𝟬𝟭𝟯 the sneaky snake
𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓 𝒂𝒄𝒕𝒐 • 𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒕𝒓𝒆𝒄𝒆:
𝒍𝒂 𝒔𝒆𝒓𝒑𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒔𝒊𝒈𝒊𝒍𝒐𝒔𝒂.
Nina Archibald tecleó en su celular rápidamente. No estaba completamente segura de lo que estaba haciendo, pero sentía que tenía que hacer algo. De lo contrario, Georgina haría lo que quisiera por el resto de sus vidas y no podía permitirlo.
La respuesta fue rápida y sus dedos se deslizaron por el teclado para responderle a Daniel Humphrey.
NINA | 20:27
Espero que no hayas retirado la invitación.
DAN | 20:32
¿Por qué? ¿Crees que debería?
NINA | 20:33
No, realmente me gusta la banda de tu padre.
Sólo quería asegurarme que mi presencia no arruinara tu noche.
DAN | 20:37
Dudo que seas capaz de eso.
NINA | 20:38
Estoy en camino, Brooklyn.
Con una sonrisa, la chica caminó hasta el borde de la calle con la intención de obtener un taxi, pero su accionar se detuvo en cuanto notó que su hermano se encontraba en la acera del frente, hablando por teléfono.
Ella le miró con el ceño fruncido un momento antes de cruzar la calle al asegurarse que no pasaba ningún vehículo. La menor se acercó a su hermano, alzando una ceja cuando escuchó que se dirigía al mismo lugar que ella y que pensaba ir en metro. Estaba segura que Nate nunca había viajado en el metro en su vida. Y ella tampoco.
—Espera, ¿Sarah está allí? ¿Con Dan?—, exclamó y Nina abrió los ojos —. No me refiero a Dan, hablo de Sarah. Su nombre no es Sarah, se llama Georgina. Serena nos contó esta historia horrible sobre ella. No creas en nada de lo que dice, por favor. Te contaré todo lo que pueda cuando llegué allí, ¿sí?
—Pásame con ella—, pidió Nina, sorprendiendo a su hermano.
— ¿Nina? ¿Qué haces aquí?
—Pásame con Vanessa—, insistió.
—No, Nina--. No, me la acabó de cruzar, no sé qué hace aquí. No lo sé, quiere hablar contigo--. Uhm, bueno—, murmuró antes de mirar a su hermana, pasándole el teléfono —. Dijo que quiere hablar contigo.
—Vanessa—, saludó al llevarse el teléfono al oído, avisándole a la chica que estaba al otro lado de la línea —. Mira, sé que no hemos hablado mucho pero, intenta alejar a Georgina de Dan. Sabes cómo es con las chicas lindas y ella va a aprovecharse de eso.
— ¿Es cierto lo que me están diciendo?—, inquirió Vanessa —. Parece sacado de una película.
—Y aún no sabes ni la mitad—, suspiró Nina —. Me gustaría que no fuera cierto, pero lo es. No la encares, sólo será peor. Es como la versión malvada de Blair.
—Creí que Blair era la versión malvada de ti—, murmuró Vanessa.
— ¿Qué?—, soltó Nina, confundida antes de recordar que Vanessa no sabía cómo había sido ella en el pasado —. No importa. Ten cuidado, es una buena mentirosa y manipuladora.
—De acuerdo—, asintió Vanessa aunque no podía verla —. ¿Tienen algún plan del que debería saber?
—No--, no lo sé. Nos acabas de dar información nueva. Blair está con Serena en el ensayo de la boda--, con Chuck también. Llamaremos a Blair y veremos qué hacer. Sólo, intenta actuar normal, ¿sí?
—Lo intentaré—, masculló Vanessa antes de despedirse y colgar.
Nina se bajó casi corriendo del vehículo. No tanto por el problema presente, sino porque no soportaba estar entre la pared y Chuck. Porque sí, se habían repartido los asientos de una forma en la que sólo le quedaba sentarse al lado del chico y estar lo más cerca posible de él.
Vaya mala suerte que cargaba.
Ella fue la primera en pasar y saludó a Vanessa alegremente. La chica le sonrió y la recibió bien, aunque su buen humor se esfumó en cuanto notó que Nate ingresó acompañado por Blair y Chuck —. Vaya cita la nuestra, hasta traes a tus amigos. Los que no soporto.
— ¿Dónde está Georgina?—, preguntó Blair, sin interesarle en lo absoluto su conversación.
