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𝟬𝟰𝟲 emotional annihilation

𝖘𝖊𝖌𝖚𝖓𝖉𝖔 𝖆𝖈𝖙𝖔 • 𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖈𝖚𝖆𝖗𝖊𝖓𝖙𝖆 𝖞 𝖘𝖊𝖎𝖘:
𝖆𝖓𝖎𝖖𝖚𝖎𝖑𝖆𝖈𝖎𝖔𝖓 𝖊𝖒𝖔𝖈𝖎𝖔𝖓𝖆𝖑.

      La mañana de Nina y Remmie fue invertida en buscar un apartamento. Su idea era conseguir algo que no quedara demasiado lejos de la UNY, pero tampoco que involucrara un viaje multitudinario para llegar a la sexta avenida. Claro, eso ya reducía su margen de opciones considerablemente, pero ya que iban a mudarse, iban a hacerlo a un lugar que cumpliera con sus expectativas.

      Alrededor de las dos de la tarde decidieron darse un descanso para comer pizza en una esquina (el cual fue el momento favorito de Nina), y luego continuaron con su cacería. Hasta ese momento, no habían encontrado ningún departamento que los enamorara. Sí tenían uno o dos que tendrían en cuenta si no tenían ninguna otra opción, pero estaban determinados a conseguir el apartamento.

      —Necesitamos dos baños—, discutió Nina, enviándole una mirada a su novio que sugería que no debería opinar lo contrario en ese aspecto.

      Remmie frunció el ceño, decidiendo mencionar su punto de igual forma —. No necesitamos dos baños. Solo somos nosotros dos, ¿por qué sería tan complicado?

      La morena alzó su dedo índice, colocándolo frente al rostro del chico, aunque seguía manteniendo su cabeza hacia delante para asegurarse de no entrometerse en el camino de nadie —. No dirás lo mismo cuando tengamos que prepararnos para salir. El maquillaje es un arte, y el arte no se apura. Así que, si no tenemos dos baños, tendrás que lidiar con no poder ir por un par de horas.

      —Puedo ir al baño aunque estés maquillándote—, señaló el azabache —. Además, puedes maquillarte en otro lado. Solo necesitas un espejo.

      —Y buena luz—, recordó la chica —. Lo que no deja otra alternativa a usar el baño, a no ser que quieras que haya un reflector en cada habitación.

      Remmie rodó los ojos, pasando un brazo por sobre los hombros de la chica para acercarla a su cuerpo —. Podemos tener dos baños, o podemos tener un ante-baño, y aparte el baño principal.

      Nina sonrió, cediendo —. Trato hecho, vaquero.

      El chico rió, yendo a protestar antes de que sus ojos se posaran sobre dos personas que reconoció y frunció el ceño. La morena instantáneamente notó su cambio y siguió el camino de su mirada para encontrarse con su hermano y Dan caminando en su dirección.

      —Hola—, saludó Nina, brindándoles una sonrisa. Sin embargo, notó en cuanto posó su vista sobre sus rostros que no estaban simplemente caminando por la ciudad, sino que Dan mantenía su ceño fruncido mientras que Nate permanecía ocultando sus manos en sus bolsillos, lo que siempre delataba que estaba nervioso —. ¿Pasó algo?

      — ¿Qué hacen aquí?—, preguntó Nate, observando a ambos con un brillo de sospecha en sus ojos.

      Nina se adelantó a su novio. No sabía si él iba a decir lo que estaban haciendo, pero estaba segura que aún no quería dar las noticias de que se iban a mudar juntos, mucho menos cuando su hermano lucía tan ajetreado. Por lo que sonrió como si nada pasara y respondió —. Solo fuimos a almorzar pizza cerca de aquí. Tenía la idea de comprarme un vestido, en realidad, pero... ustedes no lucen nada bien. Así que, hablen. 

      —Holland dijo que mi papá engañó a Lily con ella—, soltó Dan con sus labios fruncidos en una mueca que demostraban que no creía aquello en lo absoluto.

      La chica negó, estando de acuerdo con él —. Imposible. ¡Rufus no haría eso! Es un buen tipo. Además, él adora a Lily. Cualquiera que lo conozca sabe que nunca lo haría.

