Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 5



Astrid era una psicóloga bastante profesional, su cabello pelirrojo presentaba ya varias canas y tenía patas de gallo en los costados de sus ojos verdes. Era una mujer adulta, impecable y prolija, perfecta en todo sentido. Pero no llegaba a entenderme. No me veía cómoda diciéndole a esta señora del video, ni siquiera podía entender lo que era un Instagram o su funcionamiento.

Y ella se dio cuenta también que no estaba poniendo de mi parte para ser tratada así que lo mejor es que haya dejado de ir a su consultorio. Tal vez la terapia no era para mi, sin duda solo tendría que seguir viviendo mi día a día como una estudiante normal de instituto, rogar por terminarlo e intentar pasar desapercibida para todos.

Eso era algo que se me estaba acostumbrando, fingir frente a Parker para que no se preocupara, intentar no enojarme con mamá porque se pasaba mas tiempo acostada que otra cosa, e ignorar a todos y cada uno de mis molestos compañeros que cada día encontraban mas motivos para burlarse de mi, pase a ser una prostituta, a una violenta desde que golpee a mi compañero la otra vez.

Me concentraba en mis tareas, en ser la mejor para ganarme alguna que otra beca y largarme lo mas lejos posibles, intentaba que Malia dejara de juntarse conmigo porque no quería que saliera perjudicada, aunque ella solo insistía en querer ser mi amiga. ¿Por qué no me lo hacía fácil? ¿Por qué no me odiaba y me trataba mal como todo el mundo? Todo sería más sencillo y mi infierno pasaría mas rápido.

Ya no soportaba estas situaciones, los mensajes eran más, las provocaciones y las burlas eran en aumento. ¿Qué hice para merecer todo esto?

En clase presencie mi segundo ataque de pánico donde solo podía respirar de manera agitada cuando alguien dejo un calzoncillo en la silla a mi lado. ¿Es que la gente en algún momento no llegaba a aburrirse de tratar así a la gente? ¿acaso era divertido las burlas y meterse con alguien todo el tiempo?

Usualmente cuando la hora escolar terminaba, iba rápido a mi casa para evitar a Malia, encerrarme en mi habitación. Apagar todo lo tecnológico con tal de desaparecer, y concentrarme en cosas que me hicieran bien, pero la realidad estaba del otro lado, la vida estaba pasando y no podía hacer nada para detenerla. ¿Por qué no solo se acababa?

—Hola Shailine, no esperaba verte hoy, ¿tenías cita con Astrid?—pregunta Shannon mientras se acomodaba los bucles del cabello rubio. Venir aquí fue algo que me tomo un largo tiempo debatir cuando me encontré a mi misma mirando los untensillos afilados de mi casa, estaba asustándome de mi misma, hasta Park se estaba dando cuenta de ciertas cosas.

—De echo Astrid dijo que no podía ser mas mi psicóloga porque no ando respondiendo bien.—dije acercándome al escritorio de ella.—¿Natalie no ha vuelto?

—Lo siento cariño, la situación familiar de la doctora Natalie es muy complicada ahora, si quieres puedo darte número de otros terapeutas en Auckland, se que es un viaje largo en colectivo pero hay buenos especialistas ahí.

No podía permitirme un viaje a Auckland con lo que salía, podía cubrir mi propio tratamiento pero irme en viaje todas las semanas llamaría demasiado la atención de Park. Me mordí el labio con fuerza y negué mientras me daba la vuelta.

—Shailine.—llama Shannon haciendo que me de vuelta.—El doctor Reginald es un doctor capacitado, y bueno en su trabajo, es uno de los pocos que aparte de psicólogo tambien es psiquiatra. ¿Por qué no va con él?

Recordaba al doctor Reginald cuando entre al lugar por primera vez. Fue el que salió de su consultorio y se había acercado a calmarme, a veces lo veía salir de su oficina cuando yo esperaba a Astrid. Me daba una sonrisa amable y luego llamaba al paciente que lo esperaba.

