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HCY | 021.

Cerré la puerta de mi casa, saliendo por fin. Había tardado más de lo normal, ya que no encontraba la comida de Yanchi y estaba bastante juguetón, no podía resistirme.

Hoy tenía día libre, eso significa que lo aprovecharía todo lo posible. Como afortunadamente ya tenía mi carnet de conducir de moto, era hora de ir a por mi hermosa motocicleta. Llegué casi trotando al autobús, que por poco me deja. Este tipo de situaciones ya no pasarían, ya que mi super vespa me ayudaría. Me emocionaba tanto.

Tomé asiento después de pagar, y lo primero que hice fue sacar mi móvil, para ver los mensajes que no alcancé a leer anoche, ni esta mañana. Una forma hermosa de empezar el día, era con un mensaje suyo.


▪︎Director Jungkook
Buenos días, Chaeyeon.
Le deseo de todo corazón
que pueda tener un hermoso
día.
7.00 a.m.


Solté una pequeña risa, que me dio tanta emoción que quería tapar mi rostro. Realmente estaba enamorada para sentirme de esta forma tan ñoña. Peor para lo que vivimos el viernes, nosotros dos solos en un lugar que parecía y sonaba tan sagrado para él. Tuvo que haber sido tan especial... pero para mí...

El fin de semana hablamos un poco por mensaje, pero la culpabilidad me llenaba por completo. Mi forma de pensar o sentir, no deberían afectar totalmente los sentimientos que tengo hacia el director Jungkook, que se hacían más fuertes cada día, más cuándo ya tuvimos sexo, pero mi mente no deja de repetir "esperaba más" ¿Parecía una enferma sexual por pensar así?

Llegamos bastante rápido hasta este punto, y tenía tantas ganas de experimentar con él, porque siendo sincera, nunca he creído que el sexo sea la base de una relación, pero... lo único que yo he experimentado "sentimental" ha sido simplemente en la cama.

El director Jungkook fue bastante romántico, sus palabras tan dulces, caballeroso y ni hablar de lo bien que lo hace, pero me molestaba querer más. Mis gemidos para nada fueron fingimos, ver su rostro disfrutar hacía que me sintiera aún mejor.

Me levanté, era mi parada. Estaba cerca de la tienda, así que no tardé mucho caminando. Justo en la entrada, me esperaba ya Sohee, que era tan puntual que me sorprendía. Quedamos en vernos, puesto que no quería que estuviese sola en este momento.

Le di un abrazo en cuanto llegué a ella.

—¿Estás segura? Es casi como adoptar un cachorro.

—Hola Sohee, y es solo una motocicleta, de la cual ya tengo licencia para portarla.

—¿Qué pasará cuándo se dañe? ¿La gasolina estará bastante cara?

Parecía una broma. La dejé ahí afuera, entrando primero a la tienda. Pronto, pude ver al encargado acercarse a mí, quien me reconoció, ya que había venido dos veces ya. Tuve que hacer bastante papeleo, en donde Sohee sí que estuvo presente, parecía casi una abogada, mi propia representante.

Después de firmar el seguro de dos años que tenía, me dieron dos cascos que compré y prontamente salimos de la tienda donde la habían dejado.

—Y como le había mencionado y está en los papeles. Tiene 200cc de motor, los discos de freno están como nuevos a pesar de ser de segunda mano, los amortiguadores tanto delanteros como trasero se encuentran en perfecto estado también, así que no hay posibilidad de escape de aceite. En el manual que le entregué, está el número por si hay algún problema.

No entendía mucho, pero anoche me puse averiguar un poco para no parecer tonta, y todo sonaba bien. Me dieron las llaves, e hicieron que la encendiera. Todo estaba perfecto, era preciosa. El dueño se fue, y era momento de irme, con Sohee, que me miraba aterrada con su casco en sus manos.

