𝟬𝟯𝟭 failed plan
𝖕𝖗𝖎𝖒𝖊𝖗 𝖆𝖈𝖙𝖔 • 𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖙𝖗𝖊𝖎𝖓𝖙𝖆 𝖞 𝖚𝖓𝖔:
𝖕𝖑𝖆𝖓 𝖋𝖆𝖑𝖑𝖎𝖉𝖔.
Chuck estaba parado frente a Georgina, observando el exorcismo que le habían realizado a la chica —. Percibo aspiraciones, anhelos, esfuerzo por ser aceptada. Pero luego, tiene este atractivo contrapunto de sinceridad y optimismo. Es la historia de una joven muchacha que está disfrutando por primera vez del botín del sucio petróleo. Es perfecto.
—Eso es lo único que Blair y yo podemos alcanzar—, sonrió Nina.
—No hay un detalle que sea demasiado pequeño para asegurarse que Poppy Lifton caiga.
— ¿Sigues creyendo que esto es una mejor idea que llamar a la policía?—, preguntó Nate.
—Es mejor que mi madre durmiendo con el enemigo—, asintió Serena.
—Funcionará—, aseguró Chuck —. Georgina tiene una grabadora en su bolso. Una vez que la grabemos hablando de dinero, la chantajearemos para que nos devuelva el efectivo.
—Sí. Si arrestan a Poppy, ella nunca devolverá el dinero. Y aunque estoy molesta con Dan, es su dinero para la universidad.
—Bien, ¿pero cómo sabemos siquiera que se va a presentar?—, señaló Nate.
—Ella cree que Gabriel tomó la culpa—, se levantó Blair —. Lo único que le preocupa ahora son las invitaciones a fiestas y mantener su asiento en Bryant Park. Y ella es codiciosa.
Nina le sonrió a su hermano, que lucía aún desconfiado —. El momento en que ella vea que tiene la oportunidad de robar más dinero, la tomará. Todo va a salir bien—, aseguró, desviando su mirada hacia Remie que se había mantenido en silencio a un costado de la habitación, cruzado de brazos —. Y nadie irá a la cárcel.
Nina Archibald y Blair Waldorf estaban sentadas en la barra de Russian Tea Room, observando a Georgina y Poppy hablar en una mesa lejana. Chuck se acercó a ellas, sonriendo —. Blair, ¿nos dejarías hablar a Nina y a mí?
—Blair, ¿dejarías que Chuck no hable conmigo?—, habló Nina en respuesta.
Blair miró a ambos un momento antes de suspirar y levantarse —. Háganme un favor y hablen de lo que sea que esté pasando entre ustedes dos. Nina, haces que Chuck sea más molesto de lo usual cuando lo ignoras.
Nina iba a protestar, pero su amiga no le dio tiempo antes de irse al baño. La chica bufó, girándose al chico —. ¿Qué quieres?
—Sólo hablar—, asintió Chuck —. Asumo que no le dijiste a Romeo de lo que pasó--.
—No—, irrumpió rápidamente —. No se lo dije a nadie en realidad, ni a Nate. Por lo que agradecería que mantuvieras el secreto.
Chuck se acercó a su oído, susurrando —. Eso sólo lo hace más excitante.
La chica rodó los ojos, alejándose un poco y pidiendo un trago al barman. En cuanto lo recibió, tomó un trago antes de girarse para encarar al castaño —. Chuck, hablo en serio. Creo que podría empezar una verdadera relación por fin.
— ¿Por fin? Me ofendes, princesa.
—No puedes pretender que me crea que me quisiste alguna vez.
Chuck se relamió los labios. El dolor cruzó su rostro por una milésima de segundo, el cual no pudo ser captado por nadie en la habitación —. ¿Te hace feliz?
Nina frunció los labios, bajando la mirada a su vaso. Ella esperaba que Chuck negara lo que ella dijo, que le confirmara que ella se equivocaba. Pero no lo hizo.
—Sólo fui otro juego más para ti, ¿no es así?—, aclamó la chica, alzando la mirada. Las lágrimas comenzaban a inundar sus ojos, pero ella no dejaría que ninguna de ellas cayera —. Dime la verdad, Chuck. Nunca te importe, ¿no?
El chico se tomó un momento para contestar antes de que sus labios se expandieran en una pequeña sonrisa —. La verdad es que no. Sólo eres la hermana de mi mejor amigo, Nina. Por favor, no te creas tan especial.
La chica sintió como si alguien le hubiera golpeado en el estómago y le hubiera quitado todo el aire con ese simple golpe. Ya lo había sospechado, pero escucharlo de su parte era doloroso. Especialmente cuando se percató que él no la consideraba ni su amiga. Cuando, por el contrario, ella lo había considerado todo.
Nina había creído que Chuck Bass era su mejor amigo toda su vida. Sólo para que él la llamará la hermana de su mejor amigo.