No quería ir con él.

—Lo pensaré. —Es todo lo que dije, Shannon me sonríe y me ofrece una pequeña tarjeta donde indicaba el número de Reggie mientras me iba.

El día del cumpleaños del pueblo, todos los comerciantes aprovechan a poner lo mejor de su mercancía en la vereda, el gobernador aprovecha para hacer temáticas de juegos familiares y conciertos locales, hacen una gran celebración para un pequeño lugar como Golden Valley.

Park y yo caminábamos comiendo helado, aunque mi hermano pronto debería irse a su puesto de trabajo, la ciudad estaba decorada con guirnaldas y todos parecían tan alegres que uno se llegaba a preguntar si no podían darle un poco de esa felicidad. Miro de reojo a mi hermano quien ahora observa su reloj, solo había salido de la casa porque él me lo pidió, de lo contrario hubiera seguido con mamá, ella estaría durmiendo y yo vería capítulos enteros de Friends.

—Debo irme al trabajo. —dice guardándose el celular. —¿Quieres venir conmigo?

—¿Y sentarme mientras tu trabajas como si tuviera cinco años? No, gracias.

—¿Entonces que harás?

—Me quede en un capitulo tenso de Friends.

—Viste Friends como seis veces.

—Siete.

—¡Shailine!—escucho que me llaman, Malia se acerca con una sonrisa y me abraza a lo que recibo su abrazo. Mi hermano sonríe, seguramente feliz de dejarme con una amiga, se despide de nosotras mientras camina a su trabajo.

Intento no mostrarme incomoda frente a Malia mientras que ella habla de varias cosas, entrelaza nuestros brazos y siendo guiada por ella comienzo a caminar mientras asiento de manera mecánica a todo lo que va diciendo. Jugamos a algún puesto de juegos, y vemos otros puestos de bijouterie que nos interesa comprar.

Se que Malia se esforzaba a su manera, quería ser mi amiga, pero también queria ser amiga de las chicas. Esto debía resultarle agotador en demasiados niveles, ser mi amiga, defenderme de las burlas, ser amigas de las demás, querer que todo este bien.

Tras comprarme un chocker con un dije de luna, ella me sonríe e iba a hablar cuando su teléfono la interrumpe. Suelta un gruñido sacándolo.

—Oh bien, hay una emergencia en el negocio, ¿quieres venir?

—Prefiero seguir viendo. —dije colocándome el chocker, Malia me mira.

—Hum bien...soluciono esto e iré contigo, lo prometo.

Malia besa mi mejilla y la veo irse corriendo mientras suelto un suspiro. Jugué con el dije del collar mientras seguía mirando las cosas, ¿Cuánto tiempo más era necesario que estuviera dando vueltas hasta que pudiera irme sin tener que contestar preguntas?

Caminé hacia uno de los camiones de comida donde me compré un algodón de azúcar, cuando en eso escucho un tarareo de una canción conocida. Me volteo para ver al grupo de amigos y amigas de Tuyen reírse y tararear "back to black" mientras que Tuyen se reía con las manos en los bolsillos. Apreté mis labios y comencé a caminar alejándome de todos.

El video es algo que me arrepentiría para siempre, haber confiado en Tuyen es algo que me marcaría de por vida como una de las peores decisiones que tome en toda mi vida. Aun me preguntaba el porque de que había accedido a algo que no estaba del todo cómoda y segura, tal vez es porque Tuyen es convincente, tal vez era porque lo tenía para mi, porque me prometió que sería algo nuestro. Porque era una fantasía.

La parte del pueblo que no estaba habitada era el lago, tenias una parte para bajar al mismo donde fuera mas seguro, o podías inclinarte en la colina y mirarla desde lo alto. Muchos estudiantes de último año suelen arrojarse como tradición por haber terminado el año, esa tradición provoco varios accidentes. Uno de los amigos de Parker tuvo una parálisis en las piernas.

