Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝟬𝟯𝟲 election day

𝖘𝖊𝖌𝖚𝖓𝖉𝖔 𝖆𝖈𝖙𝖔 • 𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖙𝖗𝖊𝖎𝖓𝖙𝖆 𝖞 𝖘𝖊𝖎𝖘:
𝖉𝖎𝖆 𝖉𝖊 𝖊𝖑𝖊𝖈𝖈𝖎𝖔𝖓𝖊𝖘.

      — ¿Cuál es la emergencia?—, cuestionó Nina en cuanto cruzó la puerta del hogar de Dan, encontrándose con el chico y su hermano arrojados sobre dos sofás individuales frente a una laptop que descansaba sobre una mesa de café.

      —Tú – estás saliendo con Remie Meltzer—, Dan la señaló, levantándose de su lugar.

      La morena asintió, con su ceño fruncido —. Sí, ¿y...?

      — ¿Cómo lidias con su trabajo?—, inquirió Dan y, ante la expresión confundida en el rostro de la chica, agregó —. Ya sabes, los besos, las escenas... demasiado explícitas... espera, ¿él siquiera hace cosas como esas?

      Nina rió —. Viste las películas de Olivia, ¿cierto?

      Dan asintió y Nate alzó una mano, señalándose a sí mismo —. Yo las traje.

      — ¿Y cuál es el problema? ¿Sientes celos cuando la ves besando a otros chicos o qué?—, preguntó la chica y, cuando Dan negó, ella se acercó a la computadora y le puso play a la escena solo para volver a ponerla en pausa cuando observó un par de segundos —. Oh, es el sexo.

      — ¡Ella está levitando!—, exclamó Dan.

      Nina rompió en carcajadas —. ¡Está actuando, Dan!

      —Pero parece como si realmente lo estuviera disfrutando—, musitó, casi como si estuviera haciendo una reflexión en voz alta.

      La morena alzó las cejas —. Que no puedas distinguir gemidos actuados de reales da mucho que decir sobre ti—, comentó y Nate rió. Por otro lado, Dan le arrojó una almohada que ella llegó a atrapar antes que le golpeara, soltando una risa —. Estaba bromeando, ¡lo siento!

      —Entonces, ¿cómo haces para que no te afecte?

      La chica se encogió de hombros —. Simplemente no me afecta.

      Dan alzó sus brazos al aire en dramatismo y se derrumbó sobre el sofá. Nate lo observó con una sonrisa antes de mirar a su hermana —. No estás siendo de mucha ayuda.

      Nina suspiró y se sentó en el posabrazos del sofá que ocupaba su hermano —. ¿Qué quieres que te diga? ¡Ella está haciendo su trabajo! Está actuando, es todo falso. No deberías dejar que te afecte en lo más mínimo. Aunque, si crees que no puedes ignorarlo, no deberías ver sus películas y punto.

      — ¿Y qué clase de novio sería si no lo hiciera?—, señaló Dan —. ¿Un novio que no mira tu trabajo? ¡No puedo hacer eso!

      —Entonces tendrás que aprender a diferenciar los gemidos reales de los falsos—, Nina le guiñó un ojo al chico mientras Nate ahogaba otra carcajada.

      Dan observó un momento a la morena, que tenía una gran sonrisa en su rostro, y luego bajó su mirada hacia el rubio, que tenía una sonrisa idéntica a la de su hermana —. ¿Saben qué?—, enunció, señalándolos —. Ustedes dos son horribles juntos.

      Los dos hermanos volvieron a romper en carcajadas.

      — ¡Vamos, hombre!—, reclamó Nate —. No puedes culparnos por tus celos.

      Nina asintió —. ¡No es nuestra culpa que estés enloqueciendo!

      — ¡No estoy enloqueciendo!—, aclaró Dan.

      — ¡Amigo!—, exclamó Nate, volviendo a reír —. ¡Hace cinco minutos cancelaste tu cita con ella!

      Entonces, el rostro de Dan cayó en un gesto de seriedad, y los dos hermanos volvieron a reír.

      Era el día de las elecciones y, aunque Nina no tenía ni la más mínima idea sobre política, tanto Tripp como su abuelo le habían insistido en que vaya a la oficina para mostrar un frente unido. A pesar de que ella no estaba completamente a favor de ser parte de una farsa puesto que ella no estaba en el mejor de los términos con su familia, su hermano la terminó convenciendo de asistir.

      —Lo siento, Serena—, hablaba Nina al teléfono mientras giraba sobre una silla giratoria en el medio de la enorme oficina —. No puedo hacerlo, yo no estoy involucrada en la organización de nada.

      — ¡Rasmussen nos pone arriba por un momento!—, anunció uno de los empleados.

      — ¡Eso es fantástico, Tripp!

      Nina apretó su teléfono contra su oído, haciendo una mueca sabiendo que probablemente Serena podía haber escuchado aquello claramente.

      —No eres parte de la organización, pero estás en las oficinas—, comentó Serena.

      —Te estoy diciendo la verdad—, aclaró Nina, rodando los ojos y levantándose de su asiento mientras se alejaba un par de pasos hacia una esquina menos transitada —. Mi abuelo dice que es bueno para la campaña dar la imagen de una familia unida.

      —Nunca creí que estuvieras de acuerdo con hacer eso.

      Nina se mordió el labio inferior —. Nate me convenció... ¿por qué no te pasas por aquí? Puedes hablar con mi hermano y solucionar cualquier cosa que sea por la que están peleando ahora.

      — ¿Sabes? En realidad estoy cerca, tomaré tu oferta—, murmuró Serena, reflexionando sobre la sugerencia.

      —Nos vemos en un rato entonces—, se despidió Nina antes de cortar la llamada.

      Nina no duró mucho más en la suite donde todos se encontraban trabajando y terminó bajando al lobby del hotel donde se estaba llevando a cabo una fiesta por Tripp. La chica inmediatamente fue a la barra, donde pidió el trago más ligero y dulce que tenían antes de girarse y encontrarse con que Chuck se estaba acercando a ella.

      — ¿Qué haces aquí?—, preguntó con una sonrisa, alzando un dedo al barman que enseguida le pasó un vaso con scotch —. Creí que estarías arriba.

      —Lo estaba—, asintió Nina, dándole un sorbo a su bebida y sonriendo ante el sabor dulce que tenía —. Mmm, esto está genial—, comentó, golpeando su copa con la de Chuck mientras caminaban entre los grupos de personas —. Estaba aburrida y nadie pareció objetar con que bajara. Después de todo, sigo apoyando a Tripp al estar aquí.

      —Bueno, me alegro que hayas bajado—, asintió el castaño y, cuando Nina alzó una ceja, él agregó —. Blair y Serena están discutiendo.

      Nina suspiró —. ¿Por qué no estoy sorprendida?

      Chuck rió —. Me sería de gran ayuda si tengo un par extra de ojos sobre ellas para evitar que hagan un desastre.

      —Seguro—, asintió Nina —. Supongo que esto cuenta como ayudar a Tripp de alguna forma—, le dio otro trago a su bebida —. ¿Dónde están ahora?

      —No lo sé—, musitó Chuck, alzando su cabeza para escanear el lugar en busca de las dos chicas, pero antes que pudiera verlas, las escuchó —. Señoritas, por favor—, mencionó cuando las alcanzaron —. Se supone que éste es un evento con clase, no un remate de centro comercial.

      —No creerán lo que hizo Serena—, comenzó Blair, mirando a su novio y a su mejor amiga —. Echó a mi amiga de la fiesta.

      — ¿La prostituta?—, preguntó Chuck y Nina alzó las cejas —. Seguridad ya me lo informó.

      — ¿Qué? No. Te lo prometo, Brandeis no es una prostituta—, aclaró Blair —. Serena solo está intentando vengarse de mí.

      Nina frunció el ceño mientras miraba a las dos chicas y ella intercambió una mirada con Chuck. Finalmente, ella sacudió ligeramente la cabeza, para darle a entender que ella tampoco tenía idea de lo que estaba pasando.

      Chuck suspiró —. Miren, no tengo idea de lo que está pasando aquí. Pero si la chica sigue por aquí, lo descubriré.

      —Gracias, Chuck—, asintió Blair antes de mirar a Serena —. ¿Y a quién es a la que le pagan por salir con sus clientes, de todas formas?

      La morena abrió la boca —. Blair—, advirtió.

      —No—, negó la chica —. Si le queda el zapato... la única prostituta aquí eres tú.

      Nina se acercó a intervenir, tomando a su mejor amiga por la muñeca —. Bien, ¿por qué no vamos para allá...?

      —Sí, vamos—, sonrió Blair a Nina antes de girar su cabeza hacia Serena —. Quiero un poco de pastel—, anunció antes de seguir caminando con su amiga. Chuck las siguió, al otro lado de Blair.

      Entonces, Nina sintió que la muñeca de Blair escapaba de su agarre y no fue lo suficientemente rápida para evitar que el rostro de su amiga aterrizara sobre el pastel. La morena se giró, para encontrar a Serena aún con sus manos posadas sobre su espalda.

      Serena se giró sobre sus tacones y marchó en la dirección contraria, mientras Blair salió prácticamente corriendo en dirección al baño. Nina y Chuck se miraron el uno al otro.

      — ¿A cuál de las dos quieres?—, cuestionó Chuck.

      —Si voy tras Serena vas a tener otra guerra de la que preocuparte—, resopló Nina.

      Chuck asintió, una pequeña sonrisa decoraba su rostro —. Siempre fiel a Blair Waldorf.

      — ¿Qué puedo decir?—, replicó la morena, encogiéndose de hombros mientras soltaba una suave carcajada ante el gesto de su amigo —. Nos vemos luego.

      —Nos vemos, princesa—, saludó Chuck antes que los dos se separaran.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro