— ¿Entonces por qué te eriza mi tacto?— Esta vez se atrevió a pasar el límite que había mantenido hasta el momento.

— T…Tae esto…— La sensibilidad en mi piel era cada vez más aguda. Sus manos frotan una y otra vez el área entre mis muslos y mi cintura.

— ¿A caso dirás que está mal?— Mantiene su mirada sobre la mía, su boca entre abierta deja escapar un agudo suspiro que me hace querer perder el control por completo y devorar esos labios— Porque entre novios esto es algo normal.

Bajó su vista para recorrer mi cuerpo mientras mordía su labio inferior de una manera muy seductora. Esta vez fue de mi boca de donde escapó un leve suspiro de deseo.

— Yo solo te pido que no continúes haciendo eso— Sorprendentemente mi voz no salió agitada ni entrecortada, mis nervios estaban comenzando a transformarse en ganas de placer.

Una sonrisa ladina se apodera de su expresión facial y sus manos comenzaban a ajustarse más a mi piel. Lo que hasta hace unos minutos eran roces ahora eran claras caricias inapropiadas. Sabía que era lo que estaba provocando, su mirada lo dice.

— ¿Por qué? ¿No te gustan las caricias de tu novio?— Esta vez movió sus manos un poco más arriba recorriendo mi abdomen y deteniéndose cerca de mis senos— ¿No te gusta esta placentera sensación que estamos viviendo los dos?

Esta vez la sonrisa maliciosa se reflejó en mis labios de mala manera, produciendo completa satisfacción en mi compañero. Agarro sus manos bajo la fina tela y las retiro suavemente.

— Mejor paremos aquí— Le miro a los ojos pero parece como si dijeran “no, no lo haré”.

De igual manera giro mi espalda y doy un paso en dirección a la puerta, me alejaba de él. Pero como imaginaba, no me dejaría escapar tan rápido. Una de mis muñecas cae presa en su agarre rápido y preciso. En un movimiento ágil une nuestros cuerpos teniéndolo ahora en mi espalda y su boca cerca de mi cuello.

— ¿Parar? Dame una razón— Sus palabras chocan en mi oído de una manera jodidamente sexy ocasionando que tire mi cabeza un poco hacia atrás y cierre mis ojos ante la sensación que comenzaba a crecer en mi vientre.

— Y si no tuviera una— Esas palabras salen en un tono abrumado por mi respiración agitada y afectada por los deseos que se alojan en la parte baja de mi vientre.

—Entonces aceptas que…

Mis labios lo interrumpieron al encontrarse con los suyos en un giro no planeado de mi cuerpo. No quería oír nada más que me hiciese retractarme de tener un momento íntimo con él, ahora solo quiero segarme ante la pasión que está atacando mis sentidos.
Mis labios se mueven rápidamente, y los suyos los alcanzan fácilmente. Ambos estábamos deseando lo mismo. Poso mis manos en su nuca y presiono sobre la misma en mi dirección. Tae agarró los costados de mi camisa y los estruja fuertemente. Nuestras lenguas danzaban a un compás altamente lujurioso.

Añorábamos tanto sentir el cuerpo del contrario que si no nos calmábamos podríamos dañar nuestra propia piel. Escabullo mis dedos entre su pelo y agarro un gran mechón del mismo en la parte superior de su cabeza. Él ha desacomodado mi única prenda y ahora la tiene mal abultada sobre mi trasero.

Acompaña sus movimientos contra mi boca de rudos apretones sobre mis definidos glúteos. Sentía mucho calor y podía afirmar que su cuerpo ardía tanto como el mío.

— Dios pequeña… Moría por sentirte— Interrumpió el beso para decir esas palabras que aumentaban mi nivel de perversión.

— Y… ¿No quieres sentirme más?— Ese tono juguetón en mis palabras lo volvieron más loco.

—Veo que eres una niña traviesa.

— ¡Ah!— Un gemido escapó de mi boca al sentir el impacto de esa nalgada justo al terminar sus palabras.

— Pero no sabes cuánto me gusta que seas de esa manera conmigo— Su expresión era digna de un actor de pelis para adultos.

Sus labios se hundieron en mi cuello y succionaron mi piel de una manera salvaje. Sus manos apretaban mi trasero como si de una pelota moldeable se tratase. Mi cabeza se mantenía inclinada hacia atrás mientras de mis labios escapaban fuertes jadeos de puro placer incontrolable. La sensación que causaba las acciones de mi Tae estaba sacando lo mejor de mi dualidad.

Presionaba su cara contra mi cuello en busca de más. Los besos de mi chico pararon para poder mirar mi cara.

— Eso es pequeña. Mantén esa carita para mí— Giró mi cuerpo nuevamente para estamparlo contra el suyo— ¿Dejarás que te haga mía ahora mismo?— Su tono seductor afectaba mi cordura grandemente.

—S…sí Tae.

— Te prometo que lo vas a disfrutar como nunca antes— Su boca se apoderó del lóbulo de mi oreja mientras una de sus manos se encontraba sumergiéndose bajo la camisa.

Su dedos se posaron suavemente sobre mi vagina y un fuerte gemido aprobó ese movimiento de su parte. Mientras mordisqueaba sutilmente los bordes de mi oreja comenzaba a juguetear con mi clítoris.
Con tan solo eso creía estar en el paraíso, se sentía tan bien que me es difícil explicarlo con palabras. Sus fríos y largos dedos hacían constante fricción en mi parte íntima, arrancando fuertes sonidos de mis cuerdas vocales. Uno de sus finos dedos se asomaba en mi entrada y yo solo quería sentirlo dentro desesperadamente. Pensaba que me volvería loca ante tanta dosis de pasión…

— ¡¡¡¡¡HYUNG!!!!!!— Ese grito tras la puerta de la habitación me hizo exaltar.

Todo rastro de lujuria desaparece de mi cuerpo, como si nunca hubiese sentido tal sentimiento. Mis ojos se abren como platos y mi corazón se acelera aún más, solo que esta vez era del susto. Tae retira su mano de mi entrepierna y se aleja de mí igualmente asustado.

— Vamos Hyung. Sé que estas allá adentro. ¡Os escuché gemir!— Miro a Tae aún confundida.

Rápidamente él se acerca al clóset y me lanza la parte baja del pijama que llevo puesto, lo tomo y me lo pongo lo más rápido que puedo mientras él se acerca a la puerta del cuarto y me hace una seña con la mano para que me pusiera tras él. Ambos estábamos a la defensiva…

— ¿Quién es?

—Soy yo… Tu primo favorito.

— ¿Kook?—Preguntamos ambos al unísono.

Tae abre la puerta y nos encontramos con un Kook completamente ebrio que cae al suelo ya que mantenía todo su peso sobre la puerta de la habitación. Su rostro roza el piso gracias a que por auto reflejo puso sus manos contra el suelo.

— ¿Kook estás bien?— Unn poco sorprendida doy un paso en su dirección.

— Sí, fue un simple tambaleo— Se apoya en sus codos quedando bocarriba para mirarnos con una sonrisa bien borracha en sus labios.

— ¿Cómo entraste? — Intentó lucir enojado pero podía notar la risa que intentaba ocultar tras sus palabras.

— Gracias a la copia de llaves que me diste— Saca de su bolsillo un llavero y lo alza en el aire aún manteniendo esa sonrisa que estaba comenzando a darme gracia a mí también.

— A mala hora se las di— Murmura por lo bajo.

— ¿Y ustedes dos que hacían?— Nos señala mientras arruga el entrecejo— Los escuché gemir fuertemente desde la punta de las escaleras— Sus palabras se atropellaban quitándole seriedad al asunto.

— Jugábamos a las casitas— Sus labios se curveaban involuntariamente demostrando así las ganas que tenía de divertirse con su primo pequeño.

— Ven Kookie. Déjame ayudarte— Intentaba salvarlo de ser el objeto de diversión de Tae, así que lo ayudé a ponerse en pie.

— Ah ya. Seguro que tú eras el papá y Mel la mamá— Intentaba disimular mi risa con todas mis fuerzas. Creo que después de esto no voy a poder ver a Jung Kook con la misma seriedad.

— No, Mel era la niña que se portaba mal y yo solo intentaba darle una lección— Me percaté de la mirada que me lanzó cuando dijo eso.

—Ah, pero Mel, ¿por qué te portaste mal? Los niños…

—Kook será mejor que regreses a casa, estas muy borracho.

— Yo no estoy borracho, para nada estuve sentado en un bar de poco nivel embriagando mis ganas de tenerla— Tae se rió escandalosamente mientras yo lo acompañaba.

— ¿Entonces como explicas ese grano inmenso que está en tu frente arruinando tu imagen debido a la grasienta carne de cerdo con el que seguramente acompañabas tu bebida?— Lo señalo intentando simular una expresión de horror.

— ¡¡¡¡¿¿¿Qué???!!!! No, mi cara no— Comenzó a actuar como un paranoico vanidoso.

—Si, es verdad lo que dice Mel. Además tienes muchas arrugas en tu frente.

— ¡¡¡NOOO!!! Ya soy un anciano— Comenzó a llorar patéticamente— Mel ayúdame. Así Eli no me va a querer.

— ¿Eli?

— Digo— Irrumpe su llanto para hablar— Me van a botar del trabajo— Esta vez comenzó a llorar con más fuerzas mientras se acerca con ambos brazos abiertos a darme un abrazo y llorar en mi hombro.

— Ya para— Se acercó y lo cogió del cuello de la camisa para alejarlo de mí— Mel iré a dejarlo en la habitación de invitados.

Asiento aún con una divertida risa en mis labios. Tae sale del cuarto y yo tomo asiento en la cama. Rememoraba el show que nos acababa de dar Kookie, pero recordando bien… Al parecer oficialmente le gusta Eli, deja que ella se entere. Aunque no sé qué contarle primero, los lindos sentimientos de Kook o el ridículo que acaba de hacer…

Unos minutos después me acomodo en la cama de Tae quedándome dormida. Estaba muy cansada y ya era bastante tarde.

Perdí la noción del tiempo ayer en la noche, no contaba con dormirme tan rápido. En la mañana me alisté para ir a mi casa. Tae me levantó dulcemente bien temprano para que desayunara y de buena voluntad se ofrecido a llevarme a casa para que me cambiara por ropa nueva ya que la que usé ayer estaba siendo lavada por lo que fuimos a cambiar la pijama que usaba en mi apartamento. En cuanto a Jung Kook, se levantó temprano y se fue. Solo habló con Tae ya que yo estaba aún dormida y según él le daba mucha pena enfrentarme luego de lo que pasó ayer.

El día en el trabajo fue bastante productivo, pude poner las cuentas al día y estudiar los nuevos ingresos de la galería en las últimas semanas, entre otras cosas. Una vez dieran las cinco de la tarde llamé a mi trabajo parcial para comprobar si no tenía turnos para el día de hoy y recibir mis horarios de la próxima semana. Ahora estoy caminando en dirección al vehículo de Tae que me espera en la próxima esquina. He intentado mantener discreción con nuestra relación, no sería nada agradable que mis compañeros de trabajo tuvieran conocimiento de esta. Dudo que se lo tomen muy bien.

Una vez sentada en el asiento del copiloto recibo un dulce beso en los labios de parte de Tae acompañado de una tierna caricia en uno de mis cachetes.

—Te extrañé mucho.

— Yo también Tae— Bajo un poco mi cabeza para intentar disimular una sonrisa boba.

—Gracias por prestarme tu casa Mel.

—No te preocupes. Será mejor que ya nos encaminemos para allá, debemos arreglar algunos detalles antes de que lleguen tus invitados—Esta vez le muestro la sonrisa.

—No tienes que tomarte tantas molestias.

—Quiero que tu primera vez encontrándote con tu hermana sea al menos agradable.

— ¿Qué habré hecho yo para merecerte?— Una de sus manos acaricia mi cabello y juguetea con uno de mis mechones para  luego acariciar mi rostro.

—No. ¿Qué habré hecho yo para merecer tú cariño?

Ambos reímos como adolecentes enamorados y emprendemos camino a mi apartamento… En unas cortas horas Taehyung conocerá parte de su pasado y eso me pone un poco nerviosa. Pero aún faltan por aclarar muchas partes de esta historia que permanecen en la oscuridad. ¿Estaremos preparado para eso?

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Espero se hayan divertido en este capítulo🤗
Espero poder subir otro episodio en la tarde-noche.
💕Bye bye💕

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