Una vez se ha corrido el rumor de que alguien murió por tirarse al lago desde el acantilado. Me quede observando hacía abajo, el agua golpeando las rocas más cercanas a la orilla, ¿Qué pasaba si saltaba? ¿Qué pasaba si yo me convertía en ese rumor de que alguien murió por arrojarse? ¿alguien me lloraría? Quizás Parker, tal vez Malia. Pero esto es para bien, ¿no es asi? Todos solo se burlan de mi, creo que si desaparezco sería mas sencillos.

Un sollozo comienza a salir del fondo de mi garganta, mientras siento las lagrimas bailarme en las mejillas, ¿Qué mas tengo para perder? Eh perdido todo. Perdí mis amigos, perdí a mi novio, perdí a mi madre hace años cuando papá decidió romperle el corazón. Me perdí a mi misma. Incline mi pie al borde, cuando la voz que me toma por sorpresa hace que me eche hacía atrás.

—Yo que tu tomaría impulso para saltar, ¿no crees?

Me volteo para encontrarme con una chica. De cabello rosado, con una remera negra con los hombros descubiertos y pantalones azules, en sus manos sostenía una caja marrón. Ambas solo nos quedamos mirando, la chica mira hacia donde estoy parada.

—Digo, si saltas desde ahí, lo más probable es que quedes con una parálisis si caes mal.

Limpie las lagrimas con las mangas de mi campera mientras me alejaba del borde, no queria responsabilizar a la chica de verme tirarme y tener una muerte.

—Solo queria hacer algo impulsivo.—mentí.

—Creo que seria algo estúpido, sin ofender.

—Bueno, estoy rodeada de malas decisiones.

Al verla mas de cerca, podía ver que sus ojos eran redondos y celestes. Tenía un delineado con cola de gato y los labios llenos pintado de color rosa, ella me mira y sus ojos caen en mi cuello donde tengo el collar. Por instinto me toco el dije, haciendo que ella sonría.

—Bueno, ¿vienes?

La chica se voltea comenzando a caminar, y a unos metros se voltea para verme. Entonces decido seguirla a una corta distancia.

Creo que un asesino serial se haría un festín con mi cuerpo. Ese es el pensamiento que tengo mientras viajo con la desconocida hasta un descampado con autos abandonados, ella solo me sonríe mientras la veo subir a una goma de neumático.

—¿Qué tienes en la caja?—pregunte.

—Robe los fuegos artificiales, bueno, mi amigo y yo. Pero nos separamos para no ser atrapados.

—¿Por qué hicieron eso?

—Por la contaminación, aparte, hay personas que les hace mal. Niños pequeños que sufren, y los animales se espantan. Si claro, habrá gente decepcionada y alguna enojada, pero créeme una pequeña población estará feliz.

No sabía que decir, entonces decido quedarme callada mientras intento ver hacía donde pisaba. El cielo empezaba a oscurecer, y la luna a salir junto a las estrellas.

—¡Laurie!—la escucho decir.

—¿Dónde estabas? Crei que te atraparon.

—Perdón, me distraje, hice una nueva amiga. Él es Laurence, pero puedes decirle Laurie.

Al alzar la vista, termino cayendo de bruces tras tropezarme con una pieza abandonada de automóvil. La chica deja rápido la caja en el suelo y se acerca a ayudarme agarrándome del auto, me quede de piedra observando al chico. El cabello castaño claro le caía en la frente, era alto con los hombros anchos y los brazos fuertes, los ojos de un café verdoso y los labios carnosos.

Pero no me lo quede viendo por eso. Él era el chico que me había salvado de que me atropellaran, era el que me guío al lugar donde trabajaba Reginald. Si me reconoció, no dijo nada, aunque no hay muchas personas neozelandesas asiáticas en Golden Valley. Él me echa una mirada.

—Ella puede decirme Laurence.

—¡Laurie!

—Está bien. —dije sacudiéndome la tierra en las piernas. Mientras que el chico se acercaba a un viejo y destruido auto sentándose al capo. —Tu no me dijiste tu nombre.

