HCY | 022.
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Realmente podía ver mi reflejo en sus ojos, en esos grandes negros y preciosos ojos. Cuándo dije esas palabras, no sentí vergüenza, más al ver como simplemente hizo una pequeña sonrisa ¿No pensará que soy una descarada, no?
En mis pasadas relaciones, me dieron darme cuenta de que me gustaban las cosas extravagantes, descubrir lo más nuevo, más cuándo el amor verdadero no existía, cuándo mi corazón solo latía al estar agitado, cuándo terminaba de tener sexo. Pero ahora, ahora simplemente con estar en el regazo de mi director Jeon, se sentía más que bien.
Como no me decía nada, tomé su rostro entre mi mano y lo besé. Sentí como su mano acariciaba mi espalda, era tan cálido. Oh, tal vez esto podía convertirse en amor de verdad, ya que él parece un hombre tan responsable, que me da miedo entregar por completo mi corazón y salir lastimada, de nuevo.
Bajé mi mano poco a poco, hasta llegar a su cinturón, el cual quería quitar. El beso se detuvo, abrí mis ojos y él ya me miraba, tan...
—¿Estás segura de que quieres hacer esto, más estando en mi oficina?
—Creo que eso, es lo de menos.
Y sin más que decir, quité su cinturón y desabroché su pantalón. Quería tocarlo, trayéndome recuerdos a cuándo estaba en su coche. Volví a besarlo, tomando sus manos para que tocara mis senos. Este simplemente jadeo en medio de nuestro beso, cuándo toqué su miembro por encima.
Tenía mi mente volando, con tantas ideas, con cosas que podríamos hacer juntos, y de las otras que él podría hacer, pero parece más reservado. Me alejé de él, colocándome de una vez de rodillas, frente a sus piernas. Su mirada estaba fija en mí, casi parecía un ignorante en el tema, que me daba gracia.
Con su ayuda, bajé su pantalón y su ropa interior, viendo su miembro ligeramente erecto. Tragué saliva, mirando desde su miembro hasta su rostro, ¿cómo llegué a esta posición? Dios mío, no puedo sentir vergüenza ahora.
Relamí mis labios, acercándome más. Cuándo mi respiración chocó contra su bonito pene, me di cuenta de que la erección se volvió más grande, y evidente. Le di un beso en la punta, de color rosa, justo como sus labios estaban a causa de mi labial. Después de eso, estoy segura de que él esperaba que me lo metiera a la boca, pero, en cambio, me puse de pie sin más.
El director Jungkook simplemente me siguió con la mirada, más confuso y agitado de lo normal.
—¿Qué pasa?
Guardé silencio, tomando mi bolso que dejé en su escritorio. Este se puso de pie, guardando su miembro y poniéndose mejor su ropa. La verdad que lo iba a hacer, pero antes, quería que él mostrara más interés de que yo lo hiciera.
Y antes de que me alejara más, tomó mi brazo, para luego mi cintura y acercarme a él. Me sostuve sobre su pecho, pero solté una sonrisa al ver como me atrajo hasta su escritorio, donde me subió.
—Hwang Chaeyeon —Murmuró. Se metió entre mis piernas y sus manos se pusieron a cada lado de mí, viéndome seriamente, se notaba que aguantaba la risa— ¿Acaso estás jugando conmigo?
Mordí mi labio sin responder, pero no podía seguir con el juego, puesto que empezó a besarme fluidamente. Sus labios eran suaves, sus caricias desesperadas. Ojalá llevar una falda ahora mismo, solo para sentir sus grandes manos sobre mi piel.
Tomé su corbata, aflojándola más, quería ver de nuevo su voluptuoso cuerpo. Su mano coqueta se adentró en mi camisa, para tocar mis senos, y ese tacto frío me hizo temblar. Besó mi cuello y yo ya me derretía a causa de lo atrevido que se estaba volviendo, al sentir como chupó mi piel haciéndome quejar.
Ya, que me dejara chupárselo, ya estaba segura de que él también lo quería. Seguramente hubiera podido hacerlo, pero bueno, nos tuvimos que detener por el ruido de afuera.
—Director.
Susurré agitada. Entonces, la puerta sonó. Me bajé del escritorio de prisa, mientras trataba de ponerme bien mi camisa, y él su ropa. Cuándo vi como parecía desesperado, me acerqué a él, y pasé mis dedos por sus labios, tratando de quitar el labial.
Me asusté al escuchar la puerta abrirse, así que me separé rápido, tomando mi bolso y alejándome. Era su secretaria, no pensé que entraría. El director Jungkook se giró, fingiendo arreglar algo en su escritorio.
—Lamento molestar, era para decirle director Jeon, que el CEO lo busca.
—Sí, ahora voy Park.
Así, ella se retiró, no sin antes mirarme confusa. Cuándo la puerta se cerró, respiré mejor. No iba a pasar nada hoy, pero al menos traté de decir algo, aunque si Sohee se entera, me dirá que ni siquiera le conté nada.
—No podremos...
—Está bien, director —Fui de nuevo a él, viendo el gran bulto en su pantalón, ahora me sentía mal por no poder bajarla—. Después podremos acabar.
Le di un corto beso.
—Qué cruel eres.
Sonreí. El director Jungkook me hacía sentir más atrevida de lo normal, más abierta mentalmente que me daba miedo que él no entendiera, en verdad debería platicarlo, tal vez más adelante.
[...]
Dejé la bandeja de agua en el suelo, luego volví a la cocina para traer la bandeja de comida de Yanchi, y la dejé en el mismo lugar. Escuché sus patitas en el salón, viniendo hasta mí, y detrás de él, Hyunjin.
Como lo echaba de menos, decidí pasar dejando a Yanchi este fin de semana con mi primo, que él no se negaba tampoco. Además, como vive cerca de la casa de mis padres, no tenía ni un problema.
—Tengo ganas de ir a visitar a mis tíos.
Me puse de pie, viendo como Yanchi empezó a comer.
—No sé si ellos te quieran recibir —Confesé. Busqué la bolsa de medicamentos de Yan y se las di—. Sabes que están enfadados porque no los visitas, además dirán que te cortes el cabello.
—¿También me dirás que me queda mal?
—Bueno, cuándo estabas en rubio, me gustabas más. Seguramente ellos te puedan aceptar al ver que volviste al negro.
—A mi chico le gusta más el negro también, pero dice que todos me quedan bien.
Sonreí al ver como jugaba con su cabello. Realmente él estaba enamorado. Fui por mi chaqueta, ya que debía irme ya, puesto que mis padres estarían esperándome, les tenía la sorpresa de mi moto.
—Hyunjin, sé que no te lo tengo que decir, pero cuídame bien a mi bebé, y dile a "tu chico" que deje en paz a Yan, que tampoco le hable con esa voz grave que hace, que lo asusta.
Le di un beso en la mejilla, para luego salir de su casa. Normalmente, en las comidas familiares, él y yo éramos los que más hablamos, lo que era raro, ya que casi no decíamos palabra estando con otros. Era un secreto, pero era el favorito de mi padre, el único que también sabe que él es gay, puesto que era bastante conservador, pero no podía hacerlo si se trataba de su pequeño Hyunnie.
Emprendí camino a la casa de mis padres, que no tardé mucho, por el hecho de que estaba a unos minutos. Antes de subirme a la moto, les dije que estaba por llegar, que me esperaran afuera, y así hicieron. Los miré como salían justo de casa, ni siquiera me reconocieron, hasta que me detuve casi en la puerta.
Me bajé de esta, tomando la bolsa que traía de comida para ellos. Escuché como murmuraban confusos, hasta que escuché un chillido por parte de mi madre.
—¿Chaeyeon?
Quité mi casco y les regalé la mayor sonrisa de todas.
—¡Taran!
Señalé con alegría a mi bebé moto. Mi padre estaba impresionado, acercándose a verla.
—Oh, ¿es tuya?
—Sí.
Alzó su dedo en señal de aprobación, viendo los detalles de la moto. Le había puesto un sticker que tenía de hace años, que él me regaló, y cuándo se dio cuenta, simplemente lo señaló también.
—No puedo creerlo Chae, no sabía que te sacaste el carnet ¿Por qué lo tienes verdad?
—Sí, hace unas semanas empecé con todos los tramites. El martes empecé a conducir a esta preciosura, y ya tengo una idea de lugares que podríamos visitar.
—Pero solo caben dos.
Tendría que sacarme la licencia de conducir coche también, pero es más caro comprar uno.
—Papá, ese no es un problema. Digamos, cuándo a mamá le apetezca ir al mercado, de compras o a visitar a alguna amiga que otro barrio, algo lejos, podría llevarla. Y si a ti te apetece ir a la playa a pescar, yo te llevaré.
Mencioné, ilusionada. El hombre canoso, solo río a carcajadas, no era broma, pero me alegra hacerlo reír. Me dio una palmada en la espalda, para que entráramos a la casa. Miré un par de zapatos en la entrada, lo cual no parecían de la talla de mi padre, tampoco es como que él usara ese tipo.
—Tu madre hizo una comida deliciosa
—¿Invitaron a alguien?
Ya adentro, miré como había un abrigo colgado también en la entrada, pero en el salón no había nadie.
—Sí, tu padre invitó a un amigo suyo. Justo cuándo llegaste, él fue al baño.
Entonces, la puerta del baño se abrió, dejándome ver el mencionado invitado. Siempre me deja sorprendida, aunque debería acostumbrarme por lo visto, ya que el director Jungkook es amigo de mi padre.
—Oh, Jungkook, ven acá. Ya vino mi pequeña princesa.
No iba a soportar esta vergüenza. Lo peor, es que se veía tan atractivo. Que su cabello cubriera más de lo normal su frente y esos tejanos holgados, hacía que pareciera más joven.
—Hola, buenas tardes.
Hice una reverencia, a pesar de que quería matarlo por seguir viniendo a mi antigua casa. Lo incómodo que era antes, ahora lo era más, sabiendo que mi novio es amigo de mi padre, que no sabe nada.
—Va, tomemos asiento —Fui a sentarme al lado de mi padre, mientras que él quedó frente de nosotros—. Quería pedirte disculpas por no decirte que mi amigo vendría, pero el fin de semana lo había invitado y no pudo, así que bueno.
—No pasa nada papá.
Traté de ayudar a mi madre a servir la comida, sintiendo todo el momento la mirada del director sobre mí. Después de lo que hice en su oficina, no nos hemos visto, apenas hablado, pero nada relevante.
La mesa estaba llena, y con las provisiones que yo les había traído, además de un vino que por lo que escuché, el director trajo. Durante la comida, no quise hablar mucho, sentía que estorbaba. Mi padre y él eran los que hablaban más, sobre el trabajo –Que el director seguía sin decir que era el jefe–, sobre cosas de "la vida de un adulto". Pero lo que no sabía, es que ya le había contado de que tenía una hija.
—Jungkook, antes estábamos hablando de que tenías una bebé. Algo que me sorprende la verdad, por qué se te ve bastante joven.
Levanté mi cabeza, mientras masticaba la carne.
—Bueno, mi bebé no es tan bebé. Es una niña ya grande, que sigo sin entender como creció tan rápido.
Ahora mismo, me gustaría saber como fue que concibió tan joven a Eunchae.
—Vaya, es una niña. Como un padre con experiencia de muchos años, es lo mejor que puede pasar.
Sentí las miradas de todos, pero yo solo miré al Director.
—Sí, me imagino que no tuvo que pasar trabajo con su hija.
No, que dejen de hablar de mí, por favor. Llevé mi vaso con agua a mis labios, para tomar un poco.
—La verdad es que no, aunque en la adolescencia era un caos. Cuándo tu niña llegué a esa edad, ya verás.
Al menos mi madre no iba a dejarme en vergüenza.
—Bueno, mi niña tiene 16 años.
La cara de mis padres era un poema, seguramente pensaban que literalmente Eunchae sería una niña de 10 años para abajo. Yo también me sentía confusa al principio, aún sigo un poco, puesto que el director se conservaba tan bien.
—Vaya, entonces no has de ser tan jovencito como yo esperaba, me alegro la verdad, así hablamos más cercanos.
Gracias al cielo, la conversación cambio un poco. Escuché como hablaba de su hija, y sentía tan lindo por esa forma de expresarse, hasta sus ojos brillaban. Realmente la amaba, y recordando la forma de ser de esa adolescente, es evidente que la crío bien. Me pregunto como podrá reaccionar su hija ante la sorpresa de que una chica que tal vez podría ser su hermana, sale con su amado padre.
Terminamos de comer, como siempre ayudé a mi madre a recoger todo, al igual que el director. Sus miradas coquetas, o los momentos en los que me quería decir algo, me desesperaban. Volví al salón, para limpiar la mesa. Mi padre no estaba, y mi madre seguía lavando los platos, así que sentí ese momento adecuado para hablarle.
—Así que amigo íntimo de mi padre ahora.
Susurré, llamando su atención.
—Echaba de menos ver tu rostro, deberé tener aunque sea una foto tuya en mi móvil, ya que tu foto de perfil es tu perro —Fruncí el entrecejo—. Fue coincidencia, espero no te moleste.
—No me molesta director, pero es incómodo, más que ahora somos pareja.
—Lo sé.
—¡Chaeyeon!
Suspiré, alejándome de él para ir donde mi madre. Por lo que escuché iba a poner a lavar la ropa, quise ayudarla, pero me mandó a atender a la visita, ya que mi padre no había salido del baño.
Regresé donde el director, quien estaba sentado en el suelo, con su espalda pegada al sofá. Me senté a su lado, sin decir nada. Cuándo sentí el roce de su mano con la mía, nuestros dedos se entrelazaron de inmediato.
Era complicada esta situación. Me gustaba tanto, esto de ocultar nuestra relación no me importaba mucho, pero me daba miedo cuándo saliera a la luz, ¿resultaría siendo un caos? ¿La gente criticaría? No sé mis padres como podrían tomárselo, más ahora, que es casi como un amigo de la familia.
—Hace unos días me llamaron de la escuela de Eunchae —Lo miré, que estaba con su mirada hacia enfrente—. Tuvo una discusión nuevamente, pero esta vez fue más grave.
—¿Qué pasó?
Su tono de voz era tranquilo, pero seguramente si ocurrió algo tan grave como dice, más de su hija, estará preocupado, o la pasó mal y yo ni siquiera lo supe.
—Discutió con su mejor amiga, Haerin, que seguramente la conoces. No conozco a la perfección los detalles, pero Eunchae lo inició. Realmente me da pena que por problemas que no tienen que ver con ellas, se hayan pegado.
Apreté su mano, parecía preocupado.
—Director, ¿su hija está bien?
Me miró y asintió con una sonrisa.
—Sí, fue una disputa por tener opiniones terriblemente distintas. Tuve una larga conversación con ella cuándo llegamos a casa, me sentía enfadado por qué siempre le he dicho que no debe golpear a nadie —Suspiró—. Es complicado, después de bastantes años, tuve que castigarla, algo que solo hice una vez. Le grité también, ya que no me dejaba hablar, solo por qué quería justificarse sobre tener la razón.
Quiero saber el motivo de la discusión, pero supongo que si él no me lo dice, estará bien. Se miraba que le dolía castigar a su hija.
—Bueno —Escuché la voz de mi papá y solté la mano del director—, estaría bien tomar un poco de soju, pero no tengo ahora. Saldré a comprar.
Me puse de pie, viendo a mi papá acercarse.
—¿Quieres que vaya yo?
Pregunté, pero este se negó.
—Jungkook, vendré rápido para que sigamos hablando. Quiero preguntarte sobre el coche nuevo, ese que saldrá de la empresa.
Miré como fue hasta la puerta, se colocó sus zapatos y salió. No escuchaba ruido de mi madre, así que volví a sentarme al lado de él, quien me miraba con una sonrisa de oreja a oreja.
—Eres una gran hija.
Hubiera querido aceptar ese cumplido, pero no lo sentía del todo. Han pasado miles de ocasiones que los he decepcionado, y lo peor de todo, que la mitad, ellos ni siquiera saben la verdad.
—Aún sigo preguntándome la coincidencia de que acabara en la casa de mis padres.
—Y yo sigo preguntándome de por qué fuiste tan cruel conmigo.
—¿A qué se refiere?
—Oh, vamos, dijiste que querías hacerme algo, pero luego simplemente me dejaste con un gran bulto en mis pantalones.
Solté una gran risa, que tapé mi boca de pronto. La forma en la que lo dijo había sonado tan graciosa, pero no tanto para él que simplemente me miró serio, siento más gracioso.
—Yo, yo lo lamento.
Recobré mi postura, ocultando mi sonrisa.
—¿Chaeyeon? —Volví a ponerme de pie, esto sería imposible. Vi a mi madre salir del cuarto que llevaba a la parte trasera de la casa— Así que aquí estás. Escuché que tu padre salió. Lamento pedirte esto, pero espero que puedas quedarte con la visita, que debía decirle al señor que me comprara café, que se gastó.
—Está bien.
Quitó su delantal en la cocina, para regresar con una caja de galletas.
—Mira, pueden comer esto mientras regreso. Si no está lleno, seguro no tardo.
Sonrió. Fue hasta la puerta, donde se colocó sus zapatos y simplemente irse ¿Esto era una señal? Si esto hubiese pasado antes, me daría más incomodidad quedarme con él a solas, aun así, mis padres han de tenerle demasiada confianza para dejarnos aquí.
—Tenemos oportunidad de hablar un poco más.
Lo miré con esa sonrisa de inocente. Puse mi mano frente a él, dándole señal de que me diera la suya, que se pusiera de pie. Este lo hizo, tomando mi mano.
Hice que me siguiera hasta la que era mi habitación antes, abrí la puerta, pero él se quedó en el lumbral. Lo miré, que solo me miraba confuso.
—Entra.
—Pero podemos hablar en el salón.
Di un paso adelante, tomándolo de su camisa para poder darle un beso. Esa sensación de volver a darle un beso después de tanto tiempo, era completamente celestial.
—Yo no quiero hablar ahora, quiero disculparme con usted por lo que ocurrió el miércoles.
Entonces, hice que se adentrara, colocándolo detrás de la puerta, ahora cerrada. Sus manos fueron a mi cintura, mientras que la mía fueron a parar a su pecho.
—Eres... eres bastante atrevida.
Dijo en medio del beso. Lo miré, mientras tocaba el botón de su pantalón.
—Ya lo sabe, además, yo quería decirle algo —Desabotoné ese horrible botón, viendo sus hermosos ojos— ¿No le excita ese miedo de saber que podrían descubrirnos haciendo algo?
—¿A esto te referías a los juegos y dinámicas?
—Bueno, esto no es nada de lo que yo quisiera hacer con usted.
Volví a sus labios, y este parecía más inspirado, ya que sentí su lengua entrar a mi boca y jugar con la mía, para después sentir ese delicioso chupetón de mi labio. Vaya, estaba caliente.
Sus manos tocaron mi trasero con fuerza, mientras sus labios no dejaban de besar mi mejilla, arriba y bajando por mi cuello, lamió como un sin vergüenza, hasta dejar un chupetón bastante abajo que me hizo quejar.
Hice que me soltara, viendo sus labios rojos, tan lindos. Bajé lentamente, sin separar mirada con él, hasta quedar arrodillada. Debía darme prisa y no desaprovechar esta gran oportunidad, y los nervios. Con un simple jalón, su pantalón cayó, así que volví a subir mis manos para tocar el elástico de su ropa interior, que bajé lentamente, mientras relamía mis labios.
Ahí estaba ese amiguito también, que me odiaba por no haberlo chupado desde hace tiempo.
—Chaeyeon —Oh, su voz era tan grave que recorrió un escalofrío por todo mi cuerpo. Quería hacerlo gemir gracias al placer que yo podía darle. Sin más, toqué levemente sus testículos, sin tocar lo que se llamaría el tronco, mientras que le di un pequeño beso en esa punta rosa—. Ah, Chaeyeon, tú...
Sin más, bajé a darle de besos en el tronco, entretanto mis manos masajeaban sus bonitos testículos. Escuché su respiración acelerada, por ello, me alejé un poco para querer verlo, pero este ya lo hacía. Sus labios estaban mojados, tenía que aguantar, no besarlo aún.
Tomé la goma de cabello que tenía en mi mano, y fui a sujetarme el cabello en una coleta alta.
Volví a su pene, era ahora. Lo tenía bastante erecto, se podían apreciar la gravedad en esas grandes venas alrededor de lo largo. Me acomodé y me sostuve de sus piernas. Saqué mi lengua, lamiendo desde sus testículos, hasta la punta, donde decidí meterla a mi boca, chupándola suavemente. Sentí pronto un líquido, entonces, decidí seguir. Lo metí completamente a mi boca, sintiendo como mis labios se deslizaban y como se llenaba toda mi cavidad bucal.
Traté de subir mi mirada, pero solo me percaté de como el director tenía su cabeza hacia arriba. Seguí sacando y metiendo su miembro, lento, hasta que la mano del director llegó a tocar mi cabeza, supe que quería más.
Empecé a hacerlo más rápido, oyendo esos graves sonidos proviniendo desde el fondo de su garganta, en como estaba cada vez más duro y sus fluidos se mezclaba con mi saliva. Llevé mis manos masajear sus testículos, provocando gemidos más audibles que me excitaron.
Tomó mi coleta y sentí como la apretó, tratando de controlar el ritmo, lo que me estaba volviendo loca. Puse mis manos sobre sus grandes muslos, para ayudarme a masturbarlo mejor, esto se me estaba haciendo ya difícil por el dolor en mi boca y como me sentía ahí abajo.
Sus piernas temblaron levemente, entonces sentí como quería separarme, pero yo simplemente seguí haciendo, tocando sus testículos y chupando su pene. Entonces, ahí estaba su eyaculación en toda mi boca, que hizo que me detuviera y sacara lentamente su miembro, viendo ese líquido blanco en su punta, y sintiéndolo en mi lengua.
Lo miré, tenía sus labios entreabiertos, su pecho subía y bajaba. Tragué aquello que había en mi boca, sin importarme mucho como supiera. No podía levantarme, sentía entumecidas las rodillas, además de querer tocarme también.
Sentí sus manos, tomar mis brazos y levantarme sin problema. Tenía una cara de satisfacción que solo me generaba más inquietud. Mi director Jungkook, sabía tan bien que solo me iba a volver adicta.
—Tenía miedo que vinieran justo cuándo hacías eso.
Se escuchó un ruido, era la puerta. Se colocó con prisa su ropa, todo para querer limpiar la comisura de mis labios con tanta pasión, que me enamoraría más de lo que ya estaba. No podíamos salir ahora, ya que por lo que escuché era mi madre, la conocía, seguramente iría a ver la ropa primero.
—Iré al baño, tú puedes salir después si quieres.
Y antes de salir, este tomó mi brazo, atrayéndome a él y aferrándome a la puerta. Me besó, no sabía que los hombres pudieran hacer eso después de que alguien le hiciera un oral, pero se sentía bien.
—Estás haciendo que me vuelva loco por ti.
Sentí su respirar chocar contra mis labios.
—Ah, director Jeon, puede volverse aún más loco.
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Solo estoy por aquí
para decir que espero que
os esté gustando. Y, que podéis seguirme en Instagram para cualquier actualización.
Dios les bendiga.
xoxo
—Herbst
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