      —Bueno, aparentemente Lily no lo conoce—, musitó Dan con desdén.

      —Estamos de camino a ver a Blair—, mencionó Nate —. Hay algo que no cuadra.

      Nina recordó vagamente que su amiga tenía una cita con uno de los compañeros de Columbia de Nate, por lo que asumió que se negaría a la oferta. No obstante, sentía que se lo debía a Rufus. Después de todo, el hombre la había aceptado a ella y a su hermano cuando no tenían dónde quedarse.

      Ella giró su cabeza hacia su novio, casi como preguntándole con la mirada si le molestaría poner en pausa su actividad para ir a ayudar. Remmie, ya sospechando que iban a terminar involucrados desde el momento en que la conversación comenzó, simplemente asintió, dándole una sonrisa a su pareja para asegurarle que estaba completamente bien. Después de todo, no es como si estuvieran teniendo mucho éxito en la búsqueda.

      —Vamos con ustedes—, anunció Nina, no buscando su permiso en lo absoluto. Cuando notó que los dos chicos iban a protestar, agregó —. Blair tenía una cita hoy, a esta hora. Si yo no voy, los va a echar. Además, quiero ayudar.

      Nate miró a Dan, dejando la decisión en él ya que se trataba de su padre y su familia. El castaño no lo pensó mucho antes de asentir. Sabía que Nina se involucraría eventualmente puesto que estaban buscando la ayuda de Blair, y ella siempre la implicaba en sus planes.

      Lo que sí no esperaba era que Remmie Meltzer estuviera envuelto en todo el asunto, pero sabía que no era una amenaza. Además, cuántas más cabezas, mejor. Tal vez podrían descubrir qué era lo que realmente estaba pasando mucho antes con otra mente en el juego —. Bueno, vamos.

      Entonces, el cuarteto retomó su caminata por las calles de Manhattan, dirigiéndose a la residencia Waldorf. Nina le envió una sonrisa a su novio, entrelazando sus dedos y enviándole un apretón como agradecimiento antes de volver a ver a Dan —. ¿Y quién es Holland?

      —Nina, ¿qué--?—, comenzó Blair cuando vio al cuarteto salir del ascensor —. ¿Nate? ¿Humphrey?—, rodó los ojos antes de levantarte del sofá —. Por favor, no me digas que mi madre volvió a contratarte como camarero.

      El castaño le brindó una sonrisa, y extendió su mano hacia la cita de Blair en lugar de responderle —. Hola, soy Dan.

      —Cameron—, asintió el chico antes de saludar al resto del grupo. Luego, miró al rubio —. Nate, gran partido.

      —Gracias—, sonrió el aludido antes de señalar a Blair —. Lamento interrumpir, pero necesitamos a Blair.

      Cuando Blair les miró mal, Nina optó por intervenir —. No quería interrumpir tu cita, pero esto es importante.

      La castaña apretó los labios antes de mirar a Cameron —. La gente me trae sus problemas porque saben cuán compasiva soy—, espetó antes de acercarse al grupo y empujar a Dan y Nate lejos del chico mientras que Nina y Remmie los siguieron.

      —Compasiva, o sea, conspiradora—, corrigió Dan.

      Nina lo golpeó en el hombro —. Vienes a pedir su ayuda, así que no la molestes—, advirtió.

      — ¿Chuck los envió?—, susurró Blair —. ¿Su plan no funcionó y entonces los envió a ustedes?

      La morena frunció el ceño —. ¿Qué haces hablándole a él?

      —Mira, Blair, se trata de mi papá y Lily—, instó Dan, irrumpiendo la conversación de las dos —. Esta mujer, uhm... Holland, lo acusó de estar engañándola con ella.

      Blair dio una pausa, mirando de reojo a Cameron, antes de continuar —. Espero un momento. ¿Una artista o activista hippie? Tal vez. ¿Pero alguien del Comité de Jardines? Sabía que había algo mal cuando Serena me lo contó. De ninguna forma otra neoyorquina del Este va a querer acostarse con Rufus—, soltó antes de girarse al ajeno al grupo —. Mi padrastro es judío.