—Oh, ¿y así me seguiste? Eso es muy impulsivo de tu parte, me agrada. —dice la chica de cabello rosa, estira su mano y mi cuerpo entero se tensa. Pero solamente le da un toquecito al dije.—Me llamo Luna.

—Shailine.

Si me reconoció de algún lado, no lo dijo. Solo me da una sonrisa y se aleja. Esconde las dos cajas debajo del auto roto. Y luego abre una mochila que debía ser de Laurence donde saca latas de cerveza, le da una al chico y una a mi.

Laurence le susurra algo en el oído que no llego a escuchar, me dedico a abrir la lata de cerveza y darle un sorbo sintiendo el sabor amargo y las burbujas bajar por mi garganta. No se porque me parece ver a los dos discutir, me preguntaban si eran pareja, harían una linda pareja sin duda.

—¿Ustedes salen? —no puedo evitar preguntar, ambos me miran. Luna es la que suelta la carcajada, Laurence solo bebe.

—¡Claro que no!, somos amigos. —dice ella, no se si era imaginación mia o a Laurence parecía fastidiarle el echo de ser amigos. Supongo que era algo como un amor no correspondido, si que sería algo complicado.

Luna le saca la lata a Laurence y le echa un trago junto a una sonrisita divertida, luego se sube al auto con ayuda de él. Y solamente empezamos a hablar, no hablamos de la escuela, o de porque quise saltar al lago, Laurence no menciono que ya me había visto, no tocamos demasiados temas mas que alguna que otra acnedota. Y hablamos de como se quedarían todos pasmados al ver que no había fuegos artificiales para arrojar.

Veía a los dos amigos reírse y hacer bromas privadas que no entendía. Pero no me molestaba, para variar la estaba pasando mejor con dos desconocidos que en cualquier otro lado.

Al otro día aproveche a despertarme antes que Parker, agarre el teléfono fijo porque si agarraba el celular seguramente llegarían todas las notificaciones que llevo ignorando desde hace días. Agarre la tarjeta y me encerré en el baño.

La había pasado bien con aquellos dos amigos la otra noche, tanto que no ví la hora que se había echo. Luna me había intercambiado número, y ambos amigos me acompañaron a mi casa, luego solo los ví irse. Y esa fue toda la comunicación. Pero el sentimiento amargo en mi vientre había aumentado esa misma noche, y cuando me levanté a las tres de la mañana viendo fijamente el bisturí del baño, decidí que era hora.

Marque el número mientras me sentaba en el suelo del baño mordiéndome la pielcita en el dedo, la misma comenzó a sangrar y arder cuando me lastime, solte un insulto por lo bajo. Del otro lado, una voz adormilada y sonmolineta suena.

—¿Diga?

—Se que es muy temprano y prácticamente ni debió abrir su consultorio pero...yo...yo...

—¿Quién habla?

—Oh si, perdone, usted tal vez no se acuerde de mi pero soy Shailine. Me recibió cuando llegue y fue amable al ofrecerme una consulta y me negué demasiado rápido, y ahora...

—Bien—dice algo mas despierto, lo escucho suspirar.—¿Quieres pedirme una consulta?

—Si, cuando se despierte, esta claro que...recién lo despierto. No lo culpo, son las seis de la mañana.

—Tuve peores llamadas—es lo que responde.—¿Te parece a la tarde, Shailine?

—¿Hoy?

—Si, hoy a eso de las cinco.—dice y lo escucho bostezar, me mordí el labio con fuerza sintiéndome demasiado culpable por despertarlo.

—No tengo mucho dinero...

—Hablaremos de mi paga después de atenderla, ¿Qué dice?

—Gracias Reggie, ¡Doctor!

Él ríe.

—Reggie esta bien, hasta en unas horas, estaré mas despierto para entonces.

Tras cortar la llamada me quede mirando el teléfono fijamente. Si que esto había sido extraño. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro