𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓 𝒂𝒄𝒕𝒐 • 𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐:
𝒃𝒐𝒎𝒃𝒂 𝒅𝒆 𝒕𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐.

                    —Hola—, cantó Nina contra el auricular de su teléfono celular, contestando la llamada sin ver pero suponiendo que era su hermano. Ella se encontraba en camino a la escuela, andando en patines, ya que había tomado la decisión de faltar a clases y evitar por completo las entrevistas a las universidades que ella no pensaba asistir.

      — ¿Realmente faltaste a clases el día de las entrevistas?—, la voz de Chuck Bass inundó su oído y ella rodó los ojos, realmente esperaba que fuera su hermano —. Eres una princesa mala, Nina.

      —Bueno, no es como si planeara en asistir a la Liga Ivy—, se excusó ella, esquivando el árbol mientras le sonreía a los niños que caminaban a su lado —. NYU es mi destino.

      — ¿Y cómo exactamente se tomó eso tu padre?—, inquirió Chuck pero, cuando Nina no contestó, comprendió que había metido la pata —. Lo siento, ya entendí. Puedo estar contigo si quieres, ya sabes, cuando le digas.

      —Estaré bien, Chuck—, aseguró la morena —. Aunque vendría bien que mantengas tu móvil encima por si acaso.

      —Lo que desees, princesa.

      —Estoy de camino, ¿le avisas a Nate?—, pidió la chica y Chuck prometió hacerlo antes de que ambos cortaran la llamada. Pero, en cuanto lo hizo, perdió el equilibrio al golpear contra alguien —. Ouh, lo siento. Me distraje, realmente lo siento. ¿Se encuentra bien--? ¡Dan!

      —Si cada vez que nos encontremos, vas a golpearme peor, comenzaré a salir con refuerzos—, bromeó el chico, tomando las manos de Nina y ayudándole a levantarse —. No te vi en la escuela hoy.

      —Sí, falté—, asintió Nina y Dan levantó las cejas —. Mi padre quiere que vaya Dartmouth a pesar que he dicho que quiero estudiar artes en la NYU desde que aprendí a hablar. Pero, ¿qué tal tú? ¿Conseguiste la universidad que querías?

      Dan torció el gesto en una irónica sonrisa —. Sí, bueno, yo quería ir a Dartmouth y tú hermano fue quien obtuvo el lugar.

      La chica inspiró por la nariz, pensando que perdió el equilibrio por un momento, pero no era así —. Aún puedes entrar, ¿sabes? Esto es como una oportunidad más directa, pero habrá más en el futuro. Además, estoy segura que puedo--.

      —Nina, por favor—, le interrumpió Dan y ella le miró con un mohín, lo que el chico hubiera apreciado si no fuera por su mal humor que iba dirigido hacia el hermano de ella —. Realmente sólo quiero ir a casa y no hablar de esto, ¿está bien?

      —Oh, sí, claro—, balbuceó la chica, apartándose del camino de Dan con torpeza antes de patinar, pero ser sujetada por él de inmediato. No fue hasta que soltó un suspiro de alivio que notó lo cerca que se encontraban —. Lo entiendo, completamente. No hay problema. Aunque, si quieres hablar con alguien.., no tienes mi número, ¿quieres mi número?

      Dan soltó una carcajada, el sonido sorprendiéndole a sí mismo ya que sufría de un humor horrible hace unos segundos, antes de encontrarse con Nina para ser más específicos —. Eso estaría bien, genial—, asintió él, soltándole y dando medio paso atrás mientras sacaba su celular y se lo prestaba a la chica para anotar el número.

      El chico de Brooklyn le observó un momento, adorando como sus labios se estiraron en una sonrisa mientras alzaba su marrón mirada hacia él, un flash de vergüenza recorriéndole entonces —. ¿Cómo debería agendarme?

      —Como desees—, se encogió de hombros en respuesta Dan —. Realmente no conozco a muchas Ninas Archibald, no creo que haya muchas tampoco.

      Nina rió antes de escribir sobre el teclado y alcanzarle el teléfono. La chica se acercó a él para regalarle un beso sobre la mejilla antes de marcharse —. Nos vemos luego, Dan. ¡No olvides hablarme cuando lo necesites!

      Nina siguió patinando hasta llegar a la puerta de la escuela, encontrándose con su hermano marcando en su teléfono celular, pero deteniéndose una vez que la vio. Nate le sonrió mientras guardaba el aparato en su bolsillo trasero, le echó un vistazo momentáneo a sus patines antes de negar levemente.

      — ¿Cómo estuvo tu día, hermanito? ¿Fue entretenido besar culos?—, preguntó Nina y Nate la tomó por los hombros para evitar que patinara y se estrellara contra él.

      —No creo que haya sido más divertido que tú yendo por todos lados con esos patines, ¿a cuántas personas atropellaste?

      —Sólo una—, admitió la morena, cambiando de tema antes que él preguntará quién fue el desafortunado —. Alguien me contó que entraste a Darmouth, realmente será genial cuando lleguemos a casa.

      — ¿Qué crees que te hará papá?—, inquirió Nate interesado. Su hermana siempre había sido la que tenía las agallas en la familia, por lo que no le sorprendía en absoluto que ella se haya revelado contra su padre antes que él mismo.

      Nina se encogió de hombros, restándole importancia mientras su mirada se perdía sobre sus patines —. No lo sé, no me interesa. Esta es mí decisión y nada cambiará eso.

                    —Blair, ¿realmente peleaste con Serena en gimnasia?—, inquirió sorprendida Nina. Ella sostenía con fuerza el teléfono contra su oreja mientras esperaba que su amiga lo negara —aunque estaba segura que eso no pasaría—.

      —Eso ya es cosa de otro momento. N, cometí un grave error.

      — ¿Qué pasó ahora? ¿No deberían de estar en la charla con los representantes de la Liga?

      —Acusé a Serena de ir a un centro médico debido a una adicción a las drogas frente a todos, pero fue Eric quien fue al centro médico. Él.., él intento suicidarse. Nina, cometí un verdadero error. Arruine todo. Me equivoqué, no sé qué hacer--.

      —B, cálmate—, la interrumpió Nina —. ¿Quieres que vaya contigo? Mira, cometiste un error, todos lo hacemos de vez en cuando. Si quieres disculparte, sólo pídele de hablar con ella. En privado. Dile la verdad, cuéntale--.

      — ¡Puedo mostrarle la carta que escribí cuando se fue! ¡Esa que nunca envié!—, exclamó de repente la chica al otro lado de la línea. Nina entrecerró los ojos, alejando por un momento el auricular de su oído antes de suspirar.

      —Probablemente eso funcionará, B. Buena suerte.

                    Nina se detuvo frente a la puerta, a pesar que sabía que del otro lado se llevaba a cabo una fiesta donde los hombres eran los únicos invitados. Su celular volvía a sonar pero ella lo ignoraba nuevamente. Blair estaba con Serena y ella se negaba a acercarse a la rubia.

      Ingresó a la suite con su propia llave, ya que Chuck le había dado una hace mucho tiempo atrás y los muchachos más cercanos a la puerta murmuraron entre ellos y algunos incluso se le acercaron —. No sabíamos que traerían carne de calidad.

      Sin embargo, la morena rodó los ojos y continuó con su camino. Ella recordó como Chuck había ensayado su monólogo donde especificaba que las únicas chicas que ingresarían a la fiesta serían las prostitutas que él pagaba y aprobaba.

      Nina encontró los cuerpos de su hermano y su mejor amigo hablando en el bar, siendo acompañados por alguien que no llegaba a reconocer ya que le daba la espalda. Los murmullos aumentaron, provocando que Chuck se girara en su dirección y abriera la boca —. No puedo creer que haya venido.

      Nate frunció las cejas y siguió la mirada de Chuck, encontrándose con su hermanita entre la manada de hombres caminando hacia ellos. Ella lucía demasiado pequeña pero, al mismo tiempo, como una leona que se negaba a retroceder por unos cuantos idiotas.

      Entonces, el tercer chico se giró y Nina no pudo evitar alzar las cejas al encontrarse con el mismísimo Carter Bazen —. ¿Cómo están, caballeros?

      — ¿Qué haces aquí?—, inquirió de inmediato su hermano, levantándose de su lugar mientras su modo de hermano protector se encendía —. Sabes que no se supone que debes estar aquí, ¿cómo entraste?

      —Chuck me dio la llave—, se encogió de hombros la morena antes de agregar —. Papá me cortó la tarjeta por no conseguir un lugar en Dartmouth, ¿recuerdas? ¿Me prestas la tuya? Es una emergencia.

      —Claro, ¿Gucci sacó un nuevo vestido?—, intervino Carter y Nina alzo las cejas.

      —Deberías saber que no suelo usar Gucci, Channel es mi sello personal. Y, por cierto, Gucci se moriría si logrará que yo usara uno de sus vestidos en una fiesta—, contestó Nina y Carter soltó una carcajada antes de acercarse a ella y abrazarle —. Te extrañe, desaparecido. ¿Cómo es la vida hippie?

      —No soy hippie—, volvió a reírse Carter antes que Chuck se acercara y lo empujara de una forma no tan simulada.

      —Nina, princesa, sabes que no estás permitida aquí. Entonces, si no vas a sacarte la ropa y danzar sobre mi cintura, te recomiendo que te retires.

      —Cuando Nate me de su tarjeta, me iré—, contestó con vagancia la morena, mirando a su hermano nuevamente, quien negó.

      —Creo que es hora que aprendas a hacerte cargo de las consecuencias de tus actos.

      —Ya te gustaría haber tenido las agallas para hacer lo que yo hice, hermano—, rebatió la morena cuando Chuck le otorgó su tarjeta y ella le observó dudosa.

      —Compra lo que sea que necesites—, asintió el castaño y se acercó a su oído —. Luego me modelas en privado.

      Nina rodó los ojos con una sonrisa mientras tomaba la tarjeta y la guardaba en su bolso —. Un gusto hacer negocios con usted, señor Bass. Hermanito, Carter, espero que ustedes logren que la fiesta no se salga de control.

      —No sería una fiesta de Chuck Bass si no se saliera de control—, señaló Chuck mientras la morena desaparecía entre la multitud. Una sonrisa en su rostro ya que había logrado su cometido.

                    La sudadera púrpura con las siglas NYU resaltaban por la calle mientras debajo de ella se encontraba un pequeño short negro. Nina sonreía con unos lentes cubriendo la mitad de su rostro y se cabello flotando detrás de ella hasta encontrarse con la persona que había estado buscando —Eric Van der Woodsen—.

      — ¿Cómo está mi Van der Woodsen favorito?

      —Querrás decir, el único que te agrada—, señaló el rubio y Nina se encogió de hombros. No iba a mentir, especialmente con él.

      Ella le sonrió, recordando lo complicado que había sido para ella lograr que el chico saliera de una vez por todas del hospital pero, cuando lo lograron, Eric pidió un momento para él mismo y ella se lo concedió sin problemas —. ¿Listo para actuar?

      Eric arrojó su sombrero al suelo antes de mirar nuevamente a la chica con una sonrisa —. Puedes apostarlo.

                    Nina podía jurar que su sonrisa era imposible de borrar después de haber leído el artículo de Gossip Girl. Ella caminaba hacia su hogar mientras pensaba nuevamente en el texto.

      ❝¿Es real lo que vemos? A mitad de las calles de Manhattan, los pueblerinos podían encontrarse con nadie más ni nadie menos que Nina Archibald y Eric Van der Woodsen haciendo un número donde satiraban a diferentes obras teatrales clásicas.

      Teniendo en cuenta que está volviendo a actuar, ¿nuestra princesa del engaño volverá a renacer? ¿O es está su forma de decir al mundo que asistirá a NYU con el resto de la prole? Sin duda, es curioso y probablemente sea la noticia número uno del día de hoy. Pero no nos olvidemos de algo, el hermano de S también está con ella. ¿Acaso crearon su propio lado en esta guerra civil? ¿O N está demostrando que no necesita a ninguna de las dos reinas para ser la última noticia?

      Sin dudas, nuestra princesa N está volviendo a ser ella misma después de tanto tiempo bajo el ala protectora de Blair y, ¡yo no podría estar más contenta! Después de todo, Lady N siempre ha sido la más divertida sobre la que escribir. XOXO, Gossip Girl.❞

      Pero la sonrisa que Nina juraba que sería imposible de destruir en aquel día, logró ser convertida en un ceño fruncido —y sólo tomó las fotos de una chica rubia y una castaña—.

      La morena casi arrojó el móvil al suelo cuando vio a Blair y Serena abrazadas y jugando mientras se tomaban fotografías. Ella apretó el móvil contra su oído mientras pensaba en como se había convertido en una bomba a punto de explotar.