Tomé el sobre de la mesilla y me giro para entregárselo. Él se toma unos segundos para mirarlo aún en mis manos y luego lo acepta. Buscamos asiento, ahora toda la atención estaba sobre el pequeño envoltorio de papel. Al fin podré saber qué es lo que dice. ¿Será de algún familiar? ¿O de trabajo? No, en ese caso tendrían alguna dirección. ¿A caso será alguna mujer? Un incómodo cosquilleo recorre mi cuerpo. Tae despega la pequeña “tapa” triangular y mete sus largos dedos para sacar el papel doblado en su interior… Deshacía el último dobles del papel, al fin podría saber de qué trataba… A medida iba leyendo las líneas plasmadas con un intenso grafito, mis ojos iban aumentando su tamaño. ¿Qué quiere decir todo eso? Estoy segura de que Tae está tan confundido como yo y lo comprobé al ver su rostro. Leía unas líneas en alta voz, cómo interiorizándolas…

— (…) La verdad está escondida en simplezas que vives a diario, pero comprendo que te sea difícil notarla tras esas enormes paredes en las que te esconde Kim. Pero el culpable no se mantendrá oculto por más tiempo, su hora está llegando (…) Tu padre biológico no es el responsable de todo la desgracia que sufrió tu familia, pero a la misma vez lo es, y tu madre era la clave en toda esta historia (…) Recuerda, no estás solo.

Esas líneas, asumo son las más importantes, y es por eso que las repite una y otra vez mientras su mirada se queda fija en el papel. ¿Pero quién es esa persona que lo sigue molestando? Qué sabe él o ella que no sepa Tae, y apuesto a que él se pregunta lo mismo.

— Tae…— Él irrumpe en mis palabras casi de inmediato.

— ¿Crees que esta sea la misma persona de los mensajes?— Me mira aún recargando su rostro sobre su mano derecha, mientras que con la izquierda sostiene el escrito.

— Tendría mucho sentido que así fuese— Saco una conclusión rápida.

— ¿En ese caso debería llamar a Jin y pedir que rastree ese número por mí?

—Aunque no se tratase de la misma persona, sería una buena idea.

Dicho esto sacó su teléfono, marcó unos números y se alejó un poco para hablar. Yo me mantenía sentada en el lugar, mi vista se vuelve a cruzar con ese papel sobre la mesita de café y lo tomo en mis manos. Repasaba cada línea con mucho cuidado, temía que hubiese algo que no estuviéramos viendo. Todo parecía ser lo que se ve a simple vista, solo que hay algo más allá de las palabras. Es un pesar muy rencoroso, expresa dolor y necesidad. No sé quién la escribió pero si puedo percibir esos sentimientos negativos en su caligrafía. Si me preguntan cómo lo sé no creo que pueda explicarlo fácilmente. Más que intuiciones, es una sensación, la sensación de que esto no es nuevo. Este sentimiento no es nuevo… Un pequeño mareo distorsiona mi vista por fracciones de segundos. Toco mi cabeza intentando evitar una recaída. ¿Por qué estos mareos de nuevo?

— ¿Estás bien?— Toma asiento a mi lado.

— Sí. ¿Qué te dijo Jin?— Desvío el tema.

—Accedió a hacerme ese favor y también me dio nueva información.

— ¿Información?

— ¿Recuerdas el tema del bar que tocamos en nuestro último encuentro?— Asiento— Todo parece indicar que ese era realmente el lugar donde se reunía toda la pandilla, y lo más relevante es que el hijo de los dueños es Min Suga— Atrapa su labio inferior entre sus dedos.

— ¿Min Suga?— Cuestiono sorprendida— Entonces él tendrá información más exacta— Deduzco— Creo que debería tener una conversación con Sofía.

Taehyung posa su vista en mí una vez termino de hablar, cosa que me hizo sentir un poco impulsiva y entrometida.

— Perdona si te incomoda que intente tomar cartas en el asunto. Yo solo quiero ayudar— Bajo la mirada apenada.

—No, eso no me molesta. Al contrario, refleja el nivel de compromiso que tienes conmigo y eso solo me hace enamorarme más.