      —Blair, no podemos dejar que Lily deje a Rufus—, mencionó Nate —. ¿Nos ayudarás?

      La chica dudó, girándose hacia su cita. Cameron le brindó una sonrisa, encogiéndose de hombros —. ¿Exponer un escándalo en el lado Este? Muéstrame tu mundo, Blair Waldorf.

      Las dos chicas presentes sonrieron ante aquello, y compartieron una mirada de complicidad. Entonces, tomaron la laptop de Blair y comenzaron su búsqueda. Ésta apenas duró unos minutos, ya que no fue difícil descubrir que Holland era una psiquiatra con su propia oficina. No obstante, cuando fueron allí para encararla, se encontraron con Chuck y Jenny.

      El dúo del infierno les informaron que estaban allí porque sospechaban que las medicinas de Lily tenían algo extraño, y habían ido allí porque fue Holland quién se las recetó. Por lo tanto, ahora el grupo se reunió en el Empire, mientras esperaban a que Jenny volviera de la residencia Van der Woodsen con lo que pudiera conseguir.

      —Holland obviamente está intentando envenenar a Lily para quedarse con Rufus.

      Nina frunció el ceño desde su lugar al lado de la ventana. Estaba quedándose lo más lejos posible de Chuck, y Remmie estaba justo a su lado, envolviendo su cintura con su brazo en un gesto protector —. ¿No te parece un poco demasiado, Blair?

      La castaña negó, a lo que su amiga rió —. Es muy shakespeariano.

      —Sí, también Atracción Fatal—, agregó Nate —. No puedo soportar conejos muertos.

      Su hermana asintió, estando de acuerdo —. Esa es mi línea—, advirtió —. Hay conejos muertos y me voy.

      —No habrán conejos muertos—, negó Blair, mirando a los hermanos incrédula.

      —Tal vez estoy diciendo lo obvio pero... ¿no deberíamos simplemente decírselo a Lily?—, inquirió Dan, dejando de jugar con las bolas del billar y acercándose al centro de la sala.

      — ¿Decirle qué?—, respondió Chuck, con un vaso de whisky en la mano —. "Jenny quiso vender drogas mal etiquetadas que provienen de la mujer que dice que se acostó con tu esposo."

      —Debemos llegar primero a Holland—, instó Blair —. Ella unirá los puntos, luego iremos con Lily.

      —Holland estará en el evento benéfico de hoy—, anunció Chuck —. Lo vi en la agenda.

      —Perfecto—, exclamó la castaña —. La humillación en público ayuda a lograr una confesión.

      — ¿Yo vengo en malos momentos o ustedes siempre están metidos en conspiraciones?—, preguntó Remmie a su novia, a lo que la chica rió. Fue a responderle, sin embargo se le adelantaron.

      —No esperamos que nos sigas el hilo—, aclaró Chuck —. Supongo que es más difícil que leer un guion y sonreír a la cámara.

      El agarre de Remmie alrededor de Nina se tensó, a lo que ella posó su mano sobre la de él y la acarició como para tranquilizarlo y recordarle lo que le había dicho antes. No debían reaccionar a sus provocaciones. Entonces, el azabache inspiró por la nariz, aunque la mirada que le dedicó no fue nada amable.

      El silencio siguió a eso, que solo fue interrumpido cuando Chuck soltó una carcajada profunda —. Veo que lo tienes bien entrenado, princesa. ¿También me da la patita si se lo pido?

      Nate se levantó de su lugar en el sofá y miró con severidad al castaño —. Chuck, basta.

      —No te molestes, Nate—, soltó Nina, sin molestarse en mirar a Chuck —. Sus acciones hablan más de él que de mí.

      —Bien—, suspiró Blair después de un momento —. ¿Nos encontramos en mi casa? La vestimenta es formal. Yo tendré las entradas.

      —Bueno, nos vemos—, culminó Nina, entrelazando sus dedos con los de su pareja antes de finalmente salir de la habitación.

      Al cabo de un par de horas, la misión comenzó en la fiesta benéfica. No obstante, tuvieron que recurrir a su plan B porque Jenny Humphrey no pudo encontrar ningún medicamento. Lo que los llevó a, para el disgusto de Nina, tener que usar las conexiones familiares de los Archibald.

      —Serena está aquí—, mencionó Blair mientras todos excepto Dan y Nate se encontraban juntos, observando la puerta de entrada —. Esto complica las cosas. Hay que evitar que nos vea.  S no se nos unirá, y no podemos dejar que una bomba rubia arruine el plan.

      —Y... el plan es que esperaremos a Dan y Nate con un sujeto de AMA, que es amigo de la familia de Nate—, musitó Jenny, desviando su mirada hacia Nina —. ¿Por qué tú no estás con ellos?

      —Preferiría estar con ellos a estar con ustedes—, confirmó la morena, mirándola mal —. Pero no quiero encontrarme con Tabb y que después le esté reportando a mi abuelo qué estoy haciendo.

      —¿Por qué te importa?—, cuestionó Blair antes de entregarle la entrada —. Esperarás con su entrada. Su nombre es doctor Tabb, así que finge que eres cortés y sé educada. Te servirá si alguna vez necesitas cirugía ortopédica.

      —Para cuando me acuchilles en la espalda—, musitó Jenny, a lo que Blair asintió con una sonrisa.

      —Blair y yo vigilaremos a Holland—, mencionó Chuck —. Cuando llegue nuestro as en la manga, nos dirá la verdad o le pediremos al doctor Tabb que le revoque su licencia.

      — ¡Pausa!—, exclamó Nina, mirando al castaño —. Blair y tú no harán nada. Tú irás conmigo, Blair irá con Rem.

      Ante eso, Chuck sonrió petulante, posando sus ojos sobre el azabache —. Oh-oh, parece que me prefiere a mí antes que a ti, Hollywood.

      Remmie ladró una carcajada —. Cierra la boca, Bass.

      Nina acarició su mano, dándole de esa forma las gracias por no protestar. Antes de asistir al evento, ella le había dicho que deberían hacer lo posible para mantener a Chuck alejado de Blair, incluso si eso significaba tener que interactuar con el diablo en persona. Justo como había utilizado la boda de Dorota, ella no dudaba de que usaría esto para acercársele a su mejor amiga.

      —Necesito un teléfono—, avisó Jenny —. Mi papá me quitó el mío.

      Tanto Nina como Blair rodaron los ojos, y la castaña le pasó el suyo antes de forzar una sonrisa —. No te preocupes, pequeña J, volverás a Park Avenue en poco tiempo.

      Cuando la rubia finalmente se fue, el grupo se giró hacia las escaleras con la intención de unirse a la fiesta. Sin embargo, Chuck se acercó a Nina y la tomó de la cintura, a lo que la chica se soltó rápidamente y Remmie le dedicó una mirada asesinada.

      — ¿Qué crees que estás haciendo?—, gruñó el actor.

      Chuck le dedicó una sonrisa arrogante —. Cumplo con mi papel.

      Remmie tensó la mandíbula, pero Nina intervino al acercarse a él y darle un suave beso sobre los labios. Ante aquello, el chico se relajó notablemente, y sus ojos se suavizaron al posarse sobre su rostro —. No te preocupes. Ve con Blair.

      El azabache le dio una última mirada al castaño antes de asentir y tomar a Blair del brazo antes de que ambos comenzaron a subir los múltiples escalones. Nina se giró hacia Chuck, quién tenía una enorme sonrisa como si hubiera ganado la lotería, lo que la incitó a rodar los ojos, pero se detuvo.

      —Vamos—, masculló una vez que su novio y mejor amiga estuvieran a adelantados a ellos por una distancia considerable. Chuck le ofreció su mano, pero fue ignorada mientras ella comenzaba a subir los escalones —. Estás delirante si crees que quiero estar contigo ahora mismo.

      —Fuiste tú la que pidió venir conmigo—, le recordó el chico, posando con suavidad su mano sobre su cintura mientras subían —. Así que, supongo que sí quieres.

      —Solo quiero evitar que uses todo esto para acercarte a Blair—, justificó Nina, comenzando a observar el rededor en busca de la doctora.

      —Siempre lista para sacrificarte por ella—, suspiró Chuck, una ligera molestia colándose en su tono.

      La chica no le dio importancia, aún concentrada en encontrar a la mujer hasta la vio hablando con un par de mujeres cerca de una mesa —. Bingo. Allí está—, la señaló con la cabeza de manera simulada.

      —Vamos, amor—, animó el castaño, ofreciéndole su mano a Nina.

      Ella miró su mano antes de posar sus ojos sobre su rostro, entrecerrando los ojos, a lo que la sonrisa de Chuck solo creció —. Te odio—, escupió, provocando una carcajada amarga por parte de su acompañante, antes de que caminaran hacia la mujer.

      — ¡Doctora Kemble!—, exclamó Nina en cuanto alcanzaron a la mujer —. ¡Me moría por verla! Hace semanas que quiero que él vaya a terapia conmigo.

      —Lo único que quiere hacer es hablar sobre sentimientos—, se quejó Chuck —. Como si no fuera suficiente reducir mi hombría al decirle te amo cada mañana.

      — ¿Cada mañana?—, repitió la chica, alzando las cejas —. ¡Por favor! ¡Puedo contar las veces que me dijiste que me querías con una mano, y me sobrarían dedos!

      El castaño rodó los ojos —. No es necesario decirlo si lo demuestro. ¡Todo lo que hago lo hago por ti!

      —Disculpen, pero realmente prefiero tratar con mis pacientes en mi oficina—, intervino Holland, forzando una sonrisa gentil —. ¿Por qué no llaman para pedir una cita?

      —No, por favor—, pidió Chuck, haciendo a la mujer sentarse mientras que ambos se ponían a cada lado de ellos.

      —Salió con mi mejor amiga—, informó Nina, intentando captar la atención de la mujer para que no intentara escapar —. Me dijo que me amaba, una de las tres veces que lo hizo, ¡y lo siguiente que sé de él es que está saliendo con mi mejor amiga!—, exclamó, alzando su cabeza para mirar al chico a los ojos —. ¿Cómo crees que eso me hizo sentir?—, inquirió, pero Chuck dudó, no sabiendo qué decir —. ¿Por qué hiciste eso?

      El castaño se relamió los labios —. Para protegerte.

      La chica sacudió la cabeza, mirándolo incrédula —. ¿Empezaste una relación con mi mejor amiga para protegerme? ¿En qué mundo tiene sentido eso?

      Chuck bufó —. Al menos no empecé a salir con ella solo para darte celos.

      — ¡No estoy– estaba saliendo con Rem para darte celos!—, instó Nina, frunciendo el ceño y perdiendo los estribos —. Fue una relación verdadera. Lo creas o no, no todo gira a tu alrededor, Bass.

      — ¿En serio?—, rió Chuck, claramente no creyéndole —. ¿Entonces por qué te esfuerzas tanto en hacer pública su relación?

      — ¡Yo no hago eso! ¡No es mi culpa que los paparazis nos sigan a todos lados!

      —Qué conveniente—, bufó.

      —Claramente—, comenzó Holland, mirando a los jóvenes a sus lados —, se han lastimado el uno al otro. Tú—, miró a Nina —, no te sientes segura. Ya no crees poder confiar en él. Y tú—, se giró a Chuck —, te sientes traicionado.

      Nina pestañeó, recordándose a sí misma cuál era su objetivo —. Y... ¿cómo podemos solucionarlo?

      —Llevará mucho trabajo, y mucho tiempo—, aseguró Holland.

      — ¿Hay, uhm, algún truco? ¿Tiene algún consejo que nos ayude a acelerar el proceso?—, mencionó Nina, intentando alargar la conversación mientras notaba a Chuck comunicarse con Dan.

      —Lo lamento, debo irme—, negó Holland.

      —Por favor, usted es nuestra única esperanza para arreglar nuestra relación—, insistió Chuck.

      —Sí, solo denos diez minutos de su noche—, asintió Nina.

      La mujer se giró y pausó, observándola por un momento —. ¿Usted no está saliendo con ese actor famoso? ¿Remmie Meltzer?

      —Uhm—, Nina balbuceó, tomada por sorpresa y Chuck en ese momento levantó sus ojos de su teléfono. La morena desvió su mirada hacia Chuck en busca de ayuda. Normalmente hubiera fácilmente mentido para salir del aprieto, pero la dejó realmente atónita de que la mujer la haya reconocido.

      Chuck guardó el teléfono en su bolsillo y colocó una mano sobre el hombro de la mujer —. Debería prestar más atención, ya mencioné que está saliendo con él para darme celos—, comentó y, cuando la mujer frunció el ceño, agregó —. Solo una cosa más—, le envió una media sonrisa a su acompañante antes de señalar hacia el otro lado de la habitación —. Ese hombre de por allí es el comité disciplinario de la AMA. La última vez que me fijé, es ilegal prescribir medicamentos mal etiquetados, especialmente a personas que ni siquiera son tus pacientes.

      — ¿Qué?—, jadeó Holland, mirándolos —. Ustedes dos realmente están enfermos—, soltó, a lo que Nina frunció ligeramente el ceño, un poco ofendida.

      Sin embargo, Chuck no se vio afectado en lo absoluto y continuó —. La persona con él está esperando mi señal para mostrarle la prueba de lo que le hizo a Lily Humphrey.

      —Pero somos generosos—, comenzó Nina, brindándole una sonrisa —. Solo díganos por qué lo hizo, y él no sabrá nada.

      — ¿Nina?—, llamó Rufus, colocándose a su lado —. ¿Qué diablos está pasando?

      La chica le brindó una sonrisa al hombre antes de mirar a Holland —. ¿Se lo dice usted?

      — ¿O prefiere que lo haga el doctor Disciplinario?—, presionó Chuck.

      La mujer dudó antes de mirar a Rufus —. Solo hice esas prescripciones porque le debía un favor a alguien.

      — ¿Quién te dijo que dijeras que dormiste conmigo?—, preguntó Rufus.

      —La persona con la que necesita hablar es William Van der Woodsen—, culminó la mujer, y Rufus inmediatamente salió en busca del hombre.

      —Entonces—, comenzó Chuck, acercándose a la chica mientras ella buscaba con la mirada a Blair y Remmie entre la multitud —. ¿Cómo te hizo sentir que yo haya empezado a salir con Blair?

      Nina lo miró, entrecerrando los ojos —. Este no es el momento.

      El castaño la tomó por los brazos, mirándola a los ojos —. No tendré otro momento.

       —Me dolió—, espetó ella después de una pausa, y se soltó de su agarre —. ¿Contento?

      —Nina, nunca fue mi intención--.

      — ¡Ahí están!—, exclamó Blair al acercarse a ambos —. ¿Qué pasó?

      Nina se movió de su lugar para pararse al lado de Remmie, quién pasó un brazo alrededor de su cintura y presionó un beso en su frente al volver a tenerla entre sus brazos —. Todo fue obra de William.

      — ¿El padre de Serena?—, balbuceó Blair, negando ligeramente con la cabeza —. No – no puedo creerlo. ¿Cómo podría enfermar a Lily a propósito?

      —Fue su forma retorcida para hacer que Lily lo necesitara—, explicó Nina —. Creyó que así la recuperaría.

      —Supongo que a comparación ya no suena tan loco que Holland envenenara a Lily para quedarse con Rufus—, comentó Remmie, a lo que Nina sonrió.

      —Sí, creo que eso suena más realista—, asintió, estando de acuerdo —. Deberíamos ir a buscar a William, para asegurarnos de que no escape de esto mintiendo.

      —Me temo que no se podrá hacer—, mencionó Chuck, levantando su mirada del teléfono para mirar a la morena —. William se acaba de ir junto con Lily y Serena.

      — ¿Dónde está William?—, preguntó Blair una vez que llegaron a la residencia Van der Woodsen y se encontraron con Lily, Serena, Eric, y Rufus.

      —Está abajo, en el vestíbulo—, respondió Serena —. Fue a buscar sus maletas.

      —No hay nadie en el vestíbulo—, negó Nate.

      —Él está ahí—, repitió la rubia.

      El chico negó —. Serena, el vestíbulo está vacío.

      —No lo habrán visto. Él no se iría—, negó Serena, dirigiéndose al ascensor —. No me abandonaría.

      —Oh, Dios—, suspiró Lily, ya sabiendo que William sí se había, y que Serena sufriría las consecuencias.

      —Debemos llamar a la policía—, murmuró Nate, tomando su teléfono y comenzando a marcar el mundo.

      —Uh, démosle un minuto—, sugirió Dan.

      Nina negó, cruzándose de brazos y sintiendo que estaba atrapada en un déjà vu —. Si se lo damos, escapará—, señaló, e intercambió una mirada con su hermano antes de asentir —. Llama.

      Nate asintió y presionó para hacer la llamada antes de llevarse el móvil a la oreja —. Hola, director Lewis. Soy Nate Archibald, nos conocimos el verano pasado en la casa de mi abuelo. Necesito que me haga un favor.

      La morena observó a su hermano irse a otra habitación para darles espacio a los demás y no molestarlos mientras hablaba por teléfono. Se aferró a Remmie, quién la agarró con más fuerza y la miró preocupado —. ¿Te sientes bien?—, musitó, captando las miradas de Blair y Chuck.

      —Creo que voy a vomitar—, admitió Nina, pero cuando notó la atención que había traído a su persona les brindó una sonrisa —. No se preocupen, estoy bien. Es solo que... me hace recordar a mi papá, eso es todo.

      Blair se le acercó y la abrazó, por lo que Remmie retrocedió un paso para no inferir. Los brazos de la castaña rodearon los hombros de su mejor amiga y la apretó con fuerza contra su cuerpo —. Todo está bien—, susurró a su oído.

      Nina bajó al vestíbulo y no se sorprendió cuando, en lugar de encontrarlo vacío, se encontró con Chuck observando a Blair marcharse con Cameron. Ella se acercó en silencio, el sonido de sus tacones contra el mosaico siendo lo único que presentó su presencia —. Déjala en paz, Chuck. Déjala seguir con su vida.

      Chuck la observó, pero ella no le devolvió el gesto. Por el contrario, se esforzó por mantener sus ojos sobre la puerta —. Sigues sin entender que hago todo esto por ti.

      La morena resopló —. Deja de decir eso. Todo lo que haces es por ti. Por tu hotel, por tu reputación; eso es todo lo que te importa.

      Chuck inspiró por la nariz —. Mira, lamento haberte lastimado. No fue mi intención hacerlo cuando empecé a salir con Blair. Salí con ella para protegerte de lo que podría significar salir conmigo... y tuve razón. Si hubiera estado contigo, Jack habría querido tenerte a ti, no a Blair.

      —Y entonces hubieras dejado que me tenga para recuperar tu hotel—, completó Nina.

      —No.

      — ¿No qué?

      —No hubiera dejado que te tenga.

      Entonces, Nina lo miró. Inmediatamente, deseó no haberlo hecho, porque se encontró con los ojos marrones de Chuck que le decían que estaba diciendo la verdad. No quería creerle, no quería dejarse manipular... pero la estaba mirando como solía mirarla antes. Sus rodillas temblaron.

      El pitido del ascensor anunció su llegada, y ella giró su cabeza para ver a Remmie y Nate, quienes se acercaban a ellos mientras charlaban.

      Nina volvió a mirar a su acompañante —. Supongo que nunca sabremos lo que hubiera pasado—, siseó antes de que los dos recién llegados se les unieran. Nate se paró al lado de Chuck, anunciando que la policía ya estaba en camino, mientras que Remmie envolvía los hombros de la chica y le volvía a preguntar si estaba bien.

      La chica le sonrió a su novio, asegurándole que no era necesario preocuparse por ella. Mientras tanto, podía sentir la mirada de Chuck siguiéndola, y maldijo a su cuerpo cuando sintió el calor subir a sus mejillas.

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