Capitulo 13
El trabajo de Jota sin duda no es algo que se vería bien en curriculums, y sin duda espero que vuelva pronto para dejarle su maldito puesto y largarme. No me han hecho nada desde que soy la repartidora más que cuestionarme, de alguna forma es como si tuvieran un dialogo pactado en el que no podían acercarse a mi ni yo hacer nada como llamar a la policía. Siempre intento ocultar lo mejor que puedo mi cabello, y alguna parte visible de mi rostro.
Muchos de ellos se han reído cuando les abro la puerta disfrazada. Pero si así evito que me reconozcan en la calle donde pueden reclamarme algo prefiero hacerlo.
Pero cuando aquel chico de quince años toca la puerta, solo se me queda viendo fijamente de arriba abajo.
—Nadie me aviso que era Halloween. ¿No se suponía que tu no te encargabas de esto?—pregunta Asher viéndome con aburrimiento.
—Solo le hago un favor a Jota—respondí bajándome la pañoleta que ocultaba la parte inferior de mi rostro—No es como que te incumba lo que hago claramente, ¿y tu?
—¿No es que no nos incumbes? Bueno, si haces el trabajo de Jota debes saber bien por lo que vengo—me responde como si yo fuera tonta.
Asher había adelgazado sorprendentemente rápido en este tiempo. Unas bolsas negras comenzaron a aparecer debajo de los ojos oscuros, y cuando me fijo en sus manos veo un ligero temblor que intenta ocultar entre los bolsillos de su abrigo. Parecía temblar de frio, a pesar que el día se presentaba con un agradable clima.
Jota nunca se mete en lo que sus consumidores hagan, no le interesa y prefiere evitar preguntas. Mientras menos sepa era mejor, a veces se negaba a seguir vendiendo a ciertas personas. Su regla es que no me involucrara demasiado.
Pero había algo en este chico, en sus ojos, había algo en lo que decía que me detuviera. Asher era el mas joven de todos los que han pisado esta caravana a pedir algo. Me aferre con fuerza al picaporte.
—No puedo venderte.
Asher frunció sus oscuras cejas terminando de subir las escaleras para acabar con la distancia. Tal vez a la vista no parecía muy fuerte, pero era mas alto que yo. Y no lucía para nada feliz en este mismísimo momento.
—¿Por qué?—pregunta—A Finneas le vendieron.
—Ese fue Jota, no yo. Mejor déjalo antes que sea demasiado tarde, es el consejo que puedo darte.
—¿Y qué mierda me importa a mi tu consejo? —pregunta escupiendo cada palabra—Solo tienes un maldito trabajo que es venderme, deberías hacer caso, si es por dinero puedo pagarte más.
En todo su tono molesto había algo mas, había suplica, una desesperación que pocas veces había visto. Asher apenas había entrado a todo esto, podía alejarse. Me aferre con fuerza al picaporte preparándome para cerrarle la puerta en la cara y ponerle traba de ser necesario.
—Y también puedo negarme a quien venderle, y en este caso me niego a hacerlo.
—Mejor hazlo o...
—¿O que? ¿Le dirás la policía? Adelante, les gustaría mucho saber cómo un chico de quince años consiguió la droga en primer lugar.
Iba a cerrarle la puerta para terminar la conversación. Pero claramente la cosa no iba a quedar ahí. Con una fuerza descomunal, Asher mete su cuerpo empujando con demasiada fuerza la misma haciendo que mi espalda se golpee con el mueble mas cercano provocándome un grito de dolor cuando sentí la madera clavarse en mi cadera.
El ingreso sin importarle comenzando a buscar lo que necesitaba, con dolor me obligue a pararme y me acerque a él intentando sacárselo. Ambos forcejeamos, nuestros cuerpos no coordinaban. Y eso termino con Asher golpeando su codo en mi nariz provocando un segundo grito.
El castaño abre los ojos sorprendido y lo veo tartamudear. Me saco la mano de la nariz para ver una pequeña gota de sangre en la misma.
—Genial, simplemente genial—dije malhumorada caminando al lavamanos donde abrí el agua fría y comencé a lavarme. Esperaba que la sangre no me manchara la remera. Cuando me volteo a ver a Asher este aun estaba parado con la bolsa en sus manos mientras me miraba—¿Qué?
—Y-yo...
—Ahórratelo, Asher—replique terminando de limpiarme esperando que la pequeña hemorragia se hubiera detenido.—Me han golpeado mas fuerte que eso.
—A mi también—lo escucho murmurar.
Cuando lo veo, ahora parecía como un niño pequeño. Tenía los hombros caídos y un semblante triste en su rostro, su cuerpo seguía temblando ligeramente antes de verme.
—Papá no es muy amable con sus castigos.
—¿Y por eso te drogas?—pregunte en un tono calmado mientras ponía el paño húmedo en mi nariz intentando no hacer ningún gesto de dolor.
Pero si que dolía como la gran mierda.
—No, también esta Finneas.
—Él es...¿tu novio?
Un bufido parecido a una risa escapa de los labios de Asher.
—Ya quisiera...nos hemos besado. Pero...Finneas luego me trata como un desconocido, y cuando voy a su casa...nos besamos mucho en su cuarto. O simplemente fumamos lo que tenga, o bueno...esto—dice viendo la bolsita—Hace poco peleamos por eso. Siento que debería disculparme, él no acepta su sexualidad de cierta forma y siento que lo presione.
—¿Y le pedirás disculpas con cocaína en lugar de flores?—cuestione como un intento de broma pero a la vez hablando enserio. ¿Esta era su forma de disculparse? ¿Finneas valía mas que su salud en este momento?
—Intente de todo para que me perdone, y nada funciona. Aparte hace...hace semanas que no estoy consumiendo, y lo necesito. No pretendo que lo entiendas, Luna. Pero necesito esto, me atrae, mi cuerpo lo pide a gritos.
—Hay muchas otras formas de...es decir, no debe ser la única forma. Yo no consumo por ejemplo, y mi vida debe ser tan mierda como la tuya.
—Quizás es porque eres mas fuerte de lo que yo seré jamás.
Iba a contestarle cuando mi celular comienza a sonar. Me disculpo con Asher mientras voy a ver el aparato rectangular, leo el mensaje de Laurie confirmándome que nos encontraríamos esta noche. Me muerdo ligeramente el labio, honestamente pensaba que no me iba a contestar luego de nuestra última interacción.
Decidí responderle con un emogi de corazones. El ruido de la puerta provoca que me de vuelta para encontrarme con el salón vacío y una gran cantidad de billetes en la mesa de la cocina.
*
Al principio, mi visión me engaña aquella noche cuando creo que Laurie tiene un cigarrillo en sus labios, voy dispuesta a regañarle cuando termino descubriendo que se trataba de un dulce con el que estaba jugando moviendo su lengua.
Ambos nos quedamos viendo un buen rato cuando me situo frente a él. Tenía suerte de que la señora Rochester haya aceptado cuidar a mis hermanitos esa noche, mi conversación de un trabajo de la escuela que me tomaría toda la noche fue bastante convincente para ella y mis hermanos.
Laurie observa la mochila que llevo en mi espalda y mi ropa camuflada de color negro.
—¿Por qué estas asi?—pregunta comiendo su dulce.
—Es parte del plan, ir como ninjas, el mensaje decía ropa negra—le aclare, él asintió en silencio quedándonos en un momento algo incomodo. Mueve su pie con nerviosismo mientras que miro a mi alrededor en busca de Shailine.
—Pensé que me estabas evitando. Ya pedí disculpas por confesar mis sentimientos—dice al cabo de un rato. mordisquee mi labio con fuerza mientras jugaba con las correas de la mochila.
—Lo se, y se que tu no has hecho nada malo...
—¿Entonces porque me evitas como si tuviera una enfermedad contagiosa? Sigues siendo mi mejor amiga Luna.
Era muy difícil para mi explicarle a Laurie que todo lo que quería era protegerlo. Cuando me confesó sus sentimientos me tomo con la guardia baja, yo sabía que nunca sería la chica indicada para él. Iba a romperle el corazón de una u otra manera y prefería cuidarlo de eso.
Pero al alejarlo no me daba cuenta que también lo estaba hiriendo. Tome su mano apretándola y sonreí levemente.
—Lo lamento, no tuve que actuar como tonta.
—Es lindo volver a verlos juntos—escucho una voz detrás nuestro, suelto la mano de Laurie para encontrarme con Shailine quien nos sonreía. Su largo cabello negro estaba atado en una trenza, y estaba vestida con ropa oscura tal como decía el mensaje.
Nos sonríe mientras se aferraba a la mochila color negra.
—Bien, ¿para qué nos citaste?—pregunta Laurie escondiendo las manos en sus bolsillos.
Sonreí viéndolos.
—Decidí que es hora de portarnos mal, realmente mal.
—¿Vamos a robar o matar a alguien? Porque no se verá bien en mis solicitudes de beca, bastante que debo tener el registro de un video dando vueltas—dice Shailine haciendo una mueca.
—Justamente de esa persona vamos a vengarnos, estoy harta de las personas que se salen con la suya, y que si no haces algo te seguirán castigando, ¿no quieres un poquito de venganza?
—Las cosas no han salido bien para mi cuando me vengo.
—Aparte nos meteremos en grandes problemas...bueno, me sumo—dice Laurie lo que gano una mirada indignada de Shailine, ambos se observan hasta que mi amigo le sonríe—Admítelo, te gustaría hacerlo quedar en ridículo.
—Y yo se por personas que él esta solo en su casa esta noche, ¿Qué dices? ¿quieres portarte mal con nosotros Shailine?
La chica nos mira, pero alcanzo a ver el brillo de diversión en sus ojos. Extendí mi mano hacía ella, y cuando la toma una agradable descarga eléctrica sale de mi mano. Nos sonreímos, y dejamos que ella nos guiara mientras los tres nos fundíamos en la noche.
Los tres saltamos el enrejado que rodeaba la casa de Tuyen, una fachada de dos pisos con grandes paredes blancas y una ridícula alfombra donde se leía "todos son bienvenidos". Me coloque delante de la puerta, y comencé a manipular la cerradura hasta que escuchamos un "click", Shailine me mira impresionada.
—Es increíble lo que aprendes leyendo, ¿no? —dije a lo que Laurie ríe levemente mientras que los tres ingresábamos.
Nos detenemos apenas entramos cuando vemos un perro. Era pequeño, de color blanco. Temí que se pusiera a ladrar y todo nuestro plan se viera interrumpido. Pero el pequeño animal mueve la cola alegre al ver a Shailine saltándole, ella le brinda caricias.
—Tu te vendrás conmigo—escucho que le dice.
—Empezaré en la cocina—dice Laurie moviéndose en silencio convirtiéndose en una mancha al fundirse con la sombra.
Shailine y yo decidimos subir las escaleras, se detiene frente a una de las fotografías que se ve que su familia aun no había sacado. Donde ambos estaban vestidos en ropa formales.
—Era la boda de su tía.
—Creí que tenías mejor gusto—dije viendo al chico de cabello oscuro sonriente. Shailine se ríe suavemente abriendo su mochila y saca el marcador negro donde tacha la cara del chico haciendo un gran circulo negro.
Seguimos moviéndonos escaleras arriba. Cuando llegamos al baño del chico, agarré su champu donde le puse crema de afeitar. Shailine escribe en su espejo con marcador rojo "púdrete" y le deja una marca de labial en el espejo.
Lo que nosotros hacíamos tal vez eran niñerías al lado de todo lo que Tuyen hizo a Shailine, pero era lo que mínimamente podíamos hacer. Saque un antibiótico que usualmente usan para la clamidia junto a un preservativo junto a una linda nota de que era mejor que las usara la próxima vez.
—¿Estas satisfecha?—pregunte.
—No—dice agarrando uno del block de notas escribiendo "que se joda tu familia, tus notas, tu popularidad y tu" escribe e ingresa con cuidado a una habitación que supongo que será la de él.
El chico dormía plácidamente mientras roncaba completamente ajeno a nosotras. Con sumo cuidado, Shailine coloca la nota en la mesa de luz. Hice una mueca viendo al adolescente.
—Si le entraban a robar sería muy fácil—susurre. Agarre mi celular donde prendo la linterna asegurándome de no alumbrar cerca de la cara del chico mientras veía su habitación, estaba llena de lindos lujos, desde consolas de juegos, hasta una DVD, frunzo el ceño al ver una cámara de video la cual agarro poniéndola en mi mochila y veo la caja de DVDS.
—¿Crees que sean...?
—No creo que tu ex sea tan sádico—susurre. Aun así agarro una de las cajas, un CD sin nombre se encontraba ahí, ambas nos vimos. Seguramente no era nada, tal vez solo eran películas que grababa.
Pero no nos queríamos arriesgar, entonces la agarre y la partí a la mitad. Shailine hizo lo mismo con las que no tenían nombre, borraríamos cualquier existencia de algún video sea donde estuviera. Yo no sabía si Shailine grabo antes algo con su ex novio, pero el chico pudo haberla grabado sin su consentimiento, podía tenerlas en su poder.
—¿Qué hacen?—escuchamos a Laurie al acercarse.
—Encontramos muchos videos sin nombre, pensamos que podrían tener...
—Si, ya se que podrían tener, denme unos—dice él. Comenzamos a partirlos hasta que tuvimos una gran cantidad de CDS roto, maldito idiota.
Los tres vimos al cuerpo durmiente. Metí la mano dentro de mi mochila donde saque una banda depilatoria. Se la di a Shailine, ella sonríe abriéndola mientras que yo preparo la cámara. Shailine se acerca al chico y coloca la venda con cuidado. Pero en eso, su mascota ladra, y el chico abre los ojos.
—¿Shailine?
La chica le tira todas las sabanas en la cara mientras empezamos a huir. Escuchamos el grito de Tuyen mientras que bajamos las escaleras, ahora la mascota nos ladraba seguramente confundida. Mi corazón comienza a rebotar con fuerza mientras que mis manos sudan. Guardo la cámara en la mochila antes de colocármela en la espalda y salto el enrejado.
Laurie ayuda a Shailine a cruzar e intento atraparla del otro lado donde casi nos caemos pero nos miramos unos buenos segundos. Laurie es el último en saltar.
—¡No se queden ahí!—nos grita, salgo de mi ensoñación agarrando la mano de Shailine y comenzamos a correr siguiendo a Laurence que queda tanto nos miraba hacia atrás. Shailine hace un lamento de no poder llevarse a la mascota que nos había delatado.
Nos ocultamos en una de las calles, jadeando, con el corazón rebotando con fuerza. Nos miramos y comenzamos a reírnos como tres desquiciados.
Como Laurie mintió que se quedaría a dormir en lo de un amigo, y Shailine en lo de su amiga, no nos quedo otra que pasar la noche en el cementerio de autos. Los tres nos acurrucamos dentro de nuestro vehículo favorito, Laurie fue el primero en terminar rendido, con su cabeza apoyada en mi brazo y suaves ronquidos saliendo de su boca.
Sahiline y yo seguíamos en silencio una al lado de la otra, nuestros cuerpos irradiaban calor debido a la cercanía. Mientras que nuestras manos se tocaban. El ruido de los grillos nos hacía compañía esa noche, la chica a mi lado suspira.
—¿Enserio crees que pudo tener mas videos de mi grabados?
—Quizás, o de otras chicas, hay pervertidos en otras partes—dije viéndola—Pero enserio, pensé que tenias mejores gustos.
—Era bastante lindo cuando nos conocimos, pero ahora que lo pienso...él siempre fue el que mostró interés, y yo solo seguí porque era todo lo que nos decía. Nunca pensé si realmente me gusto...pero igual fue un largo tiempo de relación, era fácil estar con él.
Acaricie la mano de ella mientras que Shailine me mira, le sonreí levemente encogiéndome de hombros.
—Gracias por esto, eres la primera que busca justicia por su propia mano.
—Quiero ver su cara mañana.
Shailine se ríe mientras asentía y me acurruque en su hombro soltando un bostezo. Shailine acaricia mi mano hasta que caímos rendidas de sueño.
Al día siguiente, los tres nos volvimos a cambiarnos de ropa. Llevé a mis hermanos en la escuela, y luego me encontré en el punto en común donde acompañaríamos a Shailine a la escuela. La chica parecía levemente nerviosa mientras que yo grababa a mis dos amigos con aquella cámara de video la cual había robado, la había estado chequeando anteriormente, pero no encontré ningún video dudoso en la cámara. Quizás el pervertido ya la bajo en sus Cds.
—¿Cómo se sienten tras nuestro vandalismo anoche? —pregunte grabándolos, Shaline agacha su mirada haciendo que su largo cabello le cubra la cara. Mientras que Laurie estira la mano tapando la cámara sin querer que lo grabe.
—Solo quiero decir que la próxima vez que se quieran vengar de un ex novio o algo, háganlo en un día que no haya clases, mi espalda me duele de dormir ese auto—dice Laurie,
—Pero si hacemos vandalismo no podemos ver la cara de las personas a las que se los hacemos, la idea es estar para su reacción—dije mientras los grababa. Laurie niega mientras que Shailine nos sonríe.
—¡Shailine!—escuchamos. La chica asiática se detiene de golpe, no me había dado cuenta que habíamos llegado a su escuela. Un chico se nos acercaba sumamente molesto, intento no reírme al ver que le faltaba la ceja izquierda, sin duda tuvo que dolerle.—¿¡Meterte a mi casa y hacer eso como una desquiciada loca!?
—No sé de qué hablas—dijo ella sumamente tranquila como si enserio no tuviera idea de lo que había pasado.
—¡Claro que lo sabes! ¡La nota! ¡Mis cds rotos! ¡mi ceja! ¡te vi anoche!
—Ey—dice Laurence interponiéndose—Deja de gritarle, no tiene ni puta idea de lo que gritas.
—Tu eres el menos indicado para hablarme a mí—dice Tuyen dándole un empujon en el pecho provocando que al irse hacia atrás empujara a Shailine. Me acerque preocupada a la chica asiática quien solo podía ver a los dos chicos, hasta que Tuyen termina teniendo los ojos en mi—¿Esa es mi cámara?
—Hum, ¿no?
—¿Ustedes dos eran también lo de anoche?—pregunta Tuyen haciendo ademan de acercase pero Laurie vuelve a frenarlo—Oh ya veo, a ti no te alcanza con una, ¿entonces tienes a dos zorras a tu disposición?
—Cierra la boca—dice Laurence molesto.
—Lo mío fue una broma Shailine, lo tuyo fue ir muy lejos, no tienes por qué ser tan zorra.
—¡Lo que yo te hice no es ni cerca comparado lo que tu hiciste!
Lo siguiente paso tan rápido que no sabría decirlo. Tuyen se estaba acercando de una forma demasiado amenazante a Shailine hasta que Laurence lo freno. Cansado de Laurence, Tuyen le dio un golpe en la cara, lo que mi amigo no se quedó atrás y se la devolvió.
Ambos chicos comenzaron a golpearse hasta que se tiraron en el suelo donde siguieron devolviéndose los golpes. Eso llamo la atención de todos quienes lo estaban viendo. Laurie estaba en el suelo con sangre en su rostro mientras seguía defendiéndose. En un intento de ayudar, me tiro sobre la espalda de Tuyen y le muerdo la oreja con demasiada fuerza, el chico grita, y al empujarme me golpea con su brazo tirándome al suelo, Shailine se acerca rápidamente a mi, mientras que Laurie aprovecha su distracción para derribar al chico y empezar a golpearle con el puño cerrado haciéndolo sangrar.
Mis ojos van a los miles celulares que nos grababan. Y en eso se escucha el ruido de la policía que es lo único que detiene a Laurence. Shailine me obliga a pararme mientras que yo solo podía ver al chico inconsciente
—Luna debemos irnos—dice Shailine—Laurie, vamos.
—Ustedes váyanse, ahora.
Me dejo levantar por Shailine mientras nos apresuramos a movernos y mezclarnos entre todo el circulo de personas.
—Mierda—murmure cuando nos separamos.
No pude concentrarme el resto de la mañana. En clases miraba al reloj sumamente nerviosa, nuestros compañeros murmuraban a nuestro alrededor sobre Laurence. Darcy incluso tuvo la cradurez de decir que siempre creyo que Laurie era un chico violento.
Le mande mensajes, pero no tuve respuestas. Le mande mensajes a Florence, pero tampoco tuve respuestas.
Tampoco pude concentrarme mucho cuando busque a mis hermanos de sus clases, casi quemo el almuerzo, y di varias respuestas incorrectas en la ayuda de matemática de Sandy. Nuestros padres no estaban, pero tampoco me interesaba demasiado preguntar dónde estarían.
Era cerca del atardecer cuando decidí ir a casa de Laurie, la señora Rochester le encantaba cuidar a mis hermanos y a ellos le gustaban estar con ella porque tenían televisor con cable. Decidí ingresar directamente por el patio saltando el enrejado, caminé hasta la ventana de su cuarto.
Laurence estaba acostado en su cama, alcanzaba a verle las dos piernas apoyadas en el suelo mientras que su cuerpo permanecía acostado, su laptop estaba abierta donde se reproducía el primer álbum de The 1975. Toque la ventana donde Laurence se sienta en la cama antes de verme confundido. Se acerca a la misma abriéndola dejándome ingresar.
—Ey, te estuve llenando de mensajes, ¿Por qué no respondiste?
—Mamá me saco el celular como castigo.
—¿Estas bien? —pregunte, me echo una mirada incrédula mientras se sentaba en su cama. Tenía el rostro golpeado, una herida en su ceja y el labio roto.—¿Dónde está tu mamá?
—Emergencia en el hospital. Pero fue mejor que la llamaran, tuviste que ver su cara cuando la policía me trajo aquí, mejor aún, tuviste que verla llorar mientras me regañaba. Se echó la culpa de prácticamente toda mi crianza, soy un estúpido.
—Hey, no lo eres, eres un buen chico Laurie, nos defendiste a las dos.
—Pero pude detenerme y lo seguí golpeando...está bien por cierto, nariz rota. Simplemente quise seguir, todo lo que dijo de Shailine, o lo que dijo de ti...o cuando te golpeo. Solo quise seguir, Dios, soy mi padre—gruñe tapándose el rostro con las manos.
Odiaba ver a Laurie triste, era lo que mas me rompía en mil pedazos. Ver a Laurie triste para mi era como una gran debilidad. Me acerque a él acariciando su rodilla suavemente brindándole consuelo.
—No eres tu papá, Laurie.
—Si, soy como él.
Levante su rostro entre mis manos. Sus ojos estaban cristalinos intentando no llorar, deje un suave beso en su ceja y luego en su mejilla. Laurie me miraba atentamente, deje un pequeño beso en su golpe y luego bese sus labios. Laurie me siguió algo sorprendido, pero siguió, sus labios sabían a café y metal, profundice el beso mientras me acomodaba encima suyo sentándome encima de su cadera, mis dientes mordieron su labio antes de volver a besarlo. Saqué su remera y nos volvimos a besar mientras que sus manos se detenían bajo mi remera, solté un suspiro acariciando su mejilla.
—Puedes tocar si quieres—dije besándolo.
—Luna, para—murmura, lo bese jugando con el botón de su pantalón, cuando su mano se aferró a mi muñeca—¿Qué estás haciendo?
Lo mire.
—Bueno...solo intentaba...subirte el ánimo.
—¿Subirme el ánimo con...sexo?
—A mi a veces me sube el ánimo, entonces pensé...¿Por qué no? No debe significar algo.
Laurie me miro dolido y molesto.
—¿Te acuerdas que yo tengo sentimientos por ti? Eso no te importa, ¿verdad?
—No...es decir, si me importan, pero me refiero a que...—empecé sintiéndome demasiado nerviosa.
—Ya, claro—dice colocándose la remera y me saca con cuidado y firmeza de encima de su cuerpo mientras se levantaban.—Por favor, vete.
—¿Qué?—pregunte. Debía ser la primera vez que Laurie empleaba esas palabras conmigo—Pero...lo siento, enserio, hablemos Laurie...
—No quiero escucharte, quiero estar lejos de ti hoy.
—Pero...Laurie...yo no pretendía...yo no...
Laurie se canso de mi palabrerío y termino por ser el quien saliera por la ventana. Me quede en su habitación mientras que la música seguía reproduciéndose, me abrace a mi misma y cerré su laptop antes de irme. Sabía que seguir a Laurence era inútil.
No pretendía hacerlo sentir mal, quería levantarle el ánimo. Pensé que sería algo sencillo, no pensé que eso podría arruinar todo. Los sentimientos arruinan todo.
Me abrace a mi misma y comencé a sollozar mientras caminaba a ciegas por la ciudad, debía disculparme y a la vez respetar su decisión de querer estar lejos de mí. Limpie las lágrimas saladas que caían por mi rostro cuando escucho una voz familiar.
—¿Estas bien, Luna?—levanto mi vista encontrándome con Shailine, ella hace una mueca, en sus manos sostenía bolsas de compras—Acabo de volver de terapia cuando te vi, pedí una sesión de emergencia...¿estás bien?
Negué. Shailine hizo una mueca abrazándome por los hombros y rompí en llanto como Freddie cuando se lastima la rodilla. ¿Por qué debo arruinar todo? ¿Por qué siempre terminas consolándome en tus brazos Shailine? ¿Por qué se siente tan bien y mal a la vez?
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