Lo miro sorprendida pero al parecer él no calculó sus últimas palabras, por lo que disfrazando su vergüenza con una fingida tos intenta cambiar el tema.

— Decías que ibas a hablar con Sofía. ¿Por qué? ¿Quién es ella? ¿Qué tiene que ver en esto?— Oculto una sonrisa de satisfacción tras un leve apretón de labios y me concentro en responderle.

—Sofía es una amiga que hice hace poco, pero resulta que ella es la novia de Min Suga y sé que puede ayudarnos a conseguir información.

— ¿En ese caso accederá?— Ladeó su cabeza dudoso.

— ¿Accederá? ¿De quién hablas?

—Resulta que conocí a Suga hace unos días gracias a HoSeok, casualmente ambos íbamos en busca de información. Pero no he recibido una respuesta positiva por parte de Suga aún.

—En ese caso Sofía es una buena opción. Ella puede convencerlo para que te ayude.

— No sé qué haría sin tu ayuda— Me sonríe tiernamente.

— No exageres, esto es solo una simpleza. Quisiera hacer más— Evito contagiarme con su sonrisa.

Tae rodea mis hombros en un abrazo, su respiración chocaba con mis cachetes y podía oír con claridad su risilla infantil. En cuanto a mí, me quedé estática mirando a un punto perdido en la alfombra bajo la mesilla. No quería ejecutar ninguna acción que pudiese hacernos sentir incómodos después. La verdad no sé por qué este comportamiento a estas alturas de haberlo conocido, no sé por qué los nervios me atacan ahora.

— ¿Fusy te hace buena compañía?— Preguntaba con su boca a solo centímetros de mi oreja mientras me envolvía con sus brazos aún sentado a mi lado. 

— Sí— Trato de alivianar la tensión mental para que no se refleje en mis palabras.

—Siento envidia de él.

— ¿Por qué?— Esta vez me relajo un poco y busco su cara como por costumbre.

Al encontrarme con esos ojos hechiceros a tan escasos centímetros, maldigo para mis adentros. ¿Por qué no seguí mirando al oso? ¿Por qué?

— Porque él puede verte todos los días— Mantenía sus ojos conectados con los míos— Porque él puede verte en las mañanas cuando te levantas con esa carita tan adorable que añoro siempre que el sol me despierta a diario— Comenzaba a acercar sus labios a mi cara, y digo sus labios porque es lo único que mi cordura me permite apreciar en estos instantes— Y porque…— Hace una pausa y traga en seco— Puede ver ese cuerpo desnudo cada vez que tomas un baño.

— Qué pervertido sonó eso—

— Taehyung creo que…— Intentaba pararlo.

— No hables, ¿sí?— Cada vez estaba más cerca, ya no podía arquear más mi espalda para evitar la cercanía. Estaba recostada sobre el espaldar del asiento— Déjame disfrutar por unos segundos más lo que Fusy hace por horas.

Opto por no emitir siquiera un sonido, yo también quería disfrutar del panorama que más había deseado encontrar en todo mi día. Nuestras miradas amaban mantener esa conexión, su cara es perfecta ante mis gustos. Me sentía tan complacida con tal simple acto que no necesitaba de más. Siquiera un beso.

— Mel, tú me completas— Recitaba acortando la distancia por completo.

Sus labios lograron al fin encontrarse con los míos. Yo solo los recibí con dulzura, ese delicioso sabor a él era la mismísima gloria para mí. Nuestras lenguas se encontraron en un dulce pero apasionado choque. No podría explicar con exactitud qué es esto que estoy sintiendo ahora mismo. Solo sé que lo quiero a él. Enrosco mis manos en su cuello provocando que se intensificara el beso, mientras las suyas buscan refugio en mis caderas. Amaba esto, amaba todo lo que estaba pasando, amaba esta sensación tan candente, yo lo amaba a él.

Nuestras bocas se separan en busca de oxígeno, y nuestros ojos se encuentran nuevamente. La nueva conexión de miradas desata unas sonrisas casi al unísono. Una de sus manos abandona mi cintura para acomodar un mechón de cabello. Me sentía arrullada ante su tacto, me sentía frágil pero más segura que nunca a su lado.

—No me culpes si termino amándote locamente.

—No me culpes tú, porque creo que yo ya te estoy amando.

Nuestras sonrisas se intensificaron y él esconde su cara en mi pecho provocando un tierno abrazo.

Esa noche sería memorable para la futura pareja. Los sentimientos hermosos necesitan ser confesados como tal. Pero no todo era el amor, aún había una cuestión que ansiaba ser resuelta. Mientras ambos se despedían esa noche deseando más, el joven Min buscaba respuestas…

El chico de serio carácter ojeaba nuevamente esa agenda perteneciente a su padre en aquella habitación de desahogo que contenía muchos objetos de sus progenitores, fallecidos hace apenas cuatro años. No era su primera noche en vela buscando algo que lo ayudase, las irregulares  marcas en las páginas revelaban con exactitud el número de intentos. Por el momento, solo había descubierto que su padre tendía a olvidar las cosas siendo esa la razón de tener esta agenda. Pero era obvio que lo que anotaba ahí podía traerle problemas si caía en manos equivocadas.
Casi al darse por vencido esa noche, decidió dar vuelta a esa última página. Una corazonada le impedía cerrar la agenda, no sin llegar a esas líneas… Eran datos, datos de una muchacha y una nota al lado: “Hermana de Kim Taehyung”. Eso confirmaba sus sospechas acerca de lo que recordó momentos antes de decidir hacer ese viaje…

Flashback

— Esa pequeña es la hermana del niño que dices— Su padre explicaba a su madre en la cocina.

Ambos hablaban tranquilamente ya que pretendían que aún el pequeño Min dormía, y eso hacía hasta hace unos minutos

— ¿De Taehyung?—Mi madre preguntaba incrédula— Sí, pero él quiere desaparecerla— Mi madre conmocionada deja escapar el nombre de ese hombre… El padre biológico de Taehyung.

Fin del Flashback

Pero había algo que no acababa de encajar. Si era su hija, ¿Por qué quería desaparecerla? Necesitaba más, aún necesitaba encontrar más piezas. Su vista seguía deslizándose por las anotaciones de su padre en busca de algo, cualquier cosa que sirviera. Sus ojos se toparon con un número, al parecer es el contacto de esta chica… ¿Pero seguirá siendo el mismo de hace cuatro años? No cabían suposiciones en estos momentos, así que sin razonar demasiado marcó ese número… Los timbres se hacían eternos, este era ya el segundo intento de Suga. Aunque no le haya contestado nadie, el simple hecho de que no dijese que el número no existía era un rayito de esperanza… Tercer timbre del tercer intento…

— ¿Hola?— Una voz soñolienta se asomaba tras la línea.

— ¿Sí? Hola. 

— ¿Quién es? ¿Por qué me llama?— El sueño tras sus palabras era lo que le impedía entonar esas preguntas de manera alarmante.

— ¿Por alguna casualidad es usted la señorita que recibe una mensualidad a la cuenta 059820*******?— Recitaba los números plasmados en las anotaciones de su padre referentes a ella. Aunque él depositaba mensualmente dinero allí, no dominaba el número completamente de memoria.

— Sí, soy yo— Se toma unos minutos para responder.

— Te encontré— Suspira aliviado.

— ¿Perdone?

—Quiero decir, yo soy la persona que deposita ese dinero allí. Mi nombre es Min Yoongi.

— ¿Min?— Ella resalta su apellido esta vez más despierta.

— ¿Sabes quién soy?

—No perdona, es solo que tu apellido me es familiar.

—Seguro lo has oído antes, de mi padre. El señor Min.

—Perdona, pero no creo recordar bien.

—No te preocupes. En realidad te llamaba porque tenía unas preguntas que hacerte. ¿En qué país estás viviendo ahora?

— En Corea— Tartamudea confusa.

— A cierto, el código de tu número es de Corea— Entona algo risueño— ¿Crees que podamos reunirnos?

—Lo siento pero no estoy segura.

—Vamos, es importante. Tanto para mí, como para ti. Fui al país donde te criaste para sostener esta conversación, es realmente importante.

Unos minutos de silencio martirizan a Yoongi tras la línea. Al fin se podía escuchar el ademán de la chica tras el teléfono de tomar aire para hablar…

++++Bonus❤++++

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