𝟬𝟬𝟵 family's worth
𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓 𝒂𝒄𝒕𝒐 • 𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒆:
𝒆𝒍 𝒗𝒂𝒍𝒐𝒓 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒇𝒂𝒎𝒊𝒍𝒊𝒂.
—Gracias al celular que alguien olvidó, tenemos muchas evidencias de quiénes estuvieron en la fiesta. Para su suerte, Andrew Collins va a estar bien. Por desgracia, necesitamos un responsable. ¿Señorita Queller?
—Hola. Soy la señorita Queller, la nueva directora de Constance. Es una lástima conocernos bajo estas circunstancias, pero quiero conocerlos a todos y cada uno de ustedes. Ya hablamos con sus padres, a los que pudimos localizar al menos, y espero leer sus ensayos personales. Diez mil palabras describiendo cómo entraron a la escuela a deshoras ingiriendo alcohol y drogas dónde un compañero estudiante casi muere. En otras palabras: ¿qué rayos sucede con ustedes?
>>También voy a realizar entrevistas personales hasta descubrir quién irrumpió en la piscina e inició la fiesta. Esa persona será expulsada. Si esa persona no es identificada, entonces todos enfrentarán la expulsión.
—Entonces, ya sabemos qué hacer—, finalizó Blair.
—Si nadie habla, no habrá problemas—, sintetizó Chuck.
— ¿Y quién empezó todo esto de todas formas?—, inquirió Nate.
Chuck se carcajeó —. No tendremos que preocuparnos porque Nate delate a alguien bajo presión.
—Oye—, advirtió Nina, defendiendo a su hermano. A pesar que era cierto que Nate solía ser el eslabón débil en cuanto se trataba de sus planes, esto se debía a que era el más sensible o, incluso, el más humano.
— ¿Ya estamos de acuerdo?
—De acuerdo—, prometió Serena una vez que intercambió una mirada con su novio.
Dan se acercó al grupo —. Blair, sé que aspiras a Yale, pero este complot es demasiado. ¿No lo crees?
—Tal vez—, asintió Blair —. Pero funciona. Cada vez.
Y, con eso, se disolvió la reunión.
—Buena suerte—, murmuró Nina al oído de su hermano, dándole una palmada en la espalda antes de alejarse. Realmente esperaba que Nate pudiera arreglar las cosas con Blair, ya que se notaba que esta vez él la deseaba puramente.
La morena caminó hacia Chuck, quien se encontraba recostado en uno de los sofás de Blair. Ella se sentó sobre sus piernas, provocando que el chico alzara sus cejas antes que le robara la copa y le diera un sorbo.
—Gracias, tenía sed.
—Y yo tenía sed de ti—, comenzó el castaño a acercarse.
Una ligera e inconsciente sonrisa se formó en el rostro de Nina —. Debemos hablar sobre lo que pasó, sobre el beso.
— ¿El?—, repitió Chuck.
—Los—, corrigió Nina con un suspiro, aún sonriendo.
La sonrisa de Chuck creció, confiada gracias a la sonrisa de la chica frente a él. Sus manos se posaron sobre su cintura, acercándola a él mientras sus labios estaban a punto de rozar los de ellas pero se detuvo cuando llegó alguien.
—Chuck—, llamó Daniel.
Nina le dedicó una agradable sonrisa —. Hola, Dan.
Daniel quiso sonreírle, pero la frase de su padre resonó en su cabeza y dejó la sonrisa en una mueca a medias. "Ellos se cuidaran entre ellos", tenía sentido cuando pensaba en Nina Archibald. Su hermano era Nate, Chuck y Blair eran sus mejores amigos. Estaba claro que el grupo era intocable.
El chico volvió a mirar a Chuck, quien agarraba por la cintura a Nina con fiereza, no queriendo que se aleje de él y mucho menos que cambiara su posición —. Chuck, necesitas decir la verdad.
— ¿Qué pasó con "no hables hasta que te hable"?
—Te vi con esa llave. Sé que la tenías en la fiesta.
Nina frunció el ceño —. ¿Qué llave?
—Pobre y bobo Humphrey—, musitó Chuck y le dedicó una mirada a Nina, queriendo decir que le explicaría, antes de volver a mirar al chico —. Déjame aclararte algo: sin importar con quién te acuestas, vinimos de mundos diferentes. En mi mundo, si soy suspendido o expulsado, algo es donado con el nombre Bass.
—Suena como un gran mundo.
—No es perfecto. Pero si hay algo que se ofrece, es seguridad. Mi familia puede cuidarme. ¿Qué pueden ofrecer los Humphrey? ¿Boletos usados del tren? ¿Una cinta de audio de tu papá?
Nina se levantó de inmediato —. Basta, Chuck.
El castaño apretó la mandíbula cuando la chica se alejó de él, dedicándole una mirada de ira al chico cuando en realidad, él mismo había logrado alejar a la chica de él.
—No necesito que me defiendas, Nina—, aclaró Dan.
La morena se giró, mirando un momento al chico antes de marcharse. Estaba claro que ninguno de los dos estaba dispuesto a cambiar su posición de batalla, por lo que Nina prefirió marcharse y no encontrarse nuevamente en el medio de su disputa.
Ella se dirigió a la cocina de Blair y tomó uno de los vasos a la alacena para llenarlo de agua. Una vez que acabó el líquido, lavó y secó el vaso con rapidez antes de volver a dejarlo donde pertenecía.
—No era necesario que haga eso, señorita Nina—, ingresó Dorota, tomando el vaso lista para limpiarlo pero volviéndolo a dejar en el lugar, sorprendida de que haya logrado lavarlo bien en realidad.
—No hay problema, Dorota, fue un segundo—, le sonrió la chica y hubiera continuado la charla sino fuera porque reconoció la voz de Dan elevarse.
Nina aceleró el paso hasta llegar a ver cómo Dan se interponía entre Vanessa y, Chuck y Blair. Los dos amigos se marcharon y la morena notó como Vanessa se cargaba una sonrisa arrogante.
Ella se acercó a las dos personas que consideraba sus mejores amigos y les miró —. ¿Qué sucedió?
Tanto el rostro de Blair como el de Chuck palidecieron cuando la notaron frente a ellos. Blair abrió la boca, sin embargo ninguna palabra escapó de sus labios mientras sentía que había perdido el aliento momentáneamente.
Chuck se relamió los labios y tragó saliva, de repente sintiendo la garganta seca —. Nada, Nina. Nada.
La morena pestañeó, perpleja. No esperaba esa respuesta. De hecho, nunca la hubiera esperado por parte de Chuck. Tal vez por parte de Blair, especialmente cuando estaba armando un plan, pero nunca por parte del castaño.
Él siempre parecía estar dispuesto a darle una respuesta, aún cuando se suponía que no debía decir nada. Simplemente, él confiaba en ella por completo. Entonces, Nina se dio la vuelta y se dirigió al ascensor, tocando el botón y esperando a que volviera a subir.
—Tranquilos, por favor—, pidió la señorita Queller —. Ayer hablé sobre las consecuencias por sus acciones deshonrosas y no me creyeron. Pero alguien se presentó hoy y se adjudicó la responsabilidad. Por un crimen que no cometió. Y aunque aprecio su auto–sacrificio, no apruebo la deshonestidad. Y es tiempo de que todos sepan que hablo en serio.
>> Nathaniel Archibald queda suspendido del San Judas. Y sí, esto irá a su expediente, de efecto inmediato. Señor Archibald, sabe dónde está la salida.
Al mismo tiempo que el rubio se levantó, Nina lo hizo de igual forma. Había sentido como el aire entraba de un sopetón a sus pulmones antes de soltar a gritos —. ¡No puede hacer esto!
—Señorita Archibald, me temo que, si no desea afrontar el mismo destino que su hermano, deberá retomar su asiento—, habló lentamente la nueva directora.
Nina vaciló, sus pies se movieron un milímetro, pero se mantuvo alzada. Su ceño se profundizó mientras enfrentaba la gélida mirada de la directora. Hubiera permanecido sentada, si no fuera porque su hermano misma posó su mano sobre su hombro y la empujó para que volviera a sentarse antes de abandonar la sala.
—Veánlo salir, estudiantes. ¿Quién será el siguiente? ¿Tal vez la señorita Archibald tiene algo que decir?—, presionó la directora y la morena apretó los puños, iba a levantarse pero la mirada que le envió Chuck la detuvo —. Hasta que uno de ustedes hable, continuaremos hasta que todos crucen por esa puerta.
— ¿Por qué hiciste eso?—, preguntó Nina a su hermano en cuanto volvió a encontrarlo fuera de la escuela.
—Realmente no estoy de ánimos para esto, Nina—, negó Nate, recordando la charla reciente que había compartido con Blair.
La morena se paró delante de su hermano, colocando la mano sobre su pecho y mirándole a los ojos —. Nate, ¿por qué--?
—Creí que había sido Blair. Sé que me equivoqué, lo sé, pero la sola idea de que ella--.
Nina pestañeó —. Realmente la amas, ¿no es así?
—Con todo mi corazón.
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