se escuchan unos pasos con fuerzas y esas risas, seguramente fueron unas niñas las que nos vieron besándonos, por eso salieron corriendo. Tragué saliva, tratando de recuperar el aliento, girándome para verlo.
—Espero que no nos reconozcan o algo así.
Mencioné, viendo como este volvía a acercarse a mí.
—No creo, tal vez me descubren a mí, porque literalmente mi cuerpo te cubría —Su semblante decayó, lo que me hizo sentir mal—. Hwang, lamento tanto haber...
—Director, no quiero que se sienta así con respecto a mí, inseguro. Sé que tendrá celos por Bae, ya que yo le gusto, pero debe entender que yo jamás podría traicionarlo, porque lo que siento por usted es más que real. Entiendo que tal vez estemos en la fase de confianza, y me aseguraré de que su confianza sea más grande que la que yo tengo.
—¿Me tienes confianza?
Sus manos nuevamente fueron a mi cintura.
—Es algo difícil al no llevar mucho tiempo juntos, pero creo en usted, así que por favor... no me lastime.
Sus labios dieron un corto y cálido beso en mis labios, como si eso confirmara que no me lastimaría.
—Gracias Chaeyeon, haces que mi corazón revoloteé por la forma en que actúas y hablas.
Quería volver a besarlo, pero en eso un ruido venía de afuera, iban a cantar el feliz cumpleaños, debíamos irnos.
—Será mejor que vayas, yo iré al baño primero.
Me soltó, así que me quedé viendo como se iba por el pasillo. Quería gritar ahora mismo, y salir, sobre todo saltar mientras grito. Ay director Jeon, mi vida florece realmente por usted.
Estar a su lado está bien, pero cuándo hay personas que no saben de lo que puede haber entre nosotros, todo se vuelve incómodo. Justo cuándo salí a cantar a lo lejos el feliz cumpleaños, al menos tenía a Bae a mi lado, lo cual parecía ser algo negativo cuándo el director estaba cerca. No me gustaría que hubiese algún problema entre ellos, siempre he pensado que espero que algún día Bae pueda encontrar alguien que lo ame con la misma intensidad.
No quise quedarme a comer, puesto que Eunchae me reconoció, no me apetece pasar por uno de esos momentos, así que le comenté a Bae que me iría antes, por ello me guardó un poco de pastel para que me lo llevara.
Busqué mi casco para irme, sin poder dejar de ver a mi director, ojalá llegue el día en que pueda estar a su lado sin ningún problema.
[...]
Era la primera vez que hacía todo tan rápido, hasta me siento que salen llamas de mis dedos mientras tecleo en el ordenador. Y es que tenía para dentro de una hora entregar la parte del escrito de un mini proyecto en el cual por primera vez me incluyeron.
Se trataba de una de esas ideas raras de la nueva directora, pero al menos era algo que me daba la oportunidad de demostrar que podía hacer de verdad relevante la idea de esa mujer. Me puse de pie, releyendo todo simultáneamente. Tomé entre mis manos la carpeta y leí la primera hoja. Puse tal cual en primera parte la primera letra del texto en forma de coche, luciendo llamativa, sobre todo usando sinónimos fáciles de recordar, que si se tomaba el trabajo de Bae, realmente combinaría con lo que yo hice.
Fui hasta la oficina de la directora de marketing, que sabía a la perfección de que yo era la encargada del formato textual de su espantosa idea. Pero si lo pone en manos de los diseñadores y agentes creativos, puede resultar mejor que nada.
El fin de semana estuve pensando en la idea de renunciar, pero lo visto no será el momento si tan solo me aceptan esta vez, tengo mucha esperanza, a pesar de ser realista, pero siento que no hay posibilidad que me lo nieguen. Sin más, me adentré a la oficina después de que ella aceptara que entrara. Saludé correctamente sin obtener respuesta, así que dejé mi propuesta y el ejemplo de como podríamos proceder al momento de la creación del anuncio comercial y toda la campaña publicitaria.
Jugué con mis manos, esperando que la mujer al menos subiera la cabeza, pero no dejaba de ver unos papeles, me desesperaba.
—¿Qué es esto?
Señaló con desdén.
—Directora Yoo, son los textos y diálogos ideales para...
—Ah, eso —Tomó la carpeta con un poco de interés, hojeando poco a poco, hasta que se detuvo leyendo algo que puedo asegurar que los ojos le brillaban, aunque su acción siguiente de dejar la carpeta nuevamente en su lugar no decía lo mismo—. Fue el más llamativo entre los que leí, lo tomaré. Muchas gracias, puedes retirarte.
Mi corazón iba a estallar de emoción, esto realmente no era un sueño. No se tomó mucha la molestia de leer bien, pero al menos era llamativo, un gran avance para las cosas grandes. Salí de su oficina con una sonrisa de oreja a oreja, sintiendo en mi estómago miles de mariposas, esa sensación que muchos comentan, esto era mi felicidad, una pequeña validación del talento que siento que tengo.
Lo único que quiero ahora es llegar a la oficina para seguir trabajando, ahora tocaba desarrollar bien todo, puesto que habían escogido mi idea. Lo malo, es que no pude llegar, y toda esa serótina en mi cuerpo empezó a disminuir. Empecé a caminar detrás de un grupo de chicas que estaban hablando y por lo visto no sabían que estaba ahí.
—No le digas zorra, ni siquiera la conoces.
—¿Cómo le llamarías a alguien que se hace la difícil para que la defiendan?
—Kim tiene razón, zorra, no es, pero es horrible que por lo visto tenga una relación con ese chico tan noble, amable y caballeroso. No es posible que esté con esa arpía que tiene la culpa de la demanda de la empresa.
—No se confirma que salen.
—Mina los vio en esa fiesta, es obvio que seguramente solo follan o algo así.
Efectivamente, mi estómago estaba revuelto, pero no de mariposas, sino por la repulsión de los recuerdos que me traían esas palabras, que solo pude darme vuelta y salir casi trotando al baño para poder votar todo, mientras mi cuerpo simplemente temblaba.
•
Especial feliz cumpleaños
de Tiff, osea yo ;)
30/09
Regalo para vosotras,
gracias por siempre leer.
Dios les bendiga
xoxo
—Herbst
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro