Locura
Aquella mano que comenzaba a bajar por todo el cuerpo de la menor, haciendo que temblaban sintiendo aquel miedo de lograr a sentir algo. Sabia perfectamente que estaba mal pero si bien desde el día uno había hecho todo mal, como tuvo contacto con su jefa o inclusive engañar a su novio aunque lo niegue.
Sus ojos verdes captaron al de la risa y una vez más negó quitando la mano casi en una palmada para tragar saliva y dar un leve gruñido de que no sería más su juguete aunque tenía que admitir que le encantaba aquella forma ruda por la cual la mayor tenía, no sabia mucho de ella tan solo lo que le habían contado y además de eso se perdía en ella.
- Enserio Wanda, si quieres me voy no te voy a obligar a nada que no quieras aunque seria divertido.- susurro con una sonrisa para alejarse un poco quitándose el saco y cruzarse de brazos.
- He llegado a un punto de mi vida que no me importa nada ¿cómo quisieras que reaccionaría? me trataste como un animal, me humillaste enfrete de toda tu estupida compañía.- sostuvo Wanda, que por primera vez se estaba enfrentando y ni siquiera sabía de donde había sacado aquella fuerza.
Por lo general la rusa hubiera mandando todo al bote y salirse de sus casillas pero increíblemente no fue así simplemente sonrio por aquella forma en que se enfrentaba a una sola trabajadora.
- En toda mi vida que llevo nunca nadie me había desafiado, ni mis propios jefes en aquellos momentos.
- Que pena, debes de actualizarte que no todas las personas vamos estar a tus pies.- dijo con tanta seguridad que se sintió más tranquila que desde el primer día pero algo pasaba con su cuerpo que le impedía seguir de esa manera.
- En efecto sabes como controlar, por algo estás en este lugar y esta hora, tus habilidades han demostrado que eres mas de lo que esa solicitud que llenaste representa. No estás aquí solo porque quiero sino porque estás a cargo de tu área de trabajo sobresaliendo por todos inclusive teniendo poco de un mes, no es algo que quise si por mi fuera ya estarías en la calle.- pronuncio aquellas palabras con un poco de orgullo aunque se acerco más a la joven.
- ¿Ah si? no creo que me quisieras lejos de ti, ni porque el consejo te lo haya pedido por el simple hecho de que te tienen miedo, ellos harían lo que sea para mantenerte aqui. Así porque no me dices que me quieres coger justamente aquí, vamos Natasha he visto como me miras cada que traigo una falda o vestido, las veces que te pones celosa cuando mi novio pasa por mi o cuando me quedo con una amiga tuya.- ni siquiera Wanda supo de donde tomo valor para pronunciar aquellas palabras.
- Por supuesto que te quiero coger ¿es tan obvio? justamente aquí mientras me pides por más, si yo no supiera que tu novio no te deja satisfecha no me provocarias como lo haces o cono abres tus piernas cada que paso por tu escritorio, pero también juegas a ser la víctima y dañada aquella vez que te grite.- menciono la rusa con aquella voz de seducción que resaltaba siempre de ella.
En un segundo que Wanda mordio su labio por aquella forma en que le hablaba sabia que la deseaba a pesar de todo lo que le había hecho sufrir o talvez un trastorno que comenzaba a desarrollar por querer a la persona que la lastimó, no tenía ni idea pero en ese instante quería tan solo tiempo con ella y acabar con todo lo pendiente.
Los brazos de la menor fuero hasta el cuello ajeno logrando levantar una pierna para que tomara esta con firmeza acercándose más para pasar su nariz en forma de caricias por el cuello de la rusa llegando hasta los dulces labios de la contraria la cual subió sus ojos encontrándose con los de ella que la estaban observando.
- Cogeme.- pronuncio la menor aquellas palabras para que Natasha gruñera empujando el cuerpo ajeno hasta la mesa pasando su labio inferior por la barbilla ajena hasta rozar los labios de la castaña en un intento de tomarlos correspondiendo aquel beso tan necesitado de volver a sentirla.
Pronto las manos de Nat comenzaron a pasar por la cintura ajena con aquel vestido rosa pastel corto hasta las piernas para lograr que la menor se sentará entre la mesa y aquellas manos comenzaran abrir sus piernas subiendo un poco el vestido que vestía Wanda.
- Me pregunto con cuántas más han pasado antes de mi.- susurro la menor dejando abrir sus piernas mordiendo levemente su labio asintiendo como la mayor se apoderaba de su cuello dejando un par de chupetones y mordidas.
- Muchas ¿puedes ser la mejor? - le encantaba jugar con ella y aún así respondía de la misma forma, su mano comenzó a subir hasta uno de los pechos ajenos dejando un par de apretones pasando su lengua hasta llegar a los labios.
- Soy mejor que toda esa bola de putas, lo sé porque siempre quieres más de mi aunque yo te odie.- susurro en aquel tono suave pasando sus manos entre la espalda de la mayor resbalando hasta el frente para comenzar a desabotanar cada botón de aquella camisa que se encontraba entre su cuerpo.
Las sonrisas no pararon entre el juego peligroso que les encantaba siempre estar al tanto, podría decirse que el odio y el amor inundaba por completa la sala donde estaban, aquellas paredes de vidrios comenzaban hacer efecto cuando estuvieron en vapor por la mismo temperatura corporal que salían de ambas.
En un movimiento brusco, Natasha logró bajar los tirantes del vestido comenzando a bajarlos se había dado cuenta que no traía sostén por lo cual sonrío volteandola a ver para pasar las yemas de sus dedos por su pezon que se erectaba por el toque de la rusa que sabía perfectamente que solo ella podía hacerla sentir así.
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