𝟬𝟭𝟮 the real story
𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓 𝒂𝒄𝒕𝒐 • 𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒅𝒐𝒄𝒆:
𝒍𝒂 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅𝒆𝒓𝒂 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂.
— ¿Realmente sucede algo malo o es un truco para reunirnos?—, preguntó Nate en cuanto Blair salió del ascensor pero, cuando su hermana se mantuvo en la puerta de la máquina, tragó saliva —. ¿Qué haces aquí? ¿Qué pasa?
Chuck se levantó en un instante cuando vio a Nina y se acomodó su saco —. Nina, yo--.
—No realmente el momento adecuado, Charles—, negó la morena, girándose de vuelta hacia el ascensor.
—Fue verdad lo que dije por teléfono—, expresó Blair con seriedad —. Necesitamos su ayuda.
Los tres se acercaron al ascensor para encontrarse con Serena en el suelo del pequeño compartimiento, mientras Nina desprendía los primeros botones de su blusa y le hacía aire con una revista. La rubia claramente había tenido una noche alocada y estaba destruida.
La morena se movió para dejar que Nate y Chuck la levantaran y la llevaran dentro de la habitación de Blair. Entre las dos chicas, metieron a Serena en la bañera mientras se llenaba de agua.
—Blair—, balbuceó Serena después de un momento —. ¿Puedo hablar sólo contigo?
Las dos morenas intercambiaron una mirada entre ellas antes que Nina se levantará y, con una suave sonrisa hacia la rubia, saliera del baño y se encontrara con Chuck y Nate —. Oh, genial—, masculló.
— ¿Qué le sucede?—, preguntó Nate.
—Ella vino anoche aquí y.., parecía bastante agitada, nerviosa. Ella nos dijo algo a Blair y a mí y luego se escabulló antes que nos diéramos cuenta. Asumo que fue a cada bar que pudo ir y tomó hasta el cansancio.
Chuck escudriñó los ojos —. ¿Qué les dijo?
La morena suspiró antes de negar —. No creo que debería ser yo la que lo diga. Además, no es por lo que deberían de estar preocupándose ahora. No podemos dejar que Serena vuelva a recaer en sus viejos hábitos.
Nina se giró de inmediato en cuanto escuchó un sonido detrás de ella. Su mirada se encontró con Chuck Bass, quien había posado un plato sobre la mesa antes de servir los bagels que había comprado.
—No era mi intención asustarte, princesa—, se disculpó el castaño, comenzando a colocar la comida sobre el plato —. ¿Qué sucede realmente?
—No quiero hablar contigo justo ahora—, negó la morena.
Chuck le miró y ella pudo notar que eso le dolía, pero no le importó. Él también la había dañado, mucho peor —. Estás nerviosa, sé que ocultas algo. Blair parece como si hubiera visto un fantasma--.
— ¿Por qué no le preguntas a ella? Parece que se llevan bien últimamente.
El adolescente dejó la comida y se acercó a la chica, quien lucía cada vez más molesta. Chuck acarició su mejilla, pero Nina se alejó de inmediato —. No me has dado la oportunidad para disculparme.
—No veo por qué debería de dártela—, replicó la morena.
Chuck soltó una risa amarga, bajando la mirada antes de alejarse de la chica y tomar el plato —. Entonces sigues enojada conmigo, pero milagrosamente has perdonado a Blair y Serena. Tiene mucho sentido—, agregó antes de salir de la cocina.
Nina cerró los ojos con fuerza, eliminando las lágrimas de enojo que amenazaban con caer y golpeó con fuerza la mesada. Claro que se provocó más daño, pero no le dio importancia.
En la residencia Waldorf parecía que habían cientos de personas moviéndose de un lado al otro, cuando en realidad se trataban de cuatro. Sin embargo, un silencio coronó la situación un momento.
—Supongo que me perdí un capítulo.., o cuatro, ¿no se odiaban ustedes?—, inquirió alguien.
Nina frunció el ceño y tomó aire antes de caminar hacia la puerta. Se quedó helada un segundo al encontrarse con Dan, pero rápidamente se recompensó y siguió su camino.
El chico la miró fijamente y Chuck se colocó frente a ella, observando a Dan de vuelta de manera amenazadora. Sin embargo, Nina se movió y se acercó a Dan.
El grupo permaneció en silencio, perplejos ante la reacción de la morena. Pero el que parecía más afectado era Dan, a quién se le secó la garganta cuando la chica se paró frente a él y le miró con empatía antes de hablar suavemente —. ¿Qué haces aquí?
Por un momento, el castaño parecía un pez fuera del agua antes de responder —. Estoy buscando a Serena.
—Ella no está aquí—, se adelantó a responder Chuck mientras Nina torcía el gesto.
—Creo que sí está aquí—, observó Dan a la chica frente a él —. ¿Nina?
La morena apretó los labios antes de mirarlo a los ojos —. Ella no quiere verte ahora, Dan. Lo siento.
El castaño se sintió fuera de lugar y pestañeó una vez antes de soltar —. ¿Hablas en serio?
—Sí—, presionó Blair —. Serena nos lo dijo.
De todos modos, Dan no se convenció e intentó subir las escaleras en busca de Serena. Los cuatro rápidamente lo detuvieron, principalmente Chuck quien aprovechaba cada oportunidad que tenía para empujar al castaño.
— ¿Qué están haciendo?—, inquirió Serena desde arriba y, en cuanto vio a Dan, las bajó —. Está bien—, asintió hacia las dos morenas antes de acercarse a su novio —. Dan.
—Algo está sucediendo y quiero que me lo digas.
—Es difícil de explicar.
Dan bufó —. Déjame hacértelo más sencillo. Sé que me ocultas algo y estoy cansado de ser el único con quien no hablas.
—No hablo con nadie.
— ¿Qué hacen ellos aquí entonces? ¿Por qué me llama un barman que dice que dejaste el bar con varios hombres? ¿Qué hombres, Serena? ¿Quiénes eran?
—No lo sé.
— ¿Sucedió algo anoche?—, inquirió.
—Por favor, no.
— ¿Me engañaste anoche?
Después de un momento, Serena asintió —. Sí.
Con eso, Dan se retiró del edificio y Nina se acercó a Serena, quien rápidamente la abrazó en busca de consuelo. La morena se sorprendió, pero igualmente envolvió el cuerpo de la rubia entre sus brazos y dejó que sus lágrimas cayeran sobre su hombro.
—Dan me tiene en un pedestal. Si supiera lo que hice, no volvería a mirarme—, habló después de un momento, separándose de la morena y dirigiéndose a la sala de estar.
—Empiezas a asustarme, ¿qué hiciste?—, preguntó Chuck.
—Vamos, nos lo puedes contar—, animó Nate.
Nina asintió en cuanto Serena la miró, pero ella negó y bajó la cabeza antes de sentarse en un sofá. Blair se sentó a su lado, reconfortándola —. Te vimos con vómito en el cabello, besándote con banqueros en el baño de PJ Clarke. No tienes que ocultarnos nada.
—Ella tiene razón, Serena. Ninguno de nosotros es un santo—, asintió Nate.
—Sí, yo me acosté con él en una limusina—, señaló Blair.
—Varias veces—, corrigió Chuck pero deseó no haberlo hecho cuando Nina le miró fría.
—Yo tuve sexo contigo en una boda mientras salía con ella—, continuó Nate —. Una vez.
Nina suspiró —. Todos saben que tuve mi época oscura. Hice que una empresa acabara en bancarrota por un berrinche—, negó, completamente avergonzada por lo que había hecho en su pasado.
—Soy Chuck Bass—, agregó el castaño ante la revelación de sus pecados.
Nina rodó los ojos antes de acercarse a Serena y posar una mano en su hombro —. Puedes contarnos cualquier cosa.
—No te juzgaremos—, instó Blair —. Somos el breakfast club que no juzga. Somos tus mejores amigos. Lo que hayas hecho es algo que también hicimos.
Serena mantuvo la mirada en sus manos —. Si se los digo, no puede salir de esta habitación. Todos conocen a Georgina Sparks. Algo sucedió la noche de la boda de los Shepard. Algo más, algo de lo que intenté escapar pero que Georgina no me deja, y ahora me está chantajeando.
>> Comenzó cuando Blair pensó que Nate y yo bebimos demasiado. Nos dijo que saliéramos, tomáramos aire y, así, nos pusiéramos sobrios. En lugar de eso, fuimos a un bar vacío y abrí una botella de champaña y--.
—Nos podemos saltar esa parte—, asintió Blair.
—Adelante, le diré luego—, contestó Chuck, provocando que las dos morenas rodaran los ojos.
—Me fui apurada—, continuó Serena —. Me sentía muy mal, tan culpable por lo que acababa de hacer. Tenía que irme. Georgina y yo teníamos planes más tarde, así que fui directo a verla. No sabía que ella me esperaba con una sorpresa.
>> No lo sabía entonces, pero me estaba grabando. Por suerte, estaba demasiado obsesionada con lo que pasó como para tener diversión con otros—, Serena se ahogó en llanto, pero acabó contando cómo el chico se drogó y murió en el acto.
Serena llamó desde el celular del chico a las emergencias. Sin dar ninguna de su información personal, pero avisando lo que sucedía y dónde se encontraba la persona. Después de eso, tanto ella como Georgina se marcharon de la habitación con todas sus pertenencias.
—Georgina me dijo que debíamos separarnos. Luego dijo que alguien podría estar buscándonos. Pero no me podía ir. Simplemente, no podía. Así que esperé cerca del hotel, en frente. Sólo quería ver que los paramédicos ayudaran a Pete. Pero eso no fue lo que vi. No sabía qué hacer. Sólo supe que debía marcharme de inmediato. Tomé un tren rumbo al norte, me alojé en una habitación y convencí a mi madre de que un internado era buena idea y..--.
—Nunca te despediste—, terminó Blair —. Ahora tiene sentido.
Nina se encontraba helada. Su piel estaba erizada mientras no se veía capaz de emitir palabra alguna. Un escalofrío recorrió su espalda antes de acercarse más a Serena, brindándole su apoyo en silencio.
— ¿Pero qué quiere ella de ti?—, inquirió Nate.
—Bueno, cuando ella regresó le dije que había abandonado el estilo de vida que ella llevaba, pero eso no le gustó. Así que, de algún modo, se hizo amiga de Dan y Vanessa y se hace llamar Sarah.
— ¿Por qué no le cuentas a Dan sobre ella?—, preguntó Blair y Nina torció el gesto.
No importaba lo bien que le cayera Dan, ella notaba que el chico podía ser un poco juzgador. Si Serena le contaba eso, él podría no volver a hablarle. A Nina le gustaría pensar que el chico no sería capaz de eso, pero nunca se podría saber cuál sería su reacción con certeza.
Serena negó de inmediato —. Porque ella tiene ese vídeo de mí y lo usará. Es prácticamente una película snuff.
Chuck se acercó —. Necesitamos encontrarla.
—No, por favor—, rogó Serena —. Prométanlo, por favor. Prométanme que no harán nada—, miró a Blair y Nina, sabiendo que ellas serían las que darían la decisión final sobre si hacer algo o no —. Porque si lo hacen, se lo mostrará a Dan. Si alguna vez vuelve a hablar conmigo—, culminó, rompiendo en llanto.
Nina y Blair intercambiaron una mirada. Ambas chicas realmente se sentían perdidas. No importaba cuánto quisieran intervenir, sabían que si algo salía mal, la única que debería enfrentar las consecuencias era Serena. Y no podían hacerle eso en una situación tan frágil como la que enfrentaban.
Nina se mordió la lengua, evitando soltar cómo creía que podrían arreglar todo si incluyeran a Dan y le relataran la verdad antes que Georgina. Aunque, al mismo tiempo, el grupo acababa de echar al chico, dudaba que Dan volviera a confiar en ellos.
La chica tragó saliva y se despejó el pelo de la cara mientras miraba a su hermano y evitaba mirar a Chuck, quien se encontraba sentado en el sillón al lado de ella. Sabía que él la miraba, pero se negaba a cumplirle el capricho de devolverle la mirada.
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