—¿En serio? Sube, va —Negó y yo suspiré—. Compré el segundo casco de color rosita por qué es tu favorito, aun así te niegas en subir tu enorme trasero privilegiado a mi hermosa y nueva vespa.

—Me niego, pero por qué el casco me gusta, solo por eso me subiré, pero no confío en ti —Apreté mis puños con fuerza, la iba a matar. Me acomodé en el asiento, tomando las manijas, lista, viendo como esta abrochaba el casco en su cabeza, acercándose a mí —. Solo por el casco rosita lo hago.

Ni siquiera por nuestra amistad, lo que hay que oír. Cuándo sentí todo su peso, y sus manos sobre mis hombros. Le indiqué donde debía poner sus pies, y ya listas, aceleré un poco, yendo poco a poco, sintiendo como Sohee chillaba, estaba desquiciada.

Practiqué bastante en una vespa que había en las clases de licencia, y vaya que me costó al inicio, pero soy bastante buena, más sabiendo que llevo a una loca detrás gritando cada vez que tomó un poquito de velocidad.

Se sentía bien, ya no dependía del tonto autobús por ahora. Que contenta estoy, tengo ganas de mostrarle a mi padre y decirle que estoy dispuesta a llevarlo a la playa aunque sea aquí. No pude disfrutar mucho del paseo, puesto que Sohee estaba de los nervios, así que me detuve en un restaurante que vi. Dejé aparcada la vespa, en el lugar correspondiente, poniendo luego el seguro en la rueda para que nadie la quisiera robar.

Tenía varios días desde que no pedía pollo, así que entre ambas, pedimos una gran ración de pollo frito, tradicional coreano "hechos de casa", según dijo la dueña del lugar. Nos sentamos y pronto empecé a escuchar a Sohee hablar, ahora más tranquila.

—Creo que tardaré en volver por aquí.

—¿Por qué lo dices?

La camarera llegó, dejando nuestras bebidas primero.

—Seguro te recuerdas cuándo te llamé el viernes, para contarte lo que pasó con el aquel cliente —Asentí—. Bueno, pues hoy me lo encontré y me sentí extraña.

—No entiendo.

Tomé un poco del refresco que no estaba tan frío, si no me congelaría. Escuché como suspiró, pero no parecía nerviosa o algo parecida, más bien enfadada.

—Me molesta. Es un cliente que se pudo en contacto conmigo, era para decorar la habitación de su hija, pero esa niña resultó siendo una de las que siempre nos encontramos. La más peleona.

—¿Qué?

—Si no mal me equivoco, se llama Haeron o no sé qué... y es su padre, mi cliente, al cual besé —Esto sí que era un enredo. Llevé una mano a mi cabeza, tratando de entender todo. La amiga de Eunchae, hija de Jungkook, es hija del hombre que está sacando de quicio a mi amiga... —. Desde el primer día discutíamos, y una cosa llegó a la otra, que tuvimos una charla un tanto agresiva, pero casualmente acabamos besándonos, y no entiendo por qué.

Sohee era una persona lanzada, pero decidida. Cuándo le gustaba alguien, no tenía miedo de decirlo, así mismo, no le gustaba hacerle ilusiones a nadie. Esto que está contándome, es algo nuevo.

—¿Te gusta?

Negó.

—No, creo. Es algo raro, por qué la segunda vez que pasó, charlamos tranquilamente, pero acabamos discutiendo, para después... yo encima de su mesa de la cocina, mientras me metía la lengua hasta la garganta.

Llevé mi mano a tapar mi boca, esto era espeluznante. Se notaba que el orgullo los llenaba por completo y no eran capaces de confirmar que exactamente sentían algo.

—Sohee...

—Fue la circunstancia, por eso me atreví a hacerlo, pero no suelo ser así. Por ello mismo, llamé a la empresa para decir que mande a otra persona. Solo hacen falta hacer unos pequeños arreglos, así que ya acabé con mi trabajo.

Guardé silencio sin saber qué decirle. Desde que nos conocemos, ella solía darme bastantes consejos, hasta cuándo tuve mi primer novio –consejos que no tomé en absoluto-, pero ahora veo con claridad que si le preocupa tanto, es que en verdad le interesa, aunque sea un poco, tanto para haberse besado con alguien que apenas conoce.

—Y si ese hombre quisiera volver a verte...

—Cambiemos de tema, ya que ese hombre me odia, como yo a él. Mejor dime, el viernes no seguimos hablando mucho y me preocupé, además de que me dijiste que tenías una noticia.

No sé iba a escapar, por qué le haría bastantes preguntas luego.

—Pues, soy la pareja del director Jungkook.

Abrió su boca, y antes de que chillara, la miré mal.

—¡Dios mío! ¡Cuéntame todo, por favor! ¡¿Fue el viernes, el fin de semana?! ¡Te prometo que si me dices punto por punto, no volveré a chillar en la moto!

Esperé a que guardara silencio, y traté de hablar. Le comenté absolutamente todo, como me fue a buscar, lo de las pinturas, y que me pidió ser su pareja después de que tuvimos sexo. Además, incluí la incómoda conversación que tuvo con su exmujer.

—Me sentí completamente flotando en todo momento, no podía creer que él sintiera cosas tan lindas por mí.

—Es amor, él claramente te quiere Chaeyeon.

Sonreí, nuevamente, como una ñoña.

—Y bueno, antes de que me preguntes por qué te veo las intenciones. Él es un hombre en toda regla. Tiene tatuajes por toda su brazo, demasiado caliente. Ah, y lo hicimos como tres veces.

Acomodó su rostro sobre su mano, sus ojos brillaban, era tan tonta y única.

—No sabes lo emocionada que me siento de verte tan feliz, y con un hombre que realmente siente algo verdadero por ti —Se sentía raro—. Pero, dime, ¿te gustó? Seguro fue...

—Quiero contarte algo —Prestó más atención—. Me encantó, pero lo sentí a la vez sencillo. No sabes lo mal que me he sentido por pensar así, ya que, no sé como decirlo.

—Oh, vamos, tú puedes. ¿Recuerdas cuándo te conté mi primera vez con lujo y detalle? —Me da vergüenza recordar eso, aunque fue gracioso, ya que no sabía absolutamente nada del tema— Dímelo, te escucharé.

—Quería más, no me refiero a las rondas. Digo, ah, sabes cuándo...

—Chaeyeon, te conozco y creo que no hace falta más que decir. Escúchame, solo por lo que tuviste que pasar antes, no por ello debes cambiar. Si a ti te gustan esas cosas, puedes hacerlo.

—Suena horrible.

—¿Tener sentimientos y deseos propios son horribles? Existen fantasías más desquiciadas, no te creas desvergonzada por tenerlas —Miré como ya teníamos nuestra comida en la mesa, pero por la conversación, me sentía mal, más por lo del pasado. Era irritante, hasta parecía un tabú o algo esta situación—. El otro día miré una película, era horrible, pero la cosa es que había una escena donde la protagonista era compañera de trabajo del protagonista hombre, y la mujer se atrevió a entrar a la oficina de él. Ahí, ambos acabaron besándose, pero justo llegó alguien y esta se escondió debajo de su escritorio, entonces pensé "Sería gracioso que se pusiera a hacerle un oral ahí mismo", y después, en otra escena, lo hicieron en la oficina.

La miré seriamente, sin entender.

—Chaeyeon, ve a la empresa de tu querido Director y dile que quieres hacerle un oral.

—No.

—¿Por qué no? A ver...

—Sohee, por favor basta. Qué vergüenza.

—¿Desde cuándo tienes vergüenza Hwang Chaeyeon? Haz que el libido se incremente, si no es por tener sexo ahí mismo, con el miedo de ser descubiertos, pues imagínate hacerlo disfrutar tan placenteramente en un lugar como su oficina.

—Cállate.

Suspiré y tomé un trazo de pollo para llevarlo a mi boca.