— ¿Qué van a hacer?—, inquirió Nate, mirando a los tres —. Escucharon lo que dijo Serena.
—Como si nos importara—, respondió Chuck.
—Si no hacemos nada, Georgina no parara de atormentarla. Y lo sabes, Nate—, discutió Nina.
Vanessa miró a la morena un momento antes de responder —. Georgina se fue.
— ¿A dónde se fue?—, presionó Blair.
—No lo sé, sólo se fue. Si sólo pudiera hallar a Dan, está aquí en algún lado.
—Bueno, vayamos a buscarlo—, respondió Nate —. Solos—, aclaró.
—Espera—, Nina tomó por el brazo a Vanessa, sin importarle que su hermano la mirara mal —. ¿Estás segura que Georgina no se fue con Dan?
Vanessa asintió lentamente —. Sí, la vi marcharse y Dan no estaba con ella.
— ¿Segura?—, instó Nina.
—Sí—, volvió a asentir Vanessa.
—Nina, ¿podrías parar con el interrogatorio?—, pidió Nate, molesto.
Chuck se acercó —. Sí, ¿tan preocupada estás porque ellos dos estén solos? Pareces celosa, princesa—, murmuró a su lado.
La morena se giró hacia el chico, mirándolo a los ojos fijamente —. Discúlpame por estar preocupada porque Georgina le muestre a Dan lo que Serena no quiere que salga a la luz—, respondió —. Discúlpame que, por intentar evitar lo que Serena no quiere que pase, parezca celosa.
Chuck desvió la mirada y se relamió los labios, sabiendo que la chica tenía razón antes de dar un paso atrás y callarse. Nina sonrió ligeramente para sí misma, orgullosa de lo que había hecho cuando Serena ingresó al lugar.
—Oigan, ¿qué hacen aquí?
—Oye, ¿qué haces aquí?—, preguntó Blair al mismo tiempo que su amiga rubia —. Yo--, uhm, soy fanática de Leaky Hawk.
Nina soltó una corta carcajada —. Convencí a Blair de acompañarme al concierto de Lincoln Hawk—, aclaró, dirigiéndole una mirada a la castaña —. Y Chuck se coló, como siempre.
—Estuve cerca—, señaló Blair a su amiga.
—Perdona por creer que, si venían hasta Queens, debería de venir a protegerte—, murmuró Chuck, cerca del oído de Nina.
Ella movió su hombro para quitar su mano de sobre ella y giró su cabeza ligeramente —. Primero, no necesito tu protección. Segundo, Queens no tiene nada de malo. Tercero, no necesito tu protección.
—Busco a Dan y Georgina—, explicó Serena, después de mirar con una suave sonrisa el intercambio entre los tres. Aquellos altercados le recordaban al tiempo antes de aquella fatídica noche y, después de lo que había pasado, no podía creer que podría volver a ser todo como lo era antes.
—No tienes suerte, Georgina se fue—, respondió Chuck.
— ¿Y Dan?
—No tengo suerte, sigue por aquí.
Nina rodó los ojos —. Creo que nunca has tenido suerte.
— ¿Sí? Mis labios pueden decirte otra cosa—, respondió con una sonrisa.
Nina bufó antes de mirar a Serena. Ella notó la gran sonrisa que cargaba la rubia y no pudo evitar alzar las cejas —. ¿Qué sucede?
La sonrisa de Serena se agrandó —. Todo terminó.
Blair y Nina intercambiaron una mirada entre ellas antes de volver a mirarla —. ¿Qué quieres decir?
—Finalmente puedo contarle todo a Dan. ¿Me ayudan a buscarlo?
Las dos chicas asintieron con una pequeña sonrisa, mucho más tranquilas ahora. Sus nervios se habían desvanecido, sólo por ver a su amiga en paz. Un cambio completo desde hace unas horas atrás, cuando la chica estaba llorando con su alma destrozada.
Sin embargo, esa paz no duró mucho.
Sólo un par de minutos antes que Serena recibiera una llamada del celular de Dan, aunque no se trataba de él. Sino que de Georgina. Ella se encontraba con él y le dijo que se acostaría con él.
No importaba cuánto Serena afirmara que Dan no lo haría, todos notaban que ella no estaba segura de ello y que sólo intentaba convencerse a sí misma. Mientras tanto, Nina no tenía dudas de que Georgina tenía sus formas para lograr lo que quería.
Pero ella también las tenía.
No obstante, no pudo hacer otra cosa que llamar a Dan múltiples veces. Ninguna de sus llamadas fueron contestadas.
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