Abro los ojos un poco aturdida, mi vista era borrosa pero a medida iban pasando los segundos mi visión mejoraba. La primera persona a la que veo es Taehyung.

— ¿Qué pasó?— Recién recuperaba el conocimiento, por lo que aún no caía en cuenta del lugar en el que estaba, ni recordaba que me había pasado.

—Te desmayaste por unos segundos. ¿Estás bien?

Asiento leve pero me fue imposible evitar hacer una mueca de desagrado debido al intenso dolor de cabeza que me ha tomado de imprevisto. Con calma logro reincorporarme, por lo visto logré salvarme de caer al interior de la exposición, terminando en cambio en el suelo. Muchas personas se agrupan a mi alrededor intentando ayudar, al parecer he tomado a todos por sorpresa, bueno hasta yo he terminado sorprendida. Taehyung me ayuda a ponerme en pie ya que mis músculos aún estaban un poco débiles.

— ¿Puedes andar bien?— Coloca su mano en mi espalda para agarrarme y evitar que me desplome nuevamente.

— No lo creo— Mi situación me obligaba a ser sincera, aunque quisiera decir que estoy bien dudo que mi cuerpo me deje mentir.

—Volvamos al carro. Tranquila, puedes apoyarte en mí para caminar. Aunque creo que es mejor que te cargue.

— No, puedo caminar. Aunque sea con tu ayuda— Lo detengo antes de que intentase cargarme.

— ¿Estás segura?

Asiento y ambos nos alejamos del lugar. Manteníamos un paso uniforme, libre de cualquier tipo de apuro. Tae siempre que tenía un chance me preguntaba si ya estaba bien o si era necesario que me cargase, yo solo trataba de proporcionarle tranquilidad y le decía que estaba mucho mejor. La fatiga estaba comenzando a pasar, mi cuerpo estaba volviendo a la normalidad cosa que calmó notablemente a mi Tae.

— ¿Por qué te desmayaste? ¿Te ha pasado antes?

—Sí, desde hace unos años sufro estos mareos.

— ¿Has ido al médico para atenderte eso?

— Sí. Es una simple fatiga, nada de que preocuparse— Le sonrío leve.

Sinceramente estos mareos son secuelas de hechos del pasado y de heridas que han cicatrizado por cansancio… Digo cansancio porque la verdad no recuerdo con exactitud qué fue lo que las ocasionó. Decidí tomar esta beca para alejarme de mi antigua vida, no tengo intenciones de saber que fue exactamente lo que me pasó... Pensaba que lo había superado, ya que desde que llegué a este país no había sufrido ningún desmayo.

—Pero, ¿por qué de pronto?

—Posiblemente es porque no he comido nada.

— ¡¡¿¿Cómo que no has comido nada??!!— Me suelta y da un paso lejos de mí para regañarme con esa mirada de asombro.

—Es que cuando llegué a casa me mantuve ocupada haciendo otras cosas…

—Esa no es justificación. ¡¿Cómo puedes ser tan irresponsable?!

— No exageres las cosas— Intenté restarle importancia al asunto mientras trataba de caminar por mi cuenta. Aún no estaba del todo bien, pero al menos podía caminar mucho mejor que antes.

— ¡¿Crees que es una simple exageración?! Porque un desmayo no es lo más normal del mundo.

— Esta bien tienes razón— No estaba de humor para discutir, así que seguí caminando.

Al parecer él tampoco, porque simplemente se quedó callado. Actualmente le llevo unos pasos de diferencia, él se quedó parado en el lugar desde que le di la razón… Siento que he sido un poco desconsiderada con él, no creo que esas hayan sido las mejores respuestas para una persona que solo estaba preocupada por mí.
Poco después escucho sus pasos acercarse de una manera un poco más rápida. Una vez a mi lado, paro mi andar para mirarlo e intentar disculparme, pero sin previo aviso me carga en sus brazos y continúa su andar sin decir ni una palabra… Llegamos al vehículo, Taehyung me deja descansar sobre el asiento del copiloto para luego tomar su puesto tras el volante.

—Perdona por lo que te dije hace unos minutos, sé que te preocupas por mí y por eso estabas tan alterado. Es que no quería seguir hablando del tema.

—Solo prométeme que a partir de ahora no te saltarás ninguna comida.

Asiento sonriente mientras el auto comienza a moverse. Íbamos de regreso a casa y por suerte ambos teníamos buen humor. Sé que nuestra relación no ha empezado de la mejor manera, dijera yo; hemos cruzado las barreras de la intimidad en varias ocasiones. Pero creo que sería interesante darnos otra oportunidad, a lo mejor él tenía razón y esta idea de ser novios no está tan hueca después de todo. Ahora que sé más de su historia puedo atribuirle cierta confianza y darme el gusto de comenzar a mirarlo con otros ojos…

— ¿Por qué me miras tanto?— No me había dado cuenta de lo que estaba haciendo.

—Mmm, nada especial.

— ¿Estás diciendo que no soy especial?

—Jaja, no me refería a eso… Solo pensaba un poco.

— ¿Y en qué pensabas tanto pequeña?

Paseo mi vista por todo su cuerpo en busca de una respuesta rápida a su pregunta. Me daría mucha vergüenza responderle con la verdad. Aún no sé si sus sentimientos son sinceros, ni tampoco si siente lo mismo…

— En tu tatuaje— Tartamudeo nerviosa.

— ¿Y por qué piensas en eso ahora?— Mantenía la atención en la carretera.

— Solo recordé por un momento la frase que me dijiste cuando te pregunté acerca de su significado… ¿Corrupción?— Decía en un intento por recordar sus palabras exactas.

— ¿Aún recuerdas eso?— Suelta bajo— ¿Tienes curiosidad?

Asiento apresuradamente. Solo mencioné su tatuaje para evitar una situación vergonzosa para mí, pero por lo visto hay una verdadera razón tras sus trazos.

— ¿Recuerdas que te mencioné que estuve en un orfanatorio por dos años?... Pues allí me tocó vivir una vida realmente dura. Ese lugar era atendido por monjas, debido a que la iglesia católica fue quien creó ese hogar para niños desamparados…— Suspira con pesar— Resulta que recibíamos muchos maltratos cuando hacíamos algo que no fuese correcto a “los ojos de Dios”.

— ¿Los maltrataban?— Lo miro asombrada.

—Jimin y yo sufrimos varias torturas, de ahí la mayoría de las cicatrices que has visto.

Mis ojos lo miran atentos y mis labios levemente separados demuestran el impacto de sus palabras.

—Imagino lo duro que fueron tus años de niñez.

—A decir verdad, ambos fuimos afortunados. Muchos de nuestros compañeros caían desfallecidos al suelo después de los intensos castigos. Algunos tuvieron secuelas grabes y otros no creo que hayan vivido para contarlo… Por muy feroz que suene esa fue la cruda realidad de ese lugar, es por eso que decidí hacerme un tatuaje como este. En honor a todas esas personas que no lograron pasar esos años de tortura y también al Tae que quedó en ese lugar.

—Hasta ahora había tenido la oportunidad de escuchar muchos significados tras los tatuajes, pero no había tenido la oportunidad de plasmar este tipo de historias con mi trabajo. Estoy agradecida por haber tenido la oportunidad de haber hecho algo tan importante para ti, como lo es el homenaje tras esas líneas.

— Y yo agradezco haberte conocido gracias a eso— Me mira por unos segundos mientras portaba una sonrisa en sus labios.

Media hora después llegamos a su casa. Tae quería preparar la cena para mí, debido al desmayo de hace unas horas estaba muy histérico. Una vez dentro de su residencia comenzó a preparar Japchae(잡채). El aroma que se expandía por la cocina era delicioso, por lo visto Tae tenía ciertas habilidades culinarias… Una vez terminé mi plato agradecí en nombre de mi estómago al Chef de la noche.

Por mucho que tratara de convencerme me negué a pasar la noche en su casa. Quería respetar el tiempo en esta relación, aunque esto de ser novios fuese todo un juego quería creerlo. Fui a la sala para tomar mi bolso.

—Bueno, al menos déjame llevarte a casa.

—Está bien.

El sonido del timbre llena el lugar.

— Espera un momento, deja ver quién es— Se encamina rumbo a la puerta.

Al abrirla puedo ver el rostro de HoSeok desde mi posición. Ambos intercambian palabras en la entrada. Solo con verle me siento un poco incómoda, no quisiera provocar otra pelea entre él y Taehyung. Ambos chicos abandonan la puerta y entran en la sala.

—Mel, tengo que hablar con HoSeok un momento. Crees que puedas esperar.

—No te preocupes. Yo tomaré un taxi.

—Solo serán unos minutos, te lo prometo.

—Tranquilo, no tienes que apresurarte. Yo puedo volver a casa sola.

—Pero estaré preocupado…

—Te llamaré cuando llegue a casa— Le interrumpo— Ahora, si me disculpan.

Camino en dirección a la puerta pero la vos de HoSeok llama mi atención.

—Oye Melanys, crees que podamos hablar un minuto.

Dirijo mi atención a él y asiento con una sonrisa amistosa.

— Quería aprovechar que Tae también está presente para pedir disculpas— Ambos lo miramos atónitos— La actitud que tomé hacia ti fue poco respetuosa— Miraba a diferentes direcciones con una sonrisa nerviosa en su boca mientras jugaba con sus dedos— Quisiera que me dieras la oportunidad de comportarme bien esta vez— Se acerca y me extiende su mano— ¿Amigos?

Me pareció bastante sincero. No veía maldad en sus ojos como la última vez.

— Amigos— Estrecho su mano imitando su sonrisa.

— Muy linda reconciliación pero ya suéltense— HoSeok y yo reímos.

— Nos vemos mañana Tae, y nos vemos pronto HoSeok— Me despido de ambos con la mano y esta vez si salgo fuera de la casa.  

Camino despacio por la acera en busca de algún taxi. La noche en este lugar parece ser bien tranquila, cosa que me aterra. Si algo llegase a pasarme aquí afuera posiblemente nadie se llegara a enterar. Estos pensamientos me están comenzando a hacer sentir paranoia. Muchas historias paranormales están brotando de mi imaginación. Decido parar mi andar por unos segundos, respiro profundo e intento poner todos mis pensamientos en orden.
— A ver Melanys, estás en un espacio público. Es imposible que algo malo te pase, todo es producto de tu imaginación— Repetía para mis adentros mientras cerraba los ojos… La bocina de un auto me hace soltar un grito de terror al ser tomada por sorpresa.

—Señorita, ¿puede hacerse a un lado? Está justo en el medio del camino.

Una voz masculina reclamaba desde el interior del coche. Al oír sus palabras miro a mi otro costado y caigo en cuenta de que esta era la zona de parking de la que al parecer es su casa.

— Perdone— Hago una pequeña reverencia e intento salir rápido de allí.

— Espere solo un momento…— El propietario del auto abre la puerta.

No sé por qué me siento tan nerviosa ahora.
—Quizás porque un desconocido te ha dado un susto de muerte y porque ahora te ha pedido que te detengas mientras él se acerca a ti con intenciones completamente desconocidas— Esta maldita vocecilla está poniendo a prueba la poca cordura que me queda.

— ¿Vive usted por aquí?

— Y…yo— Tartamudeo nerviosa— No.

Se trataba de un chico de alta estatura y aspecto tenebroso. Aunque acepto que estoy un poco asustadiza, este hombre sí que da su poco de miedo. Tiene puesto un mono deportivo y un abrigo con capucha, todo de negro y para completar el look cubría su cara con un nasobuco.

— No tengas miedo, solo quería presentarme con mis nuevos vecinos— Reía intentando ser amigable.

—Entiendo sus intenciones pero no mentía al decirle que no vivo por aquí.

—De igual manera acepte unas disculpas por la manera en la que le hablé hace unos instantes.

— No se preocupe, entiendo que haya tenido un mal día— Le sonreía por educación.

—Gracias por la comprensión. Bueno mi nombre es…

— ¡Melanys!— La voz de Tae a mis espaldas me hace sentir un gran alivio.

Giro un poco y lo veo acercarse rápidamente a nosotros.

— ¿Por qué no te has ido aún?

— E…es solo que me he tropezado con este señor— Señalo a la persona que creía estaba a mi lado.

— ¿De quién hablas?

—Juro que ahora mismo estaba alguien aquí.

Miro al carro que estaba a pocos metros, de donde se supone, salió ese hombre pero lo único que veo es que esta todo oscuro en su interior y con dificultad se puede ver si hay alguien dentro.

— ¿Te refieres al que vive en esta casa?— Ambos vemos la gran mansión.

—Eso creo.

—Si ese es el caso te aconsejo que evites otro encuentro con él. Todos dice que se comporta muy raro.

Lo miro sorprendida. Ya sabía yo que este ambiente no era para nada normal.

—Bueno, quieres que te lleve a casa.

Asiento asustada, no quería estar sola esta noche…

🌃🌃🌃
❤Hasta aquí el capítulo❤

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