—Mira, seguro que eres experta en hacerlo con la boca, mira como tomaste con ganas esa pierna de pollo —Solté mi comida, ahora teniendo una imagen obscena en mi mente. Sohee era desquiciada, repito—. Dejando las bromas de lado, ahora que son pareja, la comunicación es lo principal, no cometas de nuevo ese error. Háblale que antes de la penetración pueden jugar un poco, juega con él.

Ahora más calmada, seguí comiendo, entendiendo lo que decía. Si me lo guardo, no podré disfrutar y no quiero fingir.

—Oe, por cagualida e vio so.

"Oye, por casualidad él vio eso" Fue lo que dijo, la que siempre habla mientras tiene la boca llena de comida.

—Obviamente.

Vi como terminaba de masticar, para luego tomar su refresco.

—¿Te preguntó algo?

Negué.

Espero que tampoco lo haga, no hay una explicación que yo deba dar. No me apetece, tampoco hablar con mi pareja actual, sobre una relación que tuve en el pasado, más cuándo para él no tuvo relevancia alguna. Ahora, cuándo veo ese tatuaje, pienso que se trata de otra cosa, olvidando ese mal trago.



[...]




A esto me refería cuándo decía que quería ir en moto. Llegué a mi trabajo a tiempo y no tuve que levantarme pronto para tomar el autobús. El aire mañanero congeló todo mi rostro, era algo obvio, pero a la vez me despertaba, me gustaba la sensación. Sigo más emocionada, ya que le confirmé a mi padre que este fin de semana llegaría a su casa.

Cuándo aparqué, miré como Bae se acercaba a mí con completa sorpresa. Vino donde mí, así que yo me bajé y empecé a enseñarle a mi segundo bebé, sin contar a Yanchi que podría ponerse celoso.

—¿No está preciosa?

—Para ser de segunda mano, la veo genial, se ve mejor que en las fotos —Asentí con la cabeza, feliz—. Si te parece bien, podrías mandarme los papeles con la información, para estar seguro de que no te engañaron o algo.

—Sin problema, traje lo que me dijiste.

Anoche estuvimos hablando bastante sobre la moto, y es que según yo todo estaba en orden, pero él quería confirmarlo. Después de ponerle el seguro a la vespa, entramos juntos a la empresa, bromeando un poco, ya que dijo que ahora yo podía ser su chofer personal, a lo que acepté si me pagaba.

—Tendrás que ir siempre en pantalón.

—No, he visto que si voy con algún vestido o falda, si no es tan corta, no tendré problema.

Cuándo estábamos a punto de girar para ir a la zona de los ascensores, me quedé de pie viendo a lo lejos del lugar. Había un hombre de espalda, vestido completamente de negro, junto a una gorra, que de pronto volteó a ver a un lado y aun así, de perfil, sentí que lo conocía de algo.

—¿No vienes Hwang?

Miré a Bae.

—Sí.

Entonces, cuándo voltee de nuevo donde estaba aquel hombre antes, ya no estaba. Sentí un escalofrío recorrer por todo mi cuerpo. Esta situación parecía casi una película de terror que me empezaba a abrumar, solo trayéndome malos recuerdos con lo del coche.

Nos adentramos a uno de los ascensores.

—¿Todo bien? —Asentí. Bueno, tampoco estaba en una película de terror, debía olvidarme de eso ya— Sabes, la subdirectora de marketing Yoo in-na, ahora es la directora.

No podía ser. Ahora mi nueva jefa principal era otra que me odiaba más.

—Las cosas no podrían ser peores, ahora sí que no tendré trabajo.

—No seas pesimista, seguro notará mejor tu talento.

Claro, mi talento para servir cafés. Terminamos de llegar a nuestro piso correspondiente, un día más.

Y así fue. No es que era pesimista, pero tampoco era de tonto, no saber que me odiaba esa mujer, no tengo ni idea de por qué. Según escuché, es así con todas las mujeres y un poco con los chicos que son nuevos. No me interesa su vida en lo absoluto, así que debía disponerme a hacerme mi trabajo, el cual no existía. Estuve revisando mis correos leídos toda la mañana, viendo informes pasados, escuchando un poco la conversación de mis compañeros y dibujando garabatos. Al menos me mandaron a comprar cafés.

No podía decir que salía agotada, por qué ni siquiera hacía nada, pero sí mentalmente. Salí dos horas más pronto de lo normal, ya que por lo visto, todo el departamento estaba invitado a una cena para felicitar a la nueva directora, cena a la cual yo no iría.

Estuve pensando mucho en lo que dijo Sohee, nadie va a negar que tiene razón, es la verdad. Así que no tenía mucho que perder, cuándo esta es mi naturaleza.

Salí de la empresa, me subí a mi vespa y me dirigí a la empresa del director. Durante todo el transcurso, mi cabeza dio vueltas sobre que podía inventar para verlo, ni siquiera sé si me dejarían pasar de recepción. Ya había ido una vez a la empresa, y entramos por qué iba el antiguo director Cho, esta vez, solo voy yo, que no soy nadie.

Llegué pronto. "Quiero ver al director Jeon" "Tengo una cita..:" Bueno, lo más falso. Nada más crucé la puerta principal, la de recepción me miró con un rostro bastante amable, no me lo esperaba. Fui hasta ella, con bastantes nervios.

—Buenas noches, ah, soy Hwang Chaeyeon —La cara de confusión de la mujer fue graciosa, era normal—. Ah, soy una copywriter de SsangYong, esta es mi credencial.

La dejé frente a su escritorio, la vio y luego a mí.

—¿Qué necesita, señorita Hwang?

—Yo, yo tenía, digo, yo tengo una reunión con el director comercial de esta empresa.

—¿El director comercial Jeon Jungkook? —Asentí un poco alegre, pero mi sonrisa se desvaneció por la cara burlona de ella— No tengo constancia de que alguien de SsangYong tenga una visita con un director tan importante de este lugar. Le avisaré a la secretaría de él.

Mis manos empezaron a sudar.

—¿Park? Hay una señorita aquí abajo, que dice tener una cita con el director Jeon, es de la empresa SsangYong.

Metí mis manos a los bolsillos de mi pantalón, tratando de ver a otro lado, me incomodaba su mirada.

—No lo sé, eso dijo —Saqué mi móvil, mejor le envío un mensaje directamente, aunque quería darle una pequeña sorpresa—. Está bien.

Miré como estaba haciendo unas cosas en su escritorio, para después ponerlo frente a mí. Era una credencial de visitante.

—Muchas...

—La oficina del director está en el piso 8, al sector izquierdo, puerta 6, ahí está su secretaria.

—Muchas gracias.

Me alejé de ahí, qué vergüenza. Todo el lugar era hermoso, vaya que hacía comparación con otras empresas, se notaba las nuevas tecnologías que tenían, hasta su ascensor era tan delicado. Seguí las indicaciones de que me dijo la mujer de recepción y pronto me encontraba frente al escritorio de la secretaria del director Jungkook. La mujer me miró, con una amplia sonrisa. Ya la había visto de antes.

—Buenas noches, me dijeron que usted tenía una cita con el director.

—Hola, buenas noches. Sí, si tengo.

Dije dudando.

—Es extraño, no tengo constancia de que la empresa se haya puesto en contacto, de igual forma, le avisé al director de la llegada de una persona de la empresa, y dijo que podía pasar.

Sin decir más, vino hacia mí, para ser ella la que abriera la puerta, no sin antes tocar. Se hizo a un lado, diciéndome que podía pasar. Su oficina era gigante, mejor que la de la directora de marketing de SsangYong. Ahí estaba él, junto a sus enormes estanterías, concentrado en unos libros, siendo tan atractivo.

—Director, aquí está la persona de SsangYong —Cuándo escuchó la voz de su secretaria, volteó hacia la puerta, cerró el libro y su rostro era un poema al verme—. Los dejo a solas, dígame si necesita algo.

Y así, la mujer salió. Este se mantenía con una sonrisa en sus labios, sin creer que yo estaba ahí. Dejó el libro a un lado, entonces empecé a caminar hacia él.

—No esperaba verte aquí.

Es que, ya lo he visto completamente desnudo, pero he de admitir que con esa ropa de empresario que usa siempre, le queda jodidamente caliente, más ahora que su corbata la tenía un poco baja, las mangas de su camisa estaban hasta sus codos y me hacía pensar tantas cosas.

—Fue inesperado, director.

Murmuré, cuándo ya estábamos con nuestros cuerpos cerca, pero este sin pensarlo puso su mano sobre mi cintura, mordiendo suavemente su labio, volviéndome loca.

—Estás preciosa —No pude esconder mi sonrisa, entonces tomé su corbata, jugando con ella—. Hubieras dicho tu nombre y no te hubiera hecho esperar tanto.

—No pasa nada, ya que vine a darte una sorpresa, por dos razones mayormente.

Subí mi mirada, hasta ver sus ojos que me veían tan atentos. No puedo comprender como es que pude tener sexo con él, era una afortunada por completo.

—Dime que sucede, mejor aún, ven y sentémonos —Se dirigió a su silla, detrás de su escritorio, mientras que yo estaba a punto de ir hacia la silla de enfrente, pero este me detuvo— ¿Piensas sentarte tan lejos?

Tomó mi mano y me atrajo a su misma silla, donde hizo que yo me sentara sobre su regazo. Me estaba volviendo loca, por ello mismo tenía tantas ganas de hacer innumerables cosas con él, disfrutar cada segundo sexual como normal a su lado. Pasó mi cabello detrás de mi oreja, y esperó a que yo hablara.

—Quiero tener una buena comunicación con usted, por eso mismo quiero decirle que anhelo hacer cosas... con usted.

—¿Usted? Ese usted siempre permanecerá ahí por lo visto. A ver, dime que es lo que quieres hacer conmigo.

—Todo.

Confesé, y es que tal vez no estaba entiendo, pero no sé como explicarme ahora mismo, y no es que me dé vergüenza, solo que no me gustaría que pensara mal de mí.

—Si me explicas mejor, estoy seguro que...

—Director Jungkook, el día en que estuvimos juntos, yo desee hacer más cosas antes que una penetración, a mí, ah, me gustan los juegos, las dinámicas, ser menos cliché y trivial.

La forma tan serio en la que quedó, me asustó, no sé en qué piensa, simplemente me miraba, pero el brillo de sus ojos me cautivaba más que nada.

—¿No disfrutaste entonces ese día?

—¡Oh por favor! Lo disfruté demasiado, mis gemidos eran reales, sus besos, sus caricias fueron la cúspide de...

Me detuve, ahora sí, sintiendo que fui demasiado directa, pero este no parecía molesto, simplemente se quedó pensativo.

—Entiendo. Parece como si fuera bastante mayor. Ilumíname, entonces, que es lo que te gustaría hacer conmigo exactamente.

—No es tan mayor, tal vez sea yo la que es demasiado atrevida.

—Me gusta que seas atrevida.

Tomé entre mis manos su corbata y me acerqué a él para besarlo con fuerza, tenía tantas ganas de besarlo, me estaba tentando desde el momento en que lo vi. Sus labios eran lo más delicioso que yo podía sentir, vaya que sí.

—Yo, ahora mismo quiero chupar su miembro. 







Buenas.
Me alegro que mucha gente
esté leyendo esta historia,
muchas gracias.

No os olvidéis de votar y
comentar, se siente bien como animador leeros.

Dios me las bendiga, tengan fuerzas para los próximos capítulos porque la que se
viene 🤓☝

xoxo

Herbst

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