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Capitulo 18



Me desperté cuando sentí mi celular vibrar con fuerza en mi mesa de noche.

Freddie descansaba acurrucado contra mi cuerpo y Sandy estaba al otro lado con su espalda apoyada en la mía, ambos habían decidido dormir conmigo tras la última pelea. Pues luego que Shailine se fue, mis hermanos y yo pasamos una agradable mañana y media tarde. Claro que les oculte lo del papel, estas cosas no deberían ser problemas para niños pequeños.

Luego de todo eso, nuestros padres regresaron, estaban con los ojos brillantes y tambaleándose claramente alcoholizados. Hubo una discusión de la cual ya ni me acuerdo porque, solo se que Greg me golpeo una bofetada con tanta fuerza que me dejo aturdida y los niños comenzaron a llorar claramente alterados, hubo gritos y más llanto. Todo termino cuando Greg e Ingrid decidieron irse nuevamente a ser más felices en sus fiestas, y yo me encargue de los pequeños, ninguno de los dos quiso abandonarme, y al caer la noche, nos acurrucamos los tres en mi cama la cual era la más grande.

Me estiro agarrando mi celular y tragó saliva al ver el destinatario.

Laurie: ¿Cuál es tu casa? Estoy en la entrada del barrio, pero no se cual vives.

Me levanté con sumo cuidado de no despertar a ninguno de los dos, me coloqué unas zapatillas y un abrigo antes de salir afuera. La noche era bastante fría en aquel momento, y lamentaba salir en pantalón de pijama. Pero no era un barrio tranquilo donde quisiera que Laurie me esperara mucho rato.

Tras esquivar varias de las casas, lo localizo. Tal como decía su mensaje, estaba en la entrada, sentado en el suelo con la espalda apoyada en un árbol. Estaba completamente vestido, jeans comunes, zapatillas y un enorme buzo rojo con un estampado de una calavera. Los ojos de mi amigo se clavan en mi cuando me ve llegar.

Ninguno de los dos dice mucho, no nos saludamos, no hace ademán de levantarse. Simplemente palmea a su lado invitándome a sentarme.

—Es curioso—dice al cabo de un rato—¿Hace cuánto nos conocemos? ¿cuatro, quizás cinco años? Y resulta que no sé nada de ti.

—No digas eso, sabes mucho de mí, más de lo que la mayoría.

—Llegue a la entrada y no sabía dónde caminar para tu casa, claramente no sabía lo de la denuncia y esto—continua agarrándome el rostro donde puede ver el golpe—Es claramente lo que sospecho, ¿no?

—¿Shailine te dijo?—pregunté, no sabía si sentirme herida o traicionada por la chica asiática. Seguramente sus intenciones no eran malas, pero era mi secreto, aunque si fuera por mi nunca se lo hubiera contado a Laurence, nunca se lo hubiera dicho.

—Me dijo que me pusiera mis pantalones de niño grande y arreglara las cosas contigo, básicamente.

—Tenía miedo de contarte—murmure.

—¿Por qué?

—Por lo que le hiciste a Vincent.

—Como si no se lo mereciera.

—No digo que no se lo mereciera, y no me importa Vincent. Me importaba que no te protegías a ti mismo.

Laurie me mira en silencio y ambos volvemos a quedarnos callados. Vincent fue mi último ex novio, era muy joven cuando lo conocí y él más grande que yo por varios años. Nos veíamos como un cuerpo de satisfacción mutua, y honestamente, yo lo veía como mi salida de Golden Valley, mi salida para alejarme de todos. Pero como todas las personas, Vincent tenía un lado que ocultaba, disfrutaba demasiado golpearme todo el tiempo, y yo lo aceptaba, pero no por amor, lo aceptaba porque podía irme.

Pero un día, en una de las discusiones, fue demasiado lejos y termine con una fractura en la costilla. Florence fue quien me atendió, y no se lo pude ocultar mucho tiempo. Y Laurie se enteró.

Nunca en mi vida iba a olvidar aquella vez, yo ya había salido de la clínica, Laurie me ayudaba a caminar porque me dolía mucho hacerlo y Vincent no tuvo mejor idea que aparecerse en el hospital con un ramo de rosas y una disculpa poco honesta. Iba a perdonarlo, si eso me garantizaba mi salida, iba a hacerlo. Pero Laurie, ¡oh eso es otra historia!

Fue como si un manto rojo se hubiera puesto en sus ojos y arremató contra él. No le dio tiempo a defenderse, ni le dio tiempo a reaccionar. Siguió golpeándolo hasta hacerlo sangrar, hasta que sus ojos se pusieron blancos, iba a morir, yo sabía que estaba por morir. Por suerte la seguridad de la clínica apareció para detenerlo.

Vincent no murió, pero se fue apenas salió. Luego de eso, muchos de los amigos de Vincent fueron detrás de Laurie para vengarse, aun recuerdo que me contó que lo enfrentaron en la calle y lo patearon con demasiada fuerza.

No me importaba que Laurie me quisiera proteger, tenía un buen corazón, estaba en su naturaleza y me quiere tanto a mi como a mis hermanos. ¿Pero de que me sirve la protección de mi mejor amigo si lo matan en el camino porque no mide las consecuencias?

Mi mejor amigo suelta un suspiro tembloroso provocando que me volteara a verlo. No se donde estaba su cabeza, pero seguramente muy lejos de aquí. Se pasó la lengua por sus labios.

—Cuando tenía ocho años vivía en una ciudad lejos de aquí, mi mamá estaba terminando su carrera de medicina. Vivíamos en una casa grande, tenía la mejor familia que podía desear a pesar de que no compartiera sangre con casi nadie de ellos. Mamá, Tucker, Paul, Reggie...y Ronnie—dice Laurie viendo el cielo, yo me quedé viéndolo a él—Ronnie fue mi mejor amiga, la conocí a los cuatro años, era transexual entonces imagínate mi cabeza para intentar entender lo que eso significaba. Pero la amaba, y ella me amaba a mí, todos en esa casa eran de una forma un papel para mí. Un padre, un tío, un hermano o un amigo...Ronnie tenía un novio y me acuerdo perfectamente ese día que entre a su cuarto sin tocar la puerta, y tenía un golpe demasiado grande en la costilla, "la gente no quiere ponerse triste delante de los niños pequeños".

Estire mi mano hasta agarrar la de Laurie, sus dedos se movieron en el dorso de mi mano con cuidado mientras suspiraba.

—Yo no entendía nada, y un día Reggie y el novio de Ronnie pelearon. Todos en la casa lograron separarlos, y mamá me uso como excusa para que los chicos se fueran. Recuerdo preguntarles que paso pero nadie me decía, Reggie me dijo que su novio hizo algo malo, me dijo que yo nunca debía hacer lo que hizo aunque no supiera que paso. "¿Entonces que pasa si lastima a alguien que amo? ¿debo dejarle?" Pégale el doble. Ese fue el consejo del gran doctor de Golden Valley.

Me reí un poco y Laurie me responde la sonrisa, una triste que no le llegaba a los ojos.

—Reggie y Ronnie anduvieron juntos un tiempo. Y luego, el ex novio de Ronnie la mató frente a Reggie.

Me quede de piedra antes sus palabras mientras me llevaba la mano a la boca, Laurie hace una mueca.

—Cuando me lo dijeron, me sentí tan vacío. Era como si toda la alegría, los colores y lo que fuera se hubieran ido. Perdí a mi mejor amiga a los ocho años, y luego Tucker se fue, y luego Paul...y nosotros vinimos aquí—comenta viéndome—Por eso cuando me enteré de lo que Vincent te hizo, no podía quedarme quieto, no podía...

—¿Perder a alguien más?

Laurie asiente. Rodee mis brazos alrededor de su cuello hasta abrazarlo, mi amigo me responde acercándome a él, mis ojos se llenaron de lágrimas de golpe mientras me ocultaba en su hombro.

—Lamento haberte lastimado de esa forma, lamento lo que hice y que te sintieras usado, te juro que no quería que te sintieras usado. Egoístamente solo pensé en mí, sabes que tengo unos métodos terribles para escaparme y pensé...pensé que si eso me servía a mí, también podía servirte a ti—murmure con la voz rota mientras me aferraba a él, la mano de Laurie acariciaba mi espalda mientras que mis calientes lagrimas mojaban su hombro—Perdóname Laurie, te amo mucho solo que no así. Perdón.

—Esta bien Luna, lo entiendo—dice acariciando mi espalda dejando que solloce suavemente en sus brazos mientras me apoyaba en su hombro—Entonces ¿Quién puso esa denuncia?

—No lo sé...el viernes estaba tan cansada de todo lo que sucedía que yo...hice algo muy estúpido y luego...—mi cabeza hizo un pequeño click a un recuerdo que tenía enterrado en mi cabeza—¡Oh! ¡Oh mierda!

—¿Qué?—pregunta.

—¡Las chicas! Fueron ellas, yo...yo estaba en mi estado mas bajo y...les solté todo. Se los conté todo y ellas...oh no, ¡oh no! Mierda, ahora me quitaran a los niños tras un vomito verbal que tuve bajo efectos del alcohol—dije desesperada mientras me agarraba la cabeza, el recuerdo de sus rostros estupefactos mirándome, la manera en las que sus labios se abrieron impresionados mientras yo largaba todas mis palabras.

Les había contado mi grande secreto. Les había contado la verdad, la realidad que tanto intente ocultarles por mucho tiempo. Sentía que el aire se estaba escapando de mis pulmones en ese momento mientras respiraba agitada, era lo mas probable, ellas pusieron la denuncia, Golden Valley es un lugar pequeño, pueden saber ubicarme, les conté todo de mi.

Les conte cosas que les oculte por años.

Esa noche no dormí nada, Laurie no quiso dejarme sola pero le había dicho que nos veríamos al día siguiente. Yo tenía que volver a casa, y lo hice, pero no pude dormir. No teniendo el cuerpo de mis hermanitos acurrucados contra el mio, no podía dormir pensando en mis amigas las cuales les di una vida ficticia, no pude dormir sabiendo que todas mis mentiras se derrumbaban como castillos de arena y no podía atraparlos.

Al llegar a la escuela de mi hermana, ella me observo con sus grandes ojos claros mientras me agarraba la mano con fuerza, le devolví la mirada acomodando su cabello rubio detrás de su oreja mientras la miraba.

—Siento que algo te pasa...

—Sandy

—susurre.

—Se que dijiste que no debo preocuparme por ti, pero quiero hacerlo porque eres mi hermana, ¿Qué está pasando?—pregunta ella, sus ojos azules se empiezan a llenar de lagrimas y alcanzo a ver como la barbilla le tiembla indicando que esta a punto de romperse a llorar—Esa señora, nos buscaba a nosotros ¿no? ¿van a separarnos de ti?

—No, claro que no—dije agarrando sus mejillas—Nada me separara de ti, ni de Freddie, lo juro. Nada va a separarnos a los tres, ¿bien?

Mi hermana asintió haciéndose la fuerte frente a mis ojos, la acerque a mi cuerpo apretando el suyo con algo de fuerza y bese su mejilla dulcemente, le acomode el cabello y le indique que entrara al colegio. Arrastro un poco sus pies al caminar a la entrada, al llegar a la puerta, se voltea a verme y le sonrío saludándola con la mano, ella me responde de la misma forma antes de perderla de mi vista.

Al llegar a la escuela, sentía que todas las miradas estaban puestas en mi, como si supieran mi secreto, como si supieran la verdad. Me sentía pequeña e indefensa mientras seguía caminando aferrándome a la correa de mi mochila.

Debía calmarme, no me estaban viendo, no me estaban viendo a mi. No saben nada, ¿verdad? No, no pueden saberlo.

Me detengo frente a mi locker sin tener fuerza ni siquiera para abrirlo, apoye mi frente en la puerta sintiendo un suave dolor recorrer mi cuerpo.

—Hola—dijo una suave voz detrás de mí. Cerré los ojos con pesar antes de voltearme y encontrarme con esas tres chicas.

Ellas sabían lo que habían hecho, y no pretendían ocultarlo, las tres me miraban de aquella forma que tanto detestaba, con pena, con compasión, como si fuera una cria que debían salvar, apreté mis puños con fuerza y me obligue a relajar mis manos.

—¿Por qué lo hicieron?—pregunte intentando calmar el tono de mi voz, las tres suspiraron de una manera sincronizada que daban miedo. Darcy tomo un paso adelante, su cabello anaranjado estaba atado en una coleta alta mientras me miraba.

—Cuando nos encontrábamos esa noche, Luna, teníamos mucho miedo por ti. No sabíamos si ibas a matarte o...—Darcy trago saliva negando—La cuestión es que nos preocupamos mucho por ti, ¿vivir en un ambiente abusivo? ¿ser maltratada todos los días frente a tus hermanos? ¿Qué seas una madre para ellos cuando tienes solo diecisiete años?

—No tenían derecho, ¡no tenían ni un derecho!

—No podíamos quedarnos como si nada—dijo Lucy—Las amigas se protegen, te gusten o no, eso queríamos hacer.

—Si querían protegerme, se hubieran callado bien la boca, ¡me los quieren quitar! Me quieren quitar a mis hermanitos, los van a mandar a hogares de acogida seguramente por separado. Al gobierno no les importa una casi adulta, pero alejaran a los niños porque creerán que sola no puedo cuidarlos, me los sacaran y no puedo permitirlo.

—No tendría nada de malo—habla DeeDee—Seria incluso mejor ¿no? Alejar a los niños de un ambiente abusivo del que viven, otro hogar con mejores oportunidades, incluso tu puedes tener mejores oportunidades.

—¿Esa es tu solución? ¿Qué los eche de mi vida como si fueran una carga asi nomas? ¡son mis niños!

—Son tus hermanos, Luna, no eres su mamá—hablo DeeDee—Quizás servicios sociales pueden dejar que los visites.

—¿Escuchas la porquería de cosas que dices?

—Chicas, no ahora—dijo Lucy.

—Nos mentiste Luna, nos mentiste por años, que tus padres siempre estaban trabajando, que tenias una linda casa en los suburbios casi a las afueras de Golden Valley, incluso a veces mentías diciendo que tus hermanos te volvían loca como si querías pretender ser normal. Debes ser una estúpida si quieres que tus hermanos se críen en el mismo ambiente toxico que tu te criaste, que te los saquen será lo mejor para ellos.

Sentía la sangre hervir en mi cuerpo, y mis manos se movieron en automático cuando jale el cabello castaño de DeeDee. Las chicas a mi alrededor comenzaron a chillar, mientras que DeeDee se intentaba defender utilizando sus uñas, estuvimos forcejeando, hasta que sentí la voz de Laurie y luego sus brazos jalándome con fuerza para alejarme de la pelea.

Laurie me llevo en sus brazos mientras que yo hacía esfuerzo para soltarme.

—Luna, ya esta, basta—dice soltándome.

—¡Dijo que sacarme a mis niños era lo mejor que podría pasarme!—grite volteándome a verlo—Como si mis niños fueran cosas que puedes sacar a la calle.

—Estuvo terrible, pero no puedes pelearte así con DeeDee, no cuando servicios sociales tiene un expediente tuyo y de tus hermanos. Si quieres que te dejen los niños a ti, tienes que mostrarles que eres mejor que esto.

—Necesito irme—dije controlando mi respiración mientras negaba.

—Luna...

—Estaré bien, solo...solo quiero irme, te veo luego—murmure retirándome.

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