Sin mencionar una palabra, la chica se levantó y se marchó en dirección al baño. Cuando abrió la puerta, casi se chocó con Blair. El rostro de la castaña cambió por completo al notar que su amiga estaba al borde del llanto.
— ¿Qué pasó?
Nina no respondió. Sino que se abalanzó sobre sus brazos y dejó que las lágrimas cayeran.
Después de un momento de estar en el baño, Nina volvió a salir. Estaba lista para enfrentarse a la realidad y ayudar a sus amigos. Cuando salió, se encontró con su hermano, Blair, Serena y Remie.
—La policía acaba de llegar—, anunció Nate.
— ¿La policía? Creí que Chuck llamaría al FBI. ¿Dónde está?—, preguntó Serena.
—Se fue, créanlo o no—, contestó Blair, mirando con cautela a Nina —. Pero mientras Georgina la tenga grabada a Poppy, pueden arrestarla.
—Bueno. Envíale un mensaje y asegúrate de que esté lista—, pidió Serena —. Iré a hablar con la policía.
Nina se acercó a Remie, quién rodeó su cintura con su brazo cuando ella apoyó su cabeza sobre su pecho. Él se agachó un poco para llegar a su oído —. ¿Estás bien?
—Sí—, respondió la morena —. Sólo estoy estresada por todo esto.
El grupo se mantuvo dentro del lugar pero, cuando Serena estaba tardando, ellos salieron sólo para encontrarse con que los policías estaban esposando a la rubia.
— ¿Qué están haciendo?—, exclamó Nina, repentinamente alerta —. ¡Entendieron todo mal!
— ¡Tienen a la chica equivocada!—, gritó Blair —. Serena, está bien. Lo arreglaremos.
—Nina, llama a Chuck—, ordenó Serena a los gritos mientras la hacían subir a la patrulla —. Llama a Chuck.
El grupo observó cómo la policía se llevaba a Serena. Blair rápidamente volvió a ingresar al lugar, en silencio.
— ¿Qué hacemos ahora?—, inquirió Nate.
Nina negó —. No lo sé.
—Creí que esto era un plan sin fallas—, habló Remie —. ¿Qué pasó? ¿Por qué se la llevaron a ella?
—No sé, no--.
Nate se giró al chico, molesto de un momento al otro —. No te hagas el tonto. ¿Cómo sabemos que no fuiste tú el que llamó a la policía para que arrestaran a Serena?
—Nate, tú no seas tonto—, regañó Nina.
— ¿Por qué confías tanto en él? Pudo haberlo hecho para arruinar nuestro plan y cuidarte de todos los problemas que te rodean.
— ¡Nate!
Remie negó, sin poder creer la acusación —. ¿Por qué voy a llamar a la policía por Serena? En todo caso la hubiera llamado desde el principio para que arresten a Poppy. Además, ¿con qué cargos voy a acusarla?
Nate guardó silencio, sabía que tenía razón. Con un bufido, soltó —. Disculpa.
Remie se limitó a asentir y, en ese mismo momento, Blair volvió a salir del restaurante. Nina la miró —. ¿Vamos?
—Serena estuvo en prisión por más de cuatro horas—, decía Blair mientras el grupo esperaba en el pasillo de la comisaría. Ahora sólo eran las dos chicas acompañadas por Chuck y Nate. Remie se había ido a pedido de la morena, ya que su presencia sólo causaba más tensión de la que ya había —. Ya estuvo más tiempo presa que Nicole Richie y Lindsay Lohan combinadas.
—Ella es una chica de élite, acusada por error de robar una pulsera. Dudo que le estén pegando con la guía telefónica—, intentó apaciguar Chuck a la chica.
—Cuando llamé a Lily, dijo que venía en camino. ¿Dónde está?—, continuó Blair.
Nina alzó la voz por primera vez desde que habían estado allí esperando —. Yo llamé a Rufus hace rato y me dijo que sería mejor que no esperaramos a Lily. Y cuando le pregunté por qué me dijo que no quería hablar de eso.
— ¿Rufus?—, repitió Blair —. ¿Cómo tienes su número?
La chica abrió la boca para contestar, pero Chuck se adelantó —. Parece que no soy el único que prefiere olvidar que Nina pasó todo un verano en Brooklyn.
La morena le dedicó una mirada al castaño a su lado —. No que te importe qué hago y qué no hago.
Nate observó a los dos un momento, cruzado de brazos y hundido en su silla, antes de hablar —. Sigo sin poder creer que Lily haya hecho arrestar a su propia hija. ¿Quién hace eso?
—Alguien que nunca fue preso—, contestó Chuck.
—Hola, soy Lillian Bass. Vengo por mi hija, Serena van der Woodsen—, le habló tranquilamente al oficial mientras el grupo la observaba, claramente juzgándola.
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